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Muchos son los juicios de valor que han girado en torno al atentado terrorista, ocurrido el 11 de septiembre de 2001.
Los medios de comunicación, y especialmente la televisión, transforman un hecho en noticia; y poco han cuidado el efecto emocional que tal impacto nos produce... han exagerado los sucesos, hipotetizan grotescamente sobre las represalias alarmando al "público"...
Y utilizo la palabra "público" con toda intención, pues muchos periodistas o comunicadores nos están usando como si fuésemos espectadores de una película.
Ahora bien, ¿Cómo nos afecta el atentado al WTC?
En un artículo sobre la "guerra y la muerte", Freud dice: "De las grandes naciones de raza blanca, dominadoras del mundo y en las que ha recaído la conducción del género humano; de esas naciones a las que se sabía empeñadas en el cuidado de intereses que se extendían por el universo entero, creadoras de los progresos técnicos en el sojuzgamiento de la naturaleza así como de los valores de cultura, artísticos y científicos, de esos pueblos se había esperado que sabrían ingeniárselas para zanjar por otras vías las desinteligencias y los conflictos de intereses."

Se eligieron blancos puramente simbólicos: las torres del World Trade Center como monumento al capitalismo estadounidense, el Pentágono como símbolo añejo del poderío militar norteamericano y, quizás, la Casa Blanca como símbolo político de Estados Unidos.
Es claro que estos íconos están ya sedimentados en el imaginario de la población mundial. Se atacó aquello que representa lo más cliché de los Estados Unidos; opción que pudiera parecer infantil, pero que sin embargo asegura el más alto impacto emocional en la audiencia. La modalidad misma de los ataques posee todas las características de espectacularidad inherentes al cine. El flujo televisivo encuentra todos los elementos para construir su relato en vivo y en directo. Asegurados los íconos reconocibles , el impacto emocional, y recreados los tópicos de un relato, sólo resta la oportunidad y el rating.

El famoso "rating" hace que se use este penoso hecho, a costa de asustar a la gente más de lo que ya se está... Por un punto más de rating juegan con la conmoción humana.

Al atacarse símbolos de solidez y seguridad, nos deja perplejos y desorientados, con una impresión amarga y angustiante en el pecho... instalándose una sensación de incertidumbre y miedo generalizado...
Cuidado con esto... por favor, el sensacionalismo de algunos medios favorece aun más al desconcierto de la población...

Reflexionemos sobre esta manipulación mediática... ¿para qué querrán mantener al pueblo asustado? ¿para que exageran las consecuencias?

Septiembre 2001

 

 

 

 

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