Dirección: Jon Avnet.

Guión: Russell Gewirtz.
País: EE.UU.

Año: 2008.
Duración: 101 min.

Genero: Crimen.

Titulo Original: Righteous Kill.
Elenco: Robert De Niro (Turk), Al Pacino (Rooster), Curtis "50 Cent" Jackson (Spider), Carla Gugino (Karen Corelli), Donnie Wahlberg (Detective Ted Riley), Trilby Glover (Jessica), Brian Dennehy (Teniente Hingis), John Leguizamo (Detective Pérez), Dan Futterman (Aaron Ziedler), Rob Dyrdek (Rambo).

Producción: Jon Avnet, Rob Cowan, Boaz Davidson, Randall Emmett, George Furla, Lati Grobman, Avi Lerner, Alexandra Milchan y Daniel M. Rosenberg.

Música: Ed Shearmur.

 

Las Dos Caras de la Ley

Por Maximiliano Curcio

 

      Sinopsis: Después de 30 años como compañeros, los condecorados detectives Turk y Rooster se enfrentan a la jubilación, aunque ninguno de los dos está aún preparado para ello. Antes de que "cuelguen" sus placas son llamados para investigar el asesinato de un conocido proxeneta, que parece estar ligado a un caso resuelto por ellos en el pasado. Igual que en el crimen de entonces, la víctima es un presunto delincuente, y en el cuerpo se ha encontrado un poema de cuatro líneas que justifica el asesinato. Cuando los crímenes de presuntos criminales comienzan a sucederse, se ve con claridad que los detectives se enfrentan a un asesino en serie, cuyo objetivo son aquellos criminales que se han escabullido entre las grietas del sistema judicial. Su misión, al parecer, es hacer lo que la policía es incapaz de hacer, sacar a los culpables de las calles para siempre...

    

* / MALA

 

Dos de los actores más grandes de todos los tiempos. Dos iconos actorales de su generación. Dos actores surgidos del método del Actor’s Studio. Dos leyendas vivientes de Hollywood. Todo empezó en 1974 con la secuela de “El Padrino”, Robert De Niro y Al Pacino compartieron cartel, pero ninguna escena en el film. Veinte años mas tarde se reunieron de una vez por todas para uno de los más logrados policiales de los ultimos tiempos: la impecable “Fuego Contra Fuego”. Sin embargo demasiado ha pasado en el último tiempo. Ese Al Pacino soberbio, seductor, autoritario, magnético e imponente en pantalla que solo tomaba papales una vez por año y los elegía cuidadosamente hasta conseguir los mejores en el último tiempo ha prestado su figura a films tan acumulativos como olvidables. Por otro lado, ese camaleón que fue Robert De Niro en sus mejores años, esa bestia actoral capaz de transformarse para su personaje hasta convertirse en él, hoy día parece una parodia de si mismo, repitiendo hasta el cansancio sus tics más remanidos.

La senda actoral continua esquiva con este film, negativo para ambos, y es una lastima, pues semejante talento reunido no es suficiente cuando el film dista de ser lo que promete, un gran policial y se convierte para sendos interpretes en una incursión mutua decepcionante. La tercera cabeza de este proyecto es Jon Avnet, un artesano de Hollywood que ha concebido buenos títulos (“Tomates Verdes Fritos”, “Campo de Sueños”) pero que aquí parece un disminuido debutante que cumple una labor tan ineficaz como en su reciente y también fallida “88 Minutos”, también con Al Pacino al frente del reparto. “Las Dos Caras de la Ley” tiene todos los clisés habidos y por haber de este tipo de producciones clase c: los mismos malos de turno, los mismos lugares comunes a la hora de generar suspenso y las mismas resoluciones a un guión superficial y elemental que no posee demasiada elaboración y que no es digno de la interpretación de semejantes grandes actores.

No es poco merito para Avnet haber reunido (y haber convencido de hacerlo) a Pacino y a De Niro, pero la producción del film, desde el aspecto que se la mire, deja mucho que desear y quizás hubiera requerido de un director de otro calibre para darle mas riqueza al conflicto que plantea: una esquematizada intriga de crimen, donde los recursos del genero son utilizados casi a desgano y donde el fuerte del film (el duelo actoral de las dos estrellas) no es aprovechado en absoluto y porque no decirlo, casi pasado por alto. Cuanta nostalgia genera, una vez visto el film, recordar escenas antológicas de la impecable y recordada película de Michael Mann.
 
 

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