GRACIAS ENZO

 

Domingo 1° de Agosto de 1999. Una fecha muy esperada. Se jugaba el partido despedida de Enzo Francescoli. Una tarde espectacular, acorde a lo que se iba a jugar. Nuñez estaba completo, como en sus mejores partidos de finales. 

Pasadas las 15 hs. se abrieron las puertas del Monumental, y ya comenzaba la fiesta. Al rato llegan Los Borrachos del Tablón, dando su habitual nota de color, pero esta vez con banderas "grandes" y bombos incluidos. Comienzan los cantitos, y desplegan en el estacionamiento una hermosa bandera dedicada a Enzo. 

"Olé olé, olé, olé olá... al uruguayo nunca lo vamo´ a olvidar"

Ya dentro del estadio, el fervor se multiplicaba. Mucha gente, muchos "trapos", algunos muy conocidos, que se extrañan en el Monumental por esa ridícula ley que los prohibe. Estaba "River es el Pais", "Son los mejores" y la de Marley "Yo quiero a mi bandera", entre otras. 
Se anuncia el equipo de River, y hubo grandes ovaciones, pero en especial para Hernán Díaz y para el "chileno" Salas, aparte de la de Enzo, por supuesto. La presencia del "chileno" fue una de las primeras sorpresas. 

A los pocos minutos sale el equipo, y todas las miradas apuntaban al capitán, al primero de los jugadores, a Enzo. Un recibimiento como se merecía. Muchos papelitos, muchos cantos. Mucha emoción. 

Comienza el partido, todo muy tranquilo. Todos querían ver alguna obra maestra del Príncipe. Y él mostraba pinceladas de su talento. Antes de que termine el primer tiempo, el chileno convierte un gol para River... y todos pensaban que como se lo extrañaba...

Ya en el segundo tiempo el delirio crecía... y los cantitos seguían. 

  "Uruguayo, hoy te vinimo´ a ver... Uruguayo... es por última vez.... esta hinchada te dió su corazón... te pido no te vayas por favor.... ooohhhhh..."

También se le pidió a Ramón que se ponga "los cortos" y entre a la cancha. 

En una jugada, al maestro le hacen penal, y él mismo se encarga de convertir... con su clase impecable, al igual que el segundo, luego de una falta que le hicieron al pibe Saviola. 

Ya estaba terminando, y entraron los dos hijos de Enzo. Un par de toques, y el "principito" mayor se dió el lujo de meter un gol. Era pura emoción. Fue el fin del partido. Así Enzo, junto a sus hijos dió la vuelta a toda la cancha, saludando a todos. 


La gente seguía cantando... era todo para el "uruguayo". Todo el mundo les daba las gracias... y le decía un "hasta luego", porque íntimamente sabían que tarde o temprano iba a volver. 

Así fue la tarde de Enzo, el último gran ídolo del siglo de la hinchada millonaria. 
 

Fuiste un grande y te despediste como lo merecías. 

Simplemente GRACIAS Enzo... 

Hasta pronto. 

 

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