|
Amar como Jesús amó...
El amor que Dios ha puesto en nuestros corazones no hace acepción de personas, es un amor dirigido a todos. No admite discriminaciones entre el simpático o el antipático, el instruido o el ignorante, el amigo o el enemigo... Hay que amar a todos.
Pero este amor tiene una medida: amar al prójimo como a sí mismos. Poner al prójimo a nuestro mismo nivel. Esto hay que tomarlo al pie de la letra.
El amor cristiano no es el del mundo, donde a menudo se ama porque se es amado... El amor cristiano es el primero en amar, no espera a ser amado. Como Jesús, que murió en la cruz por nosotros. Fue quien primero dio la vida por nosotros.
Este es el grandioso arte de amar: Amar a todos. Amar como a sí mismos. Ser los primeros en amar.
Pero, hay un modo típico y práctico para poner en práctica este amor: es "hacerse uno" con el prójimo. Sufrir con quien sufre, gozar con quien goza, llevar las cargas de los demás. Hacernos, de alguna manera, el otro: como Jesús que, siendo Dios, se hizo hombre por amor.
Hacernos uno con todos, en todo, menos en el pecado. Vivir
|
|