Carta en prosas 

 

 

 

 

En mis ojos no paró de llover, desde aquella noche en que te amé, no como al leerlo parece, puesto que te amo diferente, ya que ni tus besos me aplacan, ni haciéndote el amor me calmaría, porque no creo que sea corporal, un amor de esta medida.

 

 

Yo estoy tratando de escribir, en parte para mi desahogo, porque como no sé cómo llorar sin humedecerme la cara, tampoco sé cómo dejar de amarte sin morir un poco a la vez, por eso es que no puedo dejarte, mi amor, dejarte de querer.

 

 

Desde mi posición de densidad absoluta en torno a tu presencia, dedicaría mi vida a estar cerca tuyo, ya que lo disfrutaría más que nada, porque por más que me odiés si el destino lo dispone, por más que hayas estado con miles a la vez, te voy a seguir amando, desde el lugar en donde estés.