El Rincón de los Relatos

¿Quién tiene la Culpa?

Prólogo Este trabajo no sólo tiene como objetivo cumplir con los requerimientos establecidos para egresar del área de técnicas de la comunicación, sino que también tiene la intención de que el lector tenga una visión diferente de las cosas de la vida, más ligera y divertida lo que en muchas ocasiones permite asumir una conducta más acertiva al momento de enfrentar y resolver los problemas o situaciones que se puedan llegar a presentar sin que ello signifique no darle importancia a las cosas. No es la intención de quién escribe incentivar en el lector una actitud inadecuada ante los problemas todo lo contrario, quién escribe sólo pretende que usted como lector saque sus propias conclusiones pero que mientras lo hace se divierta y comprenda que el humor siempre trae mas y mejores beneficios que permanecer toda la vida amargado, y aunque quién se dirige a usted en este momento no tiene ni la remota idea de cómo se escribe ni tampoco es humorista, créame que tiene fé en Dios (pues no le queda de otra) de que él guiará y ajustará todo en su santo sitio para lograr que usted se ría y la pase bien mientras lee el resto de este trabajo. Si a pesar de todo lo anterior usted ni siquiera se son ríe le pido atentamente que guarde silencio sobre todo por mi estabilidad emocional, pues si luego de tanto escribir no logro que se sonría me sentiré altamente frustrada , uy usted no querrá cargar con eso en su conciencia verdad ?. Aunque sea déme un voto de confianza, continúe leyendo un poco más y si no mejora, si ni siquiera siente ganas de reírse, entonces si, no lea más por su salud mental y bote este perol a la basura. Ah, bueno si se encuentra leyendo en esta página quiere decir que por lo menos se sonrió y decidió darme un chance, cosa que agradezco. No me extenderé jalándole mecate, intentaré iniciar el tema que trataremos en este momento, cosa que ni siquiera le mencioné en el prólogo, claro que usted ni cuenta se había dado, pero eso no importa tranquilo que yo tampoco. Bueno no perdamos más tiempo y comencemos de una vez, el tema central de este trabajo es la culpa, si no se sorprenda hablaremos de la culpa o más bien de quien tiene la culpa de la mayoría de las cosas. Seguramente por su cabecita debe estar revoloteando la idea de que por el hecho de ser mujer ya le voy a echar la culpa de todo a usted, pues déjeme decirle que está pelao, porque yo no le voy a echar la culpa de nada usted solito se va a matar como chacumbele, pero no se alarme tómelo con calma que aquí lo vamos a tratar con guante de seda. En primer lugar quiero decirle que aunque hablaremos de la culpa, lo haremos sin ahondar demasiado, con ejemplos de la vida cotidiana e iremos de los más sencillos a los más complejos, tocando diferentes puntos de vista, por aquello de ser equitativos y toda la cosa. Se que por el hecho de tratarse de la culpa usted pensará que hablaremos dramáticamente y defenderemos a capa y espada a la mujer, usted se volvió a pelar...Mi labor fundamental será solamente exponer ciertos hechos, pues como usted comprenderá yo no me voy a echar ese muerto encima eso se lo dejo usted. Siga leyendo y saque sus propias conclusiones. Como yo a pesar de mi propio interés de que usted lea esto, soy considerada y le doy el chance que decida si lo bota definitivamente y se pone a jugar solitario o a la vieja con su computador (si es que tiene computador) o que sencillamente se tire en su cama a ver para el techo y a contar todos los zancudos que mató la noche anterior. Claro que usted decide pero si fuera yo seguiría leyendo aunque sea para saber como carrizo hice para terminar de escribir Gracias a Dios y a la virgen usted es un lector con paciencia y aún no me a dejado de leer para irse corriendo a leer el código Da Vinci, cosa que verdaderamente agradezco, aunque no crea que por eso comenzaré a jalarle mecate como si usted fuera el dueño de la editorial (a quien si tuve que guindármele ). Bueno no perdamos mas el tiempo y entremos de lleno en el primer caso o ejemplo de quién tuvo o tiene la culpa. El caso es el siguiente: Usted llegó tarde al trabajo; obviamente usted le insiste a su jefe que la culpa no es suya. Dentro de su cabeza aparecen desordenadamente las palabras mientras su jefe le pega de gritos. Aquí es dónde entro yo para darle una manito de pana y todo. Yo le diré quién tiene la culpa: la culpa es de su mujer, si no me vea así, su mujer es la culpable que ¿por qué? pues obvio querido ella no lo llamó a tiempo y tampoco dejó que el despertador sonara hasta reventarse. Ella tuvo el tupé de pararse, llamarlo solo una vez, correr a preparar el desayuno, alistar a los muchachos y darle comida al perro. Pero a ¿qué mujer de tres dedos de frente se le ocurre eso? se da cuenta usted lo fácil que es determinar quien es el verdadero culpable, ¿acaso no se siente mucho mejor ahora ¿puede usted pasar el día tranquilo pues no es culpable de haber llegado tarde por quedarse dormido. Claro ni por el carrizo mencione que pasó la noche en vela viendo la carrera de fórmula uno, pues entonces todo mi esfuerzo por ayudarle se habrá venido abajo. Pasemos a un segundo ejemplo, a usted mi querida amiga no le alcanza el tiempo para nada. Como toda mujer del siglo 21 un día de 24 horas no es suficiente; claro que usted a veces se pregunta: ¿de quien es la culpa? porque si hay algo que usted sabe es que la culpa tiene que ser de otro. Tranquila que yo le voy a ayudar , mi estimada no tiene que darle tantas vueltas la culpa es de su marido ,claro ¡ seguramente se preguntará ¿porqué no se le había ocurrido antes ¿ Píenselo, su marido en vez de ayudarla en las labores del hogar, las compras del súper, las clases extras de los niños, y otras actividades que a usted se le ocurran a última hora, el muy desconsiderado se para todos los días a las 5 y 30 de la mañana se va a trabajar casi 14 horas y encima no le dedica tiempo a usted. Ve como a quedado libre de toda culpa, hay no me lo agradezca que no es para tanto. Lo que si debo recomendarle es que ni se le pase por la cabeza ponerse a conversar con su comadre a cerca de sus actividades, pues alguien podría no entender que de las 24 horas usted emplea 4 en las telenovelas, 5 en el programa de las mañanas, 2 en hablar por teléfono y 1 en arreglarse por aquello de no perder el glamour y que su marido le ponga los cuernos por descuidarse. Quédese tranquila que de mi boca ni siquiera saldrá una coma. Otro caso muy cotidiano es cuando la gente se pregunta: ¿por qué no me alcanza el sueldo para nada?. Esta pregunta es común a hombres y mujeres. Quien no se ha quejado alguna vez por esto, amigos siéntanse felices porque les daré el dato de la vida, revelaré quien es el culpable de que el dinero ni siquiera le alcance para vivir. Bueno en mi opinión, se trata de un complot. Ustedes se preguntarán ¿quiénes conspiran? . Quien mas, su jefe y los comerciantes formales e informales eso no importa, el caso es que ellos son los culpables. Y usted que aún está atónito por esta revelación, sé que tiene dentro de su cabeza un enorme ¿por qué? yo se lo diré. Su jefe es el peor de todos, pues le paga solamente sueldo, comisiones y prima por hijos. Jamás se le ha pasado por la cabeza que usted necesitaría un bono extra, pues usted aparte de los servicios básicos, su familia, tiene un perro, dos carros, una moto, muchos amigos con quienes reunirse todos los fines de semana y a parte una suegra que come más que un remordimiento ... Aunado a esto están los comerciantes, esos desgraciados que solo piensan en vender y obtener ganancias y no se paran a pensar que usted necesita comprar por ejemplo: los zapatos fucsias que le convine con la cartera nueva, el equipo de sonido con ecualizador para el carro, un celular de última generación con cámara incorporada, etc. ¡Se da cuenta del soberano complot que hay en su contra!. Vio como usted no tiene la culpa de nada , la culpa la tienen ellos que no pueden entender sus necesidades de gastar mas de lo que gana, en cosas generalmente innecesarias, apartando el hecho de que usted nunca pudo aprender a administrarse, pero eso no es su culpa, es culpa también del capitalismo salvaje. Estoy segura de que de ahora en adelante usted nunca volverá a sentirse mal porque no le alcanza la quincena. Otro caso que vamos a tratar de dilucidar es el de su despido injustificado. No se preocupe que entre los dos vamos a encontrar la respuesta de porque lo botaron como a un perro de su trabajo. En su caso muy particular, la culpa es de todo el personal femenino que estaba bajo sus órdenes. Si pobre de usted, rodeado de un nido de cuaimas que jamás supo comprenderle. Ellas son las culpables de que a usted lo botaran, que ¿por qué? pues porque más habría de ser por pura incomprensión y malos entendidos. Le explicaré para que se convenza de ello: por ejemplo su secretaria nunca entendió que usted no quería ser tacaño con ella, sino que usted lo que quería era que ella aprendiera a administrarse mejor. Su recepcionista nunca se dio cuenta de que usted no le gritaba, sino que el auricular del teléfono tenía mal ajustado el audio y que la oficina era demasiado acústica, pero eso no era su culpa. La encargada del mantenimiento tampoco entendió que usted no quiso acosarla sexualmente, lo que pasa es que ella era una vulgar por poseer un cuerpo perfecto y una carita de ángel; para usted era inevitable ser algo cariñoso con ella. Como ve no es que usted fuera un mal jefe, no, usted solo fue un jefe incomprendido y abusado por sus empleadas. ¿No se siente mejor al darse cuenta de la realidad?. Sé que en su cabeza se balancea un agradecimiento escrito en mayúsculas, no se preocupe que para eso estamos, para quitarle un peso de encima. Sigamos con otro caso muy común, usted va manejando muy tranquilamente y se topa con una cola, de pronto cuando arranca el auto, ¡PLAS! Se le atraviesa un animal por el medio, de quien es la culpa, por supuesto que suya no es. La culpa la tuvo el bruto aquel que no se percató de que usted es una mujer que aprovecha el tiempo que tiene, y mientras va en el auto y hay algo de tráfico usted muy cuidadosamente se maquilla usando el espejo retrovisor, se pone su polvo, su rubor, el labial, y por supuesto el rimel. No es su culpa el haber pisado el acelerador en vez del freno por el susto que le produjo ese tipo cuando se le atravesó. El muy infeliz no fue capaz de avisarle con anterioridad para que a usted le diera tiempo de terminar de maquillarse, el muy desgraciado se le atravesó y usted pobrecita casi se muere del susto de pensar en perder un ojo por clavarse el cepillo del rimel, mientras el tipo ese se quejaba del dolor por que se pegó con el parabrisas en la frente. Sinceramente ¿a quien se le ocurre arrancar así de pronto, verdad?. Quédese tranquila querida amiga, usted no tiene la culpa de nada y además a su auto no le pasó nada gracias a Dios. Allá el que tuvo pérdida total de su carro, esperemos que le sirva de lección para la próxima ocasión. Siguiendo con los casos automovilísticos, Sé querido amigo que usted se siente terriblemente mal por haber arrollado a un peatón la semana pasada. Pero aquí estoy yo para hacerlo sentir mejor, para que usted no continúe echándose la culpa. Quiero que internalice lo que le voy a decir: usted no es el culpable, el culpable es el peatón, si el peatón que cruzó la calle sin percatarse que a 200 metros venía usted conduciendo su vehículo último modelo. Además él tampoco se dio cuenta de que usted venía muy ocupado hablando por el celular, pues tenía un asunto pendiente, de esos muy horizontales que solo puede resolver con su secretaria privada y que por supuesto no pueden esperar hasta que usted llegue a su casa. Claro que el peatón es el peor de todos pues ha debido adivinar que usted no tenía 30 segundos para perderlos esperando a que cambiara la luz del semáforo. Le aseguro que el muy pendejo era de esos que salen a la calle creyendo que nada les va a pasar, y por eso es que usted lo arrolló. Por otro lado usted cuenta con un aliado incondicional, a que no sabe quien es, yo se lo diré, su aliado, su mejor amigo, se podría decir que su hermano es el amigo fiscal de tránsito. No le de vueltas a su cabeza que ya se lo voy a explicar, fíjese bien, el fiscal lo ayudó a usted a comprobar su inocencia, recuerde que él puso en el informe que el semáforo estaba dañado y que el peatón hizo caso omiso a la advertencia del fiscal cuando le sonó el silbato. Y ese fiscal es tan bueno que sólo le pidió a usted una pequeña colaboración de medio millón, cosa que a usted le pareció muy razonable y hasta insignificante, tanto así que ya ni lo recordaba. Ve usted que a parte de mi tiene otros amigos que están dispuestísimos a ayudarle a sentirse mejor y a darse cuenta de que usted no tiene la culpa de nada. Bueno cambiemos el tema para no ponernos mono temáticos. Se que está usted traumatizado por el atraco del que fue víctima estando dentro del banco. Pero amigo no se sienta así usted sabe muy bien que la culpa no es suya sino del vigilante bancario que es tan inepto que no fue capaz de detener a los cinco asaltantes que iban armados hasta los dientes. Y eso que él cuenta con un revólver 38, pero que va, que se le puede pedir a un tipo que cuando ve un arma automática se tira al piso de una. Yo se que usted piensa que fue su culpa por andar contando las pacas de dinero que iba a depositar ese día, y por no haber prestado atención a su mujer cuando le dijo “Haz una transferencia telefónica en vez de depositar en efectivo, mira que te pueden robar “. No se culpe porque ni que su mujer fuera bruja profesional para que usted le hiciera caso ¿no lo cree?. Además es el banco quien debe tener en cuenta ese tipo de situaciones, quédese tranquilo y no siga pagándole a su psiquiatra, mejor ahorre para que me financie un segundo libro, estoy segura que será una mejor inversión para usted. Hagamos ahora un poco de memoria. Se acuerda usted de cuando estaba en la universidad y que su papá decía que usted le hacía perder mucho dinero. Yo sé que esa es una culpa que usted arrastra desde su juventud. Quiero decirle que agarre todo eso y bótelo a la basura. Usted no tiene la culpa de que su papá le pagara la universidad, ni tiene la culpa de que él no entendiera que hay personas que no pueden sacar sus carreras en 5 años, que hay personas que se tardan el doble o el triple. Además recuerde que usted siempre fue sincero, lo que pasa es que su papá nunca le quiso creer que eran los profesores los que lo raspaban. Usted no salía mal en los exámenes por quedarse rumbeando de lunes a lunes ,lo que pasaba en ese entonces era que sus profesores no entendían lo que usted escribía ,ni entendían que usted siempre ha sido muy concreto, práctico y preciso, por eso escribía tan poco en sus exámenes. Usted no era un vago, lo que pasa es que siempre ha creído en que hay que ser autodidacta y por eso no iba a clases. Hoy en día usted ya se graduó y puede decir que tiene el doble de preparación que otros profesionales pues usted pasó diez años en la universidad y eso habla muy bien de usted. Así que ya sabe deje ese asunto muerto y enterrado y no se sienta culpable por lo que le diga su papá. Regresemos al presente. Usted amigo locutor, que tiene un programa de radio excelente, se ha sentido mal últimamente y aún no sabe si siente culpa, estrés o que demonios es lo que le pasa. De antemano le digo que no sienta culpa, ya que usted es un pan de Dios, que ¿cómo lo sé? simplemente porque yo se mucho y además soy la escritora. Se que ha estado preocupado porque la audiencia de su programa ha descendido notoriamente, a parte de eso sus amigos mas cercanos le echan la culpa a usted. No les haga caso, hágame caso a mí. Usted no es culpable de nada, lo que sucede es que sus oyentes no han entendido su forma de ser. Creen que usted es un neurótico, histérico que está amargado y le tiene rabia a la vida. Ellos no han entendido que usted sólo es como un fósforo gigante de magnitudes estratosféricas que tiene que colgarle el teléfono a todo aquel que no diga lo que usted quiere escuchar. Los culpables son ellos que no se saben expresar adecuadamente, como debe de ser ante un locutor magnánime como usted. Usted no quiere colgarle las llamadas, tratarlos mal, humillarlos ni trapear el suelo con ellos, lo que sucede es que ellos lo provocan. Pobre de usted que no es comprendido por el mundo y es atacado infamemente por todos. No sabe como lo entiendo, ha de ser horrible que la gente no lo admire, halague y adule como usted se merece. Pero no se preocupe, gracias a Dios usted cuenta conmigo y con otro gran grupo de oyentes que son más fieles que Rintintín. Otra cosa que a usted lo mortifica en extremo y por lo que no es capaz de conciliar el sueño es el hecho de ser acosado brutalmente por sus oyentes del sexo femenino. Amigo, no se mortifique eso no es culpa suya, la culpa es de ellas, pues son tan obsesivas, compulsivas y algunas hasta locas que no pueden ver la realidad de este asunto. Ellas no han captado el mensaje que usted quiere transmitir. En realidad usted no les echa los perros, ni las seduce, ni les hace invitaciones en sexto sentido, ¡no! Son ellas que se imaginan todo eso. Usted lo que quiere transmitir es un mensaje de fraternidad, amistad y respeto. Usted quiere que ellas entiendan que las quiere a todas pero ama solo a una ( a su mamá y porque no le queda de otra ). Pero eso es algo más fuerte que usted y la verdad es que no lo puede evitar, no es su culpa que esté más bueno que comer con los dedos (según usted, pues yo no lo conozco ). Claro que yo confío plenamente en sus capacidades histriónicas y sé que se le ocurrirá algo sumamente creativo para sacarse a todas esas locas de encima, y si no es así tranquilo que siempre estaré ahí para meterle una manito en eso. Dejemos el tema del acoso por un momento, y pasemos al otro extremo. Usted se siente muy deprimido, pues la chica que conoció el fin de semana pasado no ha vuelto a salir con usted. De hecho ni siquiera le contesta las 10 llamadas diarias, ni le responde los mensajes de texto que usted le ha enviado durante los 2 últimos días. Usted se ha estado culpando porque ella no quiere verlo. No se culpe, le explicaré algo, usted no tiene la culpa de que ella sea una maniática y sobre exigente, que no entiende a un hombre tan exquisito como usted. En la primera cita la llevó a comer perros calientes en la calle del hambre ( estaban tan ricos que hasta las manos se lamió ), la invitó a bailar en su lugar preferido donde sólo ponen regetón y ballenatos. Y además se botó comprándole la ropa interior que usted quería que usara esa noche. ¿pero qué mujer no es capaz de valorar detalles como esos?. Querido, le recomiendo que no busque más a esa desatinada y por supuesto no se sienta culpable, ya que usted es un amor de cosas bellas. Lo que tiene que hacer es pararme únicamente a mí. Hablemos ahora de la soledad, sí, porque usted se siente sumamente solo, se culpa por haber pisado su cuarto de cupón sin tener ni siquiera un perro que le ladre. Lo que pasa en su caso muy particular es que las mujeres que ha conocido no han sabido comprenderle. No es que usted sea exigente, ni más faltaba. Usted está en todo su derecho de querer a su lado a una mujer inteligente, bella, con buen humor, paciencia y tolerancia, culta en extremo, que domine todos los deportes, incluso los extremos, que sepa de mecánica automotriz, que baile, que trabaje, y por supuesto que sea tremenda ama de casa. Que no le guste el chisme, salir de compras, hablar de las novelas y claro que no le quiera controlar la vida. Aquí la culpa de su soledad no es suya por querer una mujer perfecta, la culpa es de Dios. sí no pele los ojos que se le pueden salir. La culpa la tiene él, ¿por qué?, por no pensar en usted cuando creó a las mujeres. Verdaderamente que desconsideración para con usted. No se preocupe que ya estamos en el siglo 21 y pronto podrá usted tener la mujer que quiera, seguramente hasta podrá pedirla por catálogo y a domicilio. Pero mientras eso sucede le recomiendo que se compre una muñeca inflable para que salvaguarde la fuerza de su mano izquierda. Entremos ahora en el tema más arduo, intenso y extenso, que ocupa y preocupa a hombres y mujeres por igual. Con que no sabe de qué le estoy hablando, no se haga el loco que yo no estoy aquí para juzgarlo ni confinarlo en cuatro paredes por sécula seculorum. Deje los nervios y lea con atención. El tema en cuestión son los cachos, cuernos o en su defecto para no perder el glamour la infidelidad. Analicemos con calma quien tiene la culpa de que su pareja le monte los cachos, no importa si usted es hombre o mujer, sea cual sea el caso, usted no es el culpable de nada. Le explicaré porqué: En muchos casos el culpable es el cacho, ¿porqué? por la razón mas obvia, generalmente los muy muérganos, no sólo están mas que riquiquitos sino que además son demasiado inteligentes, suspicaces y aprovechados. Que ¿por qué aprovechados?, porque ellos aprovechan, en primer lugar sus ricos cuerpitos para tentarlo a usted a que haga lo que no debe, segundo aprovechan sus necesidades más básicas de recreación, tercero se valen de sus debilidades por la carne, cuarto saben que tiene usted problemas de pareja y de ahí se cuelgan para meter cizaña, y pare usted de contar. En estos casos usted no tiene la culpa de acosar a su mujer, decirle cualquier cantidad de improperios, darle más atención a la tele que a ella. Aquí la culpa la tiene su amante que le mete a usted cizaña en contra de su mujer, y el vecino que tiene tiempo haciéndole ojitos a su mujer hasta que por fin cayó. En otros casos (siendo usted mujer) la culpa la tiene su mamá (suegra de su marido inevitablemente), sí, ¿por qué ella? Porque ella la crió a usted a su imagen y semejanza, y es por eso que usted no para de gritar, quejarse por todo, pelearse cada 5 minutos con su marido y vive agobiada porque él le pone los cuernos hasta con la niñera. Claro que aquí también tiene parte de culpa la secretaria de su marido que es la amante oficial y que le mete cizaña cada vez que puede. Y por supuesto no podíamos olvidar la culpa que tienen sus amigos (siendo usted hombre), sí porque ellos son quienes lo sonsacan a usted a que salga de parranda, le presentan a las mujeres más vuenotas, lo inducen casi lo obligan a beber para que usted olvide la gran pena de su vida, que es su mujer. Usted no tiene la culpa de hacerles caso, ni de tener una vida casi perfecta que lo aburre como a una ostra y una mujer que lo espera en su casa y que no siempre está dispuesta y lista para hacer lo que a usted le de la gana, como por ejemplo: pasar toda la noche haciendo lo que usted ya sabe para luego levantarse a las 5 y 30 de la mañana para poder llegar temprano al trabajo. Como siempre se lo digo, sea feliz, y no le pare pelotas a más nadie, y cualquiera que le diga lo contrario mándelo pal carrizo viejo. Como se habrá podido dar cuenta este es un tema que da mucha tela que cortar, pero como yo no soy ni pretendo ser costurera ni manufacturera textil no me extenderé, pues si sigo lo que me quedaría es hablarle de las consecuencias de poner los cachos descaradamente, claro que podríamos hacer un toque técnico. Entre las consecuencias mas notorias están: el reguero de muchachos que puede tener, que se le pegue una loca psicópata o un enfermo maniático esquizofrénico, que le peguen alguna enfermedad de transmisión sexual o que simplemente su pareja se obstine, le pida el divorcio lo quiera dejar en la calle por venganza y además le eche una brujería para que se le desarrolle una impotencia que no se resuelva ni con viagra. No vaya a creer usted que quiero sembrarle el terror, ni mas faltaba. No olvide que yo soy la más fiel colaboradora a su inteligencia emocional en el tratamiento de la culpa. Es más soy tan incondicional con usted que en agradecimiento a su atención y paciencia en la lectura de este trabajo lo autorizo formalmente a echarme la culpa de todo lo que le pase a usted. No se preocupe hágalo con confianza, al fin y al cabo usted tiene derechos, ya que se bajó de la mula y en vez de ocupar su tiempo en otras actividades mas productivas, está aquí como el propio bolsa leyéndome; lo menos que puedo hacer es echarme yo la culpa para que usted siga siendo feliz y me compre otro libro si acaso se me ocurre escribir, o si alguna otra editorial se atreve a publicarme. Espero de todo corazón que haya disfrutado leyendo este humilde trabajo, que se riera mucho, que reflexionara y por supuesto que sacara sus propias conclusiones. Y si por casualidad este trabajo lo lleva a usted al borde de la locura, a querer suicidarse lanzándose de un puente, pegarse un tiro o hacerse el harakiri para dárselas de culto, le agradezco que no me lo informe, no quiero sentirme culpable. Aunque la verdad la culpable no sería yo, en realidad el culpable sería usted por pararle tanta pelota a lo que dicen estas líneas. Claro que si no existieran seres tan influenciables como usted yo me moriría de hambre. Gracias a Dios que en la vida hay mas de uno que no sabe que hacer con su tiempo y su dinero, y nos dan de comer a personas como yo. Bueno no le quitaré mas su tiempo, que sea feliz y siga releyendo a ver si en algún momento capta la idea.
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