:::IEMANJA:::
Iemanjá llegó a
America con los esclavos provenientes de
Nigeria, donde a orillas del Río Ugún se
encuentra actualmente su altar sagrado. El
culto a Iemanjá se aposentó en la zona de
las Antillas, uno de los grandes centros del
tráfico de seres humanos practicado por los
europeos y desde allí se extendió a otras
zonas, entre ellas el Río de la Plata.
Adorada aqui como todos los otros Orixás,
Iemanjá, diosa de las aguas, fue reverenciada
en las orillas de los mares, los rios, los
arroyos y las lagunas, con pedidos y oraciones
por los africanos que sufrían cautiverio en
estas tierras.
Dueña de la maternidad, la fecundidad, la
procreación, la fertilidad y el amor, fue
representada como una mujer gorda, pequeña,
de prominentes senos y gran vientre y también
como un ser mitológico en forma de sirena, o
como sucedió en algunas zonas del sur de América,
como una deidad pagana de esculturales formas.
En todos los casos, no obstante, la
característica dominante de las
representaciones de Iemanjá estuvo y está
siempre vinculada al simbolismo de la
maternidad, que también tiene presencia
dominante y esencial en la estatua que se
instaló frente a la Playa Ramírez. Este
monumento, orgullo para Uruguay, muestra a
Iemanjá con los brazos abiertos en el típico
gesto y la cariñosa actitud con que toda
madre recibe a sus hijos. Así la imagen de la
orixá subraya en el bronce la naturaleza y el
significado maternal de la orixá, considerada
matriz y origen de la vida, y fuente de la
fecundidad por las religiones tradicionales de
Africa.
En el monumento además figuran otros símbolos
importantes. Uno es el espejo en la mano de
Iemanjá. Este espejo es el que ilumina los
caminos, idea que aparece perfectamente
plasmada en la obra del escultor Ulrico
Habegger. La estatua incluye también dos
estrellas. Una ubicada en la frente de Iemanjá,
es la que guía la vida. La otra es la que se
abre para dar nacimiento a la orixá, cuyo
nombre significa "madre hija del
pez". Los caballitos de mar representan
la fidelidad y aparecen enmarcando el espejo
que ilumina los caminos.
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