Paranoid
Park
Por
Maximiliano
Curcio
Sinopsis:
Alex,
un adolescente aficionado al skateboard, accidentalmente mata a un
guardia de seguridad en los alrededores de Paranoid Park, un parque
público conflictivo de Portland. Alex decide no decir nada.
* *
* * / MUY BUENA
Que
cineasta tan particular es Gus Van Sant. Quizás uno de los últimos
directores norteamericanos genuinamente independientes. Con una
filmografía rica para analizar y apreciar, su única mancha grosera
es la inentendible empresa de hacer una remake de “Psicosis”,
una pieza intocable dentro de los clásicos cinematográficos. La
linealidad con la que copio a Alfred Hitchcock le valió críticas y
reprobaciones por doquier. Sin embargo, luego de ese peligroso
coqueteo con lo más banal de Hollywood y su fiebre de remakes, Van
Sant reencamino su carrera fílmica. Esa que entre fines de los ’80 y
principios de los ’90 dio títulos independientes que hoy son
considerados verdaderos neoclásicos: “Los Marginados”, “Las
Mujeres También se Ponen Tristes”, “Mi Mundo Privado” y “Todo
por un Sueño” son ejemplos válidos. Su aptitud para salirse de
las marcas y los rasgos industriales evitando quedar amarrado de las
reglas comerciales de estudio le permitió brindar grandes films como
“Descubriendo a Forrester” o “En Busca del Destino”
contando a la vez con un elenco estelar. Sin embargo, de un tiempo a
esta parte hemos visto evolucionar a Gus Van Sant y elevar su arte a
otra dimensión permitiéndonos disfrutar de una filmografía a sus
espaldas con las que pocos directores pueden competir.
En
medio de un cine independiente norteamericano que ofrece un panorama
confuso donde el Festival Sundance se nutre de ingresos vía estudios
y donde la aparente estandarte del movimiento indie Sofia Coppola
produce sus films mediante financiación de las majors, Van Sant
despeja un tanto el panorama y ofrece claridad de genuina
independencia, no prestándose al juego industrial hollywoodense ni
tomando ventajas de su arte para acceder a este. Así, libre y sin
restricciones es capaz de guionar la excelente “Tarnation” o
de dirigir la inquietante “Elefante” reflejando una vertiente
social peligrosa o la introspectiva “Los Últimos Días” sobre
la estrella de rock Kurt Cobain. Como en “Elefante”, pero
desde otra perspectiva, Van Sant nos muestra aquí jóvenes a la
deriva: los vemos perturbados, culpógenos, irracionales, marginados
desde lo social, plagados de sexualidad
Rebelde, surrealista y audaz Van Sant se apega a sus conceptos: sin
un centro narrativo claro, el talento cinematográfico de Van Sant
fluye desde su originalidad para captar lo al detalle tanto los
cotidiano como lo excéntrico. Despojado de una narrativa
estructurada, Van Sant se inmiscuye en su mundo para marcar un
estilo propio. Lejos de los tradicionalismos temporales, las
causalidades y los efectos altisonantes, Van Sant ofrece un drama
complejo, casi despiojado de diálogos. Se interna en la psicología
de sus personajes con profundidad y complejidad. El uso de la
fotografía, la música como complemento a las imágenes, el registro
en 8 mm y una puesta en escena minimalista reflejan la intensidad en
lo más intimo de sus personajes. Consecuente a sin pautas narrativas
que lo condicionen, Van Sant ofrece un retrato social inquietante y
brillante en las antípodas de los arquetipos culturales más
arraigados y participe de un cine independiente que encuentra en “Paranoid
Park” un exponente singular.
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