Asesoramiento personalizado

 

 

¿HACIA DÓNDE VAN LOS SISTEMAS DE ATENCIÓN?

Uno de los paradigmas de los tiempos actuales, es el gasto en salud en el mundo entero, lo cual ocasiona preocupantes y crecientes déficit en las economías, inclusive en los países más desarrollados. En los países en vías de desarrollo el problema se acentúa ya que carecen de reservas para subsidiar ese déficit y garantizar una salud pública adecuada.

 

Analizar a fondo todas las causas que influyen en esos déficit sería tema de un tratado sumamente extenso. Por lo tanto, me voy a referir sólo a un aspecto que es el que me convoca, porque está directamente relacionado con la eficiencia o deficiencia del servicio que recibe cada habitante: esto es, la Metodología en la Atención.

 

Debo recordar que soy odontólogo, actividad de la cual sí puedo fundamentar los problemas que planteo, pero los veo igualmente en la atención médica, los sufro como paciente y los he confirmado por opiniones de especialistas de diferentes ramas. De esto voy a dar sólo un par de ejemplos más abajo. Los médicos serán los que critiquen mi opinión (a favor o en contra), hagan la autocrítica necesaria y estudien soluciones.

 

Cuando me refiero a la Metodología en la Atención, analizo las consecuencias de los sistemas de atención prepagos, Obras Sociales, seguros de salud o similares, sistemas que obligan a atender cada vez más pacientes por hora, debido a los magros aranceles que abonan. Justifican tales aranceles impulsando la eficiencia en el gerenciamiento a su máxima expresión.

 

Esa extrema eficiencia se impulsa en las maestrías y cursos sobre gerenciamiento. Las técnicas administrativas así enseñadas son propias de empresas o fábricas de índole general, ajenas al ámbito de la salud. Es fundamental aprender a distinguir qué aspectos pueden y deben aplicarse a la administración de la salud, y cuáles son absolutamente nocivos y atentan contra la economía del servicio, en definitiva, con la calidad de atención al público y elevan los Costos. Sin dudas, a mediano y largo plazo, los problemas presupuestarios de los sistemas de salud se irán agravando por este camino.

 

Ampliemos este tema: Soy un absoluto defensor de lograr una administración prolija, al más bajo costo posible (personal altamente capacitado, informatización administrativa, ergonomía en la atención, marketing, etc.) en beneficio del paciente, ya que él sustenta económicamente el servicio (de su propio peculio o de la cobertura en salud que tenga). Por lo tanto, es una obligación llegar con el arancel más bajo que sea posible, pero –y este es el punto que me lleva a escribir este artículo– sin afectar la calidad del tratamiento o atención que va a recibir.

 

Es en este último aspecto según mi convicción, en donde se están equivocando los sistemas de atención actuales, con un altísimo costo final, como voy a demostrar luego. El error, siempre de acuerdo a mi punto de vista, es la política arancelaria (1) agobiante que imponen las empresas de salud pública y privada, justificando esta situación por los magros presupuestos que disponen. Logran aplicarlos, sólo por la sobreabundancia de profesionales con necesidades de trabajar, a cualquier precio.

 

Esta situación que comienzo a definir, se traduce a mediano y largo plazo, en una muy baja calidad de atención profesional y humana, dado que cada vez hay que dedicarle menos tiempo a cada paciente, con el consiguiente aumento de Costos finales.

 

 

En odontología esto se manifiesta por:

 

  • Repetición de prácticas debido a fracasos de diagnóstico o técnicas deficientes.

  • Abandono de una medicina u odontología preventiva (en odontología no se calculan como Costos, los gastos en farmacia derivados de las enfermedades, principalmente infecciosas que podrían evitarse, y los gastos médicos derivados de una mala salud bucal).

  • Juicios por mala praxis, en permanente aumento. No podemos ignorar que esta industria de juicios, está más alimentada por la mala relación (desatención) profesional / paciente, que por los errores humanos que se pueden cometer. Si bien es el profesional el que paga las consecuencias de estos juicios, ese temor lo lleva a indicar cada vez más análisis, radiografías, resonancias, y todo otro elemento de diagnóstico auxiliar para cubrirse.

  • Cualquier médico clínico bien capacitado sabe que una buena historia clínica con una correcta anamnesis, permite conocer ampliamente la situación clínica de un paciente, complementado con métodos auxiliares de diagnósticos, pero ahora sí más específicos y casi siempre para confirmar un diagnóstico. Esta política de atención bien personalizada, sin duda, mejora la relación paciente / profesional, y por lo tanto, baja los costos.

  • El desgaste personal que sufren los profesionales de la salud, debido a la creciente necesidad de ver cada vez más pacientes por día, conlleva un deterioro en la salud de los mismos, como se puede demostrar por numerosos artículos que se han publicado al respecto.

 

Lo que más frecuentemente vemos en la política de turnos de muchos odontólogos, es citar a un paciente cada media hora, a lo sumo 1 hora para los tratamientos más extensos.

¿Es posible lograr en esos 30 minutos atender correctamente a cada paciente para cualquier restauración, tratamiento periodontal o algunas cirugías?

Tal vez sí para prácticas muy simples, pero en general no olvidemos que el paciente, si bien no quiere esperar en la sala de espera, sí quiere que estemos dispuestos a calmar sus ansiedades, a colaborar en su relajación, a que apliquemos lentamente la anestesia (previa anestesia tópica que cada vez se abandona más), a que realicemos correctamente el tratamiento, si es posible le expliquemos o le mostremos lo que le realizamos, a que respetemos las medidas de bioseguridad, etc. ¿es posible todo esto en 30 minutos, y que el paciente se vaya satisfecho con la atención recibida? Estoy convencido que no.

La falta de pacientes en los consultorios me demuestra que no estoy equivocado en el diagnóstico. La odontología ofrecida no es nada convocante, atractiva para el público. Por supuesto que se le adjudicará a la falta de recursos económicos de la población para concurrir a la atención. Pero aún en los sistemas de atención con cobertura total, los afiliados se muestran renuentes a tratarse.

 

Hablando con una especialista en diagnóstico por imágenes, dedicada a las mamografías, le pregunté cada cuánto citaban a las pacientes. Respuesta: cada 4 minutos. Cuando le pregunté si técnicamente era posible hacer correctamente una mamografía, la respuesta fue afirmativa, dado que el sistema de atención tal como lo administraban, era de una eficiencia total. Cuando le pregunté sobre el grado de conformidad por parte de las pacientes, la respuesta fue que en general la disconformidad era muy elevada, frecuentes quejas por el trato deshumanizado, y una actitud negativa de las pacientes ante la presencia de alguna duda con respecto al diagnóstico.

En lo personal, me he retirado totalmente disconforme de la atención recibida por parte de muchos médicos (con excepciones por supuesto), por tener la sensación que no tiene tiempo para escuchar mi planteo.

 

Esta realidad, tal como la presento, se va a ir agravando en la medida que los problemas presupuestarios de los sistemas de atención se acentúen, o que la capacidad adquisitiva de los pacientes privados se reduzca. Por lo tanto, cuesta imaginar con qué grado de "eficiencia" deberemos ejercer la profesión para atender cada vez más pacientes por hora.

 

En mi sitio web www.costosenodontologia.com.ar he escrito varios artículos sobre temas relacionados como el que presento, y fundamentalmente, propuestas para cambiar los planes de atención.

 

Dr. Nicolás J. Ortiz

Odontólogo

Brandsen – República Argentina

dr_nicolasortiz@yahoo.com.ar

 

  1. En la República Argentina, los aranceles no se fijan de acuerdo a algún estudio de Costos. Las incoherencias en las estructuras arancelarias, demuestran que quienes las definen, no entienden de Costos, sólo entienden cómo lograr un equilibrio entre presupuesto asignado y pago por prestaciones, siempre a cualquier precio, sin intentar soluciones más originales y eficientes, que contemplen los intereses de todos los sectores involucrados en la atención de la salud: empresas, pacientes, profesionales.

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