DOMINGO 29 DE DICIEMBRE 18 HS.
CRISTIAN - MAXI - ADRIAN
FUSILADOS EN FLORESTA
El domingo 29 de diciembre de 2002 se cumple un año del brutal asesinato de los
tres chicos de floresta por el policia Velaztequi al realizar un comentario con
relación a la policía.
Agradecemos su asistencia, le mandamos un ayuda memoria de los hechos publicado
por un diario.
FAMILIARES, AMIGOS Y VECINOS
CLARÍN - 31 DE DICIEMBRE DE 2001
TRIPLE CRIMEN EN FLORESTA: HABLA LA EMPLEADA QUE VIO EL ATAQUE
"Les disparó y se los llevó a la rastra como si
fueran animales"
Sandra Bravo trabaja de noche en el minimercado donde ocurrieron los crímenes.
Vio todo desde muy cerca. A uno de los chicos le dijo que se hiciera el muerto
para que el policía dejara de tirarle. Apenas habían pasado las cuatro de la
madrugada del sábado cuando Sandra Bravo, la empleada de la noche de la estación
de servicio de Gaona y Bahía Blanca, le llevó la última cerveza al grupo de
amigos que miraban por un televisor la repetición de las escenas más fuertes
del cacerolazo en Plaza de Mayo. Cinco minutos después llegó la tragedia: el
policía que vigilaba el lugar se levantó enceguecido de su mesa y disparó
contra los jóvenes. La mujer vio todo a menos de tres metros de distancia.
"Todavía me cuesta darme cuenta por completo de lo que pasó. Pero jamás
me lo voy a olvidar", dijo ayer, desconsolada. Es una mujer flaca, morocha,
que ahora tiene los ojos rojos del dolor y el cansancio. Pero es una de las
principales testigos y trata de hablar lo más que puede. "Quiero que quede
bien clarito lo que pasó", sostiene, y trata de no dejar pasar detalles.
Cuánta gente había en el minimercado, en qué silla estaba cada uno, qué
estaba haciendo en ese momento.Cuenta que era una noche especial. En un terreno
que está pegado a la estación de servicio, los empleados comían un asado para
festejar el fin de año. Cada uno estaba con su familia, había chicos, bebitos.
Se iban turnando para que el mimimercado, que estaba abierto, no quedara sin
atención. El policía se había quedado cuidando el lugar. Hasta le alcanzaron
un helado de la fiesta.Después del último brindis, Sandra volvió a su lugar
detrás del mostrador. Faltaba muy poco -veinte minutos- para el desastre que
recordará toda su vida. A las cuatro, en el minimercado de la YPF había diez
personas. Sandra, otro empleado, un playero que conversaba con un cliente; un
cliente más, el grupo de cuatro amigos y el policía. "Es un hombre petiso
y algo panzón", lo describió un vecino que había cruzado algunas
palabras con él y supo, por ejemplo, que tiene una hija abogada que vive en
Bariloche, y que también cumplía horas adicionales en una sucursal del Correo
Argentino. En la estación de servicio, el policía hacía el turno desde la
medianoche hasta las ocho de la mañana. Trabajaba en la estación de servicio
desde octubre, después de unas peleas que hubo en el lugar. Usaba siempre un
chaleco antibalas y su gorra policial. Y no se sacaba los anteojos negros, pese
a su turno de la madrugada. El grupo de amigos -Adrián Matassa (23),
Maximiliano Tasca (25), Christian Gómez (25), y otro joven cuyo nombre sería
Ernesto- estaba sentado en abanico mirando el televisor, apoyado sobre una
heladera de una marca de cerveza. En un momento, uno de ellos hizo un comentario
sobre lo que veía. Y el policía prácticamente saltó de su silla, en un rincón
del local. Sandra encuentra fuerzas para armar la terrible secuencia: "A
Maxi le apuntó directamente a la sien y le disparó. A Christian le dio un
balazo y lo remató de otro en la nuca, cuando estaba en el piso. A Adrián lo
vi venir caminado agarrándose el estómago. Se tiró abajo de la caramelera. Yo
le dije que se quedara quieto, que así iba a pensar que estaba muerto y no le
iba a disparar más". La mujer contó que el policía corrió al teléfono
público del minimercado y llamó a alguien. Unos segundos antes había sacado a
Maxi y a Christian hasta unos escalones que hay afuera del local. "Les
disparó y después se los llevó a la rastra como si fueran animales",
contó Sandra. La mujer dice que el policía tiró un cuchillo al lado de los
cuerpos para simular un enfrentamiento. Y que un rato después, un hombre llegó
en un Ford Falcon azul para hablar con él. Sandra conocía a los amigos desde
que entró a trabajar a la YPF de Floresta, hace seis años: "Me acuerdo
que mi primer día los chicos me vinieron a saludar y me dijeron que ellos
siempre venían". Ayer la mujer entraba y salía todo el tiempo por un gran
agujero que había quedado en uno de los vidrios de la estación de servicio. El
sábado a la tarde, durante la protesta que hubo frente a la comisaría 43, el
mimimercado fue destrozado y adentro no quedó nada. Los vecinos aseguran que
los amigos de las víctimas no tienen nada que ver con eso. "Era gente que
aprovechó la situación. Yo vi a uno que vino con una moto y se llevó la
tostadora", contó un hombre de la cuadra. Lo que sí es seguro es que los
amigos de los jóvenes fueron los autores de las pintadas que cubrían la estación
de servicio y muchas paredes del barrio. "Asesinaron a tres chicos",
decía una. Todas estaban formuladas en plural: no hacían foco únicamente en
el policía detenido. Sandra espera que arreglen todo para poder volver a
trabajar. Pero ayer fue la primera en moverse para que se conozca lo que sucedió.
"Eran chicos divinos", dijo, abrumada por la pena.
TRIPLE CRIMEN EN FLORESTA: HOY HABRA OTRA MOVILIZACION CON ANTORCHAS
Marcha con más de 500 vecinos La gente decidió apoyar a los familiares de las víctimas en sus causas judiciales. Harán un petitorio al Ministerio del Interior y organizarán una comisión permanente para no olvidar los homicidios. Más de 500 vecinos de Floresta marcharon ayer durante varias cuadras, en una protesta generalizada contra la Policía Federal. Comenzaron a juntarse en la esquina de Gaona y Bahía Blanca -donde fueron asesinados los tres jóvenes- a las cinco y media de la tarde. Mujeres con sus hijos, abuelos y abuelas, chicos en bicicleta, jóvenes y comerciantes comenzaron a aplaudir a las 18.22. Minutos después, cortaron Gaona. Mientras más gente seguía llegando a la esquina de la estación de servicio, los que estaban allí comenzaron a cantar: "Yo sabía, yo sabía, qur a los pibes los mató la Policía". Los ánimos estaban caldeados, pero un grupo de vecinos -altavoz mediante- comenzó a proponer ideas. Indignados y con mucho dolor recordaron a Maxi, Cristian y Adrián. "No queremos disturbios. Que todo sea pacífico", repetían los más calmados. Se organizaron, y cerca de las 19 comenzaron a debatir. Lo primero que dejaron en claro fue realizar una marcha de antorchas, hoy, a las 18. "El lugar de encuentro será acá -Gaona y Bahía Blanca- y esperamos que se sumen vecinos de otros barrios", dijo Anahí, con el altavoz en su mano. Los vecinos además resolvieron hacer un petitorio para presentar ante el Ministerio del Interior y el Gobierno de la Ciudad; hacer una presentación ante la Defensoría del Pueblo; acompañar en la causa judicial a los familiares de los jóvenes asesinados; y armar una comisión de vecinos que se junte una vez por semana. Los más jóvenes eran los más nerviosos, tal vez porque muchos de ellos conocían a Adrián, Maxi y Cristian del barrio o del club All Boys. Pero todo fue pacífico y en orden. Cerca de las 20 decidieron movilizarse por las calles del barrio. Como decidieron en mayoría no pasar cerca de la comisaría 43, empezaron a marchar por Gaona. El grupo de gente, que crecía en cantidad a medida que avanzaba, llegó hasta Segurola y dobló a la derecha, para volver a doblar en Juan B. Justo. Por esa avenida siguieron hasta Cuenca. A esa altura, el grupo recibía aplausos de los vecinos que miraban desde los balcones.Cuando llegaron a Cuenca doblaron a la derecha nuevamente y volvieron a Gaona. La marcha terminó donde había empezado. Entonaron el Himno. Gritaron "Justicia" y se desconcentraron pacíficamente. Durante toda la tarde hubo frente a la comisaría 43 tres carros de asalto y unos 20 policías con chalecos antibalas.