ES
OPORTUNO REDUCIR LA JORNADA LABORAL A SIETE HORAS
Por Mario Mazzitelli (artículo elaborado en vísperas
de las pasadas elecciones de octubre de 2001)
En
la Argentina, con una persistente desocupación, en estado de emergencia social,
donde 15 millones de compatriotas viven por debajo de la línea de pobreza y
donde es necesario aplicar una política redistributiva a favor de los
sectores mas postergados de la sociedad que implique a su vez reactivación del
mercado interno, la reducción legal de la jornada laboral a siete horas
resulta justa, oportuna y necesaria.
Desde
las históricas jornadas de Chicago en 1886 (1)
hasta nuestros días mucho ha
cambiado la producción de bienes y servicios. La revolución científico y técnica
como la informática, la robótica, las comunicaciones, la genética, los nuevos
materiales, el transporte y las nuevas formas organizacionales,
aumentaron en forma
geométrica la productividad. En nuestro país, en la década del 90, se
incrementó en un 30%. Esta moderna producción modificó el
impacto social. Si antes la industrialización era inclusiva de mano de obra,
ahora lo es expulsiva y la tendencia no se detiene.
La situación laboral en la Argentina aparece desquiciada, con mujeres y hombres cumpliendo jornadas superiores a las establecidas por ley ( 8 horas), en muchos casos sin reconocimiento económico, y con millones de personas subocupadas y desocupadas. Es el momento adecuado para que la legislación aporte a favor de un mayor equilibrio social.
Hacia
la reducción legal de la Jornada de Trabajo
La
ventaja con la que contamos hoy es la experiencia de Francia. Allí por ley
sancionada el 13 de junio de 1998 y complementada
con la ley del 19 de enero del 2000, se generó un inédito proceso de
dialogo social, debate, innovación organizativa y negociación entre
trabajadores, sindicatos y empresarios aportando soluciones a “medida
“ y resolviendo intereses
de aspiraciones contrapuestas.
Se
fija un tope de 35 horas semanales trabajadas
y las horas extras se cuentan a partir de la numero 36. La implementación de la
reducción de la jornada laboral es flexible ya que la negociación se realiza
por empresa y por sectores. Es un proceso, dado que se inicia en las grandes
empresas para continuar con las medianas y finalmente las pequeñas. Abarca un
periodo aproximado de tres años.
Es
creativa en tanto define nuevas modalidades en materia de organización del
trabajo (modulación, trabajo a tiempo parcial, intermitente, etc.).
Las
observaciones a la ley pusieron el acento en la competitividad: ”Las
empresas francesas podían estar dando ventaja a sus competidores de la Unión
Europea”. No fue así. La experiencia mostró que aumentó la
productividad y no se resintió la economía.
El
objetivo primario de la ley fue disminuir la alta tasa de desempleo. Hacia el año
2000 la desocupación descendió del 14% al 9%. Otro éxito fue que los nuevos
puestos de trabajo recayeron en jóvenes y personas adultas
con dificultades para insertarse en el mercado laboral.
Algunas
encuestas muestran un alto grado de satisfacción de la parte empresaria porque
ha restablecido su relación con sus empleados (ver película Recursos
Humanos).
Para
los trabajadores han mejorado sus condiciones en el trabajo y principalmente en
la relación con la familia y los hijos en particular. Ha mejorado también la
utilización del tiempo libre y las
posibilidades de descanso. Está significando una
superación en la calidad de vida con sus múltiples efectos benéficos.
Hoy
casi todas las asociaciones de
trabajadores europeas, especialmente de Italia y Alemania reivindican la
reducción legal de la jornada de trabajo.
Reafirmamos
que en Argentina la medida resulta justa, oportuna y necesaria. Se
complementa con el “Seguro de
Empleo y Formación “ y tiene una ventaja sustancial sobre “los Planes
Trabajar” u otras “ dadivas del Estado”. La remuneración es fruto del
trabajo productivo.
Llevar
bienestar a los hogares es algo que miles de jefes y jefas de familia no pueden
hacer. El problema no es producir más para distribuir mejor, sino distribuir
mejor para producir más. Es hora que desde la política se dé respuesta a esta
necesidad.-
En
la Argentina, el joven diputado socialista Alfredo Palacios obtendrá a
principios del siglo XX la ley que limita la jornada laboral junto a otras
reivindicaciones como el descanso dominical. La conquista permitió mejorar la
vida de millones de trabajadores.-