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                    HISTORIA DE SERU GIRAN 
 Apodados
                    "los Beatles criollos", Serú Girán tiene como
                    mayor virtud haber dado el paso fundamental para que el rock
                    pasara a ser masivo. Si bien no es la primera
                    "super-banda", es la primera que logra llegar
                    tanto a las clases bajas como a la media-alta, "a los
                    rockeros y a los chetos", para utilizar el léxico de
                    la época. Con records de ventas y espectadores en sus
                    shows, este grupo consiguó también fusionar varios estilos
                    musicales, para alcanzar un sonido muy particular, característico
                    de esta transición entre décadas.  
                    La popularidad de este grupo también se ve reflejada en las
                    - ahora tradicionales - encuestas de la revista Pelo. Serú
                    Girán ganó las categorías de Mejor Guitarrista, Mejor
                    Tecladista, Mejor Bajista, Mejor Baterista, Mejor Compositor
                    (García) y Mejor Grupo en Vivo en los años 1978, '79, '80
                    y '81. A esto se le agrega Grupo Revelación 1978; Mejor
                    Cantante (Lebón) '80 y '81; Mejor Tema '78
                    ("Seminare") y '81 ("Peperina") y Mejor
                    Album 1978 ("Serú Girán"). Este fenómeno se
                    mantiene inigualado hasta nuestros días.  
                    Tras las peleas en La Máquina de Hacer Pájaros, Charly
                    García tomó la determinación de dejar la banda y viajar a
                    Brasil con David Lebón, su amigo desde la época de Sui
                    Generis. Con la plata recaudada en el Festival del Amor
                    (Luna Park, 11/11/1977) alquilaron una casa por tres meses
                    en Buzios, al norte de Río de Janeiro. Por no tener dinero
                    suficiente para pagar el impuesto, todos los equipos que
                    llevaban quedaron decomisados en la aduana.  
                    A los dos meses Charly regresa a Buenos Aires para arreglar
                    contrato con Oscar Lopez y Billy Bond. Una noche, en un pub
                    donde se presentaba Pastoral, Charly quedó fascinado con la
                    habilidad de Aznar en el bajo. Esperó a que terminara el
                    show y fue a buscarlo a los camarines. No fue necesaria
                    mucha charla para que Pedro aceptara viajar con él a Brasil
                    e incorporarse al grupo en gestación. «...Cuando lo ví a
                    Pero pelar el bajo, se me cayó la mandíbula hasta la
                    rodilla. Pensé: este pibe es muy bueno, es casi mejor que
                    yo», recuerda en tono de broma David. (Clarín,
                    03/05/1992).  
                    Con la plata que había recibido como anticipo del contrato,
                    costeó los pasajes a San Pablo de ellos y el de Oscar Moro,
                    a quien ya había apalabrado para viajar. Allá se reunirían
                    con David Lebón. «Esa misma noche tocamos por primera vez
                    juntos y decidimos armar Serú Girán» (Charly García).  
                    Pese a los problemas económicos, esta fue una etapa muy
                    creativa y fructífera: compusieron más de quince temas, de
                    los cuales se seleccionaron los mejores para la edición del
                    primer disco.  
                    Las sesiones de grabación comenzaron en los estudios El
                    Dorado de San Pablo, y culminaron en ABC Recording Studios
                    de Los Angeles, Estados Unidos. Para "Serú Girán"
                    (1978) contaron con la colaboración de Daniel Goldberg,
                    quien tenía a su cargo los arreglos musicales y la dirección
                    de la orquesta de 24 músicos que participó en algunos
                    temas como "Eiti-Leda" o "Serú Girán".
                    La complejidad armónica de este proyecto demuestra que,
                    desde el comienzo, las ambiciones que tenían apuntaban
                    mucho más alto que la del resto de los músicos nacionales
                    de ese momento.  
 
                    El resultado final del disco los entusiasmó mucho: sonaba
                    como una fusión de jazz-rock con música brasilera. Pedro
                    recuerda: «...cuando apareció ese álbum, la prensa le dio
                    una importancia infernal, se creó todo una caso... había
                    un inmovilismo total». La revista Pelo, una de las
                    publicaciones especializadas de la época, decía: «"Serú
                    Girán" es un álbum compacto, extremadamente pulido en
                    su producción, a pesar de lo cual suena menos armado que La
                    Máquina de Hacer Pájaros. (...) Serú Girán debuta con un
                    buen álbum. Una música que trasluce los nuevos horizontes
                    de García y sus nuevos compañeros de ruta.» (Pelo Nº104).  
                    El primer show en vivo de Serú Girán tuvo lugar en el
                    Riachuelo, a bordo de un barco anclado. Este recital - al
                    cual sólo asistieron periodistas, músicos y amigos - tenía
                    la finalidad de observar la respuesta de la crítica
                    especializada. Esa noche el grupo se mostró sólido y
                    contundente, lo que parecía, abriría las puertas del público
                    masivo rápidamente. 
                    El debut en vivo de la banda ante el público porteño
                    ocurrió dos semanas después, el 28 de julio de 1978, en el
                    estadio Luna Park, con orquesta (sección de cuerdas y
                    vientos) y circuito cerrado de televisión. En al parte
                    trasera del escenario, una pantalla gigante mostraba a los músicos
                    dirigiéndose a escena. David, Pedro y Oscar salieron
                    vestidos totalmente de blanco, mientras que Charly eligió
                    una malla negra, saco y zapatillas. El comienzo del recital,
                    con la orquesta a pleno interpretando la poderosa introducción
                    del tema "Serú Girán", presagiaba una noche
                    inolvidable. No fue así. Cuando tocaron el tema "Disco
                    Shock"- una sátira de la música disco, tan en boga en
                    el momento - la gente presente creyó que era en serio y,
                    tras un coro de silbidos, empezaron a pedirle a García el
                    "Blues del Levante", el tema que había compuesto
                    con motivo de la despedida de Sui Generis. El público quedó
                    desconcertado y el resto del recital transcurrió ante la
                    indiferencia general. La gente no había entendido el
                    mensaje, o Serú no había sabido expresarlo.  
                    Las críticas de los medios contra la banda arreciaron. El
                    diario La Opinión, por ejemplo, publicó que eran lo peor
                    que había en la Argentina, y sostenía que tenían «voces
                    homosexuales». Estas declaraciones eran la culminación de
                    una "campaña de desprestigio" que había tenido
                    lugar contra García, mientras el grupo estaba ensayando en
                    Brasil. La vanguardia de esa campaña había sido el
                    titular: «Charly García, ¿ídolo o qué?».  
                    Para el segundo trabajo discográfico, "La Grasa de las
                    Capitales" (1979), Serú eligió una propuesta mucho más
                    directa. Eliminaron la orquesta, que no había sido
                    totalmente aceptada por el público, y compusieron temas más
                    simples y directos.  
                    La crítica de la revista Pelo a este disco fue bastante
                    positiva: «"La Grasa..." es un disco que va a
                    tener admiradores y detractores igualmente incondicionales.
                    Por un lado, estarán los que darán la bienvenida a un García
                    que abandonó la complejidad y retorna a la temática de crítica
                    social que tan bien desarrolló anteriormente. Y por el
                    otro, habrá quienes condenen esta simplicidad como falta de
                    progreso. Pese a todo, es uno de los trabajos más logrados
                    del año.» (Pelo No 122).  
                    Los rumores de separación quedaron desacreditados con la
                    presentación del long-play, a lo largo de seis funciones en
                    el Auditorio Buenos Aires, previa gira por las ciudades de Córdoba,
                    San Luis y Mendoza. Tras la experiencia frustrante del
                    comienzo, prefirieron no exponerse demasiado y escogieron un
                    lugar pequeño.  
                    El show comenzó en la oscuridad total, mientras se
                    escuchaba el playback del coro de introducción al tema
                    "La Grasa...". Acto seguido, se encendieron todas
                    las luces y la banda irrumpió en el escenario.
                    "Viernes 3 AM", "Perro andaluz" y
                    "Los sobrevivientes" fueron los temas más
                    festejados por el público. También hubo lugar para la
                    nostalgia:  
                    "Seminare" y "Eiti-Leda" obtuvieron el
                    reconocimiento de la gente, durante los bises. A fuerza de
                    recitales y tenacidad, Serú logró revertir las opiniones
                    de la crítica y del público. Allí comenzó a gestarse el
                    fenómeno masivo que aún hoy persiste.  
                    El siguiente álbum de Serú Girán se llamaría
                    "Bicicleta" (1980). Años más tarde se recordaría
                    el tercer disco de Serú Girán como lo mejor de la agrupación,
                    llegándoselo incluso a comparar con "Abbey Road",
                    el transformador duodécimo LP de los Beatles. Sin embargo,
                    en ese entonces, los medios «especializados» no le
                    atribuyeron al material tanta importancia. Por ejemplo, Pelo
                    comentaba: «...el tercer álbum de Serú Girán
                    probablemente recorrerá el camino del éxito que tuvieron
                    los anteriores, pero es difícil que "Bicicleta"
                    representa plenamente el poderío de esta banda. (...) Serú
                    Girán llegó al máximo de sus posibilidades sobre un
                    escenario, pero todavía le falta andar mucho camino en los
                    estudios». (Pelo No 139). 
 El disco "Bicicleta" - nombre que en un principio
                    Charly había propuesto para el grupo, pero fue rechazado
                    por el resto - fue presentado en Obras, el 6 y 7 de junio de
                    1980. En el escenario se podían observar ruedas de
                    bicicleta, conejos y flores, algo que llamó la atención
                    del público y de la prensa, por ser el primer grupo que tenía
                    algún tipo de preocupación por la puesta en escena. El
                    hecho se debió a que Serú Girán había delegado la
                    responsabilidad escenográfica a Renata Schussheim, una
                    vieja amiga de Charly. A partir de "Bicicleta",
                    Serú Girán comenzó con sus grandes shows.  
                    Un mes después, en agosto de 1980, se presentaron en el
                    Monterrey Jazz Festival, en Río de Janeiro.
                    Tradicionalmente, los representantes argentinos en este
                    festival estaban más vinculados al jazz o al tango que al
                    rock progresivo que proponía Serú. Ese año el concierto
                    se dividió en dos partes. En la primera, se presentaban Serú,
                    el guitarrista Pat Metheny y George Duke. El éxito obtenido
                    por los argentinos en esa función fue tal, que los
                    organizadores les ofrecieron volver a tocar en la segunda -
                    la principal - junto a John McLaughlin, Hermeto Pascoal,
                    Edgberto Gismonti y Weather Report. «Cuando tocaba
                    McLaughlin, la gente patinaba y le tiraba avioncitos de
                    papel. ¡Yo me quería morir! Si a McLaughlin le hacían
                    eso, a nosotros nos achuraban», recuerda García. Sin
                    embargo, esta predicción resultó completamente errónea.
                    La principal razón de la respuesta favorable del público
                    residió en la variedad de matices en los temas
                    interpretados por ellos y, asimismo, algunos de éstos tenían
                    una cadencia marcada que invitaba al baile.  
                    Este festival marcó dos hechos muy importantes para la vida
                    del grupo. Por un lado, se hicieron conocer y dejaron una
                    muy buena impresión entre los cariocas, hecho destacado
                    incluso por la prensa argentina (Clarín, 28/08/80). Por el
                    otro, allí fue donde Pat Metheny conoció a Pedro Aznar: el
                    comienzo del fin.  
                    Antes de terminar el año, otros dos hitos en la Historia
                    del Rock Nacional tendrían como protagonistas al grupo. El
                    primero, fueron los dos recitales (12 y 13 de setiembre) en
                    los que tocaron junto a Spinetta Jade. Es un hecho histórico
                    que dos grupos de semejante magnitud estuvieran simultáneamente
                    en el escenario.  
                    Cuando apareció Luis Alberto Spinetta y arrancó con el
                    tema de Sui Generis "Cuando ya me empiece a quedar
                    solo", la gente entendió que no se encontraba ante un
                    recital común. Luego, de la oscuridad, surgió Charly con
                    el tema "Que ves el cielo". Bajo un clima
                    enfervorizado, Lebón interpretó "Música del
                    alma" y luego entraron todos los demás: Aznar y Moro,
                    por un lado, Spinetta, Pomo, Satragni y Rapoport y Del
                    Barrio por el otro. Juntos tocaron temas de la agrupación
                    comandada por el Flaco, y la gente aplaudió a rabiar. El
                    recital se cerró con los dos grupos sobre el escenario
                    interpretando "El mendigo en el andén" y
                    "Crisálida". 
                    La actuación de Spinetta Jade fue muy aplaudida, pese a su
                    difícil estilo. Fue notorio el esfuerzo de Spinetta por
                    lograr mayor simpleza en su música, para que el público de
                    Obras pudiera entender su mensaje. Serú Girán, en cambio,
                    fue ovacionado desde el comienzo, dejando en evidencia el
                    increíble «feeling» que tenía con la gente.  
                    El otro hito importante tuvo lugar en la Rural. El 30 de
                    diciembre, 60.000 personas, según cifras de la Policía
                    Federal, se congregaron para escuchar a la banda número
                    uno: «... el picadero de la Rural estaba abarrotado. Una
                    compacta cola (...) llegaba hasta la estación Pacífico.
                    Aunque la Policía no encontraba clave alguna en la letra de
                    "Alicia en el País", repetida hasta el cansancio,
                    igualmente retuvo a un puñado de muchachos. Los productores
                    negociaron y finalmente ese 30 de diciembre no hubo
                    detenidos» (Ramos / Lejbowicz, pág.23). García comentaba:
                    «...con este asunto de ir a los recitales y que te lleve la
                    cana, la gente al final se da cuenta de que lo único que te
                    pasa es que vas a dormir en una comisaría, pero que nadie
                    puede para toda la onda». (Humor, año 1981).  
                    En 1981 el presidente de facto Roberto Viola buscó
                    acercarse a los músicos. Inteligentemente, utilizó la
                    fuerte ascendencia de éstos sobre la juventud, para mostrar
                    al país su «aflicción» por los problemas que sufrían
                    los jóvenes. Los rockeros no salían de su asombro.
                    Spinetta recuerda una anécdota al respecto: «Yo les batí
                    un par de cosas y también les sugerí que construyeran el
                    observatorio más grande del mundo... un delirio, pero qué
                    les iba a decir?» (Berti, pág.60). En el tema
                    "Encuentro con el diablo", David Lebón ironizaba
                    sobre esta reunión: «nunca pensé encontrarme con el jefe
                    / en su oficina de tan buen humor / pidiéndome que diga lo
                    que pienso / qué es los que pienso yo de esta situación.»  
 
                    "Peperina" (1981), el cuarto disco de Serú Girán,
                    que se había empezado a grabar en abril, fue lanzado para
                    fines de ese año. La historia de Peperina es conocida: «Quiero
                    contarles una buena historia / la de una chica que vivió la
                    euforia / de ser parte del rock / tomando té de peperina».
                    El tema trata acerca de una señorita que escribía notas de
                    rock en Córdoba. Siempre que Serú tocaba en esa ciudad,
                    ella calificaba la presentación uno «un bochorno». De más
                    está decir que, pese a sus defenestrantes críticas, los
                    estadios se llenaban. Se dice que cuando escuchó «su»
                    tema por primera vez, acotó que Serú Girán seguía sin
                    gustarle, pero que García era "un buen sociólogo"
                    (?). 
                    Con respecto al disco, Charly sostiene que es un adelanto
                    notable en cuanto a la calidad de grabación. Sin embargo,
                    la revista Pelo no se mostró muy conforme con este trabajo:
                    «Peperina no impresiona como un álbum compacto. En él hay
                    canciones que nítidamente se diferencian de nivel,
                    literaria y musicalmente. (...) Tienen marcas familiares de
                    toda la música de Serú: canciones melancólicas, melodías
                    agradables sobresaltadas por algún riff ardiente y las
                    mismas falencias de producción que el grupo arrastra desde
                    su primer trabajo discográfico (...) El disco no
                    decepcionará a los seguidores, pero no tiene la
                    homogeneidad de "La Grasa..." y plantea el
                    interrogante sobre el futuro (...) Llegó el momento difícil:
                    están en la cima y lo que hagan puede hacerlos afirmar o
                    tambalearse». (Pelo Nº154). 
                    Por el contrario, Gloria Guerrero, en el número 63 de
                    Humor, comentaba: «El álbum, por lo poco que pude escuchar
                    de él en un cassettito, la gasta, y tal cosa no me
                    sorprende». En el número siguiente, completa: «...probablemente,
                    "Peperina" no representa un 'enorme' paso al
                    frente luego de su trabajo anterior. Parece, a fuerza de ser
                    sinceros, algo así como un "álbum
                    complementario" de "Bicicleta", aunque más
                    suelto y espontáneo». 
                    Los días 4, 5 y 6 de setiembre el disco fue presentado en
                    el estadio Obras. En honor al Sgt. Pepper's de Los Beatles,
                    Serú Girán salió a escena con un show simple. Esta
                    sencillez permitió que la conjunción música-imagen se
                    diera sin altibajos. En principio, cuando Charly y David
                    compusieron los temas de este disco, García pensó que se
                    trataba más de una película que de un long-play. Por eso
                    se le ocurrió la idea de poner en el recital una pantalla
                    gigante, proyectar videos grabados especialmente y que el
                    grupo tocara en penumbras, acompañando a esas imágenes. Lo
                    que impidió la concreción de esta idea fue el techo
                    demasiado bajo del estadio: la pantalla taparía gran parte
                    del escenario y ellos quedarían ocultos casi completamente.
                    Finalmente, la idea fue descartada.  
                    Para despedir el año, tocaron el 25, 26 y 27 de diciembre
                    en el teatro Coliseo, en la Capital Federal. Para esos
                    shows, Charly contrató a las Bay Biscuits, un grupo de
                    teatro-rock integrado por Vivi Tellas, Mayco Castro Volpe,
                    Lisa Wakoluk, Diana Nylon y Fabiana Cantilo (ésta última
                    sería luego corista estable de la banda de Charly). El número
                    iba intercalado en el concierto y fueron recibidas con
                    chiflidos e insultos de todo tipo.  
                    En enero del '81 Aznar es convocado por el guitarrista
                    norteamericano Pat Metheny para incorporarse a su banda.
                    Acordaron encontrarse en Estados Unidos, ya que Pedro viajaría
                    al año siguiente para estudiar en la Universidad de
                    Berklee. Este hecho marcaría el final de la banda.  
                    Las críticas de los discos anteriores coincidían en una
                    cosa: a Serú, en estudios, le faltaba la fuerza y la energía
                    que tenía en vivo. Fue necesario esperar hasta el final
                    mismo de esta agrupación (al menos en ese momento la
                    disolución era definitiva) para conseguir el registro de
                    ese material.  
«Cuando Pedro me comentó que se iba, me sentí muy mal -
                    rememora Charly - porque habíamos logrado un grupo que
                    sonaba muy bien (...) Habíamos conseguido mucha comunicación
                    con la gente (...) Además, se nos estaban abriendo las
                    puertas de Europa y sin él no lo vamos a poder aprovechar.
                    Por otro lado, Pedro es un músico que está muy por sobre
                    el nivel de lo que es la Argentina ahora (1982) y era lindo
                    tocar con un tipo así. Pero también me sentí muy bien
                    porque Pedro tiene otras perspectivas de vida y otros gustos
                    musicales. El quiere realizarse como persona, y me parece bárbaro».
                    (Pelo Nº160).  
 
                    Cuando Aznar le anunció al grupo que se iba, todos
                    decidieron tomarse un tiempo para reflexionar. Fue así que
                    Charly viajó a Brasil para trabajar en su primer disco
                    solista; David se tomó unas vacaciones en Punta del Este y
                    Oscar se quedó en Buenos Aires. Al mes siguiente (febrero
                    de 1982), los cuatro músicos se reunieron para realizar una
                    gira por la Costa Atlántica: San Bernardo, Villa Gessell,
                    Necochea, Pinamar, Miramar, Santa Teresita y, obviamente,
                    Mar del Plata fueron los sitios elegidos por la banda. El día
                    final de la agrupación estaba cada vez más cerca.  
                    Pero la historia del grupo merecía un broche de oro: era
                    necesario un Adiós Serú Girán. Debía ser un concierto
                    espectacular y se organizó para los días 6 y 7 de marzo en
                    Obras Sanitarias, la Catedral del Rock. En esa oportunidad,
                    el grupo «...sonó como nunca y la labor de los músicos en
                    el escenario no escatimó fervor, a pesar de estar grabando
                    en vivo. Charly, David, Pedro y Oscar ofrecieron un espectáculo
                    sólido, vibrante y emotivo, y en el cual se evidenció un
                    soplo más rockero en el estilo del grupo. Pedro Aznar fue
                    despedido con una ovación porque, a pesar de que sus gustos
                    musicales distaban de los del resto del grupo y del público
                    en general, le dio a Serú (...) un sonido muy particular y
                    distintivo». (Leyendas Nº7).  
                    "No llores por mí, Argentina" (1982) terminó
                    siendo una recopilación en vivo de los éxitos más
                    importantes de la banda, con la excepción del tema homónimo
                    y "Popotitos", un cover del clásico tema. 
                    Al respecto, Gloria Guerrero comenta: «...había tres
                    razones (para esperar este LP). La primera, conservar el último
                    testimonio del trabajo de Pedro Aznar. La segunda, asistir,
                    por fin, al sonido de Serú Girán en vivo. La tercera,
                    tener a mano los temas nuevos: "No llores por mí"
                    y "Pena en mi corazón" (...) Como última obra de
                    Serú Girán-cuarteto, tiene todo el valor histórico y todo
                    el valor que le confiere la indiscutida calidad del grupo».
                    (Humor Nº84).  
                    "No llores..." es un tema fuerte, que marca una
                    especie de resumen de época, una suerte de balance - no
                    olvidemos que fue compuesto en 1982, en los albores de la
                    Guerra de Malvinas, la caída de la Junta Militar y el
                    posterior advenimiento de la Democracia - en un tono de
                    protesta y reproche a la vez, un estilo que tanto rédito le
                    daría a García en los años posteriores.  
                    Si bien en un primer momento se barajó la posibilidad de
                    continuar como trío (pasando Lebón a la doble función de
                    guitarrista y bajista) y, en todo caso, buscar algún
                    reemplazo para las presentaciones en vivo, la falta de
                    motivación fue evidente y el proyecto quedó descartado.
                    Lebón trabajaba en su proyecto solista "El tiempo es
                    veloz" y García ya estaba embarcado en su álbum doble
                    "Yendo de la cama al living / Pubis angelical". 
                    El 16 de mayo de 1982, Serú participa del Festival de la
                    Solidaridad Americana, organizado ante 60.000 personas en el
                    campo de hockey de Obras, para recolectar elementos para los
                    chicos argentinos que sufrían en Malvinas y agradecer a los
                    países que habían prestado su apoyo y se habían
                    solidarizado con Argentina. Transmitidos en directo por
                    radio y televisión, se presentaron los músicos más
                    importantes del momento: lo que quedaba del ya disuelto Serú
                    Girán, León Gieco, Spinetta Jade, Raúl Porchetto, Nito
                    Mestre, y muchos más.  
                    Desde mediados de 1991 se comenzó a manejar la posibilidad
                    del retorno de Serú. «Se trata de superar un recuerdo. -
                    reflexionaba García por aquella época - Hace mucho que
                    estamos trabajando para no perder la grandeza, para que el
                    tipo que alguna vez vio a Serú Girán lo vuelva a ver y no
                    se decepcione y para que los chicos que no lo vieron tengan
                    un flash». Exactamente eso fue lo que ocurrió. "Serú
                    '92" es, sin dudas, el más flojo de todos los discos
                    de la banda. Mucho más pop, por momentos peca de
                    "light", falto del compromiso característico.  
                    Sin embargo fue un éxito comercial, con ventas que
                    superaron las 200.000 copias y multitudinarios shows en
                    Rosario, Córdoba y dos en la Capital Federal, éstos últimos
                    ante más de 160.000 personas, los cuales fueron editados en
                    dos nuevos LPs. Si bien los Serú no querían convertir su
                    retorno en un negocio - y menos para otros - ésto no quedó
                    totalmente al margen de sus planes. «Terminemos de una
                    buena vez con la división entre el espíritu y la materia.
                    Es todo lo mismo: sentimos un inmenso placer por tocar y eso
                    tiene un precio que mucha gente no dudará en pagar. Una
                    cosa no excluye la otra» (Pedro Aznar a Clarín, 03/05/92).
                    "¿Si era por plata? Claro que era por plata... entre
                    otras cosas. No vamos a tocar en River por nada. Obviamente
                    que te tenés que defender y una vez que estás ahí arriba,
                    algo tenés que hacer. Y creo que la hicimos bastante bien.
                    La plata es un elemento más, si no la tenés, no podés
                    hacer el show". (García a Clarín, 21/01/93).  
                    También quedaba flotando la incógnita sobre si el regreso
                    sería para esos shows o si se proseguiría con el proyecto
                    interrumpido abruptamente en 1982. Previo a salir al ruedo,
                    nadie se atrevió a confirmar ninguna de las dos
                    posibilidades, quizás porque ni ellos mismos lo supieran.
                    Durante los bises del segundo y último show de la banda en
                    Buenos Aires, estalló esa pelea latente que reinaba desde
                    tanto tiempo atrás entre García, de fuerte personalidad y
                    líder natural del grupo, y David Lebón, harto de las
                    ansias de protagonismo de aquél. Fue necesaria la mediación
                    de Pedro Aznar para que el guitarrista subiera nuevamente al
                    escenario y así, todos juntos, se despidieran
                    definitivamente de las presentaciones en vivo.  
                    En síntesis, terminó siendo un momento en el cual todos
                    (los de adentro y los de afuera) hicieron de cuenta que el
                    tiempo no había transcurrido. De esa forma, y sólo de esa
                    forma, el retorno de Serú Girán fue positivo. El estallido
                    de los fuegos artificiales que cerraron el show terminó por
                    despertar esa melancólica suposición, para enterrar
                    definitivamente a la banda.  
                    En 1995 se editó una recopilación, "Oro",
                    aprovechando el lanzamiento de la película
                    "Peperina", dirigida por Raúl de la Torre y
                    protagonizada por Andrea del Boca en el papel de Patricia
                    Perea (la verdadera Peperina). Este film contiene secuencias
                    documentales del retorno de 1992.
                  
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