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Sabed que soy un Maestro santo, y enseña santidad.
Soy puro, y no puedo sufrir la más pequeña mancha.
Por lo tanto, es preciso que andes en mi presencia con simplicidad de corazón e intención recta y pura.
Pues no puedo sufrir el menor desvío y te daré a conocer que si el exceso de mi amor me ha movido a
ser tu Maestro para enseñarte y formarte en mi manera y seguir mís designios.
No puedo soportar las almas tibias y cobardes y que si soy manso para sufrir tus flaquezas, no seré menos severo y exacto en corregir tus infidelidades.
Quien no quiere pasar por la puerta de Mi misericordia, tiene que pasar por la puerta de Mi justicia.....
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