Toulouse Lautrec
Pintor,
grabador y dibujante francés, fue uno de los artistas que mejor representó
la vida nocturna parisiense de finales del siglo XIX. Nació en Albi el 24 de noviembre de
1864, en el seno de una de las familias aristocráticas mas importantes de
Francia. Su habilidad para el dibujo fue estimulada por su tío, el conde
Charles de Toulouse Lautrec. Frecuentó los coloristas y animados cabarets
del distrito de Montmartre, como el Moulin Rouge, y atrajo con su ingenio
y locuacidad a un nutrido grupo de artistas e intelectuales entre los que
se encontraban el escritor Oscar Wilde y el pintor holandés Vincent van
Gogh, entre otros. Visitó
frecuentemente al teatro, el circo y los burdeles. Los recuerdos e
impresiones que sacaba de estos lugares y de sus personajes mas destacados
los plasmó con gran maestría en retratos y bocetos de sorprendente fuerza
y originalidad. Su vida desordenada, su
alcoholismo y ataque de parálisis le llevaron a abandonar su estudio para
refugiarse con su madre en el castillo de Malromé, propiedad de la
familia, donde el 9 de noviembre de 1901,
falleció.
Toulouse
Lautrec fue un artista muy prolífico. Realizó gran número de óleos,
dibujos, aguafuertes, litografías y posters o carteles, así como también
ilustraciones para varios periódicos de entonces. Muchas de sus obras se
conservan en el museo que lleva su nombre en Albi. A su peculiar y
personal estilo, incorporó elementos de otros artistas de la época,
especialmente de los pintores franceses Edgar Degas y Paul Gauguin. El
arte japonés ejerció su influencia en el gran artista. Su obra inspiró a
Vincent van Gogh, Georges Seurat y todos aquellos artistas interesados en
el trabajo de litografías y carteles.
Enciclopedia
Encarta.
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Café Maratón (por Jorge A.
Bossio, de su libro Los Cafés de Bs As. Edit. Plus
Ultra)
La Avenida Canning, con, ese claro sabor a calle de ministro inglés, ha sido también barrio de cafés
importantes en la evolución del tango. El Maratón, ubicado en la esquina
con Costa Rica, recibió durante muchas noches al trío formado por Manuel
Aróztegui, Manuel Firpo en el bandoneón y Paulino Fasciola al violín. Seis
meses duró la presencia del trío Aróstegui en el Maratón, pues en una
noche de agitado escenario, se produjo un recio tiroteo entre los
parroquianos del café, que obligó al propietario -en un momento de temor-
a suprimir la orquesta, que suponía era la causante del
episodio.
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El Marquesito (17 de
noviembre 1900 - Caras y Caretas)
Por presentar
evidentes síntomas de perturbación cerebral (y confirmada ésta por los
médicos) EL MARQUESITO, como amistosamente se le llamaba, fué sacado del
depósito de contraventores, dónde hacia injustificable la detención su
calidad de enfermo, y trasladado al manicomio, dónde se halla en la
actualidad. Antes de su traslado, visitóle en su reclusión un reporter de
Caras y Caretas, quién, además de las fotografías que reproducimos, obtuvo
la confirmación del estado de demencia en que se halla Peredo. Convertido
en figura decorativa de la calle Florida, EL MARQUESITO al cabo de los
años se había trocado en un tipo Popular, en el sentido de que todo el
mundo lo conocía. No era artista, ni escritor, ni comerciante ni político.
Y sin embargo, nadie era capaz de juzgar con mayor competencia y prontitud
de la pureza de unos rasgos fisonómicos femeninos, del fluido de una
mirada, del valor efectivo que pudiera calcularse a opulentos bustos y
redondeces macizas en apariencia; ninguno describía mas gráficamente y con
mas detalle y colorido una fiesta de cierto género, o hacía brillar ante
público juvenil las líneas de un programa de regocijos y alborozos; sin
ser hombre de negocios calculaba con aproximada exactitud lo que era capaz
de derrochar el que de otras esferas iba a engrosar el círculo en que el,
Peredo, solía ocupar el punto de intersección de todos los radios; y,
finalmente, tenía un olfato sutilísimo para presumir quién estaba
destinado al éxito y quién al fracaso. Todo esto, y algunas otras
condiciones que le caracterizaban, puede conjeturarse que las poseía por
instinto. ¿Tenía realmente título nobiliario? No podemos contestar a ésta
pregunta. Llegó a nuestro país hace mas de tres lustros y de haber vivido
en otros tiempos hubiese sido un soldado emprendedor, un aventurero que se
lanzara a la conquista de América, agrupado a aquellas cohortes de extraña
catadura y amplia moral, un Don Juan, incapaz de hablar en verso, pero muy
semejante en lo demás al héroe de Zorrila. El destino no lo quiso así, y
Peredo se redujo a ser un "elegante", quizás con tantas simpatías entre el
sexo feo como entre el bello: un hombre de espíritu escasamente
reconfortado, que como los señores feudales, conceptuaba cosa deprimente
la ruda labor diaria a que los demás nos vemos obligados. Habrá advertido
el lector que venimos empleando el tiempo pasado; pero no lo hacemos sin
fundamento. El Marquesito, jóven y vigoroso todavía, puede decirse que ha
muerto en cierto sentido, pués presenta determinados signos de depresión
mental, que a muchos han llevado a la casa de locos. Hace algunos meses
empezó a ser víctima de la manía de las persecuciones, el peor de los
síntomas de la insanía. Después... en las fotografías que acompañamos
puede verse el radical cambio sufrido en el aspecto exterior del
marquesito. Su conversación, si no brillante, animada hasta no hace mucho,
se basa hoy exclusivamente en los temas siempre iguales e inagotables que
informan su manía. Se supone sacrificado a la mala voluntad de algún
poderoso; raciocina con un criterio tan infantil que causaría risa sino
produjese lástima. Del depósito 24 de Noviembre, Peredo fué pasado al
manicomio, lugar en el que no parece echar de menos su libertad, acaso
porque entre sus vecinos encuentra no pocos rasgos de semejanza, aficiones
y temas de conversación, que le recuerdan a los que hace poco figuraban
entre sus mas afectuosas relaciones.
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Como conocí a Gardel
(1927) (Por Enríque Cadícamo)
La escena
ocurrió una tarde de 7 a 8, al finalizar la famosa “Sección Vermouth”, en
el interior del amplio hall del suntuoso “Cine Renacimiento”, de la calle
Lavalle al 800, en un verano de 1927. En las paredes, foto y cartelera
anunciando la actuación de Gardel, todos los días a la hora ya mencionada.
Profusión de grandes carteles anunciando próximamente “Pimpollos Rotos”,
con la dirección de David Griffith. Otro gran panel con el próximo estreno
de la primera película sonora: “La divina dama”. Ante toda aquella
publicidad apabullante, el que escribe estas líneas, se paseaba por el
hall algo preocupado, pensando... porque razón debía sentirse nervioso...
Está bien de que sea “Gardel –me decía- pero acaso ¿he conocido a otros
personajes tan importantes o mas que el cantor..? Dándome ánimo le
pregunté a uno de los porteros: Disculpe... ¿a que hora actúa Gardel? Ya
terminó, respondió el dueño de la puerta. Ahí sale su
socio.
Fui a
saludarlo: - Señor Razzano...
El señor
Razzano, despreocupado, me soltó un “¿qué tal?”
-¿Recuerda
quien soy..?
-Francamente
no pibe...
-Enrique Cadícamo... Su vecino de Flores...
-Ah... si...
Ya sale Carlos...
En ese
instante apareció Gardel muy elegante.
-Te voy a
presentar a este pibe... –le dijo Razzano por mí.
Carlos me
mira sonriendo de pie a cabeza y... “Se parece a uno de los
Navarrine...”
Razzano le
recuerda: -Es el autor de la letra del tango Pompas...
-¿A quién le
afanaste los versos..? y en una transición agrega: Recién acabo de
cantar “Yo te perdono”, creo que es tuyo con música también de
Goyeneche... Lo tengo programado para la próxima grabación...
-Gracias Carlitos... Créame que para mí, es un orgullo haberlo conocido...
Carlos sin
dar importancia al elogio, me dá la mano diciéndome: “Chau pibe”...
Eran los dos
primeros de los 23...
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La vida cotidiana (Horacio Salas –
El Centenario )
La sociedad que en los días de mayo
concurrió a los desfiles, participo de los festejos, observo la presencia
del Halley en el cielo, llevaba un tipo de vida cotidiana que en forma
constante era sacudida por sorprendentes avances científicos y
tecnológicos. En solo tres décadas se habían producido mas cambios
tecnológicos que en varios siglos anteriores. El uso del automóvil, el
tranvía eléctrico, la iluminación domestica, el teléfono, el fonógrafo, la
cinematografía y la posibilidad de volar en aparatos mas pesados que el
aire, se habían constituido en realidades que entusiasmaban a los mas
jóvenes, sorprendían a los adultos y atemorizaban a quienes por su edad
tenían mas dificultades para adaptarse a los cambios. Que el mundo era mas
ingenuo se advierte – entre muchas otras cosas – en el plano de la
publicidad. El plano de la medicina era muy precario y la existencia de enfermedades por
entonces incurables, como la tuberculosis y la sífilis, que hacían
estragos en todas las capas sociales, facilitaban la aparición de
productos mágicos, capaces –se decía- de curar definitivamente los males
mas variados. El farmacéutico Diego Gibson era famoso entre los lectores de
La Vanguardia, porque durante años publico en la primera plana del diario
un aviso donde anunciaba las virtudes de las pastillas de Pepto-Cocaína.
Veinte años de éxito para enfermedades del estomago. Vale aclarar que
hasta mediados de la década del veinte, el clorhidrato de cocaína podía
venderse mas o menos libremente en farmacias y quioscos, producido por los
laboratorios Merck y Rhóne-Poulenc, de donde provendrían las expresiones
buena merca y bien pulenta para referirse a un producto no adulterado,
terminología que alcanzo dilatada vigencia en el habla popular de Buenas
Aires. Para el entusiasmo infantil, se publicitaban las galletitas Canales
y las Bubu de Bagley, las dos marcas mas populares entre los niños.
También para la belleza femenina los productos eran múltiples. Uno de
ellos pregonaba: Niñas ¿
queréis un marido ? Usad
Jabón fluido Gargot. A base de hiel de vaca, afrecho y salol. También
llegaba de España el jabón La toja y existía una multiplicidad de polvos
para aclarar y suavizar el cutis, debido a que la palidez era, desde
siempre, uno de los signos canónicos de belleza femenina. Es evidente que
ser delgada no constituía un merito para las mujeres del novecientos; por
el contrario, se consideraba un riesgo, ya que se decía que la
tuberculosis atacaba a las personas flacas. Sin considerar que los
tuberculosos eran en general delgados a causa de la enfermedad. Además,
cierto exceso de kilos era símbolo de prosperidad: significaba que la
familia no pasaba hambre. Para ser sanos, los niños debían ser gordos y
rozagantes; por ello, desde las revistas se insistía en dar consejos a las
madres para alimentar a sus hijos con productos suculentos incluidos en
una dieta donde abundaran la manteca, las grasas y la leche con toda su
crema. Además, el azúcar y los dulces caseros resultaban infaltables aun
en las mesas obreras, lo mismo que las yemas batidas con azúcar y algo de
oporto, que se consideraban fortificantes para los niños, si era posible
hechas con huevos recién puestos, siguiendo la tradición de comer los
alimentos muy frescos. La alimentación no había variado demasiado desde
tiempos de la Independencia. Es cierto que la presencia de los inmigrantes
hizo que pastas y polentas se hicieran platos comunes entre italianos e
hijos de italianos, pero para el argentino en medio todavía resultaban
exotismos y en general la carne era el alimento primordial de la cocina
nativa. Lo cotidiano era que se preparase un gran puchero de falda, con
huesos de caracu para dar cuerpo a la sopa, al que se agregaban – además
de papa, batata y zapallo – algunos chorizos, morcillas, garbanzos y
choclos si se correspondía la estación; de postre fruta o alguno de los
dulces que solían ser el orgullo de la dueña de casa. Otro almuerzo común
era la mazamorra, a veces salada y fría, a veces caliente y azucarada; las
empanadas seguían siendo una tradición, como la humita en chala, la
carbonada en verano, el locro en invierno, los guisos en general, lo mismo
que que las tortas fritas que se amasaban sistemáticamente en las tardes
de lluvia. La merienda según la clase social se denominaba el te o la
leche, solía componerse o bien de un te con leche, acompañado por tostadas
con alguna mermelada y dulce de leche o de un café con leche con pan y
manteca: también era común que cada rebanada fuera cubierta por una lluvia
de azúcar o dulce. Por la noche, la cena se componía de un salpicón,
proveniente de los restos de almuerzo y de una sopa de fideos, arroz o
sémola, producto del caldo en el que habían sido hervidos los componentes
del puchero. Se bebía agua y también algún vaso de vino. Se desconfiaba
del pescado, debido a la imposibilidad de conservarlo fresco mas que
algunas horas y era general la convicción de que las verduras crudas
podían estar contaminadas. Existía el convencimiento de que el berro era
una potencial antesala de la difteria y se desconfiaba de las cremas
elaboradas fuera de casa,
salvo que provinieran de algún establecimiento digno de confianza como la
confitería del Águila, la Paris o la del Gas, hasta donde se trasladaban
los porteños para adquirir las casi canonicas masas de los domingos, cuyos
paquetes de impecable papel blanco se ataban con una cinta celeste y
blanca rematada con un nudo donde se colocaba un palito de madera
horizontal que permitía trasladarlas con mayor comodidad. En todos los
sectores sociales se bebía mate a lo largo del día, al que se podía
acompañar con bizcochitos con grasa o las infaltables tortitas
“guarangas”, cubiertas de azúcar negra. Si faltaban esa facturas era
preciso resignarse a la terca galleta marinera o al mate sin
acompañamientos conformándose a veces con realzar su sabor con un trocito
de cáscara de naranja que se dejaba secar con ese fin. Para quienes Vivian
en el campo o viajaban con frecuencia a sus estancias, la carne a la
parrilla era alimento casi único. Se la podía asar con cuero porque –se
decía- de ese modo resultaba
mas fácil de conservar. Se la comía excesivamente cocida para prevenir
enfermedades y se consideraba un merito que la vaca fuera recién
muerta.
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Dama juiciosa (Artículo publicado en Caras y Caretas
en Agosto de 1927)
“La mujer no debe fumar en sociedad,
porque con el humo molesta mucho mas que el hombre. La mujer casada a la
moderna es una calamidad. No le gustan los hijos. Bebe
cocktails. Fuma!..
Hasta asfixiarse.
Aun cuando esté ya cerca
de los cincuenta pasa toda la mañana en la calle. Baila como un
pimpollo de veinte años. Detesta la casa. ¿Adónde vamos a parar?
¿Cual será la suerte de esta generación con semejantes madres de
familia?
Y cuando se le critican ponen el grito en el cielo llamándonos
vulgares... Yo he cumplido ya 26 años y soy soltera; sin duda, porque he
sido educada a la antigua; pero no me modernizaré para conquistar sabe
Dios que petimetre hijo de mamá moderna, porque prefiero vivir sola que
mal acompañada”
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El siglo XIX (Antonio Escohotado/Las
Drogas. De los orígenes a la prohibición. Editorial Alianza
Cien)
En el interés
por toda suerte de drogas psicoactivas no sólo influyen químicos,
farmacéuticos y médicos, sino literatos, filósofos y artistas. La meta es
someter el ánimo a la voluntad, disponiendo de la emoción y la percepción
como un pianista dispone de su teclado. Ese proyecto informa el
pensamiento de varios genios literarios, desde Coleridge y De Quincey a
Baudelaire y Rimbaud, y al vitalista Nietzsche, que definió la ebriedad
como "juego de la naturaleza con el hombre". La química realiza por su
parte avances sensacionales. Combinados con la conveniencia comercial,
esos hallazgos resucitan la idea de drogas perfectas, encarnadas por
sucesivas substancias que irán proponiéndose como versiones modernas y
superiores de las triacas antiguas. A mediados del XIX en las boticas de
América y Europa hay unos 70.000 remedios de fórmula secreta que casi
invariablemente usan drogas psicoactivas y se anuncian en toda suerte de
publicaciones, muros y vallas. Poco puede extrañar, porque se han
descubierto los principios activos, -fármacos puros- de distintas plantas,
en una sucesión que comienza con la morfina (1806) para seguir
con codeína (1832), atropina (1833), cafeína (1841), cocaína (1860),
heroína (1883), mescalina (1896), barbitúricos t (1903) y el uso como
anestésicos de éter, cloroformo y óxido nitroso (el gas de los dentistas),
entre otras substancias psicoactivas. Ya no era preciso transportar masas
vegetales de un sitio a otro,, porque en un maletín cabían hectáreas de
cultivos. Las drogas de ser vegetales más o menos mágicos, ligados a ritos
y aspectos. Progreso, inflación, hacinamiento en suburbios miserables de
grandes ciudades, crisis de fe religiosa y autoridad. dentro de la familia
tradicional.,Y la creciente prisa con la que íba siendo preciso hacer las
cosas. Los ojos se vuelven con entusiasmo hacia las drogas con influencia
sobre el ánimo. El primer gran fármaco del siglo XIX fue la morfina, uno
de los alcaloides del opio. Usada en la guerra civil americana y en la
franco-prusiana de 1870, su capacidad para calmar o suprimir el dolor
convirtió en silenciosos recintos a hospitales de campaña. Los
morfinómanos, casi todos, pertenecían a la clase media, y mantenían una
discreta reserva sobre su costumbre, aunque en algunos de los mas
elegantes salones europeos se puso de moda pincharse públicamente y
regalar estuches firmados por famosos orfebres con jeringas de oro o
platino. Cinco veces más activa que la morfina resultó la heroína, llamada
así por sus virtudes enérgicas. En. 1898 inundó farmacias de todos los
continentes, dónde persistirá en régimen de venta libre después de que
opio y morfina empiecen a ser controlados. La heroína posee una euforia
más marcada y durante varias horas funciona como un suave pero intenso
estimulante. La cocaína es aislada por primera vez en 1859, y pronto se
comercializa a gran escala. La propaganda resulta aún más intensa que la
de la morfina y heroína, pues pasa por "alimento para los nervios” y
"forma intensiva de curar la tristeza". Hacia 1890 hay un centenar de
bebidas que contienen extractos muy condensados de coca o cocaína pura. La
más célebre será el "French Wine of Coca", "Ideal Tonic", un espumoso
alcohólico de base cocaínica, registrado y comercializado como Coca-Cola
por un boticario de Georgia en 1885. Al año siguiente, viendo que empezaba
a gestarse la ley seca, suprimió el alcohol lanzando al mercado la
Coca-Cola cómo "remedio soberano" y "bebida desalterante". El inventor,
Pemberton, vendió su participación a otro boticario, Candler, que empezó
el lanzamiento mundial del producto añadiéndole el sistema de barril y
espita refrigerante, origen del drugstore americano. El éter y el cloroformo,
además de anestésicos, fueron empleados como drogas lúdicas o recreativas.
Desde 1850 el éter está en el origen de la receta medica -como cosa
necesaria para que el boticario dispense-, pues una década después se
considera ",plaga" en todo Europa. Lo consumen todos los estratos
sociales. A finales del siglo XIX comienzan a difundirse también los
primeros somníferos y poco después los barbitúricos, todos ellos drogas
muy propensas a la formación del hábito, con síndromes abstinenciales mas
duros que los de la morfina o heroína, que pronto serán el medio favorito
de suicidio para los desesperados. Nietzsche quizá llegó a depender de
somníferos y los descubridores (Mehring y Fischer) del primer barbitúrico,
morirán por sobredosis de su propio invento, tras unos pocos años de
adicción.
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El haiku es una composición poética japonesa que
se destaca por su concisión y su poder evocativo. Está formado por tres
versos no rimados, de cinco, siete y cinco sílabas. El clásico e ideal
presenta dos imágenes contrastadas, una indica el tiempo y el lugar, la
otra una viva pero fugaz reflexión. Esa combinación transmite una
determinada emoción o un estado de ánimo. La idea es que el lector perciba
por sí solo la síntesis de las dos imágenes. El haiku evolucionó a partir
de la estructura original de versos relacionados, conocida coro "renga" y
fue ampliamente utilizado por los monjes budistas zen durante los siglos
XV y XVI. Esta forma poética alcanzó su mayor popularidad en los
doscientos años siguientes. Basho escribió los mas perfectos ejemplos de
éste género. "Ahora el puente colgante queda
silenciado por las enredaderas, como la enredadera de nuestra vida." El
era un monje zen, que había realizado excursiones a regiones remotas y que
escribía de acuerdo a sus circunstancias, de modo que su poesía aparece
dentro de sus relatos de viajes. Está considerado como el mayor de los
poetas japoneses y es famoso por su "Sendas de Oku" (1694; traducido por
el escritor mexicano Octavio Paz). Otro poeta es Yosa Buson, sus haikus
expresan su experiencia como pintor.y Kobayashi Issa,que era de origen
humilde y toda su obra ronda a la vida campesina. En la literatura
occidental, el haiku se difunde desde comienzos del siglo XX. Paul Louis
Chochoud publica en Francia en 1905 un libro de poemas y en 1906 un ensayo
llamado "Los epigramas líricos de Japón". Entre 1908 y 1912, en
Inglaterra, se reunieron varios poetas interesados en el haiku, como Hilda
Doolitle y Ezra Pound quién dijo que "es mejor presentar una sola imagen
en toda la vida que producir obras voluminosas". El haiku sigue
siendo una forma poética cultivada por miles de japoneses que todos los
años publican sus creaciones en las revistas dedicadas a éste
arte.
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Dialogo de lechería(Roberto
Arlt–Aguafuertes porteñas )
Días pasados, tabique de por medio, en
una lechería con pretensiones de “reservado para familias” escuché un
dialogo que se me quedó pegado en el oído, por pelafustanesco que
resultaba. Indudablemente, el individuo era un divertido, porque las cosas
que decía movían a risa. He aquí lo que mas o menos
retuve:
El tipo: Decime, yo no te juré amor
eterno. ¿Vos podés afirmar bajo testimonio de escribano público que te
juré amor eterno? ¿Me juraste vos amor eterno? No. Entonces?
Ella: Ni falta hacía que te jurara,
porque bién sabés que te quiero...
El tipo: Un... Eso es harina de otro
costal. Ahora hablemos del amor eterno. Si yo no te juré amor eterno
¿Porque me haces cuestión y me querellás?
Ella: ¡Monstruo! Te sacaría los
ojos...
El tipo: Y ahora amenazás mi seguridad
personal. ¿Te das cuenta? ¿Querés privarme de mi libertad de
albedrío?
Ella: ¡Que disparates estás
diciendo!
El tipo: Es claro. Vos no me querés dejar
tranquilo. Pretendés que como un manso cabrito me pase la vida
adorándote...
Ella: ¿Manso cabrito vos?.. Buena
pieza... desvergonzado hasta decir basta...
El tipo: No satisfecha con amenazarme en
mi seguridad personal, me injuriás de palabra.
Ella: Si no me juraste amor eterno, en
cambio me dijiste que me querías...
El tipo: Eso es harina de otro costal.
Una cosa es querer... y otra cosa, querer siempre. Cuando yo te dije que
te quería, te quería. Ahora...
Ella (amenazadora) Ahora, ¿qué?
El tipo (tranquilamente) Ahora no te
quiero como antes.
Ella: ¿Y como me querés, entonces?
El tipo (con mucha dulzura) Te quiero...
ver lejos...
Ella: Un descarado como vos no he
conocido nunca.
El tipo: Por eso siempre te recomendé que
viajaras. Viajando se instruye uno. Pero no vayas a viajar en ómnibus, ni
en tranvía. Tomá un vapor grande, grandote, y andate... andate lejos.
Ella (furiosa) ¿Y por que me besabas,
entonces?
El tipo: Ejem... Eso es harina de otro
costal...
Ella: Parecés panadero.
El tipo: Yo te besaba, porque si no te
besaba vos íbas a decir con tus amigas: “ Ven que hombre mas zonzo; no me
besa”...
Ella (resoplando) ¡Yo no se como no te
mato! ¿Así que vos me besabas por gusto de besarme?
El tipo: No exageremos. Algo también me
gustaba... Pero no tanto como vos creés...
Ella: Se puede saber, decime, ¿donde te
has criado? Porque vos no tenés vergüenza. No la has tenido nunca. Ignoras
lo que es la vergüenza.
El tipo: Sin embargo, yo soy muy
tímido...Ya ves cuanto cavilo antes de mandarte al diablo...No, al diablo,
no, querida; no te disgustés ...es una forma de decir.
Ella (agarrandose al tema) De modo que vos me besabas a
mi...
El tipo: ¡Dios mío! Si uno tuviera que
dar cuenta de los besos que ha dado, tendría que estar en presidio
quinientos años. Vos parecés norteamericana.
Ella: ¡Norteamericana! ¿Por qué?
El tipo: Porque allá le pegás un beso a
un palo de escoba y zas, la única indemnización tolerada es el
casamiento... de modo que a los besos no les dés importancia. Ahora, si yo
hubiera echado a perder tu inocencia, sería otra cosa...
Ella: Yo no soy inocente. Inocentes son
los locos y los bobos...
El tipo: Convengamos que decís que una
verdad grande como una casa. Y luego me reprochás de ser injusto. Te doy
la razón, querida. Si te la doy ampliamente. ¿Que pecado me reprochas,
entonces? ¿El que te haya dado unos besos?
Ella: ¿Unos besos? Si fueron como
cuarenta.
El tipo: No... estás mal, o tengo que
suponer que vos no entendés matemáticas. Pongamos que son diez besos...Y
estaremos en la cuenta. Y tampoco llegan a diez: además no valen porque
son ósculos paternales... Y ahora, después de enojarte que te haya besado,
te enojás porque no quiero seguir besándote. ¿Quien las entiende a ustedes
las mujeres?
Ella: Me enojo porque me querés dejar
infamemente.
El tipo: Yo no te dí mas que unos besos
para que vos no les dijeras a tus amigas que yo era un tipo zonzo. No
tengo otro pecado sobre mi conciencia. ¿Que me recriminás? ¿Se puede
saber? A mi no me gusta hacer comedias. Vos te aburrís en tu casa, te
encontrás conmigo y te me pegoteás como si yo fuera tu padre. Y yo no
quiero ser tu padre. Yo no quiero tener responsabilidades. Soy un hombre
virtuoso, tímido y tranquilo. Me gusta abrir la boca como un papanatas
frente a un pillo que vende grasa de serpiente o cacerolas inoxidables.
Vos, en cambio te empeñas en que te jure amor eterno. Y yo no quiero
jurarte amor eterno ni transitorio. Quiero andar atorranteando
tranquilamente solo, sin una tía a la cola que me cuenta historias
pueriles y manidas...y que porque me des un beso de morondanga me hacés
pleitos que si me hubieras prestado a interés compuesto los tesoros de
Rotschild.
Ella: Pero vos sos imposible...
El tipo: Soy un auténtico hombre
honrado.
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CONCEPTOS
De Geno
Díaz:
1) Pensar es dibujar adentro de la
cabeza.
(Definición dada por un niño de 5 años
)
2) Los bancos les dan crédito a los tipos
que tienen dinero.
3) Que es como inyectarle antibióticos a
un individuo que esta sano.
4) Se ha comprobado a lo largo de la
historia que no se conoce ningún caso de hijo de estanciero que se gane la
vida como obrero metalúrgico.
5) Es mentira eso de que los ríos tienen
agua dulce. Yo bebí un vaso de agua del Río De la Plata y tiene gusto o
oveja quemada.
6) Hay personas que cuando callan hacen
silencio. Otras solo dejan de hacer ruido.
7) Ejemplo de pesimista es el tipo que
usa cinturón y tiradores al mismo tiempo.
8) Realmente cuando uno dice lo que
piensa es porque no piensa lo que dice.
9) Las águilas no cazan moscas. En
compensación las moscas no cazan águilas.
10) Cuenta la historia que cuando Julio
Cesar moría apuñalado por una patota le dijo a Bruto “Tu también hijo
mío?...” En realidad es otra
cosa la que le dijo pero con el barullo que había no se le entendió
bien.
De José
Ingenieros:
1) Juventud sin espíritu de rebeldía, es
servidumbre precoz.
2) La Juventud que no sabe trabajar es
tan desgraciada como la que no sabe
divertirse.
De Luca
Prodan:
1) ...Pappo? Quién es Pappo? Yo le juego una
carrera tomando vodka hasta Rosario a ver quien gana... (Increpa Luca
Prodan, líder de Sumo, desde un escenario al publico desaforado que vivaba
al músico vernáculo)
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Se viene la fin del mundo (Horacio
Salas, de su libro El Centenario)
Camille Flammarion fue un astrónomo
francés nacido en Montigny-le-Roi en 1842 y muerto en 1925. Fue el
culpable de los temores que dominaron el mundo a partir de la publicación
de sus predicciones sobre los posibles efectos del cometa Halley en 1910.
Solo barajaba una serie de posibilidades; la imaginación tremendista, la
superstición y el aire romántico que dominaban la belle epoque hicieron el
resto. “El envenenamiento de la humanidad por los gases deletéreos no es
probable, pero si el oxígeno de la atmósfera llegara a combinarse con el
hidrógeno de la cola del cometa la asfixia seria inevitable” afirmaba
Flammarion y agregaba: “ Si, por el contrario, hubiera una disminución de
azoe, una sensación inesperada de actividad física se ejercería sobre
todos los cerebros y la raza humana perecería en un paroxismo de alegría,
de delirio y de locura universales, probablemente encantados de su suerte
“. Tremendistas astrónomos íban mas allá que Flammarion. Afirmaban que el
18 de mayo, el choque del Halley con la Tierra sería inevitable y que la
humanidad sucumbiría. Un oportunista redactor de folletines, Domingo
Barisane publicó una revista en diez entregas nutridas de profecías sobre
la próxima desaparición del género humano, con un titulo que prendió
rápidamente entre los porteños: La fin del mundo. Escribía el cronista en
tono místico, libertario e ingenuo: “Serán los industriales, esos que no
tienen compasión con los seres humanos, quienes habrán de morir primero
cuando la Tierra sea barrida por la cola del cometa Halley. Los justos,
los obreros y los enamorados, en cambio, habrán de salvarse, y los
soberbios y poderosos sucumbirán el 18 de mayo “. La
fin del mundo fue un tema de
charla en sobremesas, cafés y redacciones. Llegó a provocar
numerosos suicidios. Desde una muchacha que se envenenó con el fósforo de
las cabezas de las cerillas, disueltas en agua hasta un recluso de la
penitenciaria Nacional al que encontraron muerto después de beber restos
de cigarrillos macerados en alcohol de quemar. La mayoría de las cartas
que los suicidas dejaban para explicar los motivos de su acto
responsabilizaban no tanto al cometa como a Flammarion. La sobrina de un
senador de los EE.UU deprimida por las predicciones, se disparó un tiro en
la boca. En Roma el compositor José Parotta agobiado por las profecías en
su casa se cortó las venas. El público porteño se inquietaba ante las
noticias de todo tipo de cataclismos y desgracias ocurridas en pocos días
. Inundaciones en Francia,
dieciséis sismos en el sur de Italia, en India un brote de cólera
mató en menos de una semana a mas de ciento cincuenta mil personas
incluyendo al gobernador inglés. Hasta los mas escépticos comentaban la
coincidencia sin ocultar cierta zozobra. En cambio, entre la dirigencia
anarquista se advertía mayor tranquilidad. No faltaron quienes
aprovecharon la circunstancia para hacer un buen negocio como el
farmacéutico Diego Gibson, que ofrecía un producto contra las jaquecas que
provocaría el Halley: sellos mágicos, que obviamente solo podían
adquirirse en su establecimiento. Tampoco faltaron estafadores como unos
vendedores de artículos de electricidad que ofrecieron un traje de caucho
“perfectamente aislante”
capaz de evitar –aseguraban- las descargas que habría de producir
el fenómeno, y terminaron en la cárcel acusados de estafa. Mientras tanto,
Flammarion continuaba escribiendo a los diarios norteamericanos. La
inminencia del encuentro con el cometa hizo que en Buenos Aires, lo mismo
que en el resto de las capitales del mundo, una multitud se lanzara a la
calle el día señalado. Exactamente a las doce de la noche del 18, la
sirena de La Prensa, en la Avenida de Mayo, estalló con estridencia,
reflejo del júbilo de quienes podían respirar mas tranquilos y hasta
burlarse del error de las profecías de Camille Flammarion y de sus
múltiples seguidores.
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BAILARÍN (de Geno Díaz, Genocidio II – Editorial
Galerna)
¡Cómo le
gustaba el baile al Anfiloquio Arigorrieta! Bailaba al compás del cencerro
de las vacas que el lechero arreaba por la calle, bailaba con el silbato
del afilador y bailaba al ritmo de las bombas de la iglesia el día de San
Roque. Por no hablar de lo que ocurría si escuchaba música. Un día se puso
a cepillar un malambo en el fondo de su casa y hubo que ayudarlo a salir
del pozo que hizo zapateando. Anfiloquio era una fiera en el tango. Se
prendía a la compañera como saguaipé, se acomodaba, dejaba pasar un par de
compases para ponerse en situación y componer el muñeco interior y se
largaba a hacer figuras. Revoleaba las patas como yengue que estremecía
las nochecitas arrabaleras aromadas de madreselvas, jazmín del país y los
corrales de los chanchos. En el club Progreso del Tesorero le prohibieron
hacer figuras de tango porque dejaba todas las baldosas flojas. Y no sólo
tangueaba con corte. Era un maestro del lambeth-walk, del fox-trot o la
polca, y bailando el pasodoble parecía propiamente que estaba toreando.
Anfiloquio era un fanático admirador de las orquestas características. Ya
fuera Feliciano Brunelli o Juan Carlos Barbará, Efraín Orozco, Alcide
Fertonani, Filinto Rebechi, John Chinichi, Carlos Mendiara con Rosita Lara
o el maestro Anconetani. El Anfiloquio oía trinar uno de esos acordeones,
caía en trance, y con los ojos en blanco se ponía a galopar por la pista
como embrujado, solo o con compañera. En la cancha, cuando por los
parlantes pasaban la cancioncilla de Geniol: “Venga del aire o del sol,
del vino o de la cerveza”, el Anfiloquio se ponía potroso y se largaba a
bailar enloquecido, armando un desparramo en la tribuna que para qué les
voy a contar. Una vez concurrió a un baile del club Albión de Tellier.
Tocaba el cuarteto de Amalia Junisi. El Anfiloquio que, como ya dijimos,
era capaz de bailar la guía telefónica no se perdió una pieza de la
orquesta típica. Tango, valse o milonga. Pero cuando Amalia empezó a darle
a la acordeana fue el acabóse. No había manera de frenar al Anfiloquio. A
la Amalia se le acalambraron los dedos y Anfiloquio seguía dale que te
pego. Hubo que conseguir acordeonistas suplentes campeándolos por los
bailes vecinos. A los acordeones les reventaban los fuelles pasados de
presión y el Anfiloquio duro y por las hileras. Saltaban las teclas
reventadas de tanto subir y bajar y Anfiloquio dale que te dale. El último
acordeón terminó la noche porque le dieron aire con un compresor. Y
oxígeno al acordeonista. Palabra.
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Marco Polo, comerciante en especias
(Carson Ritchie La búsqueda
de las especias, Alianza Cién)
Marco Polo visitó , por primera vez la
corte de Kublai Khan en 1272, acompañado por su padre Marco y su tío
Mateo. El jóven Polo no sólo había recorrido la mayor parte de China y de
Birmania, sino que había regresado a casa a través de las mismísimas islas
de las especias (Las Molucas), navegando por el sur del Mar de la China,
atravesando el estrecho de Malaca, cruzando el oceáno Indico, y subiendo
por la costa occidental de la India hasta llegar al Golfo Pérsico. El
propósito de éste viaje había sido en principio el de conducir a una
princesa mogol hasta su futuro esposo, el Khan de Persia. Cuando terminó
el viaje sólo quedaban dieciocho de los viajeros que lo habían iniciado,
incluyendo a los Polo,a la princesa y a uno de los enviados especiales de
los mogoles. Los demás habían muerto, es de suponer que de escorbuto,
enfermedad ocasionada por la falta de vitamina C. Cuándo Marco Polo
regresó a su casa de Venecia en 1295 era inmensamente rico, y si se
hubiera decidido entonces a pasar el resto de su vida en el retiro dorado
que le permitía la fortuna, probablemente hoy no estaríamos hablando de
él, y nadie habría oído jamás ningún comentario sobre sus viajes. Pero en
1298 se desencadenó una guerra entre Venecia y su gran rival comercial,
Génova. Marco Polo fue capturado en pleno mar mientras se encontraba al
mando de su galera, y una vez en la cárcel, para entretener su
aburrimiento, se dedicó a dictar a un compañero de presidio los pormenores
de sus viajes. Mas adelante se transcribieron y se difundieron
ampliamente, convirtiéndose en uno de los libros más influyentes que jamás
se haya escrito. Los contemporáneos de Marco Polo fueron bastante
escépticos respecto a sus descripciones de las riquezas orientales. Le
apodaron "Marco Millones", pero no todos los italianos se rieron de su
libro. Uno de ellos subrayó algunas frases sobre China como estas: "allí
hay una gran abundancia de jenjibre, de nardo y de otras muchas especias.
Cantón es el puerto al que arriban todos los barcos procedentes de la
India, cargados de mercancías valiosísimas... les aseguro que por cada
barco de pimienta que sale para Alejandría, o para cualquier otro destino
del mundo cristiano, entran unos cien barcos en el puerto de Cantón". Ese
mismo lector -se trataba de Cristóbal Colón, y ha dejado escrito su nombre
en la solapa del libro que se conserva en Sevilla- leyó atentamente todo
lo que relataba Marco Polo, y pensó en ello hasta convertirlo en una
auténtica obsesión. Soñaba con encontrar una ruta hacia Cipango (Japón),
dónde los tejados de los palacios eran de oro.
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La farra en los años 20 (Héctor Iñigo Carrera)
La farra en la década del veinte tiene su
faceta oscura y misteriosa. La prostitución reglamentada por la ley, se
agrava con la clandestina en gran escala alimentada por el aliciente de la
ola de pesos fuertes y de mentalidad garufera que domina a los centros
importantes del país. Pululan los lenocinios, las busconas callejeras, los
contactos de cabaret y boites, las llamadas casitas francesas en los
barrios ( especies de mini-burdeles atendidos por una sola ramera ). El
camino de Buenos Aires sigue siendo también el de un mercado miserable y
pervertido de mercadería humana. En 1925 el diario La Razón informa acerca
de las denuncias harto concretas sobre las actividades de cierto S.R. “Rey
del gremio de los rufianes” que es propietario de cerca de 30 lenocinios
en todo el país. Los contactos se hallan distribuidos hasta los cafés
céntricos y las organizaciones clandestinas se disfrazan hasta de
Sociedades de Socorros. Una de ellas controla nada menos que a 3000
asociados y 2000 prostibulos. La policía hace la vista gorda, los hombres
influyentes están detrás. Con el boom de lugares de diversión y
alternación de ambos sexos, hallan buen terreno la afición de drogas. La
heroína, la cocaína son distribuidas casi libremente en los
establecimientos citados y hasta en alguna plaza céntrica. Surge una
cierta cultura chic de la juerga y el doping. Veamos que nos cuenta Juan
José de Soiza Reilly sobre ello: “ Las chicas de cultura chic han impuesto
la moda de emborracharse. En épocas mas nobles que la nuestra, las niñas
no tomaban alcohol. Tomaban chocolate, helados, masitas... ahora todo eso
esta demodé. El alcoholismo distinguido comenzó por el inocente copetín de
las doce del día. Un copetín. Dos copetines. Tres copetines... Pero,
actualmente, en los bailes nocturnos de las niñas que aspiran a ser
espirituales, se embriagan con champagne. Y no sólo con el vino de
Francia... Se ha inventado el cocktail de la madrugada. Mezcla diabólica
de kummel, whisky, coñac, triple sec, old Tom, gin y agua... Hombres y
mujeres bailan sin cesar. Bailan horas enteras, sin siquiera sentarse un
minuto. Si dejan de bailar es para aproximarse a las mesitas y atenuar su
fatiga con los tragos del cocktail. Dinamita...” Soiza Reilly ubica estas
descripciones hacia 1924 en la Mar de Plata veraniega de ciertos círculos
de alta sociedad. En ella toca también otros aspectos cuyos fragmentos
relevantes transcribimos: “ Las mujeres y los hombres bajan borrachos. Se
tiran en la frescura de la playa, riéndose a carcajadas. Allí pierden sus
collares, sus perlas, sus brillantes. Las perlas, especialmente se
desgranan... Algunos, no se acuestan en parejas, sino en montón. La noche
es oscura debajo de la Rambla...” “ Morfina, cocaína, opio. Son los tres
paraísos del cielo artificial... Los viciosos no se concretan a darse
inyecciones con misterio, en sus casas o en los gabinetes de toilette de
las tiendas lujosas. Ahora existen nidos de aristocracia donde los devotos
de ambos sexos se reúnen en torno de las drogas fatales, como las abejas
alrededor de los jardines. Toman morfina con agujas de parvas engarzadas
en oro. Aspiran cocaína cual rape de virreyes, en estuches de nácar. Y
fuman opio en narguiles de cristal de Venecia. Esas casas de ensoñación
existen no solo en Bs. As. Las hay en Mar del Plata...no son embriagueces
vulgares que estén en la mano del pobre. En los hospitales son raros entre
los enfermos los casos crónicos de morfinomania... Siendo vicios caros y
prohibidos, que se practican amistosamente, su explotación, como negocio
publico, no tienta a ningún empresario”. En 1922, Juan Carlos Cobián crea su tango “Los dopados”
llamado luego “Mi pasado” y mas tarde “Los mareados”. Lo hace inspirándose
en la embriaguez de las drogas blancas (cocaína) incorporadas al consumo
de ciertos sectores del ambiente cabaretero. Podemos concluír que la
afición a las drogas se hace evidente en la década del 20 en determinados
grupos exclusivos dentro de las clases altas, y en sectores peculiares del
ambiente nochero de cabaret y confitería de categoría. En uno y en otro
medio la exquisitez mas o menos intelectualizada y siempre desviada, el
snobismo, y la angustia física y moral, parecerían ser los elementos que
provocan y ayudan a la practica del vicio. La situación financiera, ya
holgada, ya mas o menos pudiente, o ya de rebusque, es por supuesto el
instrumento que vehiculiza la afición.
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Juana de Arco (Heroína nacional y santa patrona de
Francia)
La
llamada Doncella de Orleans nació el 6 de enero de 1412 en Domrémy (actual
Domrémy-la-Pucelle), en el seno de una familia de campesinos. A los trece
años pensó que había oído la llamada de Dios, que se repetía en numerosas
ocasiones. Algún tiempo después, confesó haber visto a san Miguel y a las
primeras mártires santa Catalina de Alejandría y santa Margarita, cuyas
voces la acompañarían durante el resto de su vida. En los primeros meses
de 1429, en el transcurso de la guerra de los Cien Años y cuando los
ingleses estaban a punto de capturar Orleans, esas voces la exhortaron a
ayudar al Delfín, más tarde el rey de Francia Carlos VII, quien todavía no
había sido coronado rey debido tanto a las luchas internas como a la
pretensión inglesa al trono de Francia. La heroína le explicó que ella
tenía la misión divina de salvar a Francia. Un grupo de teólogos aprobaron
sus peticiones y se le concedieron tropas bajo su mando, con las que
condujo al ejército francés a una victoria decisiva sobre los ingleses en
Patay, al tiempo que liberaba Orleans. A pesar de sus buenas pretensiones,
el rey se opuso a realizar campaña militar alguna contra Inglaterra. Por
ésto, Juana sin el apoyo real, dirigió en el año 1430 una operación
militar contra los ingleses en Compiègne, cerca de París. Los soldados
borgoñones la capturaron y entregaron a sus aliados ingleses. Fueron
conducidos ante un tribunal eclesiástico en Ruán que la juzgó de herejía y
brujería. Pasó catorce meses de interrogatorio, tras lo que se le acusó de
maldad por vestir ropas masculinas y de herejía por su creencia de que era
directamente responsable ante Dios y no ante la Iglesia católica. El
tribunal la condenó a muerte, pero al confesar y arrepentirse de sus
errores, la sentencia fue conmutada a cadena perpetua. A su regreso a la
prisión volvió a usar vestidos de hombre por lo que de nuevo fue
condenada, esta vez por un tribunal secular, y el 30 de mayo de 1431,
enviada a la hoguera en la plaza del Mercado Viejo de Ruán por relapsa
(herética reincidente). Veinticinco años después de su muerte, la Iglesia
revisó su caso y la declaró inocente. En 1929 el papa Benedicto XV la
canonizó. Su fiesta se celebra el 30 de mayo, día de su
ejecución.
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La historia del arte en el cuerpo
(En el Museo de Historia
Natural de Nueva York se adentra en los albores del modelaje estético.
Juan Carbajo, El País.)
Nada
más fácil en Nueva York que hacerse un tatuaje.Basta tomar la decisión,
seleccionar el diseño entre una amplísima gama, tener un poco de tiempo y
50 dólares (unos 26 mil pesos) en el bolsillo. Hay decenas de tiendas
donde elegir. Parece la última moda, y sin embargo, no lo es.
Arte en
el Cuerpo, una exposición organizada por el Museo de Historia Natural de
Nueva York, demuestra que la mayoría de las civilizaciones, desde hace
cientos de años, han decorado el cuerpo incluso con sistemas tan radicales
como provocar heridas que dejen eternas cicatrices o deformando los huesos
de los bebés. La cirugía estética tampoco es un concepto moderno. Los cuerpos se
han esculpido desde hace 6.000 años estirando cuellos con anillos o
quitando costillas para reducir caderas. Al menos así lo explica la
exposición inaugurada en el Museo de Historia Natural de Nueva York, una
exposición que pretende explicar cómo el hombre ha tenido desde sus
orígenes la necesidad de reinventarse a sí mismo ya sea dibujando su
cuerpo o modificando el relieve de su piel. Arte en el Cuerpo exhibe un cuadro
fechado en 1850 en el que una india americana muestra su perfil, con la
frente totalmente lisa, mientras sostiene a su bebé, cuya cabeza está
siendo sometida al proceso de moldeado. La frente del niño está presionada
por una tela firmemente atada a la litera en la que duerme. En aquella
cultura, la frente plana distinguía a los hombres libres de los
esclavos.
La exposición,
cuyo recorrido mezcla las teorías estrictamente antropológicas de la
evolución del arte corporal con ilustraciones,fotografías, objetos,
pinturas y maquetas, también muestra dos docenas de los zapatos que
oprimían los pies de las mujeres chinas para impedir su crecimiento.
Apenas tienen el largo de un dedo de la mano y algunos son metálicos. Fue
el capitán James Cook quien llevó al mundo occidental la palabra tatuaje,
tras descubrir en Tahití, en uno de sus viajes de exploración por el
Pacífico, cómo los nativos decoraban sus cuerpos con algo que denominaban
tatau. Los
maoríes eran unos auténticos maestros del tatuaje. Desarrollaron una
técnica única para esculpir profundos surcos en la cara con una concha
impregnada en tinta. En el siglo XVIII se puso de moda en Japón gracias a
la popularidad de un libro de cuentos chinos, Suikoden, protagonizados por
una caterva de bandidos que lucían sorprendentes dibujos sobre su piel. El
tatuaje se convirtió entonces en la marca de todos los hombres que vivían
al margen de la ley. Por ello, las autoridades japonesas los prohibieron
en el siglo XIX. En el mundo occidental, los dibujos en la piel dejan de ser una
atracción de feria cuando en 1890 se inventa la máquina eléctrica para
tatuar. El negocio se asienta y se abren decenas de tiendas junto a los
cuarteles y muchos barrios de Nueva York. El piercing tampoco puede
presumir de modernidad. Una cerámica andina demuestra que era algo más que
habitual hace 2.000 años. Los aztecas, los incas y otras civilizaciones de
Asia y del Mediterráneo perforaban sus cuerpos para demostrar el final de
la adolescencia o los cambios de status dentro de la sociedad. Al
contrario que en nuestros días, el piercing era una señal de honorable
madurez.
Otras
culturas consideraban la piel lisa y suave como algo no demasiado bello.
La escarificación podía remediarlo. Se hacían cortes en la piel que
dejaban al curar profundas y decorativas cicatrices. Para colmo, en
algunas ocasiones se echaba ceniza o arcilla en las heridas para conseguir
cicatrices con relieves. El dolor era secundario. Figuras de cerámica de
México, con 2.300 años de antigüedad, o de madera,procedentes de Papúa
Nueva Guinea, demuestran la extensión en el mapa de esta cuando menos
curiosa forma de decoración corporal.
Arte en
el Cuerpo es una exposición de sorpresas, pero quizá la primera es la
propia ubicación de la muestra: el Museo de Historia Natural de Nueva
York. Esta institución, que con sus 34 millones de piezas es el mayor
museo del mundo, según avala el Libro Guinness, está intentado atraer
hacia sus salas a un público diferente.
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Georges Seurat (Pintor francés)
Nació
el 2 de diciembre de 1859 en París. Cursó estudios en la Escuela de Bellas
Artes. De formación absolutamente clasicista, fue contrario al efecto
borroso de las pinturas impresionistas, realizadas con pinceladas
irregulares, usó una técnica más científica el puntillismo, en el que las
formas sólidas se construyen a partir de la aplicación de muchos pequeños
puntos de colores puros sobre un fondo blanco. Fue el fundador de la
teoría del divisionismo, para la cual aprovecha los postulados
impresionistas, depurándolos y extremando el rigor científico. Muchas de
sus teorías sobre la pintura derivan del estudio de los tratados
contemporáneos de óptica. En el año 1884 finalizó Los bañistas (Londres,
National Gallery), escena donde unos jóvenes se bañan en el río Sena; fue
el primero de seis grandes cuadros que conformaron la mayor parte de su
trabajo artístico. Su obra maestra, Un domingo de verano en la Grande
Jatte (1884-1886, Instituto de Arte de Chicago), representa a los
paseantes del domingo de una isla del Sena. Las modelos (1888, Colección
Barnes de Filadelfia), La parada (1889, Colección de Stephen Clark, Nueva
York), El chahut (1889-1981, Museo Kröller-Müller, Otterlo, Holanda) y El
circo (1890, París, Museo del Louvre) son otras de sus grandes
obras.
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JIMI HENDRIX (Músico norteamericano)
La
fecha de nacimiento de Hendrix no está demasiado clara. Se apunta que
nació el 27 de noviembre de 1947 en la portada de su disco "Are you
experience", de 1943 según algunas biografías y de 1942 según un amigo y
su certificado de defunción británico. Con cinco años ejerce de monaguillo
y toma contacto con el Gospel. El cura le expulsa por vestir
inapropiadamente y jura no pisar jamás otra iglesia. Siente inclinaciones
musicales a eso de los 13. Le llamaban en la escuela "Slick Bean". Con
catorce le regalan su primera guitarra. Fue expulsado de la escuela por
tomar de la mano a una chica blanca. En 1961, a los 17 años, se alista
en el ejercito como paracaidista voluntario, donde toca por primera vez
por medio dolar la Guardia Nacional. Después de catorce meses se licencia
y se gana la vida tocando la guitarra. A los 21 entra en The Flames que
actúa por los estados sureños. Por un problema con una mujer deja el grupo
y toca por garitos de los que nadie se acuerda haber estado, con lo que
empieza a desesperar, haciendose añicos su moral en Georgia. A pesar de
todos estos fracasos, la Little Richard decide contratarlo para ir de gira
con él por toda América. Al cabo de algún tiempo, lo expulsan al negarse a
ponerse el uniforme para actuar. Se va con Ike&Tina Turner, pero
abandona porque como él mismo diría "aquella gente sólo tocaba mierda".
Parte hacia la ciudad de Nueva York y se dice que lo vieron con
B.B.King.Los Isley Brothers le ofrecen un empleo que acepta, resultando
discos en los que se nota su presencia, aunque como Ronnie Isley confiesa,
se le notaba que no le gustaba su música. En 1965 todavía permanecía en
esta ciudad, y estaba sin guitarra. Curtis Knight le ofreció una, además
de presesntarle a su manager, mediante el cual logra entrar en un estudio
de grabación y grabar. Empiezan sus experiencias con el ácido. Hendrix se
instala cómodamente en Greenwich Village, y en un club lo ve Miles Davis,
quien confiesa haber visto un genio. Ese mismo año crea su primera banda,
The Blue Flames, con la que continúa por clubes cochambrosos. Consigue
tocar en un gran club, el Ondines, donde The Animals le hablan de llevarlo
a U.K., que se suponía el paraíso de todo músico experimental. Se dice que
antes de ésto había ido Dylan a verlo. Por estas fechas Chas Chandler de
The Animals, deja el grupo y se dedica a producir. Es avisado de la
existencia de Hendrix a través de la novia de Keith Richards. Jimi no
cantaba, solo tocaba por un complejo con su voz, pero a pesar de eso,
convence a Chas. Ya en 1966 se marcha a Londres. Se marcha dejando atrás
contratos sin cumplir. Es contratado por Polydor tras ser rechazado por
Decca (que tambien rechazó a los Beatles). Realizan la grabación de "hey
Joe", su primer single en Marzo del 67, para lo cual Jimi tiene que
empeñar su guitarra y Chandler agota sus recursos: o triunfan o se acabó.
Sucede en Abril: llegan a número uno. Actúa como telonero de Warkers
Brothers. Y ahí está Jimi con "Wild Thing" y algunos de sus movimientos
más provocativos, lo que provoca la irascibilidad de los Warkers, que
amenazan con echarle. Regresa a los clubes, pero no por mucho tiempo, ya
que consigue actuaciones en el Teatro Saville, propiedad del productor de
The Beatles Brian Epstein, con The Who como cabeza de cartel. En enero del
67 recibe las visitas de The Beatles, Clapton, Small Faces, Donovan, Eric
Burdon,... El manager americano de Hendrix, el que le presentó Curtis
Knigth, se entera del éxito inglés de Hendrix y decide quitar tajada y
finalmente lo consigue. En mayo de ese mismo año se lanza "The Wind Cries
Mary", su tercer single que incluía en exclusiva el tema "can you see me"
y que a los coleccionista de algunos años más tarde (73) les dió más de un
quebradero de cabeza conseguirlo. Jimi dice que lo suyo no son las
canciones alegres, a pesar de lo cual publica en este año su tema más
feliz: "Foxy lady". Por aquellas fechas muere Epstein (Agosto del 67) y se
ve obligado a suspender la segunda parte de su Show en el Teatro Saville.
En los primeros meses del 68 inicia su gira por USA, con todo el mundo
rendido a sus pies. Jimi piensa en comprar unos estudios y volver a
Village en New York. Empezaría en Toronto, pero es precisamente allí donde
lo detienen en el aeropuerto con heroína. Es procesado y absuelto. Toca en
el festival de Newport y Woodstock, a la par que desembolsa medio millón
de dolares para sus Electric Layland Estudios. Además toca en Denver,
donde envía un telegrama al jefe de policía que rezaba: "Haz el amor y no
la guerra. Paz. Jimi Hendrix". El 8 de Julio del 68 actúa en Seattles su
último concierto en los Estados Unidos. Tocó mal y llovía. No estaba
inspirado y se marchó defraudado. Regresa a New York, donde inagura ya sus
estudios oficialmente el 15 de Agosto, aunque al día siguiente tiene que
volar al festival de Isla de Wight, su último gran concierto en vida. El 9
Septiembre de 1970 encargó a su novia el alquiler de un apartamento, pero
no contacta con ella y no sabe dónde queda este apartamento. Se va a un
Hotel de tres estrellas. Consigue contactar con ella y se traslada al
piso. No hace casi nada durante una semana. Eric Burdon lo invita a tocar
con él. Lo hace mal, francamente. Está perdido. Vuelve al vestuario, donde
se droga y a continuación su intervención mejora notablemente. Los
siguientes días se desenvuelven entre en orgías de drogas y sexo. Ese
viernes 17 va al piso de Mónica. Se va a ver a unos amigos y lo recoje
Mónica a las tres de la mañana del 18 de Septiembre (Sábado). Al llegar a
casa se pone a escribir la letra de una canción ("The Story of life"). A
las 7 dice que quiere dormir, para lo cual se pone unas pastillas en la
boca que baja con una botella de vino. Dan las 10 y Mónica se despierta.
Baja por cigarrillos. Jimi duerme normalmente. Cuando Mónica regresa, Jimi
estaba vomitando y respira anormalmente. Intenta reanimarlo y llama a
Burdon ya que no es capaz. Llaman a una ambulancia pero ingresa muerto en
el hospital. Tenía 27 años. El 21 (3 días después), la autopsia dice que
la causa de la muerte fue ahogo por inhalación de vómitos, producida por
los fármacos (ingirió 8). Fue enterrado en Seattle el 1 de
Octubre.
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