Rammstein
- Sehnsucht
Por
Hernán
Schmidt
No
es de extrañar que haya sido “Sehnsucht” el disco que
convirtió a Rammstein en una de las pocas bandas alemanas que,
cantando en su lengua nativa, alcanzó la fama mundial. El disco es
una obra maestra en toda su extensión. Si "Herzeleid"
(1995) fue un gran golpe en la discografía del metal industrial,
"Sehnsucht" fue un camión con doble acoplado.
Las
guitarras de Richard Kruspe y Paul Landers nos entregan una
ametralladora de riffs sólidos, compactos, filosos, que en algunos
tracks devienen en distorsión omnipresente, dominada por la
intrincada voz de Lindemann, a veces susurro, a veces grito
desgarrado, a veces potente tenor. La batería de Schneider,
contundente como un yunque, tiene en este disco un papel no tan
relevante; sin perder potencia logra mantenerse a cierta distancia
de la escena principal, adquiriendo la mayoría de la veces una
cadencia hipnótica como de himno de guerra tribal. El bajo tiene
sus momentos de gloria en "Du Hast" y "Kuss mich
(Fellfrosch)", sosteniendo cuidadosamente la estructura de las
canciones. Y ahora si... lo mejor de todo: la gloriosa intervención
de Christian Lorenz y sus aparatitos electrónicos que, por alguna
extraña razón, no son completamente identificables al principio,
sino que surgen de a poco después de escuchar algunas veces el
disco.
"Sehnsucht"
es, sin duda, el disco mas electrónico de la banda, y aun así, uno
de los mas potentes y complejos. La composición musical y el
contenido de las letras conspiran para llevarnos de la euforia a la
opresión, luego a la melancolía, mutando luego en impetuosa furia.
Excelente manejo de los silencios y las pausas, e incisivos cambios
de tono dentro de las mismas canciones.
En
definitiva, un disco para escuchar muchas veces, con unos buenos
auriculares, y a un volumen muy alto.
Calificación:
5 estrellas (le pondría 6, pero la escala solo llega hasta 5).
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