Ladrones
de Bicicletas
Por
Maximiliano
Curcio
Sinopsis: En
la Roma de la posguerra, un obrero en paro consigue un sencillo
trabajo pegando carteles a condición de que posea una bicicleta.
Obra maestra del neorealismo italiano, y la más conocida de su
famosa trilogía neorealista -junto a "Umberto D."
y "Milagro en Milán"-, supuso una película clave
de la posguerra que influyó notoriamente en muchos directores
europeos.
*
* * * * / EXCELENTE
En
el cine la evolución hacia el realismo que surge a
comienzos de los '40, es una evolución que esta determinada
por el nacimiento del Neorrealismo Italiano, un movimiento al que la
critica cinematográfica emergente de aquellos años (liderada por
la corriente pionera de Andre Bazin) le dedico un estudio analítico.
Es un movimiento de breve duración, pero de gran impacto que
incluyo a directores como Roberto Rossellini con películas como
"Roma, Ciudad Abierta" o Luchino Visconti con "La
Tierra Tiembla", posteriormente a su desaparición las
comedias de Pasolini o Fellini tomarían como ingredientes variados
elementos de este neorrealismo que influyo estética y
narrativamente a las nuevas olas de los '60 en el cine de autor.
Como movimiento surge en Italia durante la segunda posguerra y eso
se refleja en los films: muchos escombros, gente hambrienta y pobre,
es el primer movimiento fuerte de cine social, cercano a la
realidad del momento, por eso tiene un aspecto algo documental, porque
los neorrealistas van a tener la intención de representar ese
momento y también porque eso era lo que las condiciones de
producción permitían porque no había lugar físico donde
filmar ni dinero para hacerlo.
En
"Ladrón de Bicicletas" se evidencia el nacimiento
de un movimiento independiente donde los realizadores de este
estilo buscaban dar cuenta de lo que pasaba en Italia en ese
momento con la mayor realidad posible filmando en la calle y seleccionando
para las historias conflictos del hombre común de ese momento de
los italianos que sufrían o habían sufrido la guerra y sus
consecuencias como el paño social que muestra De Sica en este film,
donde en los rincones de Roma se vislumbra la desidia de aquellos
tiempos, un De Sica que, curiosamente, provenía de terrenos
cinematográficos opuestos al neorrealismo en época de Mussolini.
Caracterizado especialmente de dos films claves de este periodo,
como "Ladrón De Bicicletas" y "Umberto D",
ambos dirigidos por Vittorio De Sica con guiones de Cesare
Zavattini. Son films centrados en temáticas cotidianas, de todos
los días, con escenarios naturales, actores no profesionales y
problemáticas sociales como la miseria. Modelan a estos films
un estilo que como forma cinematográfica construyen la
estructura narrativa a manera de encontrar una forma novedosa
para contar una historia simple. De Sica utiliza una puesta en
escena minimalista, donde la cámara parece limitarse a solo
registrar los acontecimientos respetando la ambigüedad propia
de lo real. Una película de estructura narrativa clásica melodramática,
aunque lejos del naturalismo hollywodense sin por eso ser
vanguardista, y como recurso paradigmático, se apoya en primeros
planos para retratar con música acorde los momentos más
emotivos.
Así,
De Sica filma los acontecimientos sin trastocarlos o
subrayarlos explícitamente, la cámara parece limitarse a mostrarnos
el mundo con una planificación que busca restaurar esta sensación
concientemente en el espectador de no restaurar un sentido único o
un significado unilateral, propia de la percepción de la realidad y
dejando un margen de libertad para que el espectador saque sus
conclusiones sobre las necesidades de este hijo y sobre los deberes
morales de este padre. Provoca una sensación de neutralidad y
objetividad al retratar una de las historias más bellas y
conmovedoras que se hayan filmado sobre la singular relación entre
un padre y un hijo, que como paradigma antagónico encontraría en
otro film italiano emblemático y más reciente como "La
Vida es Bella", otra concepción. En este sentido
"Ladrón de Bicicletas" es lo opuesto a un
cine de tesis (el mas claro ejemplo, el cine de Eisenstein), que
manipula los hechos y las acciones de los personajes para demostrarnos
algo, sino que De Sica elige respetar esa ambigüedad, y el carácter
de acontecimientos, sin manipular los hechos para validarse a si
mismo.
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