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Entremos a su presencia
La espiritualidad es un estilo o forma de vivir según las exigencias cristianas, la cual es "la vida en Cristo" y "en el Espíritu", que se acepta por la fe, se expresa por el amor y, en esperanza, es conducida a la vida dentro de la comunidad eclesial"
En este sentido, por espiritualidad, que es la meta a la que conduce la conversión, se entiende no "una parte de la vida, sino la vida toda guiada por el Espíritu Santo" .
Entre los elementos de espiritualidad que todo cristiano tiene que hacer suyos sobresale la oración. Ésta lo "conducirá poco a poco a adquirir una mirada contemplativa de la realidad, que le permitirá reconocer a Dios siempre y en todas las cosas; contemplarlo en todas las personas; buscar su voluntad en los acontecimientos".
La oración tanto personal como litúrgica es un deber de todo cristiano. "Jesucristo, evangelio del Padre, nos advierte que sin Él no podemos hacer nada (cf. Jn 15, 5). Él mismo en los momentos decisivos de su vida, antes de actuar, se retiraba a un lugar solitario para entregarse a la oración y la contempla- ción, y pidió a los Apóstoles que hicieran lo mismo"
A sus discípulos, sin excepción, el Señor recuerda: "Entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto" (Mt 6, 6).
Esta vida intensa de oración debe adaptarse a la capacidad y condición de cada cristiano, de modo que en las diversas situaciones de su vida pueda volver siempre "a la fuente de su encuentro con Jesucristo para beber el único Espíritu (1 Co 12, 13)"
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