NIU
CHIAO, letrado y poeta chino, del siglo IX. Su obra abarca treinta libros.
Wang
vio dos zorros parados en las patas traseras y apoyados contra un árbol. Uno de
ellos tenía una hoja de papel en la mano y se reían como compartiendo una
broma.
Trató
de espantarlos, pero se mantuvieron firmes y él disparó contra el del papel;
lo hirió en el ojo y se llevó el papel. En la posada, refirió su aventura a
los otros huéspedes. Mientras estaba hablando, entró un señor, que tenía un
ojo lastimado. Escuchó con interés el cuento de Wang y pidió que le mostraran
el papel. Wang ya iba a mostrárselo, cuando el posadero notó que el recién
venido tenía cola. ¡Es un zorro!, exclamó y en el acto el señor se convirtió
en un zorro y huyó.
Los
zorros intentaron repetidas veces recuperar el papel, que estaba cubierto de
caracteres ininteligibles; pero fracasaron. Wang resolvió volver a su casa. En
el camino se encontró con toda su familia, que se dirigía a la capital.
Declararon que él les había ordenado ese viaje, y su madre le mostró la carta
en que le pedía que vendiera todas las propiedades y se juntara con él en la
capital. Wang examinó la carta y vio que era una hoja en blanco. Aunque ya no
tenían techo que los cobijara, Wang ordenó: Regresemos.
Un
día apareció un hermano menor que todos habían tenido por muerto. Preguntó
por las desgracias de la familia y Wang le refirió toda la historia. Ah, dijo
el hermano, cuando Wang llegó a su aventura con los zorros, ahí está la raíz
de todo el mal. Wang mostró el documento. Arrancándoselo, su hermano lo guardó
con apuro. Al fin he recobrado lo que buscaba, exclamó y, convirtiéndose en
zorro, se fue.
Niu
Chiao.