Dirección: Gus Van Sant.
Guión: Blake Nelson (novela). Gus Van Sant (guión).
País: Francia y EE.UU.
Año: 2007.
Duración: 85 min.
Genero: Drama.
Titulo Original: Paranoid Park.
Elenco: Gabe Nevins (Alex), Dan Liu (Detective Richard Lu), Jake Miller (Jared), Taylor Momsen (Jennifer), Lauren McKinney (Macy), Olivier Garnier (Cal), Scott Green (Scratch), Winfield Henry Jackson (Christian), Dillon Hines (Henry), Brad Peterson (Jolt).
Producción: Marin Karmitz, Nathanaël Karmitz, Neil Kopp y David Cress.

 

Paranoid Park

Por Maximiliano Curcio

 

      Sinopsis: Alex, un adolescente aficionado al skateboard, accidentalmente mata a un guardia de seguridad en los alrededores de Paranoid Park, un parque público conflictivo de Portland. Alex decide no decir nada.

 

* * * * / MUY BUENA

 

Que cineasta tan particular es Gus Van Sant. Quizás uno de los últimos directores norteamericanos genuinamente independientes. Con una filmografía rica para analizar y apreciar, su única mancha grosera es la inentendible empresa de hacer una remake de “Psicosis”, una pieza intocable dentro de los clásicos cinematográficos. La linealidad con la que copio a Alfred Hitchcock le valió críticas y reprobaciones por doquier. Sin embargo, luego de ese peligroso coqueteo con lo más banal de Hollywood y su fiebre de remakes, Van Sant reencamino su carrera fílmica. Esa que entre fines de los ’80 y principios de los ’90 dio títulos independientes que hoy son considerados verdaderos neoclásicos: “Los Marginados”, “Las Mujeres También se Ponen Tristes”, “Mi Mundo Privado” y “Todo por un Sueño” son ejemplos válidos. Su aptitud para salirse de las marcas y los rasgos industriales evitando quedar amarrado de las reglas comerciales de estudio le permitió brindar grandes films como “Descubriendo a Forrester” o “En Busca del Destino” contando a la vez con un elenco estelar. Sin embargo, de un tiempo a esta parte hemos visto evolucionar a Gus Van Sant y elevar su arte a otra dimensión permitiéndonos disfrutar de una filmografía a sus espaldas con las que pocos directores pueden competir. 

En medio de un cine independiente norteamericano que ofrece un panorama confuso donde el Festival Sundance se nutre de ingresos vía estudios y donde la aparente estandarte del movimiento indie Sofia Coppola produce sus films mediante financiación de las majors, Van Sant despeja un tanto el panorama y ofrece claridad de genuina independencia, no prestándose al juego industrial hollywoodense ni tomando ventajas de su arte para acceder a este. Así, libre y sin restricciones es capaz de guionar la excelente “Tarnation” o de dirigir la inquietante “Elefante” reflejando una vertiente social peligrosa o la introspectiva “Los Últimos Días” sobre la estrella de rock Kurt Cobain. Como en “Elefante”, pero desde otra perspectiva, Van Sant nos  muestra aquí jóvenes a la deriva: los vemos perturbados, culpógenos, irracionales, marginados desde lo social, plagados de sexualidad 

Rebelde, surrealista y audaz Van Sant se apega a sus conceptos: sin un centro narrativo claro, el talento cinematográfico de Van Sant fluye desde su originalidad para captar lo al detalle tanto los cotidiano como lo excéntrico. Despojado de una narrativa estructurada, Van Sant se inmiscuye en su mundo para marcar un estilo propio. Lejos de los tradicionalismos temporales, las causalidades y los efectos altisonantes, Van Sant ofrece un drama complejo, casi despiojado de diálogos. Se interna en la psicología de sus personajes con profundidad y complejidad. El uso de la fotografía, la música como complemento a las imágenes, el registro en 8 mm y una puesta en escena minimalista reflejan la intensidad en lo más intimo de sus personajes. Consecuente a sin pautas narrativas que lo condicionen, Van Sant ofrece un retrato social inquietante y brillante en las antípodas de los arquetipos culturales más arraigados y participe de un cine independiente que encuentra en “Paranoid Park” un exponente singular. 

  

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