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Toulouse Lautrec

Pintor, grabador y dibujante francés, fue uno de los artistas que mejor representó la vida nocturna parisiense de finales del siglo XIX. Nació en Albi el 24 de noviembre de 1864, en el seno de una de las familias aristocráticas mas importantes de Francia. Su habilidad para el dibujo fue estimulada por su tío, el conde Charles de Toulouse Lautrec. Frecuentó los coloristas y animados cabarets del distrito de Montmartre, como el Moulin Rouge, y atrajo con su ingenio y locuacidad a un nutrido grupo de artistas e intelectuales entre los que se encontraban el escritor Oscar Wilde y el pintor holandés Vincent van Gogh, entre otros. Visitó frecuentemente al teatro, el circo y los burdeles. Los recuerdos e impresiones que sacaba de estos lugares y de sus personajes mas destacados los plasmó con gran maestría en retratos y bocetos de sorprendente fuerza y originalidad. Su vida desordenada, su alcoholismo y ataque de parálisis le llevaron a abandonar su estudio para refugiarse con su madre en el castillo de Malromé, propiedad de la familia, donde el 9 de noviembre de 1901, falleció.

Toulouse Lautrec fue un artista muy prolífico. Realizó gran número de óleos, dibujos, aguafuertes, litografías y posters o carteles, así como también ilustraciones para varios periódicos de entonces. Muchas de sus obras se conservan en el museo que lleva su nombre en Albi. A su peculiar y personal estilo, incorporó elementos de otros artistas de la época, especialmente de los pintores franceses Edgar Degas y Paul Gauguin. El arte japonés ejerció su influencia en el gran artista. Su obra inspiró a Vincent van Gogh, Georges Seurat y todos aquellos artistas interesados en el trabajo de litografías y carteles.

Enciclopedia Encarta.

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Café Maratón (por Jorge A. Bossio, de su libro Los Cafés de Bs As. Edit. Plus Ultra)

La Avenida Canning, con, ese claro sabor a calle de ministro inglés, ha sido también barrio de cafés importantes en la evolución del tango. El Maratón, ubicado en la esquina con Costa Rica, recibió durante muchas noches al trío formado por Manuel Aróztegui, Manuel Firpo en el bandoneón y Paulino Fasciola al violín. Seis meses duró la presencia del trío Aróstegui en el Maratón, pues en una noche de agitado escenario, se produjo un recio tiroteo entre los parroquianos del café, que obligó al propietario -en un momento de temor- a suprimir la orquesta, que suponía era la causante del episodio.

 

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El Marquesito (17 de noviembre 1900 - Caras y Caretas)

Por presentar evidentes síntomas de perturbación cerebral (y confirmada ésta por los médicos) EL MARQUESITO, como amistosamente se le llamaba, fué sacado del depósito de contraventores, dónde hacia injustificable la detención su calidad de enfermo, y trasladado al manicomio, dónde se halla en la actualidad. Antes de su traslado, visitóle en su reclusión un reporter de Caras y Caretas, quién, además de las fotografías que reproducimos, obtuvo la confirmación del estado de demencia en que se halla Peredo. Convertido en figura decorativa de la calle Florida, EL MARQUESITO al cabo de los años se había trocado en un tipo Popular, en el sentido de que todo el mundo lo conocía. No era artista, ni escritor, ni comerciante ni político. Y sin embargo, nadie era capaz de juzgar con mayor competencia y prontitud de la pureza de unos rasgos fisonómicos femeninos, del fluido de una mirada, del valor efectivo que pudiera calcularse a opulentos bustos y redondeces macizas en apariencia; ninguno describía mas gráficamente y con mas detalle y colorido una fiesta de cierto género, o hacía brillar ante público juvenil las líneas de un programa de regocijos y alborozos; sin ser hombre de negocios calculaba con aproximada exactitud lo que era capaz de derrochar el que de otras esferas iba a engrosar el círculo en que el, Peredo, solía ocupar el punto de intersección de todos los radios; y, finalmente, tenía un olfato sutilísimo  para presumir quién estaba destinado al éxito y quién al fracaso. Todo esto, y algunas otras condiciones que le caracterizaban, puede conjeturarse que las poseía por instinto. ¿Tenía realmente título nobiliario? No podemos contestar a ésta pregunta. Llegó a nuestro país hace mas de tres lustros y de haber vivido en otros tiempos hubiese sido un soldado emprendedor, un aventurero que se lanzara a la conquista de América, agrupado a aquellas cohortes de extraña catadura y amplia moral, un Don Juan, incapaz de hablar en verso, pero muy semejante en lo demás al héroe de Zorrila. El destino no lo quiso así, y Peredo se redujo a ser un "elegante", quizás con tantas simpatías entre el sexo feo como entre el bello: un hombre de espíritu escasamente reconfortado, que como los señores feudales, conceptuaba cosa deprimente la ruda labor diaria a que los demás nos vemos obligados. Habrá advertido el lector que venimos empleando el tiempo pasado; pero no lo hacemos sin fundamento. El Marquesito, jóven y vigoroso todavía, puede decirse que ha muerto en cierto sentido, pués presenta determinados signos de depresión mental, que a muchos han llevado a la casa de locos. Hace algunos meses empezó a ser víctima de la manía de las persecuciones, el peor de los síntomas de la insanía. Después... en las fotografías que acompañamos puede verse el radical cambio sufrido en el aspecto exterior del marquesito. Su conversación, si no brillante, animada hasta no hace mucho, se basa hoy exclusivamente en los temas siempre iguales e inagotables que informan su manía. Se supone sacrificado a la mala voluntad de algún poderoso; raciocina con un criterio tan infantil que causaría risa sino produjese lástima. Del depósito 24 de Noviembre, Peredo fué pasado al manicomio, lugar en el que no parece echar de menos su libertad, acaso porque entre sus vecinos encuentra no pocos rasgos de semejanza, aficiones y temas de conversación, que le recuerdan a los que hace poco figuraban entre sus mas afectuosas relaciones.

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Como conocí a Gardel (1927) (Por Enríque Cadícamo)

La escena ocurrió una tarde de 7 a 8, al finalizar la famosa “Sección Vermouth”, en el interior del amplio hall del suntuoso “Cine Renacimiento”, de la calle Lavalle al 800, en un verano de 1927. En las paredes, foto y cartelera anunciando la actuación de Gardel, todos los días a la hora ya mencionada. Profusión de grandes carteles anunciando próximamente “Pimpollos Rotos”, con la dirección de David Griffith. Otro gran panel con el próximo estreno de la primera película sonora: “La divina dama”. Ante toda aquella publicidad apabullante, el que escribe estas líneas, se paseaba por el hall algo preocupado, pensando... porque razón debía sentirse nervioso... Está bien de que sea “Gardel –me decía- pero acaso ¿he conocido a otros personajes tan importantes o mas que el cantor..? Dándome ánimo le pregunté a uno de los porteros: Disculpe... ¿a que hora actúa Gardel? Ya terminó, respondió el dueño de la puerta. Ahí sale su socio.

Fui a saludarlo: - Señor Razzano...

El señor Razzano, despreocupado, me soltó un “¿qué tal?”

-¿Recuerda quien soy..?

-Francamente no pibe...

-Enrique Cadícamo... Su vecino de Flores...

-Ah... si... Ya sale Carlos...

En ese instante apareció Gardel muy elegante.

-Te voy a presentar a este pibe... –le dijo Razzano por mí.

Carlos me mira sonriendo de pie a cabeza y... “Se parece a uno de los Navarrine...”

Razzano le recuerda: -Es el autor de la letra del tango Pompas...

-¿A quién le afanaste los versos..?  y en una transición agrega: Recién acabo de cantar “Yo te perdono”, creo que es tuyo con música también de Goyeneche... Lo tengo programado para la próxima grabación...

-Gracias Carlitos... Créame que para mí, es un orgullo haberlo conocido...

Carlos sin dar importancia al elogio, me dá la mano diciéndome: “Chau pibe”...

Eran los dos primeros de los 23...

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La vida cotidiana (Horacio Salas – El  Centenario )

La sociedad que en los días de mayo concurrió a los desfiles, participo de los festejos, observo la presencia del Halley en el cielo, llevaba un tipo de vida cotidiana que en forma constante era sacudida por sorprendentes avances científicos y tecnológicos. En solo tres décadas se habían producido mas cambios tecnológicos que en varios siglos anteriores. El uso del automóvil, el tranvía eléctrico, la iluminación domestica, el teléfono, el fonógrafo, la cinematografía y la posibilidad de volar en aparatos mas pesados que el aire, se habían constituido en realidades que entusiasmaban a los mas jóvenes, sorprendían a los adultos y atemorizaban a quienes por su edad tenían mas dificultades para adaptarse a los cambios. Que el mundo era mas ingenuo se advierte – entre muchas otras cosas – en el plano de la publicidad. El plano de la medicina era muy precario  y la existencia de enfermedades por entonces incurables, como la tuberculosis y la sífilis, que hacían estragos en todas las capas sociales, facilitaban la aparición de productos mágicos, capaces –se decía- de curar definitivamente los males mas variados. El farmacéutico Diego Gibson  era famoso entre los lectores de La Vanguardia, porque durante años publico en la primera plana del diario un aviso donde anunciaba las virtudes de las pastillas de Pepto-Cocaína. Veinte años de éxito para enfermedades del estomago. Vale aclarar que hasta mediados de la década del veinte, el clorhidrato de cocaína podía venderse mas o menos libremente en farmacias y quioscos, producido por los laboratorios Merck y Rhóne-Poulenc, de donde provendrían las expresiones buena merca y bien pulenta para referirse a un producto no adulterado, terminología que alcanzo dilatada vigencia en el habla popular de Buenas Aires. Para el entusiasmo infantil, se publicitaban las galletitas Canales y las Bubu de Bagley, las dos marcas mas populares entre los niños. También para la belleza femenina los productos eran múltiples. Uno de ellos pregonaba: Niñas  ¿ queréis un marido  ? Usad Jabón fluido Gargot. A base de hiel de vaca, afrecho y salol. También llegaba de España el jabón La toja y existía una multiplicidad de polvos para aclarar y suavizar el cutis, debido a que la palidez era, desde siempre, uno de los signos canónicos de belleza femenina. Es evidente que ser delgada no constituía un merito para las mujeres del novecientos; por el contrario, se consideraba un riesgo, ya que se decía que la tuberculosis atacaba a las personas flacas. Sin considerar que los tuberculosos eran en general delgados a causa de la enfermedad. Además, cierto exceso de kilos era símbolo de prosperidad: significaba que la familia no pasaba hambre. Para ser sanos, los niños debían ser gordos y rozagantes; por ello, desde las revistas se insistía en dar consejos a las madres para alimentar a sus hijos con productos suculentos incluidos en una dieta donde abundaran la manteca, las grasas y la leche con toda su crema. Además, el azúcar y los dulces caseros resultaban infaltables aun en las mesas obreras, lo mismo que las yemas batidas con azúcar y algo de oporto, que se consideraban fortificantes para los niños, si era posible hechas con huevos recién puestos, siguiendo la tradición de comer los alimentos muy frescos. La alimentación no había variado demasiado desde tiempos de la Independencia. Es cierto que la presencia de los inmigrantes hizo que pastas y polentas se hicieran platos comunes entre italianos e hijos de italianos, pero para el argentino en medio todavía resultaban exotismos y en general la carne era el alimento primordial de la cocina nativa. Lo cotidiano era que se preparase un gran puchero de falda, con huesos de caracu para dar cuerpo a la sopa, al que se agregaban – además de papa, batata y zapallo – algunos chorizos, morcillas, garbanzos y choclos si se correspondía la estación; de postre fruta o alguno de los dulces que solían ser el orgullo de la dueña de casa. Otro almuerzo común era la mazamorra, a veces salada y fría, a veces caliente y azucarada; las empanadas seguían siendo una tradición, como la humita en chala, la carbonada en verano, el locro en invierno, los guisos en general, lo mismo que que las tortas fritas que se amasaban sistemáticamente en las tardes de lluvia. La merienda según la clase social se denominaba el te o la leche, solía componerse o bien de un te con leche, acompañado por tostadas con alguna mermelada y dulce de leche o de un café con leche con pan y manteca: también era común que cada rebanada fuera cubierta por una lluvia de azúcar o dulce. Por la noche, la cena se componía de un salpicón, proveniente de los restos de almuerzo y de una sopa de fideos, arroz o sémola, producto del caldo en el que habían sido hervidos los componentes del puchero. Se bebía agua y también algún vaso de vino. Se desconfiaba del pescado, debido a la imposibilidad de conservarlo fresco mas que algunas horas y era general la convicción de que las verduras crudas podían estar contaminadas. Existía el convencimiento de que el berro era una potencial antesala de la difteria y se desconfiaba de las cremas elaboradas  fuera de casa, salvo que provinieran de algún establecimiento digno de confianza como la confitería del Águila, la Paris o la del Gas, hasta donde se trasladaban los porteños para adquirir las casi canonicas masas de los domingos, cuyos paquetes de impecable papel blanco se ataban con una cinta celeste y blanca rematada con un nudo donde se colocaba un palito de madera horizontal que permitía trasladarlas con mayor comodidad. En todos los sectores sociales se bebía mate a lo largo del día, al que se podía acompañar con bizcochitos con grasa o las infaltables tortitas “guarangas”, cubiertas de azúcar negra. Si faltaban esa facturas era preciso resignarse a la terca galleta marinera o al mate sin acompañamientos conformándose a veces con realzar su sabor con un trocito de cáscara de naranja que se dejaba secar con ese fin. Para quienes Vivian en el campo o viajaban con frecuencia a sus estancias, la carne a la parrilla era alimento casi único. Se la podía asar con cuero porque –se decía-  de ese modo resultaba mas fácil de conservar. Se la comía excesivamente cocida para prevenir enfermedades y se consideraba un merito que la vaca fuera recién muerta.

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Dama juiciosa (Artículo publicado en Caras y Caretas en Agosto de 1927)

“La mujer no debe fumar en sociedad, porque con el humo molesta mucho mas que el hombre. La mujer casada a la moderna es una calamidad. No le gustan los hijos. Bebe cocktails. Fuma!..  Hasta asfixiarse.  Aun cuando esté ya cerca  de los cincuenta pasa toda la mañana en la calle. Baila como un pimpollo de veinte años. Detesta la casa. ¿Adónde vamos a parar?  ¿Cual será la suerte de esta generación con semejantes madres de familia?  Y cuando se le critican ponen el grito en el cielo llamándonos vulgares... Yo he cumplido ya 26 años y soy soltera; sin duda, porque he sido educada a la antigua; pero no me modernizaré para conquistar sabe Dios que petimetre hijo de mamá moderna, porque prefiero vivir sola que mal acompañada”

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El siglo XIX (Antonio Escohotado/Las Drogas. De los orígenes a la prohibición. Editorial Alianza Cien)

En el interés por toda suerte de drogas psicoactivas no sólo influyen químicos, farmacéuticos y médicos, sino literatos, filósofos y artistas. La meta es someter el ánimo a la voluntad, disponiendo de la emoción y la percepción como un pianista dispone de su teclado. Ese proyecto informa el pensamiento de varios genios literarios, desde Coleridge y De Quincey a Baudelaire y Rimbaud, y al vitalista Nietzsche, que definió la ebriedad como "juego de la naturaleza con el hombre". La química realiza por su parte avances sensacionales. Combinados con la conveniencia comercial, esos hallazgos resucitan la idea de drogas perfectas, encarnadas por sucesivas substancias que irán proponiéndose como versiones modernas y superiores de las triacas antiguas. A mediados del XIX en las boticas de América y Europa hay unos 70.000 remedios de fórmula secreta que casi invariablemente usan drogas psicoactivas y se anuncian en toda suerte de publicaciones, muros y vallas. Poco puede extrañar, porque se han descubierto los principios activos, -fármacos puros- de distintas plantas, en una sucesión que comienza con la morfina  (1806) para seguir con codeína (1832), atropina (1833), cafeína (1841), cocaína (1860), heroína (1883), mescalina (1896), barbitúricos t (1903)  y el uso como anestésicos de éter, cloroformo y óxido nitroso (el gas de los dentistas), entre otras substancias psicoactivas. Ya no era preciso transportar masas vegetales de un sitio a otro,, porque en un maletín cabían hectáreas de cultivos. Las drogas de ser vegetales más o menos mágicos, ligados a ritos y aspectos. Progreso, inflación, hacinamiento en suburbios miserables de grandes ciudades, crisis de fe religiosa y autoridad. dentro de la familia tradicional.,Y la creciente prisa con la que íba siendo preciso hacer las cosas. Los ojos se vuelven con entusiasmo hacia las drogas con influencia sobre el ánimo. El primer gran fármaco del siglo XIX fue la morfina, uno de los alcaloides del opio. Usada en la guerra civil americana y en la franco-prusiana de 1870, su capacidad para calmar o suprimir el dolor convirtió en silenciosos recintos a hospitales de campaña. Los morfinómanos, casi todos, pertenecían a la clase media, y mantenían una discreta reserva sobre su costumbre, aunque en algunos de los mas elegantes salones europeos se puso de moda pincharse públicamente y regalar estuches firmados por famosos orfebres con jeringas de oro o platino. Cinco veces más activa que la morfina resultó la heroína, llamada así por sus virtudes enérgicas. En. 1898 inundó farmacias de todos los continentes, dónde persistirá en régimen de venta libre después de que opio y morfina empiecen a ser controlados. La heroína posee una euforia más marcada y durante varias horas funciona como un suave pero intenso estimulante. La cocaína es aislada por primera vez en 1859, y pronto se comercializa a gran escala. La propaganda resulta aún más intensa que la de la morfina y heroína, pues pasa por "alimento para los nervios” y "forma intensiva de curar la tristeza". Hacia 1890 hay un centenar de bebidas que contienen extractos muy condensados de coca o cocaína pura. La más célebre será el "French Wine of Coca", "Ideal Tonic", un espumoso alcohólico de base cocaínica, registrado y comercializado como Coca-Cola por un boticario de Georgia en 1885. Al año siguiente, viendo que empezaba a gestarse la ley seca, suprimió el alcohol lanzando al mercado la Coca-Cola cómo "remedio soberano" y "bebida desalterante". El inventor, Pemberton, vendió su participación a otro boticario, Candler, que empezó el lanzamiento mundial del producto añadiéndole el sistema de barril y espita refrigerante, origen del drugstore americano. El éter y el cloroformo, además de anestésicos, fueron empleados como drogas lúdicas o recreativas. Desde 1850 el éter está en el origen de la receta medica -como cosa necesaria para que el boticario dispense-, pues una década después se considera ",plaga" en todo Europa. Lo consumen todos  los estratos sociales. A finales del siglo XIX comienzan a difundirse también los primeros somníferos y poco después los barbitúricos, todos ellos drogas muy propensas a la formación del hábito, con síndromes abstinenciales mas duros que los de la morfina o heroína, que pronto serán el medio favorito de suicidio para los desesperados. Nietzsche quizá llegó a depender de somníferos y los descubridores (Mehring y Fischer) del primer barbitúrico, morirán por sobredosis de su propio invento, tras unos pocos años de adicción.

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Haiku

El haiku es una composición poética japonesa que se destaca por su concisión y su poder evocativo. Está formado por tres versos no rimados, de cinco, siete y cinco sílabas. El clásico e ideal presenta dos imágenes contrastadas, una indica el tiempo y el lugar, la otra una viva pero fugaz reflexión. Esa combinación transmite una determinada emoción o un estado de ánimo. La idea es que el lector perciba por sí solo la síntesis de las dos imágenes. El haiku evolucionó a partir de la estructura original de versos relacionados, conocida coro "renga" y fue ampliamente utilizado por los monjes budistas zen durante los siglos XV y XVI. Esta forma poética alcanzó su mayor popularidad en los doscientos años siguientes. Basho escribió los mas perfectos ejemplos de éste género. "Ahora el puente colgante queda silenciado por las enredaderas, como la enredadera de nuestra vida." El era un monje zen, que había realizado excursiones a regiones remotas y que escribía de acuerdo a sus circunstancias, de modo que su poesía aparece dentro de sus relatos de viajes. Está considerado como el mayor de los poetas japoneses y es famoso por su "Sendas de Oku" (1694; traducido por el escritor mexicano Octavio Paz). Otro poeta es Yosa Buson, sus haikus expresan su experiencia como pintor.y Kobayashi Issa,que era de origen humilde y toda su obra ronda a la vida campesina. En la literatura occidental, el haiku se difunde desde comienzos del siglo XX. Paul Louis Chochoud publica en Francia en 1905 un libro de poemas y en 1906 un ensayo llamado "Los epigramas líricos de Japón". Entre 1908 y 1912, en Inglaterra, se reunieron varios poetas interesados en el haiku, como Hilda Doolitle y Ezra Pound quién dijo que "es mejor presentar una sola imagen en toda la vida que producir obras voluminosas". El haiku sigue siendo una forma poética cultivada por miles de japoneses que todos los años publican sus creaciones en las revistas dedicadas a éste arte.

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Dialogo de lechería(Roberto Arlt–Aguafuertes porteñas )

Días pasados, tabique de por medio, en una lechería con pretensiones de “reservado para familias” escuché un dialogo que se me quedó pegado en el oído, por pelafustanesco que resultaba. Indudablemente, el individuo era un divertido, porque las cosas que decía movían a risa. He aquí lo que mas o menos retuve:

El tipo: Decime, yo no te juré amor eterno. ¿Vos podés afirmar bajo testimonio de escribano público que te juré amor eterno? ¿Me juraste vos amor eterno? No. Entonces?

Ella: Ni falta hacía que te jurara, porque bién sabés que te quiero...

El tipo: Un... Eso es harina de otro costal. Ahora hablemos del amor eterno. Si yo no te juré amor eterno ¿Porque me haces cuestión y me querellás?

Ella: ¡Monstruo! Te sacaría los ojos...

El tipo: Y ahora amenazás mi seguridad personal. ¿Te das cuenta? ¿Querés privarme de mi libertad de albedrío?

Ella: ¡Que disparates estás diciendo!

El tipo: Es claro. Vos no me querés dejar tranquilo. Pretendés que como un manso cabrito me pase la vida adorándote...

Ella: ¿Manso cabrito vos?.. Buena pieza... desvergonzado hasta decir basta...

El tipo: No satisfecha con amenazarme en mi seguridad personal, me injuriás de palabra.

Ella: Si no me juraste amor eterno, en cambio me dijiste que me querías...

El tipo: Eso es harina de otro costal. Una cosa es querer... y otra cosa, querer siempre. Cuando yo te dije que te quería, te quería. Ahora...

Ella (amenazadora) Ahora, ¿qué?

El tipo (tranquilamente) Ahora no te quiero como antes.

Ella: ¿Y como me querés, entonces?

El tipo (con mucha dulzura) Te quiero... ver lejos...

Ella: Un descarado como vos no he conocido nunca.

El tipo: Por eso siempre te recomendé que viajaras. Viajando se instruye uno. Pero no vayas a viajar en ómnibus, ni en tranvía. Tomá un vapor grande, grandote, y andate... andate lejos.

Ella (furiosa) ¿Y por que me besabas, entonces?

El tipo: Ejem... Eso es harina de otro costal...

Ella: Parecés panadero.

El tipo: Yo te besaba, porque si no te besaba vos íbas a decir con tus amigas: “ Ven que hombre mas zonzo; no me besa”...

Ella (resoplando) ¡Yo no se como no te mato! ¿Así que vos me besabas por gusto de besarme?

El tipo: No exageremos. Algo también me gustaba... Pero no tanto como vos creés...

Ella: Se puede saber, decime, ¿donde te has criado? Porque vos no tenés vergüenza. No la has tenido nunca. Ignoras lo que es la vergüenza.

El tipo: Sin embargo, yo soy muy tímido...Ya ves cuanto cavilo antes de mandarte al diablo...No, al diablo, no, querida; no te disgustés ...es una forma de decir.

Ella (agarrandose al tema)  De modo que vos me besabas a mi...

El tipo: ¡Dios mío! Si uno tuviera que dar cuenta de los besos que ha dado, tendría que estar en presidio quinientos años. Vos parecés norteamericana.

Ella: ¡Norteamericana! ¿Por qué?

El tipo: Porque allá le pegás un beso a un palo de escoba y zas, la única indemnización tolerada es el casamiento... de modo que a los besos no les dés importancia. Ahora, si yo hubiera echado a perder tu inocencia, sería otra cosa...

Ella: Yo no soy inocente. Inocentes son los locos y los bobos...

El tipo: Convengamos que decís que una verdad grande como una casa. Y luego me reprochás de ser injusto. Te doy la razón, querida. Si te la doy ampliamente. ¿Que pecado me reprochas, entonces? ¿El que te haya dado unos besos?

Ella: ¿Unos besos? Si fueron como cuarenta.

El tipo: No... estás mal, o tengo que suponer que vos no entendés matemáticas. Pongamos que son diez besos...Y estaremos en la cuenta. Y tampoco llegan a diez: además no valen porque son ósculos paternales... Y ahora, después de enojarte que te haya besado, te enojás porque no quiero seguir besándote. ¿Quien las entiende a ustedes las mujeres?

Ella: Me enojo porque me querés dejar infamemente.

El tipo: Yo no te dí mas que unos besos para que vos no les dijeras a tus amigas que yo era un tipo zonzo. No tengo otro pecado sobre mi conciencia. ¿Que me recriminás? ¿Se puede saber? A mi no me gusta hacer comedias. Vos te aburrís en tu casa, te encontrás conmigo y te me pegoteás como si yo fuera tu padre. Y yo no quiero ser tu padre. Yo no quiero tener responsabilidades. Soy un hombre virtuoso, tímido y tranquilo. Me gusta abrir la boca como un papanatas frente a un pillo que vende grasa de serpiente o cacerolas inoxidables. Vos, en cambio te empeñas en que te jure amor eterno. Y yo no quiero jurarte amor eterno ni transitorio. Quiero andar atorranteando tranquilamente solo, sin una tía a la cola que me cuenta historias pueriles y manidas...y que porque me des un beso de morondanga me hacés pleitos que si me hubieras prestado a interés compuesto los tesoros de Rotschild.

Ella: Pero vos sos imposible...

El tipo: Soy un auténtico hombre honrado.

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CONCEPTOS

De Geno Díaz:

1) Pensar es dibujar adentro de la cabeza. 

(Definición dada por un niño de 5 años )

2) Los bancos les dan crédito a los tipos que tienen dinero.

3) Que es como inyectarle antibióticos a un individuo que esta sano.

4) Se ha comprobado a lo largo de la historia que no se conoce ningún caso de hijo de estanciero que se gane la vida como obrero metalúrgico.

5) Es mentira eso de que los ríos tienen agua dulce. Yo bebí un vaso de agua del Río De la Plata y tiene gusto o oveja quemada.

6) Hay personas que cuando callan hacen silencio. Otras solo dejan de hacer ruido.

7) Ejemplo de pesimista es el tipo que usa cinturón y tiradores al mismo tiempo.

8) Realmente cuando uno dice lo que piensa es porque no piensa lo que dice.

9) Las águilas no cazan moscas. En compensación las moscas no cazan águilas.

10) Cuenta la historia que cuando Julio Cesar moría apuñalado por una patota le dijo a Bruto “Tu también hijo mío?...”  En realidad es otra cosa la que le dijo pero con el barullo que había no se le entendió bien.

 

De José Ingenieros:

1) Juventud sin espíritu de rebeldía, es servidumbre precoz.

2) La Juventud que no sabe trabajar es tan desgraciada como la que no sabe divertirse.

 

De Luca Prodan:

1) ...Pappo?  Quién es Pappo? Yo le juego una carrera tomando vodka hasta Rosario a ver quien gana... (Increpa Luca Prodan, líder de Sumo, desde un escenario al publico desaforado que vivaba al músico vernáculo)

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Se viene la fin del mundo (Horacio Salas, de su libro El Centenario)

Camille Flammarion fue un astrónomo francés nacido en Montigny-le-Roi en 1842 y muerto en 1925. Fue el culpable de los temores que dominaron el mundo a partir de la publicación de sus predicciones sobre los posibles efectos del cometa Halley en 1910. Solo barajaba una serie de posibilidades; la imaginación tremendista, la superstición y el aire romántico que dominaban la belle epoque hicieron el resto. “El envenenamiento de la humanidad por los gases deletéreos no es probable, pero si el oxígeno de la atmósfera llegara a combinarse con el hidrógeno de la cola del cometa la asfixia seria inevitable” afirmaba Flammarion y agregaba: “ Si, por el contrario, hubiera una disminución de azoe, una sensación inesperada de actividad física se ejercería sobre todos los cerebros y la raza humana perecería en un paroxismo de alegría, de delirio y de locura universales, probablemente encantados de su suerte “. Tremendistas astrónomos íban mas allá que Flammarion. Afirmaban que el 18 de mayo, el choque del Halley con la Tierra sería inevitable y que la humanidad sucumbiría. Un oportunista redactor de folletines, Domingo Barisane publicó una revista en diez entregas nutridas de profecías sobre la próxima desaparición del género humano, con un titulo que prendió rápidamente entre los porteños: La fin del mundo. Escribía el cronista en tono místico, libertario e ingenuo: “Serán los industriales, esos que no tienen compasión con los seres humanos, quienes habrán de morir primero cuando la Tierra sea barrida por la cola del cometa Halley. Los justos, los obreros y los enamorados, en cambio, habrán de salvarse, y los soberbios y poderosos sucumbirán el 18 de mayo “. La  fin del mundo fue un tema de  charla en sobremesas, cafés y redacciones. Llegó a provocar numerosos suicidios. Desde una muchacha que se envenenó con el fósforo de las cabezas de las cerillas, disueltas en agua hasta un recluso de la penitenciaria Nacional al que encontraron muerto después de beber restos de cigarrillos macerados en alcohol de quemar. La mayoría de las cartas que los suicidas dejaban para explicar los motivos de su acto responsabilizaban no tanto al cometa como a Flammarion. La sobrina de un senador de los EE.UU deprimida por las predicciones, se disparó un tiro en la boca. En Roma el compositor José Parotta agobiado por las profecías en su casa se cortó las venas. El público porteño se inquietaba ante las noticias de todo tipo de cataclismos y desgracias ocurridas en pocos días . Inundaciones en Francia,  dieciséis sismos en el sur de Italia, en India un brote de cólera mató en menos de una semana a mas de ciento cincuenta mil personas incluyendo al gobernador inglés. Hasta los mas escépticos comentaban la coincidencia sin ocultar cierta zozobra. En cambio, entre la dirigencia anarquista se advertía mayor tranquilidad. No faltaron quienes aprovecharon la circunstancia para hacer un buen negocio como el farmacéutico Diego Gibson, que ofrecía un producto contra las jaquecas que provocaría el Halley: sellos mágicos, que obviamente solo podían adquirirse en su establecimiento. Tampoco faltaron estafadores como unos vendedores de artículos de electricidad que ofrecieron un traje de caucho “perfectamente aislante”  capaz de evitar –aseguraban- las descargas que habría de producir el fenómeno, y terminaron en la cárcel acusados de estafa. Mientras tanto, Flammarion continuaba escribiendo a los diarios norteamericanos. La inminencia del encuentro con el cometa hizo que en Buenos Aires, lo mismo que en el resto de las capitales del mundo, una multitud se lanzara a la calle el día señalado. Exactamente a las doce de la noche del 18, la sirena de La Prensa, en la Avenida de Mayo, estalló con estridencia, reflejo del júbilo de quienes podían respirar mas tranquilos y hasta burlarse del error de las profecías de Camille Flammarion y de sus múltiples seguidores.

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BAILARÍN (de Geno Díaz, Genocidio II – Editorial Galerna)

¡Cómo le gustaba el baile al Anfiloquio Arigorrieta! Bailaba al compás del cencerro de las vacas que el lechero arreaba por la calle, bailaba con el silbato del afilador y bailaba al ritmo de las bombas de la iglesia el día de San Roque. Por no hablar de lo que ocurría si escuchaba música. Un día se puso a cepillar un malambo en el fondo de su casa y hubo que ayudarlo a salir del pozo que hizo zapateando. Anfiloquio era una fiera en el tango. Se prendía a la compañera como saguaipé, se acomodaba, dejaba pasar un par de compases para ponerse en situación y componer el muñeco interior y se largaba a hacer figuras. Revoleaba las patas como yengue que estremecía las nochecitas arrabaleras aromadas de madreselvas, jazmín del país y los corrales de los chanchos. En el club Progreso del Tesorero le prohibieron hacer figuras de tango porque dejaba todas las baldosas flojas. Y no sólo tangueaba con corte. Era un maestro del lambeth-walk, del fox-trot o la polca, y bailando el pasodoble parecía propiamente que estaba toreando. Anfiloquio era un fanático admirador de las orquestas características. Ya fuera Feliciano Brunelli o Juan Carlos Barbará, Efraín Orozco, Alcide Fertonani, Filinto Rebechi, John Chinichi, Carlos Mendiara con Rosita Lara o el maestro Anconetani. El Anfiloquio oía trinar uno de esos acordeones, caía en trance, y con los ojos en blanco se ponía a galopar por la pista como embrujado, solo o con compañera. En la cancha, cuando por los parlantes pasaban la cancioncilla de Geniol: “Venga del aire o del sol, del vino o de la cerveza”, el Anfiloquio se ponía potroso y se largaba a bailar enloquecido, armando un desparramo en la tribuna que para qué les voy a contar. Una vez concurrió a un baile del club Albión de Tellier. Tocaba el cuarteto de Amalia Junisi. El Anfiloquio que, como ya dijimos, era capaz de bailar la guía telefónica no se perdió una pieza de la orquesta típica. Tango, valse o milonga. Pero cuando Amalia empezó a darle a la acordeana fue el acabóse. No había manera de frenar al Anfiloquio. A la Amalia se le acalambraron los dedos y Anfiloquio seguía dale que te pego. Hubo que conseguir acordeonistas suplentes campeándolos por los bailes vecinos. A los acordeones les reventaban los fuelles pasados de presión y el Anfiloquio duro y por las hileras. Saltaban las teclas reventadas de tanto subir y bajar y Anfiloquio dale que te dale. El último acordeón terminó la noche porque le dieron aire con un compresor. Y oxígeno al acordeonista. Palabra.

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Marco Polo, comerciante en especias (Carson Ritchie La búsqueda de las especias, Alianza Cién)

Marco Polo visitó , por primera vez la corte de Kublai Khan en 1272, acompañado por su padre Marco y su tío Mateo. El jóven Polo no sólo había recorrido la mayor parte de China y de Birmania, sino que había regresado a casa a través de las mismísimas islas de las especias (Las Molucas), navegando por el sur del Mar de la China, atravesando el estrecho de Malaca, cruzando el oceáno Indico, y subiendo por la costa occidental de la India hasta llegar al Golfo Pérsico. El propósito de éste viaje había sido en principio el de conducir a una princesa mogol hasta su futuro esposo, el Khan de Persia. Cuando terminó el viaje sólo quedaban dieciocho de los viajeros que lo habían iniciado, incluyendo a los Polo,a la princesa y a uno de los enviados especiales de los mogoles. Los demás habían muerto, es de suponer que de escorbuto, enfermedad ocasionada por la falta de vitamina C. Cuándo Marco Polo regresó a su casa de Venecia en 1295 era inmensamente rico, y si se hubiera decidido entonces a pasar el resto de su vida en el retiro dorado que le permitía la fortuna, probablemente hoy no estaríamos hablando de él, y nadie habría oído jamás ningún comentario sobre sus viajes. Pero en 1298 se desencadenó una guerra entre Venecia y su gran rival comercial, Génova. Marco Polo fue capturado en pleno mar mientras se encontraba al mando de su galera, y una vez en la cárcel, para entretener su aburrimiento, se dedicó a dictar a un compañero de presidio los pormenores de sus viajes. Mas adelante se transcribieron y se difundieron ampliamente, convirtiéndose en uno de los libros más influyentes que jamás se haya escrito. Los contemporáneos de Marco Polo fueron bastante escépticos respecto a sus descripciones de las riquezas orientales. Le apodaron "Marco Millones", pero no todos los italianos se rieron de su libro. Uno de ellos subrayó algunas frases sobre China como estas: "allí hay una gran abundancia de jenjibre, de nardo y de otras muchas especias. Cantón es el puerto al que arriban todos los barcos procedentes de la India, cargados de mercancías valiosísimas... les aseguro que por cada barco de pimienta que sale para Alejandría, o para cualquier otro destino del mundo cristiano, entran unos cien barcos en el puerto de Cantón". Ese mismo lector -se trataba de Cristóbal Colón, y ha dejado escrito su nombre en la solapa del libro que se conserva en Sevilla- leyó atentamente todo lo que relataba Marco Polo, y pensó en ello hasta convertirlo en una auténtica obsesión. Soñaba con encontrar una ruta hacia Cipango (Japón), dónde los tejados de los palacios eran de oro.

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La farra en los años 20 (Héctor Iñigo Carrera)

La farra en la década del veinte tiene su faceta oscura y misteriosa. La prostitución reglamentada por la ley, se agrava con la clandestina en gran escala alimentada por el aliciente de la ola de pesos fuertes y de mentalidad garufera que domina a los centros importantes del país. Pululan los lenocinios, las busconas callejeras, los contactos de cabaret y boites, las llamadas casitas francesas en los barrios ( especies de mini-burdeles atendidos por una sola ramera ). El camino de Buenos Aires sigue siendo también el de un mercado miserable y pervertido de mercadería humana. En 1925 el diario La Razón informa acerca de las denuncias harto concretas sobre las actividades de cierto S.R. “Rey del gremio de los rufianes” que es propietario de cerca de 30 lenocinios en todo el país. Los contactos se hallan distribuidos hasta los cafés céntricos y las organizaciones clandestinas se disfrazan hasta de Sociedades de Socorros. Una de ellas controla nada menos que a 3000 asociados y 2000 prostibulos. La policía hace la vista gorda, los hombres influyentes están detrás. Con el boom de lugares de diversión y alternación de ambos sexos, hallan buen terreno la afición de drogas. La heroína, la cocaína son distribuidas casi libremente en los establecimientos citados y hasta en alguna plaza céntrica. Surge una cierta cultura chic de la juerga y el doping. Veamos que nos cuenta Juan José de Soiza Reilly sobre ello: “ Las chicas de cultura chic han impuesto la moda de emborracharse. En épocas mas nobles que la nuestra, las niñas no tomaban alcohol. Tomaban chocolate, helados, masitas... ahora todo eso esta demodé. El alcoholismo distinguido comenzó por el inocente copetín de las doce del día. Un copetín. Dos copetines. Tres copetines... Pero, actualmente, en los bailes nocturnos de las niñas que aspiran a ser espirituales, se embriagan con champagne. Y no sólo con el vino de Francia... Se ha inventado el cocktail de la madrugada. Mezcla diabólica de kummel, whisky, coñac, triple sec, old Tom, gin y agua... Hombres y mujeres bailan sin cesar. Bailan horas enteras, sin siquiera sentarse un minuto. Si dejan de bailar es para aproximarse a las mesitas y atenuar su fatiga con los tragos del cocktail. Dinamita...” Soiza Reilly ubica estas descripciones hacia 1924 en la Mar de Plata veraniega de ciertos círculos de alta sociedad. En ella toca también otros aspectos cuyos fragmentos relevantes transcribimos: “ Las mujeres y los hombres bajan borrachos. Se tiran en la frescura de la playa, riéndose a carcajadas. Allí pierden sus collares, sus perlas, sus brillantes. Las perlas, especialmente se desgranan... Algunos, no se acuestan en parejas, sino en montón. La noche es oscura debajo de la Rambla...” “ Morfina, cocaína, opio. Son los tres paraísos del cielo artificial... Los viciosos no se concretan a darse inyecciones con misterio, en sus casas o en los gabinetes de toilette de las tiendas lujosas. Ahora existen nidos de aristocracia donde los devotos de ambos sexos se reúnen en torno de las drogas fatales, como las abejas alrededor de los jardines. Toman morfina con agujas de parvas engarzadas en oro. Aspiran cocaína cual rape de virreyes, en estuches de nácar. Y fuman opio en narguiles de cristal de Venecia. Esas casas de ensoñación existen no solo en Bs. As. Las hay en Mar del Plata...no son embriagueces vulgares que estén en la mano del pobre. En los hospitales son raros entre los enfermos los casos crónicos de morfinomania... Siendo vicios caros y prohibidos, que se practican amistosamente, su explotación, como negocio publico, no tienta a ningún empresario”. En 1922, Juan Carlos Cobián  crea su tango “Los dopados” llamado luego “Mi pasado” y mas tarde “Los mareados”. Lo hace inspirándose en la embriaguez de las drogas blancas (cocaína) incorporadas al consumo de ciertos sectores del ambiente cabaretero. Podemos concluír que la afición a las drogas se hace evidente en la década del 20 en determinados grupos exclusivos dentro de las clases altas, y en sectores peculiares del ambiente nochero de cabaret y confitería de categoría. En uno y en otro medio la exquisitez mas o menos intelectualizada y siempre desviada, el snobismo, y la angustia física y moral, parecerían ser los elementos que provocan y ayudan a la practica del vicio. La situación financiera, ya holgada, ya mas o menos pudiente, o ya de rebusque, es por supuesto el instrumento que vehiculiza la afición.

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Juana de Arco (Heroína nacional y santa patrona de Francia)

La llamada Doncella de Orleans nació el 6 de enero de 1412 en Domrémy (actual Domrémy-la-Pucelle), en el seno de una familia de campesinos. A los trece años pensó que había oído la llamada de Dios, que se repetía en numerosas ocasiones. Algún tiempo después, confesó haber visto a san Miguel y a las primeras mártires santa Catalina de Alejandría y santa Margarita, cuyas voces la acompañarían durante el resto de su vida. En los primeros meses de 1429, en el transcurso de la guerra de los Cien Años y cuando los ingleses estaban a punto de capturar Orleans, esas voces la exhortaron a ayudar al Delfín, más tarde el rey de Francia Carlos VII, quien todavía no había sido coronado rey debido tanto a las luchas internas como a la pretensión inglesa al trono de Francia. La heroína le explicó que ella tenía la misión divina de salvar a Francia. Un grupo de teólogos aprobaron sus peticiones y se le concedieron tropas bajo su mando, con las que condujo al ejército francés a una victoria decisiva sobre los ingleses en Patay, al tiempo que liberaba Orleans. A pesar de sus buenas pretensiones, el rey se opuso a realizar campaña militar alguna contra Inglaterra. Por ésto, Juana sin el apoyo real, dirigió en el año 1430 una operación militar contra los ingleses en Compiègne, cerca de París. Los soldados borgoñones la capturaron y entregaron a sus aliados ingleses. Fueron conducidos ante un tribunal eclesiástico en Ruán que la juzgó de herejía y brujería. Pasó catorce meses de interrogatorio, tras lo que se le acusó de maldad por vestir ropas masculinas y de herejía por su creencia de que era directamente responsable ante Dios y no ante la Iglesia católica. El tribunal la condenó a muerte, pero al confesar y arrepentirse de sus errores, la sentencia fue conmutada a cadena perpetua. A su regreso a la prisión volvió a usar vestidos de hombre por lo que de nuevo fue condenada, esta vez por un tribunal secular, y el 30 de mayo de 1431, enviada a la hoguera en la plaza del Mercado Viejo de Ruán por relapsa (herética reincidente). Veinticinco años después de su muerte, la Iglesia revisó su caso y la declaró inocente. En 1929 el papa Benedicto XV la canonizó. Su fiesta se celebra el 30 de mayo, día de su ejecución.

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La historia del arte en el cuerpo (En el Museo de Historia Natural de Nueva York se adentra en los albores del modelaje estético. Juan Carbajo, El País.)

Nada más fácil en Nueva York que hacerse un tatuaje.Basta tomar la decisión, seleccionar el diseño entre una amplísima gama, tener un poco de tiempo y 50 dólares (unos 26 mil pesos) en el bolsillo. Hay decenas de tiendas donde elegir. Parece la última moda, y sin embargo, no lo es.

Arte en el Cuerpo, una exposición organizada por el Museo de Historia Natural de Nueva York, demuestra que la mayoría de las civilizaciones, desde hace cientos de años, han decorado el cuerpo incluso con sistemas tan radicales como provocar heridas que dejen eternas cicatrices o deformando los huesos de los bebés. La cirugía estética tampoco es un concepto moderno. Los cuerpos se han esculpido desde hace 6.000 años estirando cuellos con anillos o quitando costillas para reducir caderas. Al menos así lo explica la exposición inaugurada en el Museo de Historia Natural de Nueva York, una exposición que pretende explicar cómo el hombre ha tenido desde sus orígenes la necesidad de reinventarse a sí mismo ya sea dibujando su cuerpo o modificando el relieve de su piel. Arte en el Cuerpo exhibe un cuadro fechado en 1850 en el que una india americana muestra su perfil, con la frente totalmente lisa, mientras sostiene a su bebé, cuya cabeza está siendo sometida al proceso de moldeado. La frente del niño está presionada por una tela firmemente atada a la litera en la que duerme. En aquella cultura, la frente plana distinguía a los hombres libres de los esclavos. 

La exposición, cuyo recorrido mezcla las teorías estrictamente antropológicas de la evolución del arte corporal con ilustraciones,fotografías, objetos, pinturas y maquetas, también muestra dos docenas de los zapatos que oprimían los pies de las mujeres chinas para impedir su crecimiento. Apenas tienen el largo de un dedo de la mano y algunos son metálicos. Fue el capitán James Cook quien llevó al mundo occidental la palabra tatuaje, tras descubrir en Tahití, en uno de sus viajes de exploración por el Pacífico, cómo los nativos decoraban sus cuerpos con algo que denominaban tatau. Los maoríes eran unos auténticos maestros del tatuaje. Desarrollaron una técnica única para esculpir profundos surcos en la cara con una concha impregnada en tinta. En el siglo XVIII se puso de moda en Japón gracias a la popularidad de un libro de cuentos chinos, Suikoden, protagonizados por una caterva de bandidos que lucían sorprendentes dibujos sobre su piel. El tatuaje se convirtió entonces en la marca de todos los hombres que vivían al margen de la ley. Por ello, las autoridades japonesas los prohibieron en el siglo XIX. En el mundo occidental, los dibujos en la piel dejan de ser una atracción de feria cuando en 1890 se inventa la máquina eléctrica para tatuar. El negocio se asienta y se abren decenas de tiendas junto a los cuarteles y muchos barrios de Nueva York. El piercing tampoco puede presumir de modernidad. Una cerámica andina demuestra que era algo más que habitual hace 2.000 años. Los aztecas, los incas y otras civilizaciones de Asia y del Mediterráneo perforaban sus cuerpos para demostrar el final de la adolescencia o los cambios de status dentro de la sociedad. Al contrario que en nuestros días, el piercing era una señal de honorable madurez. 

Otras culturas consideraban la piel lisa y suave como algo no demasiado bello. La escarificación podía remediarlo. Se hacían cortes en la piel que dejaban al curar profundas y decorativas cicatrices. Para colmo, en algunas ocasiones se echaba ceniza o arcilla en las heridas para conseguir cicatrices con relieves. El dolor era secundario. Figuras de cerámica de México, con 2.300 años de antigüedad, o de madera,procedentes de Papúa Nueva Guinea, demuestran la extensión en el mapa de esta cuando menos curiosa forma de decoración corporal.

Arte en el Cuerpo es una exposición de sorpresas, pero quizá la primera es la propia ubicación de la muestra: el Museo de Historia Natural de Nueva York. Esta institución, que con sus 34 millones de piezas es el mayor museo del mundo, según avala el Libro Guinness, está intentado atraer hacia sus salas a un público diferente.

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Georges Seurat (Pintor francés)

Nació el 2 de diciembre de 1859 en París. Cursó estudios en la Escuela de Bellas Artes. De formación absolutamente clasicista, fue contrario al efecto borroso de las pinturas impresionistas, realizadas con pinceladas irregulares, usó una técnica más científica el puntillismo, en el que las formas sólidas se construyen a partir de la aplicación de muchos pequeños puntos de colores puros sobre un fondo blanco. Fue el fundador de la teoría del divisionismo, para la cual aprovecha los postulados impresionistas, depurándolos y extremando el rigor científico. Muchas de sus teorías sobre la pintura derivan del estudio de los tratados contemporáneos de óptica. En el año 1884 finalizó Los bañistas (Londres, National Gallery), escena donde unos jóvenes se bañan en el río Sena; fue el primero de seis grandes cuadros que conformaron la mayor parte de su trabajo artístico. Su obra maestra, Un domingo de verano en la Grande Jatte (1884-1886, Instituto de Arte de Chicago), representa a los paseantes del domingo de una isla del Sena. Las modelos (1888, Colección Barnes de Filadelfia), La parada (1889, Colección de Stephen Clark, Nueva York), El chahut (1889-1981, Museo Kröller-Müller, Otterlo, Holanda) y El circo (1890, París, Museo del Louvre) son otras de sus grandes obras.

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JIMI HENDRIX (Músico norteamericano)

La fecha de nacimiento de Hendrix no está demasiado clara. Se apunta que nació el 27 de noviembre de 1947 en la portada de su disco "Are you experience", de 1943 según algunas biografías y de 1942 según un amigo y su certificado de defunción británico. Con cinco años ejerce de monaguillo y toma contacto con el Gospel. El cura le expulsa por vestir inapropiadamente y jura no pisar jamás otra iglesia. Siente inclinaciones musicales a eso de los 13. Le llamaban en la escuela "Slick Bean". Con catorce le regalan su primera guitarra. Fue expulsado de la escuela por tomar de la mano a una chica blanca.
En 1961, a los 17 años, se alista en el ejercito como paracaidista voluntario, donde toca por primera vez por medio dolar la Guardia Nacional. Después de catorce meses se licencia y se gana la vida tocando la guitarra. A los 21 entra en The Flames que actúa por los estados sureños. Por un problema con una mujer deja el grupo y toca por garitos de los que nadie se acuerda haber estado, con lo que empieza a desesperar, haciendose añicos su moral en Georgia. A pesar de todos estos fracasos, la Little Richard decide contratarlo para ir de gira con él por toda América. Al cabo de algún tiempo, lo expulsan al negarse a ponerse el uniforme para actuar. Se va con Ike&Tina Turner, pero abandona porque como él mismo diría "aquella gente sólo tocaba mierda". Parte hacia la ciudad de Nueva York y se dice que lo vieron con B.B.King.Los Isley Brothers le ofrecen un empleo que acepta, resultando discos en los que se nota su presencia, aunque como Ronnie Isley confiesa, se le notaba que no le gustaba su música. En 1965 todavía permanecía en esta ciudad, y estaba sin guitarra. Curtis Knight le ofreció una, además de presesntarle a su manager, mediante el cual logra entrar en un estudio de grabación y grabar. Empiezan sus experiencias con el ácido. Hendrix se instala cómodamente en Greenwich Village, y en un club lo ve Miles Davis, quien confiesa haber visto un genio. Ese mismo año crea su primera banda, The Blue Flames, con la que continúa por clubes cochambrosos. Consigue tocar en un gran club, el Ondines, donde The Animals le hablan de llevarlo a U.K., que se suponía el paraíso de todo músico experimental. Se dice que antes de ésto había ido Dylan a verlo. Por estas fechas Chas Chandler de The Animals, deja el grupo y se dedica a producir. Es avisado de la existencia de Hendrix a través de la novia de Keith Richards. Jimi no cantaba, solo tocaba por un complejo con su voz, pero a pesar de eso, convence a Chas. Ya en 1966 se marcha a Londres. Se marcha dejando atrás contratos sin cumplir. Es contratado por Polydor tras ser rechazado por Decca (que tambien rechazó a los Beatles). Realizan la grabación de "hey Joe", su primer single en Marzo del 67, para lo cual Jimi tiene que empeñar su guitarra y Chandler agota sus recursos: o triunfan o se acabó. Sucede en Abril: llegan a número uno. Actúa como telonero de Warkers Brothers. Y ahí está Jimi con "Wild Thing" y algunos de sus movimientos más provocativos, lo que provoca la irascibilidad de los Warkers, que amenazan con echarle. Regresa a los clubes, pero no por mucho tiempo, ya que consigue actuaciones en el Teatro Saville, propiedad del productor de The Beatles Brian Epstein, con The Who como cabeza de cartel. En enero del 67 recibe las visitas de The Beatles, Clapton, Small Faces, Donovan, Eric Burdon,... El manager americano de Hendrix, el que le presentó Curtis Knigth, se entera del éxito inglés de Hendrix y decide quitar tajada y finalmente lo consigue. En mayo de ese mismo año se lanza "The Wind Cries Mary", su tercer single que incluía en exclusiva el tema "can you see me" y que a los coleccionista de algunos años más tarde (73) les dió más de un quebradero de cabeza conseguirlo. Jimi dice que lo suyo no son las canciones alegres, a pesar de lo cual publica en este año su tema más feliz: "Foxy lady". Por aquellas fechas muere Epstein (Agosto del 67) y se ve obligado a suspender la segunda parte de su Show en el Teatro Saville. En los primeros meses del 68 inicia su gira por USA, con todo el mundo rendido a sus pies. Jimi piensa en comprar unos estudios y volver a Village en New York. Empezaría en Toronto, pero es precisamente allí donde lo detienen en el aeropuerto con heroína. Es procesado y absuelto. Toca en el festival de Newport y Woodstock, a la par que desembolsa medio millón de dolares para sus Electric Layland Estudios. Además toca en Denver, donde envía un telegrama al jefe de policía que rezaba: "Haz el amor y no la guerra. Paz. Jimi Hendrix". El 8 de Julio del 68 actúa en Seattles su último concierto en los Estados Unidos. Tocó mal y llovía. No estaba inspirado y se marchó defraudado. Regresa a New York, donde inagura ya sus estudios oficialmente el 15 de Agosto, aunque al día siguiente tiene que volar al festival de Isla de Wight, su último gran concierto en vida. El 9 Septiembre de 1970 encargó a su novia el alquiler de un apartamento, pero no contacta con ella y no sabe dónde queda este apartamento. Se va a un Hotel de tres estrellas. Consigue contactar con ella y se traslada al piso. No hace casi nada durante una semana. Eric Burdon lo invita a tocar con él. Lo hace mal, francamente. Está perdido. Vuelve al vestuario, donde se droga y a continuación su intervención mejora notablemente. Los siguientes días se desenvuelven entre en orgías de drogas y sexo. Ese viernes 17 va al piso de Mónica. Se va a ver a unos amigos y lo recoje Mónica a las tres de la mañana del 18 de Septiembre (Sábado). Al llegar a casa se pone a escribir la letra de una canción ("The Story of life"). A las 7 dice que quiere dormir, para lo cual se pone unas pastillas en la boca que baja con una botella de vino. Dan las 10 y Mónica se despierta. Baja por cigarrillos. Jimi duerme normalmente. Cuando Mónica regresa, Jimi estaba vomitando y respira anormalmente. Intenta reanimarlo y llama a Burdon ya que no es capaz. Llaman a una ambulancia pero ingresa muerto en el hospital. Tenía 27 años. El 21 (3 días después), la autopsia dice que la causa de la muerte fue ahogo por inhalación de vómitos, producida por los fármacos (ingirió 8). Fue enterrado en Seattle el 1 de Octubre.

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Dama juiciosa

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Se viene la fin del mundo

Bailarín

Marco Polo

 

 

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