28 de agosto

SAN MOISÉS
EL ETÍOPE,
Anacoreta
Patrono de África

Ya no necesito más: conozco a
Cristo pobre y crucificado
(San Francisco de Asís).

   San Moisés el Etíope (330-405) Nació en Etiopía y llegó a ser un coloso capaz de tragarse medio cordero y un odre de vino en una sola comida. Era capitán de una banda de ladrones, que durante muchos años recorrieron las márgenes del Nilo robando y saqueando a las caravanas y navíos. Tras despojar a sus víctimas, a menudo las asesinaba para que no los denunciasen. Tocado por la gracia, conoció en el desierto al abad Arsenio y le pidió, con la espada en la mano, que le hiciera conocer a Dios. Arsenio lo encomendó a Macario, un monje que “tenía el don de amansar a las fieras”. Moisés comenzó a progresar con rapidez en la vida espiritual, llegando a ser sacerdote limosnero. Yendo un día cuatro de sus antiguos camaradas a robar, él los convirtió a Cristo, y tras ellos se llegaron muchos cientos de forajidos, que abrazaron su género de vida. Murió a manos de unos soldados que devastaban la región, pues no quiso abandonar el monasterio ante la inminencia del peligro. Dijo Simón a sus hermanos, recordando sus fechorías: “Salvaos vosotros. Yo me quedo, pues no quiero desmentir al Señor cuando nos dijo: “Quien a hierro mata, a hierro muere”. Fue asesinado en 405, a los 75 años. Es Patrón del continente africano. 

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