MARCHA NACIONAL POR LOS NIÑOS

“EL FUTURO ES HOY: SON NUESTROS NIÑOS”

El 20 de junio cientos de niños y educadores comienzan en la ciudad de Tucumán una marcha montados en sus ganas de vivir, para que broten los panes en la mesa en una mirada de manteles, para vestirse de guardapolvo blanco, para decir trabajo, para cantar infancia, para besar familia. Vamos a recorrer 4500 kilómetros, atravesando geografías, buscando ese latido de chocolate que abriga nuestro pueblo, subidos en una esperanza que se construye ternura a ternura, hasta fundar una nueva ilusión de la vida.

Llegaremos a Plaza de Mayo el 1º de julio, para juntar los pedacitos de sueños para encontramos en la alegría de saber que podemos construir un país para todos.

El recorrido será del 20 de junio al 1º de julio.

Lunes 20 de junio: Tucumán.

Martes 21 de junio: Catamarca.

Miércoles 22 de junio: La Rioja.

Jueves 23 de junio: Córdoba

Viernes 24 de junio: Santa Fe.

Lunes 27 de junio: Paraná (Entre Ríos)

Martes 28 de junio: Curuzú Cuatiá (Corrientes).

Miércoles 29 de junio: Concordia (Entre Ríos).

Jueves 30 de junio: José C. Paz – Moreno (Buenos Aires)

Viernes 1º de julio: Plaza de Mayo (Capital Federal).

La pobreza es un crimen.

Hay que detenerla. Sí o sí. Porque en nuestro país no faltan ni alimentos, ni platos, ni madres, ni médicos, ni maestros, faltan en cambio la voluntad política, la imaginación institucional, la comprensión cultural y las ganas de construir una sociedad de semejantes que asegure a cada niño -argentino las oportunidades vitales para que se desarrolle saludable y pueda crecer con dignidad. La infancia es el principal recurso natural no renovable de nuestro país, ya que la mayoría de las capacidades humanas quedan -de alguna manera- determinadas durante los primeros años de vida. La infancia es por lo tanto la gran oportunidad de la sociedad para mejorarse a sí misma en lo biológico, en lo cultural, en lo económico, incluso en lo político. La infancia es el terreno más fértil para sembrar inteligencia, trabajo, creatividad, justicia y democracia.

A la luz de los conocimientos científicos actuales puede decirse que el niño es el ser vivo con mayor capacidad de aprendizaje sobre el planeta. Con la ayuda de la psicología podemos afirmar que cada hombre se aprende su infancia para siempre, esto quiere decir que los beneficios y los daños ocurridos en los primeros años tienen efectos perdurables para toda la vida. De ahí que todo aquello que una sociedad haga por el bienestar de sus niños pueda ser considerado como una verdadera inversión, en términos de condición humana y de país.

La infancia no espera.

Las oportunidades vitales que no se tienen durante las primeras edades son oportunidades perdidas para siempre. Y la infancia perdida es una de las pocas cosas que una sociedad no puede reponer ni material, ni psicológica, ni culturalmente.

El crecimiento sano y feliz de la infancia tiene que ser tan importante para Argentina, como es el crecimiento económico porque este último depende y dependerá en los años por venir de la calidad de vida que nuestra sociedad sea capaz de darles en este preciso momento. Cuando él está haciendo ahora mismo sus huesos, criando su sangre y ensayando sus sentidos, diría con literatura mayor Gabriela Mistral.

El 70% de la población total del país menor de 18 años, o sea nueve millones y medio de niños, se encuentran viviendo en la pobreza, la mitad ya casi no come. Más de cien niños se mueren por día -menores de 18 años- por causa de pobreza.

Cuando hablamos de mortandad infantil no solamente debemos incluir a los niños que se lleva la muerte sino también a los niños dañados -para siempre- física, intelectual y emocionalmente antes del nacimiento de las palabras.

El hambre es un crimen que aniquila el prodigio de la vida.

Debe ser detenido. Sí o SÍ. Los niños son el más noble patrimonio de la sociedad argentina. Los niños son de todos, si comen o no comen, si van a la escuela o la abandonan, si lloran más de lo que ríen. Es deber moral y político de toda la sociedad modificar este estado de cosas. La Argentina tiene hoy la responsabilidad moral, cultural y política de dar a cada niño una vida que merezca ser vivida.

Sin una infancia sana, amasada y entera es impensable una Argentina mejor. Porque un país que condena a sus niños a las mínimas posibilidades de desarrollo es un país que se condena a sí mismo. Un país sin un proyecto específico para la infancia es en sentido estricto un país sin proyecto.

Sin embargo el país se desangra en niños. Hay que darle cuerda a nuestra dignidad, decirle NO a los accionistas de los niños descalzos.

Montar en ganas un vuelo rasante de palomas, un disparo de globos. No hay verdad más armada que la pura inocencia.

 

cuentosinfantiles1@hotmail.com

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