TRAVESIA POR EL RIO NEGRO 2001

 

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Mapa de la travesía

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Antes de la partida de Neuquén

 

 

 

 

 

 

 

Bardas en el Alto Valle

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Salida de Ing. Huergo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Acampando en Choele Choel

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cormoranes en árboles hundidos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Antes de zarpar en El Solito

 

 

 

 

Costa entre El Solito y G. Conesa

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Amanecer en Gral. Conesa

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Remando hacia Gdia. Mitre

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Proyecto

Este proyecto nace en febrero del 2001, recordando nuestra participación en la XVII edición de la Regata del Río Negro, (Guillermo Escriña y Néstor Iglesias en kayak olímpico k2), hace ya diez años, comienza a tomar forma la idea de realizar un viaje en kayak, partiendo de Neuquén y recorriendo el río Negro hasta su desembocadura y por un itinerario costero del mar Argentino, llegar a Bahía Blanca. Por distintas circunstancias va quedando en el olvido, hasta que en el mes de julio, con motivo de una conversación telefónica con Guillermo, cuando le hago el comentario de lo que estoy planeado, demuestra sumo interés en estudiar las posibilidades del proyecto, este es el aliciente que necesito para retomar el plan .

Las distancias y los tiempos que estamos considerando en un principio, son aproximados, lo mismo que las etapas a realizar. Con la experiencia de una travesía en bicicleta de 800 kms., considero que se puede hacer de este modo, aunque en principio parezca que son muchas horas de navegación por día, el criterio es que cada etapa nos ocupa una jornada, con las paradas y los descansos que sean necesarios, si tenemos en cuenta que en verano tenemos 13 o 14 horas de luz diurna, podemos distribuir el recorrido diario en varias partes. Además en este estudio previo debemos tener en cuenta el tiempo y los recursos disponibles, el entrenamiento que podamos realizar y la motivación que tengamos para soportar los imprevistos que se produzcan, porque es sabido que en este tipo de aventuras, no todo sale como esta planeado y algunas etapas no van a ser un paseo.

Una de las alternativas es hacerlo sin apoyo externo, para lo que debemos contar con kayaks tipo Travesía, lo que nos permitirá trasladar a nosotros mismos la carpa, bolsas de dormir, ropa, alimentos y agua, en este caso debemos investigar donde podemos aprovisionarnos, ya que en varios puntos del recorrido no tenemos lugares de abastecimiento cercanos a la costa del río o mar. La otra alternativa es contar con apoyo externo, pudiendo utilizar kayaks tipo Río de 4.50 mts. de eslora, en los que se pueden llevar algunos elementos necesarios para acampar una noche, si al lugar que llegamos en esa etapa no se puede acceder con un vehículo.

Los elementos que utilizaremos son: carpa iglú para dos personas, bolsas de dormir, colchonetas, calentador y farol a gas, bolsas impermeables, elementos de primeros auxilios y para cocinar, cantimploras, remo de repuesto.

Con respecto al entrenamiento que debemos realizar consideramos que debe contar de las siguientes actividades:

Trabajo aeróbico: pedestrismo o ciclismo, a un ritmo que nos permita recorrer varios kilómetros, para obtener una buena capacidad aeróbica, además de remar en kayak toda vez que sea posible.

Musculación: realizar un entrenamiento integral, entrenando todos los grupos musculares alternativamente.

Con la llegada de la primavera estamos intensificando el entrenamiento, por mi parte trato de realizar la siguiente rutina: los martes y jueves: gimnasio, los miércoles trabajo aeróbico, sábados y/o domingos, remar en kayak.

La rutina en el gimnasio no es semanal, entreno un grupo muscular por día, comienzo la serie con hombros y trapecios, en la segunda jornada abdominales y lumbares, en la siguiente bíceps y tríceps, luego trabajo pecho, continúo con espalda y finalizo entrenando piernas.

Para la parte aeróbica hago de 10 a 15 kms. de pedestrismo o en bicicleta todo terreno 30 a 40 kms. por vez, en ambos casos alterno salidas en el llano y a campo traviesa con subidas y bajadas, en las bardas.

Los fines de semana aprovecho para hacer algunas bajadas por el río Limay, desde Plottier, distante 15 kilómetros por ruta de Neuquén,  en otras oportunidades de Limay Azul a 25 kms., o desde China Muerta a 30 kms. de la capital neuquina. De más esta decir que de todo el entrenamiento ésta es la parte más placentera, remar en el río en primavera es sencillamente hermoso, el clima es agradable y el río trae un buen caudal de agua, además la vegetación circundante muestra en todo su esplendor las distintas tonalidades de verde, que se alternan con los matices marrones y rojizos de la barda, que en algunas partes termina abruptamente en la costa del río, formando una pared de varios metros de altura, donde se distinguen claramente los colores de las distintas capas que la componen.

Aunque las posibilidades de realizar todo el recorrido han disminuido, ya que por razones económicas no podemos adquirir kayaks de travesía, que de acuerdo a lo que hemos investigado serían los apropiados para el trayecto por mar, es factible hacer el tramo del río Negro hasta su desembocadura,  el resto del trayecto quedará para el futuro, cuando se den las condiciones necesarias. Alguien dijo que ninguna circunstancia debería hacernos perder la presencia de animo, indispensable para procurar hacer realidad nuestros anhelos...

Cuando la situación económica lo exige, uno trata de arreglarse con lo que tiene o puede adquirir, así es que me he puesto en contacto con Francisco Irrazabal, constructor del kayak 4.50 que poseo, me comenta que al de él, le ha hecho un par de compartimentos estancos y le ha colocado un timón rebatible, con el sistema de comando del kayak olímpico, me voy hasta Cipolletti para verlo y me gusta como ha quedado, por lo que le encargo la modificación del mío. Lo pruebo haciendo una bajada por el río Neuquén, desde el Dique Ballester, ubicado a 30 kms. por ruta de Neuquén y realmente con un timón mejora muchísimo el rendimiento y la maniobrabilidad del kayak.

Además, aprovechando que tenemos previsto ir a pasar las fiestas con mi familia en Bahía Blanca, se me ha ocurrido que puedo hacer una pequeña travesía en el kayak, saliendo de Neuquén el sábado 15/12 y hacer las etapas que pueda, Sonia el sábado 22 viaja en auto hasta Choele Choel, Gral. Conesa o donde me encuentre ese día y de ahí seguimos viaje; es una buena oportunidad ya que esto no nos representaría un viaje adicional, a lo sumo nos desviamos un poco del itinerario que haríamos para ir a Bahía. Lamentablemente Guillermo por compromisos laborales no puede acompañarme, el viaje juntos quedará para el futuro. Si bien el hecho de ir solo es atrayente por el riesgo que ello implica, lo ideal sería hacer la travesía con un amigo, compartiendo los buenos momentos  y adversidades que pudieran surgir.de esta aventura

Travesía por el Río Negro

Neuquén - Paso Córdova

15/12/01. La jornada comienza bien temprano, redacto y envío un e-mail a la lista de kayak argentina y a mis amigos, contándoles que he decidido iniciar el viaje hoy, no lo había hecho antes porque a raíz de las medidas económicas, habíamos recibido solamente una parte de nuestros ingresos y hasta último momento no tuve la certeza de poder hacer la travesía ahora.

Con anterioridad había confeccionado un Listado de Elementos, con todo lo que consideraba necesario para el viaje y el día anterior ya había comenzado a colocar las cosas que iba a llevar, en bolsas plásticas de las usadas para residuos, todos los bultos debían tener menos de 20 cm. de diámetro, ya que esa es la medida de la entrada de los compartimentos.  A medida que los voy preparando los llevo hasta la cochera y los coloco en el kayak, es una incógnita si entrara todo, afortunadamente el cálculo fue bastante acertado, los compartimientos tienen 430 litros o dm3 de capacidad, casi como la del baúl de un auto mediano. Luego con Sonia colocamos la calcomanía autoadhesiva que había hecho, con el logo de Deporte y Aventura. Cuando finalizamos con los preparativos sacamos algunas cosas del kayak  para que no sea tan pesado y lo subimos al portatablas del auto, listo para ir al río.

Luego de almorzar y dormir un rato la siesta, salimos rumbo al balneario situado al final de la calle Gatica, sobre un brazo del río Limay. Estoy totalmente dominado por la ansiedad, cuando vamos saliendo con el auto por el portón  del edificio, acciono sin darme cuenta el control remoto, bajándolo antes de que terminemos de pasar, a consecuencia de esto el portón golpea el eje del timón del kayak, torciéndolo, más nerviosismo y bronca, lo reviso y aparentemente no se ha roto nada.  Cuando llegamos al río buscamos un lugar donde no haya muchos bañistas, hace bastante calor así que el lugar esta repleto, bajamos el kayak, enderezo el eje del timón, lo que permite que funcione normalmente y mientras guardo en el kayak  las cosas que habíamos sacado, Sonia me saca algunas fotos, un guardavidas se acerca pidiéndonos que retiremos el auto de la costa, charlamos un momento, yo tenía planeado salir a las 15.30 hs. y ya son las 15.50 hs., por lo que continuo con los preparativos finalizando la conversación.

En el momento de partir me embarga la emoción, ha llegado el momento de poner en practica lo planificado durante meses, terminan aquí las noches de insomnio imaginando como sería el viaje en solitario, que se inicia en este instante.

Salgo por un canal que pasa por el balneario Río Grande, cuando voy navegando me acuerdo que en ese lugar, cuando baja un poco el nivel del río, se forma una escollera que hace que el agua continúe por el canal sin salir al río, pasando por los clubes y el balneario municipal, lo que significa remar por lugares de poca profundidad y con gente bañándose, por suerte hay una abertura en la escollera de no más de diez metros de ancho, por la que salgo al río Limay.  Recorro los primeros kilómetros con mucho cuidado, prestando atención al comportamiento del kayak con peso adicional, principalmente en las zonas de remolinos, pero responde bien al timón, aunque tarda en reaccionar un poco más de tiempo que cuando andaba sin carga.

A la confluencia de los ríos Neuquén y Limay llego más o menos en  media hora, en este punto se origina el río Negro, un poco más tarde paso por la balsa de la Isla Jordán, balneario utilizado por los pobladores de la ciudad de Cipolletti.

A medida que me alejo de los lugares que frecuento habitualmente, aumenta la sensación de aventura.

Una hora después diviso sobre la margen izquierda del río la toma de agua y el balneario de la ciudad de Allen,  en ese tramo paso a dos muchachos que van navegando en una balsa, hecha con cámaras de camión y una madera, impulsándose con dos remos de pala simple, un poco más adelante cuando paro a descansar me alcanzan nuevamente, charlamos un ratito y me cuentan que salieron de Cipolletti y van hasta Paso Córdova, nos despedimos continuando cada uno a su ritmo.

El plan de marcha previsto es el siguiente: cada hora de navegación hago un descanso sobre el kayak, busco algún tramo del río donde no haya remolinos o ramas y me dejo llevar por la corriente, mientras como una fruta y tomo agua; cada dos horas me detengo en la costa y mientras ingiero algunos carbohidratos y agua, camino un poco estirando la zona lumbar y descansando las asentaderas.

Hay una brisa del sudoeste que esta trayendo unos nubarrones bastante amenazantes, a las 20 hs. llego a Paso Córdova sin inconvenientes, ahí me espera Sonia y nuestra amiga Nancy, que ha ido a acompañarla en su auto, tomamos mate, aunque los mosquitos están insoportables; luego voy a buscar un sitio donde acampar ya que no hay camping en este lugar, en el puesto de policía caminera que esta en la entrada del puente, me aconsejan que vaya a acampar a una islita río arriba o que pregunte  en el club náutico de Gral. Roca, éste se encuentra río abajo, cerca de donde había desembarcado. El encargado del lugar me dice que únicamente me puede dejar acampar si soy miembro de algún club, por el intercambio que existe entre estas instituciones, le digo que no estoy afiliado a ninguno, pero cuando le explico cual es el motivo del viaje, considerando que estoy desarrollando una actividad deportiva, decide hacer una excepción y nos permite ingresar.  Al poco rato comienza una intensa lluvia con mucho viento, nos  refugiamos en una salón en construcción que hay en el predio, calentamos una tarta que había cocinado Sonia y cenamos, como continua la lluvia y el viento, Nancy que tenía pensado regresar a Neuquén esa noche, decide quedarse y volver a la mañana siguiente.

En un momento que amaina la tormenta, intentamos armar la carpa canadiense que llevamos en el auto, pero comienza a soplar nuevamente un fuerte viento, impidiéndonos que  terminemos de levantarla, se rompe el extremo de un parante y se arranca una de las hebillas donde van las estacas del piso, desistimos luego de ser vapuleados por el viento durante un rato. Finalmente decidimos armar la carpa en el salón, colgamos el travesaño de los tirantes del techo y con cuerdas la atamos a los marcos de las ventanas y a una mesada que había en un extremo.  Dormimos de a ratos, cada ruido nos despierta y en horas de la madrugada, se escucha un sonido como de alguien que se acerca arrastrando los pies al caminar, salgo de la carpa con la linterna en una mano  y el  cuchillo en la otra, cuando veo lo que ocasionaba el ruido, me causa gracia..., hay muchos sapos y uno de ellos se ha metido en una bolsa de nylon, cada salto que da para salir, produce el ruido que nos sobresaltó.

Paso Córdova - Villa Regina

16/12/01. A las seis de la mañana me levanto, voy hasta el río a lavarme la cara y veo que la tormenta ha pasado, el cielo esta completamente despejado y no hay viento, Sonia y Nancy también se despiertan, tomamos mate, mientras nos preparamos para la partida.

Nancy se vuelve a Neuquén y Sonia me va a esperar en Villa Regina, nos despedimos del encargado del club agradeciéndole su hospitalidad, ya que nos salvó de una buena, de nos ser por él la hubiéramos pasado mucho peor, nos comenta que han llovido 2 mm, pero por la acción del viento la tormenta había sido más impresionante. Son las ocho de la mañana cuando comienzo a remar despacio hasta entrar en calor y agarrar  ritmo, pensando además,  que me esperan 4 o 5 horas en el kayak, a poco de salir encuentro la entrada de un brazo del río que se abre hacia la izquierda y más adelante la salida, creo que se trata del que pasa por el camping de General Roca. Remar un fin de semana en el río es tener cada tanto la compañía de pescadores, ya sea en la costa o embarcados, esto no deja de ser una tranquilidad y un elemento de distracción, siempre intercambiamos un saludo y a veces algún comentario.

Continúa el paisaje de la zona del alto valle, a la izquierda mucha vegetación y a la derecha la barda, el río tiene una corriente bastante rápida, por lo que hay que tomar ciertas precauciones, por ejemplo: cuando la corriente se encuentra con la barda o con defensas aluvionales, se producen remolinos, es aconsejable pasarlos por el medio o tratar de evitarlos, ya que en los bordes el movimiento lateral es fuerte; además, a causa de las crecidas invernales que ha arrancado árboles y los ha arrastrado hasta lugares donde al bajar el nivel del agua, han encallado quedando semisumergidos, se debe tener  cuidado de que la corriente no nos lleve en esa dirección, quedar enredado entre las ramas podría ser catastrófico para un kayakista; también hay sectores con desnivel y con mucha piedra, donde se produce oleaje, éstos sectores se distinguen de lejos porque se forma una espuma blanca en las crestas de las olas.

Cuando llevo aproximadamente tres horas de navegación, me encuentro con dos pescadores, me acerco a preguntarles en que lugar estamos, me dicen que enfrente de Mainque, localidad situada sobre la ruta 22, más adelante pregunto otra vez a otros pescadores y me dicen que estoy a 5 kms. de Villa Regina, ya ansioso por llegar se me hacen interminables, parece que fueran muchos más. Después de una curva sobre la margen izquierda veo el balneario de la Isla 58, a la derecha la barda tiene como característica tres sectores piramidales de color blancuzco, he llegado a Villa Regina, la sorpresa es que además de Sonia, me están esperando mi amigo Adolfo, su esposa y un compañero de trabajo de él. Adolfo había ido río arriba y me acompaña nadando los últimos metros, me sacan unas fotos y luego llevamos el kayak hasta el lugar que habían elegido para el pic-nic, cuando me voy acercando veo un hermoso chivito a la parrilla, ya medio doradito, ¡esto si que era sorpresa y media!, charlamos mientras se termina de cocinar, cuando esta listo almorzamos, tengo bastante hambre y el chivito, regado con un buen tinto y acompañado de ensalada y duraznos de postre, era algo que no me esperaba. Pasamos la tarde charlando y tomando mate. Insisten en prestarme el teléfono celular que usa su hija Silvina, intentamos cargarle una tarjeta que han traído y no podemos hacerlo, se van a Villa Regina con la excusa que van a saludar a la madre de Letizia, regresando con el teléfono, el importe de la tarjeta cargado y un champagne para brindar por las fiestas. Luego ellos regresan a su domicilio en Cinco Saltos.

Con Sonia nos entretenemos planificando las vacaciones, que cuando termine la travesía y ella tenga su descanso anual en el trabajo,  pasaremos en Pehuen Co, balneario situado a 80 kms. de Bahía Blanca. Después me voy hasta el camping municipal para averiguar cuanto sale acampar ahí y vuelvo a buscar las cosas e instalarnos para pasar la noche; cuando regresamos al camping nos dicen que lamentablemente les han avisado, que tienen que desalojar el lugar antes de las doce de la noche, porque van a fumigar contra los mosquitos, menuda bronca me agarro..., Sonia trata de calmarme, veo todo negativo, anoche la tormenta en Paso Córdova, hoy no tenemos donde quedarnos, estoy cansado.... Nos dicen que en Ingeniero Huergo hay otro camping, vamos para allá, esto significa retroceder 15 kms., la opción es que mañana Sonia antes de volver a Neuquén, me lleve de nuevo a Villa Regina, pero como va a andar muy justa de tiempo, decido salir directamente de Huergo. Sonia cocina una pizza con palmitos y salsa golf, comemos la mitad y el resto será mi almuerzo del día siguiente.

Cuando voy a inflar las colchonetas, en la mía falta un tapón, otra más y van..., lo soluciono con un palito, pero durante la noche se desinfla un poco la almohada, igual dormimos bien, aunque en el camping a la noche quedamos solamente nosotros y un camionero, nada perturba nuestro sueño.

Ing. Huergo - Chelforó

17/12/01. Nos despertamos temprano, recién esta aclarando, desarmamos el campamento, tomamos mate y luego de sacarme una foto, con lagrimas en los ojos, nos despedimos.

La mañana ha amanecido nublada y ventosa, aquí comienza la verdadera aventura en solitario. Cuando llego al balneario de Villa Regina ha transcurrido una hora y diez minutos, lástima... es una hora de atraso en la marcha, el próximo punto de referencia es el puente de Valle Azul, que esta cerca de Chichinales, a las 2 hs. de pasar por Villa Regina lo cruzo, el paisaje que se ve desde el río muestra un vallecito muy lindo, algún día vendremos a conocerlo. A partir de aquí la barda comienza a aparecer a la izquierda y en algunos tramos se ven las vías del ferrocarril sobre esa misma margen. Cuando se cumplen las cinco horas desde que salí de Huergo, busco una islita donde almorzar, la comida es un lujo, pizza de palmitos, después de refrescarme un poco, me recuesto bajo la sombra de un árbol a escribir, me he propuesto ir haciéndolo todos los días, para no olvidarme de nada y que el relato contenga las vivencias de cada momento.

A las 14.30 hs. salgo nuevamente y remo durante dos horas sin tener puntos de referencia o alguien a quien preguntarle, para saber donde me encuentro, más tarde diviso a lo lejos a la izquierda, en una parte elevada del terreno, un edificio con un tanque de agua bastante grande y una antena, si bien recuerdo haberlo visto desde la ruta, no sé precisar exactamente donde estoy, sigo remando y al rato un muchacho que esta pescando, cuando le menciono lo que he visto, me dice que eso es Chelforó, cuando regrese a Neuquén lo verificaré.  A las 19 hs. sin ninguna otra referencia, busco una isla donde acampar, una de las condiciones es que debe tener los dos brazos del río que la rodean con buen caudal de agua, es decir con profundidad y corriente, que me ofrezcan una mínima seguridad que no puedan ser cruzados fácilmente por animales o personas, en la primera que encuentro hay vacas y en una que esta junto a ésta, pero separada por un arroyito, los árboles están llenos de nidos de garzas, con los pichones chiquitos, algunos parecen que se han caído o han bajado de los nidos y están enredados en las ramas o deambulan desconcertados por el suelo, que esta cubierto de guano, por lo que debo buscar otra. Un poco más adelante encuentro una adecuada, no es muy grande, tiene abundante vegetación, navego recorriendo todo su contorno y acampo en el extremo oeste, el único inconveniente es que tiene señales de haberse inundado, supongo que habrá sucedido en las crecidas invernales, ahora los ríos están con un caudal normal para la época. Lo primero que hago antes que refresque, es bañarme en el río y lavar la ropa, hace dos días que no me baño, así que la sensación de sentirme de nuevo limpio es muy agradable, armo la carpa, mientras hago la cena: arroz con atún, que también será el almuerzo del día siguiente. Mientras estoy en esos menesteres y como habíamos quedado con Sonia y con Adolfo, que para que durara más la carga de la batería del  celular, lo prendería de 21 a 22 hs., a las 21.05 hs. llama Sonia, hablamos pero la comunicación se corta varias veces, después llama Adolfo, es agradable poder hablar desde un lugar tan solitario con tus seres queridos y amigos.

Después de cenar me acuesto a dormir, con la inquietud de que posiblemente el nivel del río suba durante la noche, para vigilarlo periódicamente, he puesto una marca en la costa hasta donde llega el agua, otra cosa que me preocupa es que como el suelo es muy pedregoso no he podido fijar bien la carpa, espero que no se levante viento.

Alrededor de las tres de la mañana comienza a soplar un poco de viento, me levanto y con la cuerda de seguridad del kayak que tiene 20 metros de largo atada entre dos arbolitos, sujeto a ésta los vientos de la carpa, verifico si ha subido el agua y como sigue en el mismo nivel que antes, me duermo un poco más tranquilo .

Chelforó - Choele Choel

18/12/01. Me despierto a las 5.30 hs., cuando comienza a aclarar, hay un poco de viento del oeste, si continua en esa dirección me va a resultar benéfico. Desarmo la carpa y guardo todo en el kayak mientras desayuno, a las 7.30 hs. estoy en el río. A medida que va avanzando la mañana se torna más calurosa, me coloco protector solar en la nariz, los labios y el dorso de las manos, que ya están comenzando a enrojecer debido a la prolongada exposición al sol, alrededor de las once de la mañana encuentro a dos chicas bañándose, me detengo a preguntarles a cuanto estoy de Choele Choel, me dicen que a unos 37 kms., no se me ocurre preguntarles en que sitio estamos, a la media hora en un recodo del río hay unos muchachos pescando, vuelvo a preguntar por Choele, me dicen 40 kms., al rato otro pescador me dice 50 kms., decido no preguntar a nadie más, cuando llegue me daré cuenta. A las 12.45 hs. me detengo para almorzar, luego me doy un baño en el río y me pongo al día con la bitácora. A las 14.45 hs. salgo nuevamente, la temperatura ha aumentado considerablemente y como el viento me da de atrás la mayoría de las veces, aumenta la sensación de calor.

Cuando se va acercando a la zona de la isla de Choele Choel, el río se divide en múltiples brazos, algunos atajos son tentadores porque acortan las vueltas del río, pero a causa de los árboles varados, si no se ve la salida de los canales puede ser peligroso internarse en ellos.

Desde ayer estoy tomando agua del río, la saco en lugares donde hay buena profundidad y corriente, sumerjo una botella plástica a la mayor profundidad posible, para evitar las impurezas que pueda haber cerca de la superficie, luego le coloco dos gotas de lavandina por litro de agua y la dejo reposar media hora antes de beberla; este procedimiento es el que aconsejan para purificar el agua previniendo enfermedades como el cólera. Además hay que tener la precaución de extraer el agua, río arriba o lo más alejado posible de los lugares poblados.

Como ayer suponía que había pasado Chelforó, me había hecho la ilusión de llegar temprano a Choele, inclusive cuando hablé por teléfono con mi esposa, le dije que si seguía más allá de esta localidad la llamaba para avisarle, porque después tal vez no habría señal, así que toda la tarde he estado pendiente de cuando llegaría. Paso por el balneario de Beltran y aumentan los meandros, parece que estoy dando vueltas en un mismo lugar, que no avanzo, hasta que distingo una antena de comunicaciones y luego el monumento que esta antes de llegar a Choele viniendo del alto valle, más adelante diviso el cartel de una estación de servicio que esta sobre la ruta. A las 18.45 hs. veo el puente y pregunto por un camping a una familia que se halla cerca de la costa, me indican que pasando el puente y sobre la margen izquierda, donde hay un balneario, se puede acampar.

El lugar se ve bastante lindo y limpio, tiene césped que están regando con agua del río que extraen con una bomba, pregunto si se puede acampar cerca del río, ya que el kayak cargado es muy difícil de trasladar, el muchacho que me atiende me dice que no hay problema y que es un camping municipal, lo único que cobran es por el uso de los baños, me vuelvo a donde había dejado el kayak, lo subo hasta el sitio que había elegido para acampar y me doy un refrescante baño en el río, todavía hace mucho calor.  Un rato después armo la carpa y se acercan a charlar unos pibes de la escuela de remo, que tiene sus instalaciones en el lugar, me cuentan sus experiencias y después viene un señor de apellido Tricalao, que es el encargado de deportes de la comuna, me da algunos datos del siguiente tramo ya que ellos en varias ocasiones, han hecho el descenso en canoa hasta General Conesa.

Hago la cena: arroz con garbanzos, cuando la estoy cocinando, llama Sonia contándome como había sido su día y le cuento lo referente a esta parte del viaje, se queda tranquila sabiendo que estoy en un camping.  Luego de cenar actualizo la bitácora y me duermo.

Choele Choel - El Solito

19/12/01. Me cuesta levantarme un poco más de lo habitual, posiblemente a consecuencia del cansancio que se va acumulando, aunque siento un malestar corporal, que sospecho puede ser un resfrío o algún problema hepático. La jornada comienza con la rutina de guardar todo y desayunar, a las 7.30 hs. zarpo, el día se presenta soleado, con una brisa del sudoeste que luego amaina, el río a partir de aquí comienza a ser un poco más ancho y se desplaza apaciguadamente, apenas se aprecia donde va la corriente con mayor velocidad, en algunos sectores es como remar en un lago...

Algo que vengo observando hace unos días es que en esta época, los patos silvestres tienen pichones y cuando uno se acerca a ellos, los patitos se mantienen nadando lo más cerca  posible de la costa, mimetizándose con ella, mientras el pato y la pata se alejan nadando a cierta distancia del intruso y realizando una parodia como si uno de ellos estuviera  herido y no pudiera volar, gritan mientras corren y aletean chapoteando en el agua, siguiendo un recorrido oblicuo a la amenaza, llamando la atención, cuando uno se va alejando de los pichones levantan vuelo regresando, es admirable el instinto de supervivencia de algunas especies.

Otra cosa que he visto en varias ocasiones son cormoranes  en las ramas de los árboles semihundidos, secándose al sol luego de una jornada de pesca, como son negros parecen buitres esperando carroña, la imagen de estas aves en esas ramas peladas, en el medio del río, observándote pasar, parece que están esperando que desfallezcas para actuar, en algunas oportunidades estoy tentado de decirles que en lo que a mi concierne van a tener que esperar para almorzar...

Al mediodía me detengo a comer y descansar, tomo una bayaspirina C, por la dudas, luego me entretengo escribiendo hasta las tres de la tarde, hora de partir nuevamente.

A la tarde me siento un poco mejor, remo a buen ritmo durante dos horas, paro a descansar y a comer unos duraznos al natural que tengo para los intermedios, ¡un manjar!, hasta aquí venía comiendo bananas, manzanas y alguna barra de cereal, pero con el río más lento debo ir alivianando la carga, tal vez traje cosas de más. Podía haber calculado los días que tardaría en llegar a Choele, donde se puede reaprovisionar en el mismo camping y luego en Conesa y así traer menos víveres, aunque la idea era no tener que hacer recorridos con paradas fijas, así es que calculé para toda la semana. Un trecho después del descanso paso por debajo de una línea de alta tensión que cruza el río, son las cinco y media,  una hora más tarde veo una toma de agua y un tanque cisterna oxidado, que supongo será de alguna estancia.

Intento sacar una foto a los patos pero es imposible, los pichones salen para un lado y los padres para otro.

A las 19 hs. comienzo a buscar una isla donde acampar, encuentro una chiquita, que reúne las condiciones necesarias y tiene una pequeña playa donde desembarcar sin problemas, lo primero que hago es ver si tengo señal en el teléfono...aquí no hay. Me baño y lavo la ropa, cuando  termino de armar la carpa comienza a anochecer, preparo la cena, ¿adivinen?... ¡arroz con atún!

Es un bello atardecer, el cielo se va tiñendo poco a poco de un tono púrpura, hacía el sudoeste se divisan unos nubarrones y una leve brisa trae una mezcla de perfumes de la vegetación circundante, se escucha el ocasional canto de algún pájaro de regreso a su nido y el croar de los sapos, como música de fondo el agua corriendo entre las piedras..., todo muy idílico pero debo cerrar el mosquitero porque hay un ejercito de mosquitos, buenas noches.

El Solito - Gral. Conesa

20/12/01. Cerca de las dos de la mañana se levanta viento bastante fuerte, verifico los vientos de la carpa, porque el terreno es arenoso y con piedras, las estacas no han quedado muy firmes, como esta todo bien me vuelvo a dormir, pero con esa preocupación me despierto nuevamente a las 4.20 hs., decido comenzar a preparar la partida para cuando este claro, esta bastante fresco por lo que desayuno dentro de la carpa, luego guardo todo y saco una foto al amanecer. La nubosidad que había visto a la noche venía en esta dirección, al poco rato de salir el cielo se nubla completamente, el viento me es favorable, estoy deseando llegar a Conesa en este día, a los 45 minutos de marcha encuentro sobre la costa entre unos árboles una armazón de palos y una estructura de madera rectangular con techo de chapa, que tiene en la parte inferior un caño hasta el río, ¿toma de agua o baño?....

El paisaje se vuelve cada vez más árido, si bien hay lugares a la orilla del río con plantas, se observan grandes extensiones de pastizales, donde aparecen de vez en cuando algunas vacas o cabras tomando agua del río, más adelante encuentro un aparato de riego por aspersión sobre la costa sur, hay también una casa blanca en las cercanías.

Al mediodía paso por la bocatoma de Conesa, es una represa con compuertas que debe alimentar algún canal de riego, se ve una casa con ropa tendida para secar, pero no veo a nadie para preguntar cuanto me falta, sigo remando una hora más y me detengo a almorzar en una isla.  El día esta un poco caluroso pero sigue nublado. Cuando reanudo la marcha, según mis cálculos estoy cerca de Conesa, pero a medida que transcurre  la tarde y no llego aumenta la ansiedad, el río se hace cada vez más lento y las curvas mucho más amplias, así que cuando entro en una de esas curvas, con bordes exteriores erosionados por el agua y de considerable altura, trato de no pensar que ese meandro que me llevará bastante tiempo recorrer, no me acerca más que unos pocos kilómetros a mi destino, en una de esas curvas se produce bastante oleaje, por lo que me dijo el señor de la escuela de remo de Choele, siempre es así, el kayak responde de manera aceptable, aunque por el peso adicional se clava un poco en las olas.

A medida que pasan las horas voy probando si hay señal en el teléfono, lo que me indicaría que estoy cerca de Conesa, ya comienza a obscurecer cuando a las 21 hs. me detengo y me encuentro con señal telefónica y un llamado de Sonia, hablamos un rato, ella tiene ganas de contarme todo lo ocurrido en los últimos días, en su trabajo y como esta preparando el viaje para venir a buscarme, además de informarme de las últimas noticias políticas y de los disturbios sociales, yo le comento que posiblemente busque un lugar  para acampar y que mañana iría hasta el camping de Conesa, dando por finalizado el viaje.  Cuando terminamos de hablar trato de buscar como era costumbre, una islita donde pasar la noche, pero se obscurece y no me quiero arriesgar a quedar enganchado en alguna rama semihundida o en las plantas de la costa, sigo un trecho más y me acerco a la orilla, la costa presenta señales de ser un lugar donde van a beber los animales, subo hasta el borde para verificar que no haya ninguna vivienda cerca, no tengo intenciones de molestar a nadie sabiendo además que se ha declarado el estado de sitio, ya a la tarde en cercanías de una casa costera, se había escuchado un disparo cuando iba pasando, supongo que intimidatorio para que no me acercara.

La costa donde me encuentro es muy inclinada y angosta, decido no armar la carpa, ceno una lata de garbanzos con unas galletitas y colocando el sobretecho de la carpa con el remo como parante entre el kayak y el borde superior de la costa, me meto en la bolsa de dormir.

Alrededor de la medianoche escucho voces y el chapoteo de un remo en el agua, cuando me asomo para ver que pasa, veo que se acerca a la costa un bote con cinco personas a bordo, desembarcan a unos metros de donde yo estoy, los saludo, me alumbran con una linterna, lo que no me permite verlos claramente, uno de ellos me dice que no me puedo quedar ahí porque van a dejar el bote con el motor y como ya les han robado en otras oportunidades, me hacen responsable si les falta algo, el que habla dice ser bombero y que sino me voy avisará a la policía rural dándole mis datos, yo no tengo intenciones de discutir, les ofrezco mostrarles el documento pero insisten en que me vaya de ahí, resulta que me había metido en un brazo menor del río, me  indican que a un kilómetro esta el brazo principal y por éste mil metros río abajo encontrare el camping municipal. Comento que como se me había hecho de noche y sabiendo del malestar social que había me había quedado ahí, porque corría el riesgo que alguien al verme remando por la noche, pensara que tenía intenciones de robar, me dicen que ahí no hay problemas.  Meto las cosas como puedo en el kayak, tiritando un poco por el frío nocturno y por el cagazo, tomo la linterna colocándola sobre el cubrecockpit y me voy, la linterna no es de mucha ayuda ya que no puedo ver con claridad la costa, más adelante en un lugar angosto, el ruido del agua entre las ramas me alerta de que la corriente me lleva hacia ellas, decido no seguir, el riesgo es muy grande.

No me animo a desembarcar de nuevo ya que no he recorrido mucha distancia y tal vez estos tipos me sigan para asegurarse que me vaya del lugar, me arrimo a la costa y para encallar la embarcación me mojo un poco los pies, estoy en short de baño y sandalias, hace bastante frío. Me quedo sentado en el kayak tapándome con el sobretecho de la carpa y trato de dormir un poco, se me acalambran las piernas por la incomoda posición y la espalda me duele por estar apoyado en el borde del cockpit, me acomodo como puedo y duermo de a ratos.. 

Gral. Conesa - Guardia Mitre

21/12/01. A las cuatro de la mañana me bajo del bote y me abrigo, tengo los pies entumecidos y siento frío, debí haberme abrigado antes, pero anoche estaba muy cansado y confundido para pensar con claridad. Tomo un par de mates y a pesar que le había dicho a mi esposa que me quedaría ahí, decido aprovechar ese día y hacer la etapa hasta Guardia Mitre, estoy malhumorado por los acontecimientos de la noche anterior, no me voy a quedar ahí mascullando mi bronca. Comienzo a remar en dirección al brazo principal y después de media hora paso por el puente de Conesa, el río es como un espejo y presenta un aspecto extraño, producido por la bruma matinal  y los efectos de los rayos del sol naciente. En la primera parada a la hora de haber partido, intento llamar a Sonia para avisarle del cambio de planes, lamentablemente no me queda crédito en la tarjeta del teléfono para hacer la llamada, comienzo a pensar que he cometido un error, en la próxima parada ya no hay señal.

Suponiendo que será una larga etapa y que posiblemente no llegue a destino ese día, decido remar todo lo que pueda acortando los descansos y la parada del mediodía, no quiero preocuparme pero no sé si llegaré a un teléfono público antes de la noche, porque supongo que en Guardia Mitre no tendré señal telefónica. Remo durante toda la mañana a buen ritmo, hay sol y un suave viento del sudeste, que amortigua los efectos del calor. Luego de seis horas de navegación, diviso dos antenas, que si mal no recuerdo son de una estancia que esta aproximadamente a mitad de camino a Guardia Mitre, me detengo para un frugal almuerzo, una lata de atún y galletitas de soja, a la media hora continuo.  En algunos lugares más que un río se parece a una laguna, no se divisa la corriente por ningún lado, cuando llevo remando media hora encuentro a dos chicos pescando, pregunta de rigor: ¿a cuanto estamos de Guardia Mitre?, me responden que a 45 kms. y que había 30 a Conesa, haciendo un cálculo aproximado estimo que con otras seis horas puedo llegar o estar cerca del pueblo.  A la tarde el viento aumenta en intensidad y me frena un poco cuando no tengo el reparo de la costa o de los árboles, trato de no preocuparme, me digo: a las nueve de la noche, cuando no tenga señal de teléfono o haya llegado al pueblo, comenzaré a preocuparme.

Luego de varios días de navegación me encuentro físicamente bien, trato de remar con la mejor técnica posible, economizando energía y sin exigir innecesariamente los dorsales, brazos, hombros y zona lumbar, grupos musculares que de tener alguna dolencia en alguno de ellos, me pueden restar rendimiento e incluso ocasionar el final del viaje.  Las molestias que he comenzado a sentir después de remar 2 o 3 horas, son: dolor en las asentaderas, lo que me obliga a detenerme cada hora y bajarme del kayak, una dolencia en la rodilla derecha, que atenúo cambiando de posición las piernas y algunas ampollas en las manos que voy tratando con Hipoglos.  

A las 19.30 hs. tengo prevista una detención, pero veo entre los árboles lo que parecen dos torres, me entusiasmo y sigo para ver que es, luego de un recodo del río me encuentro con la balsa de Guardia Mitre, fin del viaje, me digo, agradeciendo en voz alta a Dios, Sonia, mi familia y mis amigos por permitirme realizar este viaje, algunas lagrimas me empañan la visión.

Al llegar a la balsa me acerco a la costa sur donde se ve una construcción y el balsero me dice que el pueblo queda a 15 kms. por el camino, río abajo, ya no tengo ganas de seguir remando, son las ocho y en una hora comienza a obscurecer, pruebo en la orilla del río si hay señal en el teléfono, pero no hay, mi interlocutor me dice que subiendo a la barda puede haber.  Me preparo para acampar y se acercan a charlar los integrantes del grupo responsable del funcionamiento de la balsa,  el encargado me ofrece un dormitorio, baño y cocina que tienen destinado para cuando el balsero se tiene que quedar ahí, luego subo hasta la barda y aparece otro problema, el teléfono se esta quedando sin carga, pido permiso para cargarlo en el dormitorio que me han ofrecido, eran las 21.30 hs., mientras espero que Sonia me llame y se carga el celular me recuesto en la cama...cuando despierto son las once de la noche, no tengo ganas de traer las cosas de la carpa para dormir ahí, por lo que me voy a dormir en la carpa, dejando el teléfono encendido, pero no hay llamadas.

Guardia Mitre

22/12/01.A la mañana me levanto a las 6.30 hs. y a las 7.15 hs. aparece por el camino una camioneta desde el sur, cuando viene el encargado le comento que voy a pedir que me lleven hasta el pueblo para hablar por teléfono, así se lo solicito al señor de la camioneta, que cuando le digo cuales son mis intenciones me ofrece gentilmente su celular para que hiciera la llamada, pero en el teléfono de casa se activa el contestador, dejo el mensaje pero Sonia ya debe haber salido.

Tomo mate y  actualizo la bitácora, sigo esperando la llamada salvadora, sino voy a tener que tratar de llegar a Conesa para ver si esta ahí Sonia, me entretengo charlando con los balseros, algo para destacar es la hospitalidad y amabilidad con que me ha tratado la gente de este lugar, a ellos mi agradecimiento y ojalá hubiera muchos como ellos.

Recorro caminando los quinientos metros hasta la ruta, donde en un cartel indicador  leo: Neuquén 474, Choele Choel 249, Gral. Conesa 76, Viedma 80, de acuerdo a lo que me comentaron en el río Negro hay que considerar que a las distancias por ruta hay que agregarle un 20% más. Según mis cálculos he recorrido aproximadamente 585 kilómetros en siete días, remando un total de 56 horas y 15 minutos, lo que da un promedio de 10 kilómetros por hora.

Pasado el mediodía veo llegar a Sonia, acompañada por su hermana Daniela, tremenda alegría y alivio. Luego me contaron que cuando llegaron a Choele Choel, las llamó Nancy, quien controlaba periódicamente si había mensajes en el contestador de casa, haciéndole oír el que yo había dejado y que salieron de Neuquén a las siete y media de la mañana, es decir que cuando deje el mensaje ellas estaban en la cochera cargando las cosas en el auto...jugarretas que nos hace el destino a veces.

Las largas y solitarias horas transcurridas navegando por estos hermosos paisajes, donde la naturaleza muestra todo su esplendor, fueron un deleite para los sentidos. Alterando la armonía del lugar, el rítmico chapoteo del remo hendiendo las aguas alertaba a sus moradores, que observaban curiosos mi paso.  A mis oídos llegaba la eterna melodía del agua corriendo entre piedras y ramas, acompañada en ocasiones por el canto de las aves y el sonido de la brisa en los árboles costeros. El río tozudamente borraba a mi paso la estela que el kayak iba dejando, como para que no quedaran rastros profanando la belleza de sus dominios. Carpe diem.