POETA INVITADO:
"ADALBERTO
CONDE"
(
o Alí
Al Haded en el exilio)
Su obra:
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HIGERIUM
Espuma blanca
canción de cuna
imaginario sobre
la tierra muda
¡abrasa la pus del cielo
en tu jornada donde,
piel de sol,
atropellado salmo
de córneas
entre flamas de estelas,
riela!!
¿y qué la vida,
y qué tu voz?
Atropelladamente noche
pezón desnudo
largo pelo y rubio
y en mi secreta alcoba
tus labios humectados
pacíficamente el cielo
ya nadamente y ya todo...
¿y qué la vida,
y qué tu voz?
¡un orgasmo que nace en la estepa y amanece!
Un otoño en los prados de Montevideo
La tarde siente a flor de piel la oscura
sombra que todo nubla de cemento,
y cual espejo pardo el firmamento
su admonición allega en la espesura.
La tarde mueve grácil su cintura
-no quiere fenecer por el momento-
las golondrinas juegan en el viento
mas el ocaso flota en la llanura.
Todo es desnudo al peregrino paso
de inmemorables ciclos otoñales
¡un contubernio próspero de esencias!
Y ya no habrá ni ritos ni trigales
todo será semblante de un pegaso
que trotará al compás de las ausencias.
Una razón que atañe al corazón y lo subyuga
Tuya no es la sed
ni mío es el rocío
Sin embargo la unión es posible...
Atlante solitario por las arenas
hoy camina
bajo la aurora esperando...
el nacimiento de una estrella que lo guíe.
Por pasilos sin tiempo, solitario.
Una cancíón del viento entre góticas miradas,
busca
que pinten sueños en el lienzo, desesperadamente.
Y ya preciso el sol,
fuego intenso que vomita
esplendores en la tarde donde mueren
enjaretados recuerdos,
impregna de fuego mi esperanza.
Y un predecible momento en que respira el olivo
una insurgencia jacobina ya se aleja
¿Dónde está la tarde y dónde su color intenso?
Aquí, muy cerca en el castillo
(un convento en Colonia del Sacramento)
Corazón radiante de cerezas
y labios de una novia en el bolsillo
me transportan al solemne rito de una boda
Desisto de ser niño, soy un hombre calvo
Entrego por fin mi corazón
y me alejo de toda perdición
¡soy un hombre nuevo!
¡De carne somos!
Emancipada flor que se derrumba
bajo el esmalte de la tarde negra
a la caliza piedra ya se integra
y corona mis ansias de ultratumba.
Flota mi esencia torpe en alba tumba
en un paño nihil que a nadie alegra
(ni a enemigos varios ni a mi suegra)
y que desova ritos de macumba.
Me pierdo en vientos pardos del infierno
por la corniza ciega de la vida
y al fin descubro loco el gran averno.
Es que nací sin alas, desclasado,
ignoto y pobre niño sin comida...
¡Hoy, la huraña, me ofrece un gran bocado!
Al
Trovador que trova canto de trovero
Al trovador
romántico de penas
que su
verdad, no niega ni se calla;
al gran
cantor que sangra en las arenas,
-ha dicho
dios- ¡le otorgo la medalla!
¡Torna tu
canto libre de cadenas,
en un
perfecto himno de batalla
con el humor
que brota de tus venas
y el pecho
erguido frente a la metralla!
Trovador,
canto, trova dominguero
y trovando a
la la luna bate palma
que herir no
puede al canto el carcelero
nI tampoco
acallar la voz del alma.
De trovar no
te canses ¡mi trovero!
pues tu trova es el son que más me calma.
A la mujer que amo
Alba niña, mi beso,
quiere ser el remedio
que redima del tedio,
y en tus labios ya preso
quede el alma sin seso
de este loco que canta;
y que leyes quebranta
con pasión jacobina
por leudar en la harina
de la flor que amamanta.
Carta
de amor a una novia que ya no está
"Una lluviosa tarde
de febrero
en el cristal, tus labios, dibujaba
mas el eterno duende del acero
improvisó su arco, flecha brava ..."
Alí Al Haded
¡Oh, mi dulce plebeya de pezones tintos y pelo hasta la cintura, quiero
amanecer contigo besando
tu ombligo virgo y
sentir tu acaramelado ser junto a mí!
Ayer, cuando miré la estela rubia del mar que depositaba su corona en la arena,
me despedí del viento.
No supe más que hacer.
Pardo misterio de cilicio nublando mis ojos, dejaron su
impronta y tal vez,
senti la angustia renacer en mis arenas.
Mi pecho, cadáver neutro de las olas, tímido, posó desnudo sintiendo el frío,
ese que te deja al borde del silencio.
Imagine tu voz salpícada de nubes y me fugué contigo en el ocaso,
¡todo
lienzo amarilllo!
-Ay mi flor no te vayas en mi dulce agonnía- sólo atiné a decir al ocaso, con
mis labios trémulos de sal y cadaver.
Y tu te sonreíste,
desde tu silencio primavera, me dejaste un pétalo de Nardo.
¿Por qué te has entregado al enigma en los prados del misterio, si yo llegaba
hacia ti en una nube de bálsamo azul a rescatarte del olvido? -dije apesadumbrado.
¡Oh, torpe condición moral del hombre acuso en mi corazón sangrante de pena!
¡Oh, mi celeste amiga que palpitas en las dehesas de la tarde donde mascullo un
improperio de cenizas, vuelve!
A ti te digo duramente, saeta de mi sol naciente en la espesura del arcano mudo,
deja libre a mi princesa pues la quierotoda mía con perfumes de jazmines.
¡Vanos son mis huracanes ante la HURAÑA niebla que mutila el himen de la
siesta!
Dorada Ninfa a ti te digo, desde mi atalaya desnudo, yo nací para quererte y ¡no!
para llorarte.
Viento rompe la siesta del hombre, colijo que la sangre revienta y sol impregna
su sino en una emboscada de nieve.
Hablo con la luna y ella me escucha, no me dice nada pero me escucha, ya lo sé...(presiento
que la noche es pura y mágica)
Mi novia con su mortaja blanca me mira a los ojos y me pide que no la abandone
nunca.
Rosaura es bella, tímida y punzante -ambas cosas a la vez- me guiña el ojo
desde el cielo y me pide, con voz de sombra,
"Elévate, varón, elévate hasta mi luna"
Si
me muero
Si me muero no quiero
blancas flores ni rojas,
ni las vanas congojas
ni sermones del clero,
y si muerto me entero
que oficiáis una misa
me pondré la camisa
y un sombrero muy feo
y del gris mausoleo
partiré con la brisa.
UN
NFARTO
En el cuerpo, latidos
penitentes,
secretan un abismo muy poroso
y a través de nos ¡almas inocentes!
se funden en un vaso cavernoso.
Viscosidad morada de los afluentes,
en un pomposo río misterioso
surgiendo amplificadas por las lentes
del hongo que corroe sigiloso.
Y otra vez la dama inquisidora
asestando el puñal con gran maestría
sobre el pecho del hombre ¡ya distante!
y abortada del órgano, la estría
¡guadaña de la tierra vengadora!
prosigue con su celo trashumante.
¡Hombre,
Misticismo y Tiempo!
Una sola vez fue la mentira
paje
del nadir azul y proveyó al hosco trono
de la barbarie planetaria.
Nació el ave de tamaña condición
y fue al cielo aleteando su premisa.
Creció la huella despiadada bajo el sol
y la locura fue su signo.
Surgió la sombra de la noche
como diamante de Neptuno
sobre el abril de los campos.
Saña del temperamento natural de las tormentas
embistió la roca y de su polvo gris
nació la sombra con inteligencia y voluntad
y sojuzgó la tierra.
Polvo del camino, sujeto a varianza matemática
dejó su impronta en las cálidas llanuras.
¡Y el destino fue muy rapaz con la presa!
Fugaces imágenes inmortales en el yeso de la tarde
procrearon este mundo.
Y lejos ya del porvenir el cuerpo mutilado deja su pasión
en el granero del silencio.
Y en una cuerda azul y negra
bajo la apatía de la noche absoluta
¡El tiempo pierde su batalla con el tiempo!
Un amor floral de primavera
Amor de los estambres que maduran
bajo la luz solar en su apogeo
cual delicias de labios transfiguran
la flor sedienta en rojo gineceo.
Besos de pólen mágicos perduran,
anclados sobre el pecho del deseo
que los sedosos pétalos se amuran
en gran ritual, en dócil contoneo.
Hay una flor desnuda, humectada
flora que quiere ser besada toda
bajo el rocío celeste. Abanderada
por el conubio, trama asir el cielo
y entre amoríos busca estar de moda
posando en la gramilla, ¡flor en celo!
"Un bel morir tutta la vita onora" (Lope de Vega)
Cuando la esfera, cuerpo abovedado
por los genios autistas - cineastas
de este filme infame- desbocado
universo de fósiles subastas;
la dimensión procree,.condenado
polvo de vida expirará las astas
de su encierro moral vertebrado.
¡Tendrá sentido ver las almas castas!.
Y a todo y nada ¡tiempo y misticismo!
habremos dibujado el fundamento
basal con nueva sangre inmaculada.
Aunque rehuso ver enfermo viento
que despedaza sol en el abismo,
¡tan sólo quiero armar la luna troquelada!
ADSCRIBO A MI SER SINTIENDO CELO DE LA GAITA
Si humana fortaleza resistiere
los embates vulgos dó marchita
una palabra a tiempo resucita
las ilusiones idas de quien fuere.
Un corazón que late amor no muere
si la razón del ser vital vomita
y un trovador que calla luego grita
en los estrados fundos y venciere.
No busco ser idólatra ni hereje
amo el honor por sobre todo y digo
que amo la vida y suyo soy quien teje
la trama más preciosa del sudario
que marinero soy, celoso amigo,
del cante jondo, sueño libertario.
Al
Fin mi sombra conoce el día
Si ya valiente muero,
cavando mi trinchera,
¡qué toquen las trompetas y suenen los tambores!
y cunda la esperanza menguando los temores,
que trova grande surge cuando el estro lidera.
Si ya muriendo vivo, besando la pradera,
¡que vuelen los gorriones y silben cual cantores!
y reine la bonanza, dejando sus colores
en una tarde nueva, de sol en primavera.
Detesto la obsecuencia, detesto la arrogancia;
mi campo tiene flores de penas y alegrías
que la conciencia limpia, cual estandarte, llevo.
y por dejar mi canto, solícito me atrevo
a desafiar la Parca con esta mi prestancia
que por pensar distinto, muero de poesías.
Una
Elegía
Templar la voz al son de una
guitarra mora
dejando atrás la pena que nubla la retina,
sentir la trova pura que aleja la rutina
y gritar con amor la magia creadora;
bajo la nívea luna, ¡mi hembra soñadora!
bebiendo el vino tinto que ofrece la cantina,
besando novia linda que da la celestina
y recitar sediento cuando la sed aflora;
Es encontrar el bien, y sublimar el canto,
es madurar conciencia, deshacer un quebranto
o pernoctar desnudo sobre verde gramilla.
Es encontrar el verso, que nace de la trilla,
es saturar la mente con poemas o flores
y degustar la vida, repleta de sabores.
MI
LENGUA GRITA, MI CORAZON EXPLOTA
A la zaga mi sombra, por los postreros días,
caminará descalza sobre la rubia arena
y licuará del cáliz, hasta agotar la pena,
la sangre derramada por las manos impías.
Y trovadoras almas, hartas ya de ambrosías,
irán peregrinando con la frente serena;
y nacerá del polvo, bajo la luna llena,
un caluroso canto de amor y poesías.
Batallaré sin armas, sólo usaré la pluma
y del verbo, la gracia, ¡la voz de Dios en verso!
que sangrarán tiranos el enjundio en la rama.
Seré la mar traviesa, toda magia y espuma,
que tañerán campanas monjes del universo;
y de júbilo henchido, dejaré mi proclama.