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HISTORIA DE SERU GIRAN
Apodados
"los Beatles criollos", Serú Girán tiene como
mayor virtud haber dado el paso fundamental para que el rock
pasara a ser masivo. Si bien no es la primera
"super-banda", es la primera que logra llegar
tanto a las clases bajas como a la media-alta, "a los
rockeros y a los chetos", para utilizar el léxico de
la época. Con records de ventas y espectadores en sus
shows, este grupo consiguó también fusionar varios estilos
musicales, para alcanzar un sonido muy particular, característico
de esta transición entre décadas.
La popularidad de este grupo también se ve reflejada en las
- ahora tradicionales - encuestas de la revista Pelo. Serú
Girán ganó las categorías de Mejor Guitarrista, Mejor
Tecladista, Mejor Bajista, Mejor Baterista, Mejor Compositor
(García) y Mejor Grupo en Vivo en los años 1978, '79, '80
y '81. A esto se le agrega Grupo Revelación 1978; Mejor
Cantante (Lebón) '80 y '81; Mejor Tema '78
("Seminare") y '81 ("Peperina") y Mejor
Album 1978 ("Serú Girán"). Este fenómeno se
mantiene inigualado hasta nuestros días.
Tras las peleas en La Máquina de Hacer Pájaros, Charly
García tomó la determinación de dejar la banda y viajar a
Brasil con David Lebón, su amigo desde la época de Sui
Generis. Con la plata recaudada en el Festival del Amor
(Luna Park, 11/11/1977) alquilaron una casa por tres meses
en Buzios, al norte de Río de Janeiro. Por no tener dinero
suficiente para pagar el impuesto, todos los equipos que
llevaban quedaron decomisados en la aduana.
A los dos meses Charly regresa a Buenos Aires para arreglar
contrato con Oscar Lopez y Billy Bond. Una noche, en un pub
donde se presentaba Pastoral, Charly quedó fascinado con la
habilidad de Aznar en el bajo. Esperó a que terminara el
show y fue a buscarlo a los camarines. No fue necesaria
mucha charla para que Pedro aceptara viajar con él a Brasil
e incorporarse al grupo en gestación. «...Cuando lo ví a
Pero pelar el bajo, se me cayó la mandíbula hasta la
rodilla. Pensé: este pibe es muy bueno, es casi mejor que
yo», recuerda en tono de broma David. (Clarín,
03/05/1992).
Con la plata que había recibido como anticipo del contrato,
costeó los pasajes a San Pablo de ellos y el de Oscar Moro,
a quien ya había apalabrado para viajar. Allá se reunirían
con David Lebón. «Esa misma noche tocamos por primera vez
juntos y decidimos armar Serú Girán» (Charly García).
Pese a los problemas económicos, esta fue una etapa muy
creativa y fructífera: compusieron más de quince temas, de
los cuales se seleccionaron los mejores para la edición del
primer disco.
Las sesiones de grabación comenzaron en los estudios El
Dorado de San Pablo, y culminaron en ABC Recording Studios
de Los Angeles, Estados Unidos. Para "Serú Girán"
(1978) contaron con la colaboración de Daniel Goldberg,
quien tenía a su cargo los arreglos musicales y la dirección
de la orquesta de 24 músicos que participó en algunos
temas como "Eiti-Leda" o "Serú Girán".
La complejidad armónica de este proyecto demuestra que,
desde el comienzo, las ambiciones que tenían apuntaban
mucho más alto que la del resto de los músicos nacionales
de ese momento.
El resultado final del disco los entusiasmó mucho: sonaba
como una fusión de jazz-rock con música brasilera. Pedro
recuerda: «...cuando apareció ese álbum, la prensa le dio
una importancia infernal, se creó todo una caso... había
un inmovilismo total». La revista Pelo, una de las
publicaciones especializadas de la época, decía: «"Serú
Girán" es un álbum compacto, extremadamente pulido en
su producción, a pesar de lo cual suena menos armado que La
Máquina de Hacer Pájaros. (...) Serú Girán debuta con un
buen álbum. Una música que trasluce los nuevos horizontes
de García y sus nuevos compañeros de ruta.» (Pelo Nº104).
El primer show en vivo de Serú Girán tuvo lugar en el
Riachuelo, a bordo de un barco anclado. Este recital - al
cual sólo asistieron periodistas, músicos y amigos - tenía
la finalidad de observar la respuesta de la crítica
especializada. Esa noche el grupo se mostró sólido y
contundente, lo que parecía, abriría las puertas del público
masivo rápidamente.
El debut en vivo de la banda ante el público porteño
ocurrió dos semanas después, el 28 de julio de 1978, en el
estadio Luna Park, con orquesta (sección de cuerdas y
vientos) y circuito cerrado de televisión. En al parte
trasera del escenario, una pantalla gigante mostraba a los músicos
dirigiéndose a escena. David, Pedro y Oscar salieron
vestidos totalmente de blanco, mientras que Charly eligió
una malla negra, saco y zapatillas. El comienzo del recital,
con la orquesta a pleno interpretando la poderosa introducción
del tema "Serú Girán", presagiaba una noche
inolvidable. No fue así. Cuando tocaron el tema "Disco
Shock"- una sátira de la música disco, tan en boga en
el momento - la gente presente creyó que era en serio y,
tras un coro de silbidos, empezaron a pedirle a García el
"Blues del Levante", el tema que había compuesto
con motivo de la despedida de Sui Generis. El público quedó
desconcertado y el resto del recital transcurrió ante la
indiferencia general. La gente no había entendido el
mensaje, o Serú no había sabido expresarlo.
Las críticas de los medios contra la banda arreciaron. El
diario La Opinión, por ejemplo, publicó que eran lo peor
que había en la Argentina, y sostenía que tenían «voces
homosexuales». Estas declaraciones eran la culminación de
una "campaña de desprestigio" que había tenido
lugar contra García, mientras el grupo estaba ensayando en
Brasil. La vanguardia de esa campaña había sido el
titular: «Charly García, ¿ídolo o qué?».
Para el segundo trabajo discográfico, "La Grasa de las
Capitales" (1979), Serú eligió una propuesta mucho más
directa. Eliminaron la orquesta, que no había sido
totalmente aceptada por el público, y compusieron temas más
simples y directos.
La crítica de la revista Pelo a este disco fue bastante
positiva: «"La Grasa..." es un disco que va a
tener admiradores y detractores igualmente incondicionales.
Por un lado, estarán los que darán la bienvenida a un García
que abandonó la complejidad y retorna a la temática de crítica
social que tan bien desarrolló anteriormente. Y por el
otro, habrá quienes condenen esta simplicidad como falta de
progreso. Pese a todo, es uno de los trabajos más logrados
del año.» (Pelo No 122).
Los rumores de separación quedaron desacreditados con la
presentación del long-play, a lo largo de seis funciones en
el Auditorio Buenos Aires, previa gira por las ciudades de Córdoba,
San Luis y Mendoza. Tras la experiencia frustrante del
comienzo, prefirieron no exponerse demasiado y escogieron un
lugar pequeño.
El show comenzó en la oscuridad total, mientras se
escuchaba el playback del coro de introducción al tema
"La Grasa...". Acto seguido, se encendieron todas
las luces y la banda irrumpió en el escenario.
"Viernes 3 AM", "Perro andaluz" y
"Los sobrevivientes" fueron los temas más
festejados por el público. También hubo lugar para la
nostalgia:
"Seminare" y "Eiti-Leda" obtuvieron el
reconocimiento de la gente, durante los bises. A fuerza de
recitales y tenacidad, Serú logró revertir las opiniones
de la crítica y del público. Allí comenzó a gestarse el
fenómeno masivo que aún hoy persiste.
El siguiente álbum de Serú Girán se llamaría
"Bicicleta" (1980). Años más tarde se recordaría
el tercer disco de Serú Girán como lo mejor de la agrupación,
llegándoselo incluso a comparar con "Abbey Road",
el transformador duodécimo LP de los Beatles. Sin embargo,
en ese entonces, los medios «especializados» no le
atribuyeron al material tanta importancia. Por ejemplo, Pelo
comentaba: «...el tercer álbum de Serú Girán
probablemente recorrerá el camino del éxito que tuvieron
los anteriores, pero es difícil que "Bicicleta"
representa plenamente el poderío de esta banda. (...) Serú
Girán llegó al máximo de sus posibilidades sobre un
escenario, pero todavía le falta andar mucho camino en los
estudios». (Pelo No 139).
El disco "Bicicleta" - nombre que en un principio
Charly había propuesto para el grupo, pero fue rechazado
por el resto - fue presentado en Obras, el 6 y 7 de junio de
1980. En el escenario se podían observar ruedas de
bicicleta, conejos y flores, algo que llamó la atención
del público y de la prensa, por ser el primer grupo que tenía
algún tipo de preocupación por la puesta en escena. El
hecho se debió a que Serú Girán había delegado la
responsabilidad escenográfica a Renata Schussheim, una
vieja amiga de Charly. A partir de "Bicicleta",
Serú Girán comenzó con sus grandes shows.
Un mes después, en agosto de 1980, se presentaron en el
Monterrey Jazz Festival, en Río de Janeiro.
Tradicionalmente, los representantes argentinos en este
festival estaban más vinculados al jazz o al tango que al
rock progresivo que proponía Serú. Ese año el concierto
se dividió en dos partes. En la primera, se presentaban Serú,
el guitarrista Pat Metheny y George Duke. El éxito obtenido
por los argentinos en esa función fue tal, que los
organizadores les ofrecieron volver a tocar en la segunda -
la principal - junto a John McLaughlin, Hermeto Pascoal,
Edgberto Gismonti y Weather Report. «Cuando tocaba
McLaughlin, la gente patinaba y le tiraba avioncitos de
papel. ¡Yo me quería morir! Si a McLaughlin le hacían
eso, a nosotros nos achuraban», recuerda García. Sin
embargo, esta predicción resultó completamente errónea.
La principal razón de la respuesta favorable del público
residió en la variedad de matices en los temas
interpretados por ellos y, asimismo, algunos de éstos tenían
una cadencia marcada que invitaba al baile.
Este festival marcó dos hechos muy importantes para la vida
del grupo. Por un lado, se hicieron conocer y dejaron una
muy buena impresión entre los cariocas, hecho destacado
incluso por la prensa argentina (Clarín, 28/08/80). Por el
otro, allí fue donde Pat Metheny conoció a Pedro Aznar: el
comienzo del fin.
Antes de terminar el año, otros dos hitos en la Historia
del Rock Nacional tendrían como protagonistas al grupo. El
primero, fueron los dos recitales (12 y 13 de setiembre) en
los que tocaron junto a Spinetta Jade. Es un hecho histórico
que dos grupos de semejante magnitud estuvieran simultáneamente
en el escenario.
Cuando apareció Luis Alberto Spinetta y arrancó con el
tema de Sui Generis "Cuando ya me empiece a quedar
solo", la gente entendió que no se encontraba ante un
recital común. Luego, de la oscuridad, surgió Charly con
el tema "Que ves el cielo". Bajo un clima
enfervorizado, Lebón interpretó "Música del
alma" y luego entraron todos los demás: Aznar y Moro,
por un lado, Spinetta, Pomo, Satragni y Rapoport y Del
Barrio por el otro. Juntos tocaron temas de la agrupación
comandada por el Flaco, y la gente aplaudió a rabiar. El
recital se cerró con los dos grupos sobre el escenario
interpretando "El mendigo en el andén" y
"Crisálida".
La actuación de Spinetta Jade fue muy aplaudida, pese a su
difícil estilo. Fue notorio el esfuerzo de Spinetta por
lograr mayor simpleza en su música, para que el público de
Obras pudiera entender su mensaje. Serú Girán, en cambio,
fue ovacionado desde el comienzo, dejando en evidencia el
increíble «feeling» que tenía con la gente.
El otro hito importante tuvo lugar en la Rural. El 30 de
diciembre, 60.000 personas, según cifras de la Policía
Federal, se congregaron para escuchar a la banda número
uno: «... el picadero de la Rural estaba abarrotado. Una
compacta cola (...) llegaba hasta la estación Pacífico.
Aunque la Policía no encontraba clave alguna en la letra de
"Alicia en el País", repetida hasta el cansancio,
igualmente retuvo a un puñado de muchachos. Los productores
negociaron y finalmente ese 30 de diciembre no hubo
detenidos» (Ramos / Lejbowicz, pág.23). García comentaba:
«...con este asunto de ir a los recitales y que te lleve la
cana, la gente al final se da cuenta de que lo único que te
pasa es que vas a dormir en una comisaría, pero que nadie
puede para toda la onda». (Humor, año 1981).
En 1981 el presidente de facto Roberto Viola buscó
acercarse a los músicos. Inteligentemente, utilizó la
fuerte ascendencia de éstos sobre la juventud, para mostrar
al país su «aflicción» por los problemas que sufrían
los jóvenes. Los rockeros no salían de su asombro.
Spinetta recuerda una anécdota al respecto: «Yo les batí
un par de cosas y también les sugerí que construyeran el
observatorio más grande del mundo... un delirio, pero qué
les iba a decir?» (Berti, pág.60). En el tema
"Encuentro con el diablo", David Lebón ironizaba
sobre esta reunión: «nunca pensé encontrarme con el jefe
/ en su oficina de tan buen humor / pidiéndome que diga lo
que pienso / qué es los que pienso yo de esta situación.»
"Peperina" (1981), el cuarto disco de Serú Girán,
que se había empezado a grabar en abril, fue lanzado para
fines de ese año. La historia de Peperina es conocida: «Quiero
contarles una buena historia / la de una chica que vivió la
euforia / de ser parte del rock / tomando té de peperina».
El tema trata acerca de una señorita que escribía notas de
rock en Córdoba. Siempre que Serú tocaba en esa ciudad,
ella calificaba la presentación uno «un bochorno». De más
está decir que, pese a sus defenestrantes críticas, los
estadios se llenaban. Se dice que cuando escuchó «su»
tema por primera vez, acotó que Serú Girán seguía sin
gustarle, pero que García era "un buen sociólogo"
(?).
Con respecto al disco, Charly sostiene que es un adelanto
notable en cuanto a la calidad de grabación. Sin embargo,
la revista Pelo no se mostró muy conforme con este trabajo:
«Peperina no impresiona como un álbum compacto. En él hay
canciones que nítidamente se diferencian de nivel,
literaria y musicalmente. (...) Tienen marcas familiares de
toda la música de Serú: canciones melancólicas, melodías
agradables sobresaltadas por algún riff ardiente y las
mismas falencias de producción que el grupo arrastra desde
su primer trabajo discográfico (...) El disco no
decepcionará a los seguidores, pero no tiene la
homogeneidad de "La Grasa..." y plantea el
interrogante sobre el futuro (...) Llegó el momento difícil:
están en la cima y lo que hagan puede hacerlos afirmar o
tambalearse». (Pelo Nº154).
Por el contrario, Gloria Guerrero, en el número 63 de
Humor, comentaba: «El álbum, por lo poco que pude escuchar
de él en un cassettito, la gasta, y tal cosa no me
sorprende». En el número siguiente, completa: «...probablemente,
"Peperina" no representa un 'enorme' paso al
frente luego de su trabajo anterior. Parece, a fuerza de ser
sinceros, algo así como un "álbum
complementario" de "Bicicleta", aunque más
suelto y espontáneo».
Los días 4, 5 y 6 de setiembre el disco fue presentado en
el estadio Obras. En honor al Sgt. Pepper's de Los Beatles,
Serú Girán salió a escena con un show simple. Esta
sencillez permitió que la conjunción música-imagen se
diera sin altibajos. En principio, cuando Charly y David
compusieron los temas de este disco, García pensó que se
trataba más de una película que de un long-play. Por eso
se le ocurrió la idea de poner en el recital una pantalla
gigante, proyectar videos grabados especialmente y que el
grupo tocara en penumbras, acompañando a esas imágenes. Lo
que impidió la concreción de esta idea fue el techo
demasiado bajo del estadio: la pantalla taparía gran parte
del escenario y ellos quedarían ocultos casi completamente.
Finalmente, la idea fue descartada.
Para despedir el año, tocaron el 25, 26 y 27 de diciembre
en el teatro Coliseo, en la Capital Federal. Para esos
shows, Charly contrató a las Bay Biscuits, un grupo de
teatro-rock integrado por Vivi Tellas, Mayco Castro Volpe,
Lisa Wakoluk, Diana Nylon y Fabiana Cantilo (ésta última
sería luego corista estable de la banda de Charly). El número
iba intercalado en el concierto y fueron recibidas con
chiflidos e insultos de todo tipo.
En enero del '81 Aznar es convocado por el guitarrista
norteamericano Pat Metheny para incorporarse a su banda.
Acordaron encontrarse en Estados Unidos, ya que Pedro viajaría
al año siguiente para estudiar en la Universidad de
Berklee. Este hecho marcaría el final de la banda.
Las críticas de los discos anteriores coincidían en una
cosa: a Serú, en estudios, le faltaba la fuerza y la energía
que tenía en vivo. Fue necesario esperar hasta el final
mismo de esta agrupación (al menos en ese momento la
disolución era definitiva) para conseguir el registro de
ese material.
«Cuando Pedro me comentó que se iba, me sentí muy mal -
rememora Charly - porque habíamos logrado un grupo que
sonaba muy bien (...) Habíamos conseguido mucha comunicación
con la gente (...) Además, se nos estaban abriendo las
puertas de Europa y sin él no lo vamos a poder aprovechar.
Por otro lado, Pedro es un músico que está muy por sobre
el nivel de lo que es la Argentina ahora (1982) y era lindo
tocar con un tipo así. Pero también me sentí muy bien
porque Pedro tiene otras perspectivas de vida y otros gustos
musicales. El quiere realizarse como persona, y me parece bárbaro».
(Pelo Nº160).
Cuando Aznar le anunció al grupo que se iba, todos
decidieron tomarse un tiempo para reflexionar. Fue así que
Charly viajó a Brasil para trabajar en su primer disco
solista; David se tomó unas vacaciones en Punta del Este y
Oscar se quedó en Buenos Aires. Al mes siguiente (febrero
de 1982), los cuatro músicos se reunieron para realizar una
gira por la Costa Atlántica: San Bernardo, Villa Gessell,
Necochea, Pinamar, Miramar, Santa Teresita y, obviamente,
Mar del Plata fueron los sitios elegidos por la banda. El día
final de la agrupación estaba cada vez más cerca.
Pero la historia del grupo merecía un broche de oro: era
necesario un Adiós Serú Girán. Debía ser un concierto
espectacular y se organizó para los días 6 y 7 de marzo en
Obras Sanitarias, la Catedral del Rock. En esa oportunidad,
el grupo «...sonó como nunca y la labor de los músicos en
el escenario no escatimó fervor, a pesar de estar grabando
en vivo. Charly, David, Pedro y Oscar ofrecieron un espectáculo
sólido, vibrante y emotivo, y en el cual se evidenció un
soplo más rockero en el estilo del grupo. Pedro Aznar fue
despedido con una ovación porque, a pesar de que sus gustos
musicales distaban de los del resto del grupo y del público
en general, le dio a Serú (...) un sonido muy particular y
distintivo». (Leyendas Nº7).
"No llores por mí, Argentina" (1982) terminó
siendo una recopilación en vivo de los éxitos más
importantes de la banda, con la excepción del tema homónimo
y "Popotitos", un cover del clásico tema.
Al respecto, Gloria Guerrero comenta: «...había tres
razones (para esperar este LP). La primera, conservar el último
testimonio del trabajo de Pedro Aznar. La segunda, asistir,
por fin, al sonido de Serú Girán en vivo. La tercera,
tener a mano los temas nuevos: "No llores por mí"
y "Pena en mi corazón" (...) Como última obra de
Serú Girán-cuarteto, tiene todo el valor histórico y todo
el valor que le confiere la indiscutida calidad del grupo».
(Humor Nº84).
"No llores..." es un tema fuerte, que marca una
especie de resumen de época, una suerte de balance - no
olvidemos que fue compuesto en 1982, en los albores de la
Guerra de Malvinas, la caída de la Junta Militar y el
posterior advenimiento de la Democracia - en un tono de
protesta y reproche a la vez, un estilo que tanto rédito le
daría a García en los años posteriores.
Si bien en un primer momento se barajó la posibilidad de
continuar como trío (pasando Lebón a la doble función de
guitarrista y bajista) y, en todo caso, buscar algún
reemplazo para las presentaciones en vivo, la falta de
motivación fue evidente y el proyecto quedó descartado.
Lebón trabajaba en su proyecto solista "El tiempo es
veloz" y García ya estaba embarcado en su álbum doble
"Yendo de la cama al living / Pubis angelical".
El 16 de mayo de 1982, Serú participa del Festival de la
Solidaridad Americana, organizado ante 60.000 personas en el
campo de hockey de Obras, para recolectar elementos para los
chicos argentinos que sufrían en Malvinas y agradecer a los
países que habían prestado su apoyo y se habían
solidarizado con Argentina. Transmitidos en directo por
radio y televisión, se presentaron los músicos más
importantes del momento: lo que quedaba del ya disuelto Serú
Girán, León Gieco, Spinetta Jade, Raúl Porchetto, Nito
Mestre, y muchos más.
Desde mediados de 1991 se comenzó a manejar la posibilidad
del retorno de Serú. «Se trata de superar un recuerdo. -
reflexionaba García por aquella época - Hace mucho que
estamos trabajando para no perder la grandeza, para que el
tipo que alguna vez vio a Serú Girán lo vuelva a ver y no
se decepcione y para que los chicos que no lo vieron tengan
un flash». Exactamente eso fue lo que ocurrió. "Serú
'92" es, sin dudas, el más flojo de todos los discos
de la banda. Mucho más pop, por momentos peca de
"light", falto del compromiso característico.
Sin embargo fue un éxito comercial, con ventas que
superaron las 200.000 copias y multitudinarios shows en
Rosario, Córdoba y dos en la Capital Federal, éstos últimos
ante más de 160.000 personas, los cuales fueron editados en
dos nuevos LPs. Si bien los Serú no querían convertir su
retorno en un negocio - y menos para otros - ésto no quedó
totalmente al margen de sus planes. «Terminemos de una
buena vez con la división entre el espíritu y la materia.
Es todo lo mismo: sentimos un inmenso placer por tocar y eso
tiene un precio que mucha gente no dudará en pagar. Una
cosa no excluye la otra» (Pedro Aznar a Clarín, 03/05/92).
"¿Si era por plata? Claro que era por plata... entre
otras cosas. No vamos a tocar en River por nada. Obviamente
que te tenés que defender y una vez que estás ahí arriba,
algo tenés que hacer. Y creo que la hicimos bastante bien.
La plata es un elemento más, si no la tenés, no podés
hacer el show". (García a Clarín, 21/01/93).
También quedaba flotando la incógnita sobre si el regreso
sería para esos shows o si se proseguiría con el proyecto
interrumpido abruptamente en 1982. Previo a salir al ruedo,
nadie se atrevió a confirmar ninguna de las dos
posibilidades, quizás porque ni ellos mismos lo supieran.
Durante los bises del segundo y último show de la banda en
Buenos Aires, estalló esa pelea latente que reinaba desde
tanto tiempo atrás entre García, de fuerte personalidad y
líder natural del grupo, y David Lebón, harto de las
ansias de protagonismo de aquél. Fue necesaria la mediación
de Pedro Aznar para que el guitarrista subiera nuevamente al
escenario y así, todos juntos, se despidieran
definitivamente de las presentaciones en vivo.
En síntesis, terminó siendo un momento en el cual todos
(los de adentro y los de afuera) hicieron de cuenta que el
tiempo no había transcurrido. De esa forma, y sólo de esa
forma, el retorno de Serú Girán fue positivo. El estallido
de los fuegos artificiales que cerraron el show terminó por
despertar esa melancólica suposición, para enterrar
definitivamente a la banda.
En 1995 se editó una recopilación, "Oro",
aprovechando el lanzamiento de la película
"Peperina", dirigida por Raúl de la Torre y
protagonizada por Andrea del Boca en el papel de Patricia
Perea (la verdadera Peperina). Este film contiene secuencias
documentales del retorno de 1992.
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