ELECCIONES EN BRASIL: EL PROTAGONISMO DE LULA

En esta elección, se juega el futuro de brasileños y también de argentinos. LULA PRESIDENTE CON EL 61% DE LOS VOTOS

En breve asistiremos a un hecho trascendental para la historia de nuestra hermana República Federativa del Brasil. Hay una altísima probabilidad de que resulte ganador ya en segunda vuelta el candidato del Partido Trabalhista (PT) Luiz Inacio Lula Da Silva, un ex tornero metalúrgico de San Pablo, que aspira a asumir a la presidencia de la enorme nación sudamericana.

¿Cuáles son los factores del ascenso de una propuesta progresista? En primer lugar, las anteriores experiencias de gobierno no pudieron satisfacer el cúmulo de necesidades sociales que padecen nuestros hermanos brasileños: la inseguridad, el empobrecimiento, el hambre. Quizás no es correcto achacar responsabilidades a los gobernantes, que comparándolos con nuestros dirigentes, son de alto nivel y muy lejanos a los niveles de incapacidad técnica que disponen aquí. El Brasil alguna vez fue definido como una "Belindia", en parte Bélgica, en parte India, como puede comprobarse en vastos territorios y población del país y sus 160 millones de habitantes.

Por otra parte, es evidente que la globalización, en sus aspectos negativos, que aquí conocemos muy bien, es muy cuestionada en Brasil. La población asume el desafío de elegir a un mandatario que en gran parte de su prédica se ha opuesto a la misma. El rol de los especuladores financieros va quedando en ridículo ante la postura del electorado: el temor que intentan infligirle al brasileño común, mediante maniobras especulativas en contra del Real y títulos nacionales, no logran inseminar el virus del miedo a los mercados. George Soros, enunció que en Brasil "no votan los brasileños, votan los mercados", está siendo negado rotundamente: en Brasil, votan los brasileños.

Hay diversas razones que confluyen en la probable victoria de Lula. El mayor protagonismo industrial del Brasil en el mundo, requiere de un mejor desempeño en los mercados de bienes industriales en el mundo. Los mercados nacionales necesitan protegerse. El capital nacional tiene la oportunidad histórica de asumir el liderazgo en América Latina. El mayor peso en el mundo de los alimentos brasileños, carnes y cereales, es un indicador del dinamismo de su economía y un rol eficaz del Estado para consolidar estos avances, son contemplados con pragmatismo desde los propios dirigentes del PT. El asunto medioambiental de la Amazonia tiene su proyección como factor estratégico del futuro del país. La solución energética. La mayor industrialización. Las propuestas de campaña de Lula apuntan a consolidar el importante papel del Brasil en la economía mundial, especialmente dentro del MERCOSUR.

En Brasil se adquiere conciencia de que entramos en una etapa mundial de difíciles contextos y enormes maniobras por la posesión de fuentes naturales de insumos, como el agua, las cuencas naturales, minerales, los bosques. Y un Estado fuertemente consolidado va a asegurar la propiedad y uso racional de estas riquezas. Visión totalmente alejada de lo que aquí entendemos por política económica: centrada en la concesión, venta, eliminación, reducción y abandono de activos y patrimonios nacionales. Es la razón de la insignificancia argentina. No extraña el apoyo, quizás retaceado, de los militares a Lula.

De lo que suceda en Brasil, dependerá el futuro de los ciudadanos argentinos, allí se juegan las mejores fichas del posiblemente ascendente y nuevo empresariado latinoamericano. Esta es la oportunidad para todos nosotros de poder acceder con buenos instrumentos en el nuevo capitalismo y a nuevas fases del desarrollo. Los brasileños tienen la palabra, aprendamos a oírla.