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CHARLY CON OTROS ARTISTAS
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CON GUSTAVO CERATI
"Nunca
hubo una presentación formal: con Charly
no hubiera cabido ni ahí. La primera vez
que tocamos juntos fue cuando Soda Stereo
presentó Nada Personal en Mar del
Plata; en un momento escuché unas notas
que estaban como en cualquier lugar, pero
que tenían una potencia inusitada. Cuando
me doy vuelta, lo veo a Charly sentado en
los teclados de Fabián Quintero. Después
hubo otros encuentros casuales, en
Palladium, pero nada serio hasta Tango 3,
una banda que íbamos a hacer con Charly y
Pedro Aznar. Nos juntamos tres o cuatro
veces en la sala de Soda a tocar. Eran
zapadas en las que intercambiábamos
instrumentos y hacíamos arreglos a tres
voces. De esos momentos quedaron ‘Sueles
dejarme solo’, una tema de Pedro que
terminó en Tango 4 y, lo más divertido,
‘No te mueras en mi casa’. Hicimos la
letra como en el juego del diccionario,
cada uno tirando palabras, Pero la idea
central fue de Charly. También tocamos
muchos covers y quedaron registrados en un
par de cintas que andan por ahí.
La energía de Charly es arrolladora; de
repente muta de ser un psicópata a ser un
tipo sensible y débil. Tiene facetas muy
especiales. Para mí era muy interesante
verlo en acción y observar cómo hacían
otros para trabajar; a partir de ahí
comencé a ser más social en mis
composiciones, a abrir el juego. Charly es
un gran generador de cuestiones sociales.
Admiro eso de él: sigue jugando con lo
que hace.
Yo tengo una relación muy cariñosa con
Charly, que va más allá de juntarnos a
tocar. Siempre mantenemos como una sincronía.
A lo mejor estamos alejados en parámetros
musicales o tenemos búsquedas y modos
diferentes. Charly es una tromba humana;
al principio me asustaba un poco el vértigo
que genera, pero después empecé a
quererlo, algo que se mantiene hasta
hoy." |
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CON ANDRES CALAMARO
“A
Charly la primera vez que lo vi fue en los
estudios Fonema; yo estaba grabando con Raíces
en 1978. Vino con David a escuchar las
cintas del Festival del Amor. Lo conocí
bien en la casa de Andy Cherniavsky y
Clota Ponieman, en Belgrano. Hacía calor,
y enseguida formamos lo que íntimamente
llamábamos el club Palta, chicos
dedicados a la música, la amistad, el
dibujo, y a la intoxicación en el mejor
sentido de la palabra.
Buenos Aires no estaba tan infestada de
cocaína. Quince años atrás éramos
felices y tóxicos. Como todos.
La primera grabación con Los Abuelos fue
producida por Charly en toda regla. Yo lo
pasaba a buscar a Charly y nos íbamos
para Panda. En nuestra primera grabación
tuve que soportar un herpes, tal vez por
la felicidad. Para mí era una gran ilusión
estar en una foto con Charly y Bazterrica,
más allá de determiados momentos de la
noche. Él sabía que con nosotros curtía
bien, y eso es lo principal con él, tal
vez por eso terminamos en su banda
Cachorro, Bazterrica y yo. Trabajar con él
fue muy exigente para mí, porque no se
puede ir a su velocidad, musicalmente
hablando. Charly tiene una potencia muy
insólita; algunos dicen que es un genio
musical una vez que lo conocen en persona
y que lo ven funcionar de cerca. Detrás
de las canciones, los discos, los
conciertos y el personaje, algunos músicos
que comparten con él un momento musical
pleno se van con la certeza de haber
conocido a un genio. Yo también pienso lo
mismo. Charly tiene un oído y una memoria
musical fuera de serie. No reconoce la
armonía vulgar. Charly en un cumpleaños,
con esta guitarra (casi de juguete), pero
con dos cuerdas menos o con un teclado
cualquiera te puede demosrar la potencia
de un Hendrix en su mejor momento.
Con él encontré una cosa que me
impresionó más que estar frente a uno de
mis ídolos, y que era su día a día
musical; no sólo el disco que grabó, o
el concierto que hizo, sino la noche que
pasa en el cumpleaños de cualquiera con
el piano desafinado. La amistad es una
cosa que seguiremos tratando de averiguar
qué es, pero mientras tanto éstos son
hechos porque lo vi y lo escuché.” |
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CON LUIS ALBERTO SPINETTA
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“Charly es una expresión genial del
poder de la canción. A mediados de la década
del 80, hubo un momento en que sufrí
porque mis hijos bailaban con sus
canciones, y escuchaban las mías como con
resignación. Por eso cambié, en un
momento, la forma de mis temas, para que
mis hijos bailaran con ellos como bailaban
con los de él. Me sigue doliendo no haber
podido sincronizar para hacer aquel disco
en común. Para mi, Charly es una especie
de Van Gogh del rock argentino”.
» Para
resaltar...
"Le
he dicho a Charly... tenés que crecer
para que la aldea crezca... vos sos lo más,
pero estás demasiado en la egomanía, bajá
y dedicate a ser la belleza..."
2.2.86 |
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CON LEON GIECO
"Cuando
vi 'Amadeus' enseguida pensé en Charly:
si él era Mozart, yo y todos los demás
éramos Salieri. Lo dije en un reportaje y
a él le encantó, lo mismo que el tema
‘Los Salieris de Charly’, que me lo
agradeció mil veces. El otro día me di
cuenta leyendo las letras de Yendo de
la cama al living de lo increíbles
que son: Charly es muy profundo, como
Artaud o Dylan Thomas. Pero además es una
muy buena persona, con muy buenos
sentimientos. Si el rompió algo alguna
vez fue un cuadro, pero nunca le rompió
la cabeza a nadie. Con las chicas tuvo un
par de problemas.
En los primeros tiempos Charly y yo teníamos
una relación muy fluida. Más adelante en
el tiempo, me acuerdo de una noche en el
hotel Edén de La Falda; íbamos a tocar
todos y se entabló como un juego. Charly
se puso a hinchar las pelotas con el piano
y nos miraba. ‘¿Qué quieren que
toque?’ decía: Crosby. Stills y Nash.
James Taylor. Cat Stevens. Todo. Los
Beatles. Rolling Stones. Y ya comenzaron a
pedirle cosas dificilísimas. Mozart.
Vivaldi. Estuvo hasta la mañana del día
siguiente.
Creo que cuando me ve, Charly encuentra
como un ‘container’: hay respeto, y
por eso se tranquiliza un poco. Lo he
visto mal algunas veces, como cuando
conocimos a James Taylor en su recital en
Vélez. Carlos Vega, el baterista, grabó
conmigo en ‘Desenchufado’, y fue el
que nos lo presentó. Charly estaba por
allá lejos, pero lo fui a buscar para que
viniera conmigo a conocer al tipo. Y el me
pidió que lo esperara, estaba como
cansado, en cámara lenta, quería correr
pero no podía. Eso me shockeó mucho.
Entramos al VIP; en la mesa estábamos
Alicia, Goldberg, Taylor, Charly y yo.
García, mal y todo, habla en inglés con
James Taylor que lo trataba como a un
genio. Yo le dije que Charly era lo más
grande que hay acá. Y Taylor me dijo
‘Ya lo sé’. Eso me pareció increíble.” |
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CON PIPO CIPOLATTI
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“Creo
que lo conocí en un cumpleaños de Daniel
Melingo, elrededor de 1981; nunca estuve
mucho con él porque siempre lo rodean los
monitorazos. Charly es uno de los tipos más
talentosos que hay. Es un generador de las
cosas más inteligentes que suceden dentro
de la música. Tiene un control muy grande
sobre la forma de hacer canciones. Él
escribe una cosa, y generalmente es buena.
No todas sus cosas me gustan. Excelente
persona, maravilloso ser humano y buen
vecino, tres cosas fundamentales que debe
tener un hombre. Tiene una personalidad
atrapante, atrayente, enigmática y, al
mismo tiempo, abierta.
Yo lo paso bárbaro cuando él está cool.
Participé de su show en el Roxy a fines
de 1995 cuando tocó seis o siete horas,
en lo que debe haber sido el show más
largo de la historia. Hasta yo subí a
tocar ‘Canción para mi muerte’. Fue
algo increíble: los bateristas iban
cayendo uno a uno.”
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CON FABIANA CANTILO
“Él siempre decía que yo era su versión
femenina; no sé, pero tenemos varios
Pellegrinis que corrimos a la par. Yo
estaba tan zarpada... Lo conocí en la
casa de una amiga a los 18 años, pero lo
comencé a ver más en la época de las
Bay Biscuits, cuando tocamos en el teatro
Coliseo con Serú Girán. Charly me
defendió en el festival de Pan Caliente:
yo era como gordita y con flequillo. Me da
impresión hablar de nuestro romance,
porque él estaba con Zoca en esa época,
pero yo no era la novia de Charly. Nos veíamos
en reuniones y generábamos alguna
historia para vernos. En esa época el
compuso ‘Los dinosaurios’, y yo... me
enamoré de su música.
Él en esa época brillaba mucho, pero un
día me bajé de esa relación.
Es un tipo romántico, muestra de frente
sus sentimientos, su debilidad, su
necesidad de amor. Es más: lo reclama,
cual niño. Tiene una memoria admirable.
Se acuerda de todo, a pesar de que ha
tenido ochocientas novias vive cada
romance como un enamoramiento, aunque dure
dos días.
La tiene muy clara como productor y músico;
dirigía una orquesta y sabía lo que quería.
Yo creo que él se pone trista por algo
que le habrá pasado alguna vez, y busca
algo que ni él mismo sabe qué es. Y como
no lo tiene se pone mal. Es como una
sensación de vacío que yo también
siento. Yo no sé cómo él lo hace. La
persona que está acostumbrada a que lo
halaguen, a que le digan todo que sí, se
despega del mundo y de la realidad, y no
puede actuar como un ser humano normal,
porque no lo dejan. Entonces hay que
decirle ‘Loco, ¿quién sos? No sos
Dios, sos un ser humano’, cosa que
siempre le dije yo y nos peleábamos. El
juego de la omnipotencia que nos
perjudica. Sin embargo, es un placer
charlar con él cuando está para
conversar. Es cómico, y está dotado para
ser absolutamente genial, a pesar de que
él quiera destruir todo eso a veces.
¿Cómo no me voy a acordar de lo que
compusimos juntos? ¿Él dice que no me
acuerdo? Pero si era un placer, lo que
pasa es que cuando yo iba a la casa me
sacaba cagando. No quería tocar conmigo.
Charly, ¡No te hagas el boludo! Los que
pasa es que estábamos los dos de la nuca.
Hicimos dos canciones fabulosas: ‘A
punto de caer’ y ‘Siempre puedes
olvidar, y eso era parte de un gran
casette que el señor tiró por la ventana
o quemó.
¿Cómo que yo no me acuerdo? Para mí es
un honor: paso a la historia por haber
compuesto con Charly García. Es una
maravilla lo que pasa con Charly: tiene
tanta información musical, empieza a
zapar, y yo voy con la voz a donde él va.
Tenemos como una comunión armónica” |
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CON FITO PAEZ
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“Es muy sencillo decirlo: yo soy músico
porque escuché las canciones de Spinetta
y Charly, porque un día que jamás
olvidaré vi a
Charly en vivo, en el teatro de la Fundación
Astengo, en Rosario. Cuando en los 80 me
llamó para integrar su banda, para mi fue
tocar el cielo con las manos. Hoy pienso
que Charly quema, como la verdad. Lo
siento como un amigo y a veces como una
especie de tío loco e imprevisible”.
» Para
resaltar...
"Es
tal la agudeza de su mirada que se puede
decir que es un tipo peligroso, y es tal
su silencio que se puede decir que es un
tipo talentoso..."
"No
es Charly el que está con problemas, es
el mundo... García es una persona
extraordinaria, un héroe para los
argentinos, es un artista, con piano o sin
piano... Charly tiene el temperamento de
Artaud, de Van Gogh, el temperamento de
los grandes artistas." |
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SABINA
HABLA DE CHARLY
"Cuando
hablo de Charly, Cristo me viene ala mente
en el sentido de la inmolación, no en el
sentido trágico de tanto miserable que
lleva años especulando sobre cual es su
estado de salud. En el modo en que él se
ofrenda todo el tiempo. Charly no ha
rehuido el peligro de ser el rey, creo que
si ese modo autárquico y soberbio que él
tiene lo tuviera cualquier otro yo no se
lo perdonaría. A Charly le perdono eso y
mil cosas más, porque me da a mí la
gana, y porque lo amo tal como es. Me
gustaría que a veces dejara un poquito
mas de espacio a su alrededor, que no
impusiera todo el tiempo. Pero ya me
gustaría a mí ser yo de otro modo. La
gente cree que Charly vive en una urna de
cristal y que no mira a su alrededor. En
momentos, ese tipo que parece que usa la
ropa y la tira, cuando salió al Gran Rex
se había puesto un chaleco que yo le había
regalado hace cuatro años y que yo
pensaba que no había sobrevivido ni a esa
nocha. Es un detalle de cariño, de
amistad, muy curioso. Se acuerda de todo,
de cosas inconcebibles. No conozco a nadie
que desde que se despierta esté sólo
pendiente de inventar. A veces me parece
que está al límite. Pero he visto a
tipos al límite como él que no producen
nada, que se autocompadecen, que son mártires
de la esquina del bar, no conozco tipos
tan al límite que hayan dado alegría a
tantísima gente, que hayan aportado
tanto, que hayan inventado tanto. La
Argentina es un país que venera
excesivamente a sus artistas: les crea un
star system muy fuerte y los prevee de una
corte de adulación alrededor de la que es
difícil escapar. Esto funciona para bien
y para mal. En el caso de Charly y de Fito
la veneración que ellos despiertan en la
calle los ha asilado demasiado. Charly no
se deja ailar, anda corriendo por ahí,
pero sí tiene una relación a veces
demasiado frenética, que incluso puede
parecer despótica, pero que esconde una
tremenda lección surrealista para su público.
La otra noche lo vi hacer una cosa que me
puso la carne de gallina, que es difícil
de entender y de explicar, pero cualquiera
que haya leído a Buñuel, a Bretón o a
cualquiera de los surrealistas de los años
´30 que hacían actos aparentemente
violentos para provocar una reacción la
comprenderá. Ibamos en un taxi a cenar a
Edelweiss y pasa un colectivo con los
pibes que vuelven a sus casas a las tres
de la mañana, completamente apretujados.
De ellos veo a dos que se quedan mirando a
Charly. Yo quería saber que pasaba y le
digo: ´García, mirá´. El los observa y
les dice -no se como explicarlo para que
se entienda, porque para mi es muy
admirable- ´Les doy un consejo: coman
caviar´. Ese es Charly"
» Para
resaltar...
“Para
mí es una mezcla de Chaplin y Gardel, sólo
que de la era del sexo, la droga y el
roncanrol. Es un sinónimo de una Buenos
Aires genial, eléctrica, cansadora,
ambiciosa”.
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CON MERCEDES SOSA
"En lugar de atacarlo sin sentido, a
Charly hay que cuidarlo. La Argentina está
llena de mitos que no existen, y cuando
existen –como Charly- se los trata de
liquidar, o peor aún, se los neutraliza y
vuelve aburridos. Insisto: a Charly hay
que cuidarlo.
¿Y si Charly está loco, qué? ¿Qué
importa si un gran compositor esté loco?.
En la película “Amada Inmortal”,
Beethoven no era muy normal... ¿Y qué es
ser normal? Los artistas tienen un
concepto distinto de la normalidad, y eso
hacen que sean distintos también del común
de la gente.
Yo no soy una compositora, no tengo
responsabilidad con mi obra, más allá de
cuidar la garganta y la cabeza para saber
elegir mi repertorio. Pero los
compositores tienen que ver cosas que
nosotros no vemos, escuchar cosas que
nosotros no escuchamos. Entonces, ¿cuál
es la razón por la que pedimos que un
artista responda a los parámetros que la
sociedad impone?. Cuando alguna vez lo he
visto mal a Charly me preocupé. Pero, no
hay porqué criticar sus hábitos. El
artista no puede ser juzgado por sus actos
privados sino por sus obras." |
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