Nota del diario
El País, de Montevideo, Uruguay.
GRACIAS
ARGENTINA, ésa debería ser la frase del año.
Gracias
Argentina por recordarle a nuestros políticos que su primer deber es servir al
pueblo.
Gracias
por mostrarnos cómo termina un país cuando los intereses partidarios,
corporativos individuales siempre se anteponen al bien común y al sentido común.
Gracias
Argentina por corroborar que la política no puede ser entregada a los
economistas.
Gracias
por hacernos recordar que los economistas, los mejores, apenas si logran lidiar
con el ABC de su imperfecta ciencia.
Gracias
Argentina por recordarle a los economistas que llegan a ministros que no
deben ser soberbios, ni posar de regios, ni de duros, ni de simpáticos cuando
casi el 20% del pueblo no tiene trabajo. (hoy en día diríamos el 30%).
Gracias
Argentina por recordarnos que el desempleo no es sólo un número que el
ministro de Economía dice al pasar, mientras los mozos sirven whisky en su
almuerzo con los empresarios.
Gracias
por recordarle a nuestros gobernantes que el desempleo degrada al ciudadano
honesto.
Gracias
Argentina por advertirle a nuestros gobernantes que un ciudadano honesto
también pierde la paciencia.
Gracias
Argentina por recordarnos que no es gracioso que haya un malabarista en cada
esquina. Y peor, un niño malabarista.
Gracias
Argentina por indicarnos qué pasa cuando todo el pueblo debe ajustarse el
cinturón... todos menos la clase política.
Gracias
por hacernos ver que no está bien que el trabajador sufra y el intendente vaya
en un auto de 65.000 dólares. Y el hijo del diputado tenga un contrato de obra
por 4.000 dólares mensuales. Y también la hija, el hermano, la esposa y la
amante, por supuesto.
Gracias
Argentina por documentar en qué termina un país cuando los ciudadanos
valen según el apellido y los contactos que tienen y no según sus méritos y
virtudes.
Gracias
Argentina por enseñarnos qué puede pasar si todo lo que produce un país
termina siempre en las mismas manos.
Gracias
Argentina por hacerle ver al Estado uruguayo que debe gastar nuestro dinero
más racionalmente.
Gracias
por mostrarnos que un país empobrecido no puede sobrevivir sin fijar
prioridades. (Con casi el 50% de los niños en situación de CARENCIA)
¿no
se le cae la cara de vergüenza al arzobispo cuando reclama, una y otra vez, que
el hundido Estado uruguayo subsidie sus escuelas religiosas?).
Gracias
Argentina por hacernos ver que quizás no sea tan mala idea gravar los
sueldos de privilegio del Estado o eliminar una Cámara (como propone el
vicepresidente y todos miran para otro lado), o reducir el número de
intendencias
o achicar el servicio exterior o adecuar las fuerzas armadas. 0 todo junto.
Gracias
Argentina por mostrarnos que el achique de gastos del Estado no puede pasar
por degradar el sistema educativo.
Gracias
Argentina por avisarnos que algo va a terminar mal cuando la música que
escuchamos es la "Balada del travesti", el "Rock de los pibes
chorros" o la "Cumbia del orto" (sic).
Gracias
Argentina por remarcarnos que algo no anda bien cuando una persona es
culpable de terrorismo y la muerte de miles de inocentes.
Gracias
Argentina por instruirnos respecto a que pasa en un país cuando el Poder
Judicial deja de ser independiente. 0 cuando deja de ser creíble.
Gracias
por exhibir qué pasa cuando la Justicia es dura con el ciudadano común (y
hasta con el futbolista) pero es débil y miope con el político y sus amigos
(aun cuando sus delitos estén registrados en una foto o en una cinta grabada).
Gracias
Argentina por mostrarnos en qué termina una sociedad cuyo máximo valor es
la viveza criolla.
Gracias
Argentina por enseñarnos que algo va a terminar mal cuando por un
punto de rating se puede poner todo en juego.
Gracias
por mostrarnos cómo termina un pueblo cuando cree que lo que pasa en la
televisión es más importante que la realidad.
Gracias
Argentina por recordarnos que un presidente no puede ser vendido como
un refresco.
Gracias
por recordamos que la publicidad miente.
Gracias
Argentina por mostrarnos que los presidentes no valen por lo que
dicen, sino por lo que hacen.
Gracias
Argentina por aclararnos lo que valen las bendiciones del FMI. por
mostrarnos qué inútil y qué patético es ser más 'casablanquista' que la
Casa Blanca.
Gracias
Argentina por mostrarnos lo que sufren los pueblos sin memoria.
Gracias
Argentina, porque gracias a tus fracasos siempre podemos justificar los
nuestros.
Gracias
Argentina, porque gracias a ti, Uruguay no está sólo en el selecto y
humillante grupo de países que un día fueron ricos y hoy son pobres.
Gracias
Argentina por habernos regalado el puntito que nos llevó de la forma más
ignominiosa posible a la Copa el Mundo.
Gracias
Argentina por ser el único país del mundo que todavía nos toma en cuenta.
Gracias
por perdonarnos siempre nuestra crónica envidia de provincia.
Gracias
Argentina por mostrarnos que en medio del caos, la miseria y la corrupción,
se puede hacer buena música, buen cine (buen cine de verdad), buenos diarios y
se puede jugar brillantemente al fútbol.
Gracias
por demostrarnos que se puede clasificar al Mundial sin pagar patotas que vayan
al aeropuerto y sin implorar piedad a los rivales: apenas jugando.
Gracias
por mostrarnos que todas estas maravillas saben amargo cuando no hay comida ni
trabajo.
Gracias
por hacernos acordar que los pueblos construyen su propio destino.
Gracias por
hacernos ver que el nuestro está en nuestras manos, aunque no nos demos cuenta,
porque estamos muy ocupados mirando un rato Gran Hermano y otro rato el programa
de Tinelli.
Por Leonardo
Habercorn
Diario El País
de Montevideo, Sábado 29 de Diciembre de 2001