Conoce el secreto de sus Orgasmos
La mecánica del clímax masculino es más compleja de lo que parece. Por eso, decidimos averiguar cómo es el ascenso de un hombre hasta el éxtasis, contártelo en detalle y pasarte todas las claves para que, desde hoy, puedas darle los mejores momentos de su vida. ¿Nunca te preguntaste por qué jamás oíste hablar de los misterios del orgasmo masculino? Más que probablemente, esto se debe a que, desde que el mundo es mundo, se da por sentado que hacer gozar sexualmente a un varón es tan fácil y previsible como llamar un ascensor: Se ubica el tablero de control, se aprietan un par de botones y ...¡listo! Ya estamos en el piso catorce. Sin embargo, quienes conocen algo del tema - y eso por no mencionar directamente a los involucrados - cuentan una historia bastante menos lineal. Por lo visto la cuestión para ellos no es ni tal fácil ni tan mecánica como siempre se ha dicho y lo cierto es que el orgasmo masculino implica - sólo por mencionar algunos datos físicos- cuestiones tales como hormonas, flujo sanguíneo, respiración pesada, hiperventilación, tensión muscular, inflamación testicular... ¿seguimos? Y eso por no mencionar los aspectos psicológicos del asunto, que tampoco faltan. En otras palabras, todo es mas complejo de lo que te habías imaginado. Lo bueno del caso es que, cuando conozcas exactamente qué es lo que sucede dentro de su cuerpo desde el principio hasta el final de una relación, volverlo loco en cada etapa se convertirá en algo increíblemente fácil y divertido. La guía que aquí te presentamos te orienta sobre cada uno de los pasos de tu pareja hacia el clímax y te acerca información crucial sobre las "jugadas" sexuales que te ayudarán a dejarlo completamente dado vuelta. ¿Qué esperas para emperezar a leer? La Conexión Mente-Pene La odisea de tu chico hacia el orgasmo comienza, como la de todos los seres humanos, en algún rincón del órgano sexual más poderoso con que cuenta nuestra especie: el cerebro. De hecho es lo que sucede en su mente lo que dispara la excitación sexual. La visión de un cuerpo desnudo, la fugaz evocación de una imagen, sueño o recuerdo sexualmente estimulante, bastan para producir la erección del pene. Cuando un hombre piensa en sexo, su cerebro envía señales neurológicas a los genitales, a través de la médula espinal, y los órganos sexuales responden dirigiendo una mayor cantidad de sangre hacia el pene. Durante este tiempo, conocido como la fase de excitación y deseo, el ritmo cardiaco se acelera y los testículos se elevan. ¡Y pensar que todo esto puede ocurrir incluso mucho antes de que hayas rozado su piel con tu mano! Tip para aumentar la acción: Estimula su imaginación, con insinuaciones que lo hagan adivinar qué es lo que vendrá. Ten en cuenta que - a diferencia de nosotras, que respondemos mucho mejor al tacto- Los hombres son altamente visuales, por lo que cualquier estímulo que aspire a partirle la cabeza deberá pasar sí o sí por su mirada. Entonces, moviliza sus ratones vistiéndote y moviéndote de una manera que, más que mostrar, sugiera y lo deje pensando. Puedes, por ejemplo, desabrocharte apenas un botón de la camisa, permitiéndole así ver el fantástico sostén que llevas debajo, que bien puede ser de color. Y, si te pregunta algo, coméntale que la tanga hace juego. Déjale además entrever algunos fragmentos de tu piel, como para que se vaya imaginando el resto. Un escote, los hombros al descubierto, un rápido cruce de piernas, todo sirve a la hora de disparar su deseo. Claro que para que el truco funcione, antes te vas a tener que tomar el trabajo de averiguar cuál de todas tus zonas erógenas es la que pone sus ratones a galopar. ¿La cola? ¿Las pechugas? ¿Las piernas? Descubre cuál es su punto débil en la anatomía femenina y actúa en consecuencia. Así, por ejemplo, si notas que sus ojos vuelven una y otra vez sobre tus pechugas, apuesta a los tops cortos y a los tejidos adherentes, de esos que le permitan saber lo excitada que estás con él incluso desde antes de desvestirte. Si por el contrario, su debilidad es tu cola, no pierdas la oportunidad de menear tus caderas al caminar frente a él, ni dejes de hablarle por encima de tu hombro cuando se encuentre detrás. El progreso de la excitación El comienzo de la segunda etapa (conocida como fase de excitación) depende de cada individuo, y de hecho puede ser disparada por los mas diversos estímulos. Tal vez baste con contemplar esa mínima tirita de piel que separa tu suéter del jean, aunque también puede suceder que tu compañero necesite un poco más de motivación y que se ponga en funcionamiento después de un par de caricias en el pecho. En cualquier caso, esta segunda etapa se caracteriza por una intensa excitación sexual y una desesperada necesidad de ser tocado. Con la estimulación directa, incluso es posible que la cabeza del pene cambie de color, virando al púrpura oscuro. A veces también puede aumentar su tamaño, en un fenómeno conocido como "erección secundaria", ¿Qué tal? Tip para aumentar la acción: Si antes lo masajeaste mentalmente, ahora llegó el momento de hacer lo mismo con tus manos. Claro que para maximizar las ventajas de esta deliciosa experiencia, no vayas "directo al grano"... todavía. Porque concentrándote en otras áreas de su cuerpo -mediante besos en la boca, caricias en la cara y hasta suaves chupeteos en sus dedos- su excitación será todavía mayor. Entonces una vez que estés lista -o bien, cuando él te lo pida a gritos- toma un poco de lubricante, desparrámalo sobre su pene y comienza a masajearlo hacia arriba y hacia abajo con movimientos envolventes. Este tipo de maniobras sirve para "encender" nuevas terminales nerviosas, por lo que - después de algunos minutos- los expertos sugieren que te concentres en lo que denominan el punto más caliente de un hombre. Esto es, una región ultra sensitiva ubicada justo debajo del glande. Acaríciala con tu mano o tu lengua, pero no te detengas ahí. Mejor, estimula simultáneamente otras partes de su anatomía. Claro que para poder prolongar la estimulación tanto como sea posible vas a tener que vigilar bien a tu pareja y, en cuanto notes que se acerca peligrosamente al orgasmo, hacerlo "bajar de revoluciones". Si observas que su pene crece (señal mas que obvia de que está a punto de eyacular), aprieta firmemente el extremo por 3 o 4 segundos y después recomienza la estimulación, pero de otra manera. Por lo tanto si quieres calmarlo un poco y ayudarlo a demorar el pacer, toma ambos "gemelos" con tus manos y empieza a masajearlos mientras intentas que vuelvan a su posición inicial. Tampoco te olvides de que las palabras suelen ser una excelente forma de "distraerlo" durante la estimulación y evitar que se obsesione con llegar al clímax. El "Gran O" Es decir, el orgasmo. Inmediatamente antes del "gran final", conocido como "fase orgásmica", un hombre aumenta la cantidad de penetración, mientras que sus piernas y pies se tensan, pudiendo incluso llegar a curvarse un poco. Varias glándulas de su sistema sexual (incluso próstata y testículos) descargan fluido dentro de la uretra, creando así una sensación de "llenado" en la zona y una consecuente necesidad de eyacular. Algunos segundos después, el semen es impulsado fuera de la uretra mediante contracciones que se suceden cada ocho décimos de segundo. Incluso su cola se pone en acción durante esta etapa: los músculos del esfínter se contraen, acompañando a los músculos del pene. Tip para aumentar la acción: Préstale una particular atención a la manera en la que su cuerpo se tensa y late, y usa tus manos, la boca y tu cuerpo para acompañar sus movimientos. Este es también el momento perfecto para masajear su perineo (el punto que se oculta detrás de la piel que va de los testículos al ano). Para eso, usa la parte plana de tus dedos y acaricia con ella toda el área, aplicando empujoncitos rítmicos, firmes pero suaves. Relax Total Durante la cuarta fase, llamada "de resolución o distensión", el ritmo cardiaco y respiratorio desciende y empieza a estabilizarse, al tiempo que el pene pierde rigidez y volumen. De un incremento del 50% de su tamaño cuando está en plena erección, pasa a un estado de reposo. El enrojecimiento del pecho y abdomen también irá desvaneciéndose durante este período, al tiempo que sus testículos recuperarán su volumen normal y su pene se volverá bastante sensible al tacto. Tip para aumentar la acción: Antes de hacer nada, averigua si tu chico pertenece al grupo de hombres que aceptan una que otra caricia en esta etapa o si, por el contrario, forma parte de las más numerosas filas de los "Mírame y no me toques". Si milita en el primer grupo, prueba un poco de sexo oral o bien masajes, siempre y cuando sean súper suaves y eviten la zona del glande. En caso de que tu bombón disfrute de los cariños post-sexo, también puedes probar los masajes de espalda, cara y cuello, que siempre vienen bien después de un desgaste físico como el que tuvo. Ten en cuenta que muchos varones acumulan tensiones en su espalda, hombros y cuello, por lo que los masajes siempre sarán muy bien recibidos. Y si finalmente el pobre hombre termina durmiendose en tus brazos, dejálo soñar, que bien ganado se lo tiene.
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