Nobleza
Gaucha
Por
Maximiliano
Curcio
Sinopsis: El filme es una historia de amor que reúne la
representación criollista, del mundo rural argentino con los
recursos semánticos y narrativos del folletín.
* * * * /
MUY BUENA
De la
unión de Martínez de la Pera, Gunche y Cairo resulto "Nobleza
Gaucha" (1915) uno de los mas grandes sucesos del cine argentino
mudo. El éxito de esta película fue realmente excepcional y masivo.
Filmada en 1914 con un costo apenas superior a los 20.000 pesos, se
estrenó al año siguiente y en un breve lapso logró recaudaciones
cercanas al millón, proporción que quizás nunca volvió a repetirse
en Argentina. Se convierte así en uno de los íconos del cine
argentino del período mudo. Se trata por otra parte de una de las
escasas películas mudas, que han logrado rescatarse en el país. La
película encajó perfecto en un mercado cinematográfico que
necesitaba personajes, actores, escenarios y temas nacionales.
El
carácter modélico de este film no es sólo una cuestión temática. Tal
vez más importante es la configuración espacio-temporal, donde campo
y ciudad son los polos positivo y negativo de la Argentina
contemporánea. Las historias que se narran están situadas en el
presente, o en un pasado próximo, de modo tal que más que una
reconstrucción pintoresca del universo de la pampa y sus habitantes
nómades -si bien prácticamente ninguna película se priva de un
intermedio folklórico, con danzas y demostraciones de destreza que,
en algunos casos, ya han perdido toda funcionalidad productiva y
sólo permanecen como espectáculo-se trata de exhibir un decálogo de
las virtudes naturales que se atribuyen al gaucho
“Nobleza
Gaucha” mostró progresos de lenguaje fílmico en una larga
introducción de faenas campesinas y, avanzada la trama, la
visualización de la vida callejera de Buenos Aires. La pulcritud
formal no pretendió imitaciones del cine extranjero. Quienes la
hicieron no tenían que ver con el teatro, si bien aprovecharon la
moda rural que venía de él, transfiriéndola a la autenticidad de
escenarios, tipos y costumbres en una narración fluida y fácil. Los
efectos cómicos se entremezclaron una tónica melodramática en la
segunda parte, con ciertos estereotipos de villanía y bondad,
sumados a la ingenuidad con que en aquella época se simbolizaba la
virtud con el campo y el pecado con la ciudad. O no tan ingenuidad
si se recuerda la base agropecuaria del país de otrora. Los
intérpretes tenían un probado prestigio en los escenarios: Orfilia
Rico, Celestino Petray, María Padín, Arturo Mario.
El
escritor José González Castill responsable del guión, incluyó
párrafos propios y extractos del
Santos Vega de
Rafael Obligado,
Fausto de
Estanislao del Campo
y el
Martín Fierro de
José Hernández. Su
éxito masivo en el país y la exportación de la película a España,
sentaron las bases para una industria cinematográfica nacional, en
un mundo cuya producción aparecía jaqueada por la guerra. Pero lo
que fue la idea y el producto de Humberto Cairo, Eduardo Martínez de
la Pera y Ernesto Gunche, trascendió el celuloide para incorporarse
en múltiples géneros y hasta en la vida cotidiana hasta incluso en
el tango con que
Francisco Canaro
saludó el éxito de la película.
El cierre
de esta primera etapa del cine nacional estuvo marcado por el éxito
de “Nobleza gaucha”, de 1915. Una vez más, vemos la
inclinación de nuestros cineastas por temas autóctonos, esta vez el
gaucho, protagonista destacado de la primera época del cine
argentino. La película, que marca los contrastes entre el campo y la
ciudad, y la opresión del gaucho por parte de una sociedad casi
feudal, fue mucho más que un mero éxito comercial: puede ser vista
como expresión de los cambios políticos y sociales que gestaron la
historia moderna de nuestro país.
|