Era una de las grandes y bulliciosas poblaciones de
nuestro territorio, " Enconuábase una muy distinguida familia, formada por
el papá, hombre de negocios, católico indiferente que -tal vez absorbido con
exceso por los intereses materiales- había echado en olvido desde su
adolescencia sus obligaciones de cristiano. Tenía dos hijos: Mary Sol y
Carlitos, huérfanos de madre hacía ya varios años, La primera, bellísima niña
de ocho años de edad, de cabello rubio, tez rosada y ojos azules, dejaba asomar
a través de ellos la pureza de su alma inocente; el segundo contaba tan sólo
seis años, de natural travieso y un tanto "nerviosillo", era la
preocupación de su pequeña hermanita, que trataba siempre de disculpar sus
repetidas molestias.
Mary Sol asistía a un colegio laico, próximo a su casita; era una
alumna, no de gran inteligencia, pero sí muy fiel en el cumplimiento de sus
deberes y afable con sus compañeritas,
Cierto día del mes de noviembre aparecieron en su aula unos
jovencitos que produjeron un tanto de extrañeza, dejada traslucir a través de
sus sonrisitas y susurros...
-¿Qué es lo que quieren de nosotras? ...
-¿ Qué misión llevarán entre manos?...
Pronto entre ellas se estableció el más perfecto
orden...Una de ellas, muchachita de 12 abriles, ostentaba en su planchado
uniforme la insignia de aspirante, y animada de ideales apostólicos iba
propagando la campaña pro-santificación del día festivo.
Las pequeñas escuchaban, algunas con un tanto de indiferencia;
otras, como cosa ya muy conocida. Entre todas, una mirada permanecía absorta,
quizá salía de su marco escolar... en su pequeña cabecita se abrían nuevos
horizontes.
Aquélla noche la pasó en un puro insomnio; por su mente pasaban
miles de ideas, se atormentaba y su corazón estaba profundamente oprimido...
Necesitaba un confidente... quizá Carlitos llegaría a comprenderla.
Al rayar el alba, Mary Sol se encontraba en el cuarto de su
"pequeño" en un interesante diálogo.
***
La Navidad se aproxima. En casa del señor Ramírez
se puede observar un hermoso árbol, de una de cuyas ramas está suspenso un
pequeño sobrecito.
Aquella noche, el papá va a depositar un beso en la frente de sus
hijitos... mas al pasar por el salón, observa y abre el curioso sobrecito... Lo
examina y dominado por una preocupación se retira, mas no puede conciliar el
sueño...
Medita en aquellas líneas mal trazadas y vuelve a leer:
"Querido Niño Dios: Tú, que estás ahí arriba con mamá, cuéntale
mi penita... querría darle muchos besos, mas no puedo... pienso mucho en ella.
Dile que estoy triste porque papá no va nunca a Misa... y dice que no puede...
pero no lo creas, Jesús, es que no te ama, pues dedica muchos ratos al juego.
Adiós, Jesús, besitos a mamá, y vos recibid el cariño de tu amiguita: Mary
Sol."
***
A la mañana siguiente, 25 de diciembre, los dos
pequeños salían de casa para cumplir sus primeras obligaciones. De repente, un
brazo fuerte los agarra por detrás y estrechándoles en un paternal abrazo, el
señor Ramírez les dice:
-La cartita llegó a su destino: vuestro papá será el más fiel
compañero.
Aquel día, Mary Sol sintióse la princesita más feliz de la
tierra.
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