Después del “acuerdo” con el FMI

La crisis del Modelo y el ALCA

Escribe:  Mario Mazzitelli

Candidato a presidente por el P.S.A.

 

    Parece ser que durante mucho tiempo se llevaron tratativas secretas en torno a los acuerdos de libre comercio. Nadie sabe a ciencia cierta cual es  la totalidad de los documentos elaborados durante los últimos 8 años. Y si algo debe ser celosamente ocultado a los pueblos es porque nada bueno representará para ellos. Este sencillo dato resulta suficiente para que a-priori rechacemos la iniciativa.

    Esta iniciativa fue promovida sistemáticamente por los EEUU que, sin duda, tiene muy claro el rol que debe cumplir. Como ellos no se equivocan donde están sus intereses, en casi todos los casos contradictorios con los de la Argentina, rechazar la propuesta resulta ser una actitud sabia y prudente.

    Es poco menos que llamativo que se hable de libre circulación de las mercancías por todo el continente, cuando “el vigía de occidente” custodia celosamente sus fronteras de la invasión de los latinos. Conocidas son las dificultades de argentinos que pretendieron emigrar en busca de trabajo y bienestar. En muchos casos terminaron encarcelados o expulsados. ¿Cómo entender que circularán libremente las mercancías cuando no pueden hacerlo los seres humanos?

    Uno de los flagelos de nuestra América es el hambre. La producción central para paliar este drama es la agropecuaria. Si un mercado debe funcionar sin intromisiones que desalienten a los trabajadores es en dicho sector. No obstante, vaya la sorpresa, los EEUU han destinado este año subsidios por 18.400 millones de dólares a quienes trabajan en el campo. La misma política mantendrán para los próximos 10 años. Las consecuencias son las siguientes: los productores norteamericanos producen mas a un menor precio gracias al subsidio. Al bajar artificialmente los precios  hace que los productores más eficientes al sur del Río Bravo vean disminuir sus ganancias impidiéndoles realizar nuevas inversiones. Y aquellos, menos eficientes – por la calidad de las tierras o el tipo de tecnología y conocimientos aplicados – que, en términos de mercado podrían producir a precios aceptables, quedan fuera de carrera. Estos pequeños productores de alimentos desplazados artificialmente del mercado van a engrosar las filas de los desocupados. La política de subsidios de los EEUU promueve la miseria y el hambre en América Latina.

   Todos sabemos que la economía norteamericana es enorme y puede darse estos lujos. No obstante si observamos las riquezas transferidas desde nuestros países en concepto de pago de intereses y servicios de la deuda  externa, podemos tener la sospecha que, en definitiva, es el mismo dinero.

   Si así fuera el negocio es redondo: ahogan a nuestros productores y nuestra producción con el dinero que nosotros le enviamos a expensas del hambre y el trabajo de nuestros pueblos.

El modelo neoliberal –precursor necesario - preparó las condiciones para el establecimiento del Alca.

-     Endeudamiento externo para hipotecar nuestra soberanía y nuestro futuro;

-     Desmantelamiento del Estado para apropiarse de nuestros bienes y desarticular nuestra defensa;

    -          Apertura indiscriminada de la economía para avanzar con sus mercancías y destruir la industria nacional;

    -          Libre circulación del capital financiero para poder apropiarse de nuestras rentas y remesarlas al exterior;

    -          Privatización de servicios monopólicos para tener en sus manos herramientas estratégicas para el funcionamiento de una Nación.

    -          Precarización laboral y gigantesca desocupación y empobrecimiento general para quebrar la voluntad de los argentinos y entregarnos sin resistencia.

      El Alca, tal cual se nos presenta, aparece como un proyecto de subordinación y anexión. Podríamos pensar que el capital financiero y las grandes corporaciones multinacionales, observan con demasiado cariño las riquezas que todavía anidan en las entrañas de nuestra América. Petróleo, agua potable, biodiversidad, un buen medio ambiente para sus industrias sucias, bajo costo en la mano de obra, y otras. En el caso de la Argentina todavía pretenden los grandes bancos estatales Nación, Provincia y Ciudad, Yaciretá, Salto Grande, las centrales nucleares, nuestra riqueza ictícola y seguir avanzando sobre la pampa húmeda. Si pueden consolidar su presencia en el continente con el plan Colombia e instalar en la Argentina algunas bases  militares con cualquier excusa, la firma del Alca significaría ceder los últimos resquicios de soberanía y entregarle a los EEUU hasta la capacidad de administrar el orden e intervenir en las cuestiones internas cuando sus intereses o razones de seguridad así lo indiquen. No olvidemos que Dornbush, pocos meses antes de morir y en el transcurso de este año planteó un protectorado para nosotros. “ Si los argentinos no sabemos gobernarnos ellos lo harán por nosotros”. Omitía Dornbush decir que la situación de bancarrota en que se encuentra nuestra patria es inexplicable sin la intervención permanente e inflexible del FMI.

    Después del proceso independentista de nuestra América acaecido durante el siglo XIX dos grandes corrientes se enfrentaron en casi todos los países: las oligarquías nativas vinculadas al dominio de la tierra, el comercio y algunas industrias proclives a servir al imperio de turno, y por otro lado, las mayorías populares expresando la voluntad de conquistar la independencia y la justicia social, como presupuestos del bienestar colectivo.

   Aún hoy anexionistas e independentistas luchamos por definir el destino de nuestras naciones.

   Los independientistas somos muchos más. Pero ellos son, por ahora, más poderosos.

   En esta situación geopolítica, la defensa de la democracia es indispensable.

   Ellos saben que con la derrota popular de 1976 y la derrota nacional de 1982 pudieron avanzar hasta donde nunca lo hubieran imaginado. Pero saben que el tejido social y nacional sé esta recuperando y que ahora viene nuestro tiempo. Ellos tratarán de hacer surgir un gobierno títere que les permita terminar la obra y hacer irreversible el proceso de sumisión. Nosotros necesitamos un gobierno propio – popular de unidad nacional- que con inteligencia y racionalidad y en el marco del respeto a la Constitución Nacional y la defensa irrestricta de la paz, realice las tareas nacionales y populares necesarias.

Las necesidades nacionales

      Ellos necesitan el Alca. En cambio nosotros necesitamos tomar algunas medidas impostergables. Control nacional – entre otras áreas - sobre el comercio exterior para que las divisas queden en poder del Estado nacional y a partir de ellas poder emitir con respaldo. Destinar en forma inmediata esta emisión al aumento de la jubilación mínima, el seguro de capacitación y empleo, el establecimiento del salario mínimo vital y móvil, y la generación de mini-créditos para la producción familiar. La reactivación del mercado interno creará mejores condiciones para el comercio, la industria y la producción agropecuaria, generando un proceso de crecimiento económico, nueva inversión y generación de empleo. Dicho esto en extrema síntesis cabe aclarar que el FMI pretende – en sentido contrario - que el saldo positivo de la balanza comercial vaya al pago de la deuda externa. Por eso mismo es que un gobierno popular debe empezar por declarar una moratoria en el pago de la deuda.

   Dos modelos de país aparecen en pugna. Uno, una semicolonia, desintegrado social y económicamente. Empobrecido y con millones de desocupados. Con solo un 15% de la población vinculada al primer mundo y rodeada de miseria y pobreza.

   Otro un país con progreso. Con fuerte inversión en educación, ciencia y técnica. Con un desarrollo autosostenido aprovechando las gigantescas riquezas y la enorme capacidad del pueblo. Unido a los pueblos latinoamericanos en la búsqueda de un bienestar colectivo que solo se puede lograr en el marco de la justicia social.

Los cambios ya han comenzado

   El escenario latinoamericano viene cambiando. Chavez resiste, desde su concepción bolivariana y el apoyo de los sectores populares, los embates  provocados por una oposición alimentada desde el norte y los grupos mas concentrados de la economía  El 27 de octubre, con el triunfo del PT y Lula, se consolida el surgimiento de un Brasil mas afianzado en su proyecto de realizar un entendimiento sudamericano, haciendo eje con la Argentina. Se abre una buena perspectiva en Bolivia y en Perú donde se fortalecen las corrientes populares. Así un nuevo horizonte se abre para nosotros. Claro está,  nuestro destino depende en gran medida de nosotros mismos. Y, en ese sentido, deberemos definir muy bien que hacer en lo político. No tenemos tanto margen y errar puede ser terrible.

   Los vientos soplan en buena dirección. Creo que podemos desplegar las velas.

   Argentina tiene por delante un futuro venturoso, siempre que lo tome en sus propias manos y diga basta a tanta entrega, sumisión, cobardía, traición, FMI y Alca. Es hora de cambios.

  “Seamos libres, lo demás no importa nada.”  José de San Martín.

 

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