Decisión
Ciencias de Apertura
¿ÁNGELES O
EXTRATERRESTRES?
La ciencia y la fe reconocen la existencia de estos seres de luz. Están
para ayudarnos y La Biblia nos puso sobreaviso de que vendrían en los últimos
tiempos.
SEGÚN LA CIENCIA, no estamos solos en éste viaje por el espacio infinito,
seres de inteligencia evolutiva inferior o superior a la nuestra, nos
acompañan. Muchos pilotos de líneas aéreas cuentan sus encuentros con
extraños aparatos, incluso el astronauta americano Louis Amstrong afirma que
existen seres en otros mundos, y que ha visto sus naves durante sus viajes
espaciales lo que motivó un cambio profundo en su vida.
En una noche totalmente despejada, aún con los mejores telescopios, apenas
podemos ver una
pequeña parte del universo. Si consideráramos a cada
vórtice de energía que compone nuestro cuerpo físico una entidad conciente y,
la asemejáramos a un ser humano, ese ser diminuto no podría ni ver la nariz del
cuerpo que está formando. Esa gota de energía no podría ni imaginarse que ese
océano tan gigantesco del cuerpo que compone sea, apenas, un átomo de una
galaxia llamada Vía láctea y que ella a su vez, es apenas un átomo entre todas
las galaxias que hay en el universo. Es la inmensidad de estos conceptos por lo
que la Biblia dice que el que no nace de nuevo, no podrá ver ni mucho menos
entrar al Reino de los Cielos.
SEGÚN LA BIBLIA, "En la casa de mi Padre muchas moradas hay. . . ", Jn 14:2.
Esta expresión nos hace pensar en la posibilidad de que existan
muchos mundos habitables. Son muchos los
versículos de La Biblia en los que nos presenta a un Dios Soberano del
Universo, y no solamente de la Tierra. Así, nos incita a pensar en mundos
lejanos (Jr 23:24, Isaias 13:4-5), en seres celestiales con naves espaciales,
creaciones, que para no dejar lugar a dudas, Dios reconoce como propias. Pablo,
en Romanos 8:39 dice que
ninguna otra creación podría apartarlo del amor
de Cristo. Quizás, con estas palabras quiso asegurar que aunque la ciencia
descubriera vida inteligente en el universo, no sería motivo para perder la fe
en Jesucristo.
La Biblia nos presenta a un Dios
de un Universo donde se intercambian productos (Dt. 33:14) y se trasladan
(Abdías 1:4; Amós 9:2) de un mundo a otro; incluso hasta ubica un Cielo en un
determinado punto físico:
al norte
(Job 37: 21/22). Ante la evidencia de la actividad de estos
otros seres, es lógico que también
mencione su medio de movilidad y así encontramos en varias oportunidades la
descripción de naves a las que se las llama “carros de guerra de Dios” y la
cita más conocida de los “caballos blancos” durante el relato del Apocalipsis
donde vendrán a la Tierra Jesús y muchos seres de otros mundos montados en
ellos. (Ap. 19: 11/14).
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El cielo está lleno de naves espaciales, Salmos 68:17
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Zacarías vio una nave de forma cilíndrica, Zc. 5: 1/11
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Daniel las vio con forma de rueda o discos voladores, Ezequiel 1:4/18 y 10:8/12.
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Elías fue ascendido a los cielos en una nave, 2 Reyes 2:11
Estos habitantes de otros mundos podrán ser o no EXTRATERRESTRES,
ÁNGELES, ARCÁNGELES, ANCIANOS, QUERUBINES, SERAFINES, ETC. pero son SERES
CREADOS POR DIOS, con formas probablemente diferentes, desconocidas pero,
obedientes a las mismas Leyes Divinas del Amor Universal.
“HÁGASE TU VOLUNTAD, ASÍ EN LA TIERRA, COMO EN EL CIELO” Lc. 11:2
Con estas citas podemos darnos una idea de cómo es la creación
angélica para la religión que, no es incompatible con la posibilidad de la
Confederación Galáctica. Cuando estos seres se comunican con los trabajadores
de la Luz se presentan como compañeros, en un estado de igualdad y siempre al
servicio del hombre. Se expresan de manera afectuosa y familiar mencionando
ante todo su nombre. Nos explican que nos acompañan entidades de amor, que si
tuviéramos una verdadera unión con Dios como antes, sabríamos sus nombres. El
hecho de que no se dejen ver es, justamente, para evitar la tendencia humana a
divinizar y adorar a quien juzga superior.