ðHwww.oocities.org/ar/misa_tridentina03/almas_purgatorio/novena04.htmlwww.oocities.org/ar/misa_tridentina03/almas_purgatorio/novena04.htmlelayedx^SÕJÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÈÐÖrkOKtext/html€ˆ2÷kÿÿÿÿb‰.HMon, 10 Apr 2006 17:06:15 GMTßMozilla/4.5 (compatible; HTTrack 3.0x; Windows 98)en, *^SÕJk Novena a las Benditas Almas del Purgatorio Novena a las Benditas Almas del Purgatorio

NOVENA  EN SUFRAGIO DE LAS
AFLIGIDAS ALMAS DEL PURGATORIO (Cont. 04)

Día Octavo: 

   Por la señal de la Santa Cruz, etc. 

   Acto de contrición: Señor mío, Jesucristo, Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo y espero, a quien amo y quisiera haber siempre amado sobre todas las cosas; me pesa una y mil veces me pesa de haberos ofendido, por ser vos quien eres, bondad infinita; pésame también porque merecí las terribles penas del Purgatorio y ¡ay! tal vez las eternas llamas del infierno. Propongo firmemente nunca mas pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos ayudado de vuestra divina gracia. ¡Oh! tenga yo, Jesús mío, la dicha de confesarme bien, enmendar mi vida y perseverar hasta la muerte. Os lo pido por esas benditas almas, por Vuestra Sangre preciosa y por los dolores de vuestra afligidísima Madre. AMEN.   

ORACIÓN AL PADRE ETERNO
  (Para todos los días de la Novena

   Padre Celestial, Padre Amorosísimo, que para salvar a las almas quisisteis que vuestro Hijo unigénito, tomando carne humana en las entrañas de una Virgen Purísima, se sujetase a la vida más pobre y mortificada, y derramase su sangre en la cruz por nuestro amor; ¿ Como? ¿ Dejaríais sufrir largo tiempo a esas almas en el Purgatorio, habiendo costado tanto a Jesucristo y siendo vuestras amadísimas hijas? ¿ Permitiríais que fuese malograda  Sangre de tan grande valor?

   Compadeceos, pues de esas pobrecitas Almas, y libradlas de aquellas horrorosas llamas. Compadeceos también de la mía y libradla de la esclavitud del vicio. Y si vuestra justicia divina pide satisfacción por las culpas cometidas, yo os ofrezco todas las obras buenas que haga en este novenario. ¡ Ay! De poquísimo, de ningún valor son en verdad; pero yo las uno con los méritos infinitos de vuestro Hijo Divino, con los dolores de su Madre Santísima y con las virtudes de cuantos justos han existido sobre la tierra. Miradnos  a todos, vivos y difuntos, con ojos de compasión, y haced que celebremos un día vuestras misericordias en el eterno descanso de gloria. AMEN.    

MEDITACIÓN  

Paciencia y Resignación de las Benditas Animas del Purgatorio.   

   Punto Primero.- Supongamos cristiano piadoso, que movido por estas meditaciones, haces una sincera y dolorosa confesión, y ganando la indulgencia plenaria de este santo novenario, sacas un Alma de la horrenda prisión del Purgatorio. ¡Ay! ¡ y que grande será tu dicha! Si perseveras, ¡qué galardón tan grande recibirás en el cielo! Si los reyes de la tierra, siendo miserables mortales, recompensan con tanta munificencia al que libra a uno de sus vasallos de un gran peligro, o expone generosamente su vida sirviendo a  los  apestados; ¿Cómo pensarais vosotros que premiara el Señor al que libre a una o más almas de las abrasadoras llamas del Purgatorio? Decid padres y madres: si aquel hijo, que es la niña de vuestros ojos, cayere en él rió, o en el fuego, y un hombre generoso os le sacara y presentara vivo, ¿cómo se lo agradecerías? Si vosotros fueseis ricos y potentados, y el pobre, ¿cómo le premiarías? Ahora bien: ¿ que tiene que ver el cariño del padre más amoroso con el amor que Dios profesa a aquellas almas que son sus hijas y esposas muy amadas? ¿Qué son todos los peligros y males de este mundo, comparados con las espantosas penas del Purgatorio? ¿Y que comparación hay entre el Poder y la generosidad de un miserable mortal, y el poder y la generosidad infinita de Dios, que promete un inmenso premio de gloria por la visita hecha a un preso, a un enfermo, o por un vaso de agua a un pobre por su amor? ¡Ah, cristiano! No dudo decir que miro como asegurada tu salvación, si logras sacar a una sola  Alma del Purgatorio. ¿Y no harás lo posible por lograrlo?  

Medita un poco sobre lo dicho.  

   Punto Segundo.- No pienses, alma cristiana, ser esta una reflexión piadosa; es una promesa formal de Jesucristo, verdad eterna que no puede faltar a su palabra. ¿No nos dice en el Sagrado Evangelio?: Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzaran misericordia

   Fundado en estas palabras infalibles, hasta ahora dice el Padre San  Gregorio “Yo no sé que se haya condenado ninguno que haya usado de misericordia con el prójimo”. ¡Ah! Dios quiere mucho a las almas;  todo cuanto se hace por ellas lo mira, agradece y premia como si a El mismo se le hiciera; En verdad os digo que todo cuanto habéis hecho con uno de esos pequeños hermanos míos, lo habéis hecho conmigo. ¡Ah! Dichosos cristianos; si socorréis a las pobres Almas del Purgatorio, “venid, os dirá un día nuestro liberalísimo Juez; venid, benditos de mi padre celestial. Aquellas pobres Almas tenían hambre, y vosotros comulgando las habéis alimentado con el pan de vida de mi sacratísimo Cuerpo; morían de sed y oyendo o haciendo celebrar misa, les habéis dado a beber mi sangre preciosísima, estaban desnudas y con vuestras oraciones y sufragios las habéis vestido con una estola de inmortalidad; gemían en la más triste prisión, y con vuestros meritos e indulgencias las habéis sacado de ellas. Y no es precisamente a las Almas a quines habéis hecho estos favores; a Mí me los habéis hecho: Mihi fecistis: pues todo cuanto hicisteis por ellas, yo lo miro por tan propio como si lo hubieses hecho para Mí mismo. Por lo tanto, venid, benditos de mi Padre celestial, a recibir la corona de gloria que os esta preparada en el cielo”. ¿Y no querríais, cristianos, lograr tanta dicha? Pues en vuestra mano está.  

   Medita un poco lo dicho; encomienda a Dios las Almas de tu mayor obligación, y pide, por la intercesión de María Santísima, la gracia que deseas conseguir en esta novena.  

EJEMPLO     

   Tenia una pobre mujer napolitana una numerosa familia que mantener, y a su marido en la cárcel, encerrado por deudas. Reducida a la ultima miseria, presentó un memorial a un gran señor, manifestándole su infeliz estado y aflicción; pero con todas las súplicas no logro mas que unas monedas.

   Entra desconsolada en una iglesia,  y encomendándose a Dios siente una fuerte inspiración de hacer decir con aquellas monedas una misa por las Almas, y pone toda su confianza en Dios, único consuelo de los afligidos. ¡Caso extraño! Oída la misa, se volvía a casa, cuando encuentra a un venerable anciano que llegándose a ella le dice: ¿Qué tenéis mujer? ¿Qué os sucede? La pobre le explico sus trabajos y miserias. El anciano consolándola le entrega una carta y le dice que la lleve al mismo señor que le ha dado las monedas. Este abre la carta, y ¿cuál no es su sorpresa cuando ve la letra de su amantísimo padre ya difunto? ¿Quién os ha dado esta carta? –No lo conozco, respondió la mujer, pero era un anciano muy parecido a aquel retrato; solo que tenia la cara mas alegre. Lee de nuevo la carta, y observa que le dicen: “Hijo mío muy querido, tu padre ha pasado del purgatorio al cielo por medio de la misa que ha mandado celebrar esa pobre mujer. Con todas veras la encomiendo a tu piedad y agradecimiento; dale una buena paga, porque esta en grave necesidad”. El caballero, después de haber leído y besado varias veces la carta, regándola con copiosas lagrimas de ternura: “Vos, dice a la afligida mujer, vos con la limosna que os hice, habéis labrado la felicidad de mí estimado padre; yo ahora haré la vuestra, la de vuestro marido y familia. En efecto,  pago las deudas, sacó al marido de la cárcel,  y tuvieron siempre de allí en adelante cuanto necesitaban, y con mucha abundancia.  

   Así recompensa Dios, aun en este mundo, a los devotos de las benditas Almas.  

ORACIÓN   

A Jesús Clavado en la Cruz

   ¿De que trabajos puedo quejarme, OH Jesús dulcísimo, cuando os contemplo clavado en la cruz, desamparado de vuestro Padre celestial,  padeciendo la más cruel sed y agonía por mi amor? ¿Cómo no esperaré cuando por todas esas llagas abiertas, como por tantas otras llamas o volcanes de amor,  pedís misericordia y perdón? Sí; aliéntate pecador; pronto esta Dios a borrar culpas pasadas, alentaos también vosotras almas benditas del Purgatorio; ya se acerca la hora de vuestro rescate y de vuestra libertad. Mañana con las comuniones que se os ofrecerán, será el dichoso día de vuestra redención. ¡Oh! Haced que así sea, dulcísimo Jesús, moved el corazón de estos fieles para que no nieguen este sufragio a las almas, apagad la sed ardentísimas que tienen esas almas de veros, de reinar con vos y bendeciros por siglos infinitos. Amen.

Cinco Padre nuestros, cinco Ave Marías y un Gloria Patri para alcanzar estas gracias del Señor.  

OBSEQUIO  

   Hacer limosna en sufragio de las Almas del Purgatorio.  

Día Noveno  

   Por la señal de la santa cruz, etc.

   Señor mío Jesucristo, etc. (Acto de contrición) PULSE AQUÍ

   Padre celestial, etc. (Oración para todos los días) PULSE AQUÍ

MEDITACIÓN

Descuido de los mortales en aliviar a las Almas del Purgatorio.

   Punto Primero.- Ved aquí el día feliz; hoy, con las numerosas comuniones y sufragios que los  fieles han ofrecido al Señor, no solo en esta, sino en tantas otras iglesias y hogares, muchas de aquellas almas, ayer tan afligidas y desgraciadas, han pasado a ser dichosos habitantes y príncipes felicísimos de la Corte Celestial. Ya ven cara a cara la hermosura y majestad infinita; ya poseen a Dios, que contiene en si cuanto hay de amable, de grande, delicioso y perfecto. Su entendimiento ya no puede experimentar ni más alegría, ni más suavidad, ni dicha. ¡Ay! ¡Si pudieses, amado cristiano, penetrar hoy en aquella dichosa patria y contemplar el transporte de aquellos Bienaventurados! ¡Que enhorabuena, que abrazos se dan tan amorosos! ¡Que cánticos entonan en acción de gracias al Dios de las misericordias y a los generosos cristianos que las han sacado del Purgatorio! ¡Oh! ¡Cómo dan por bien empleadas las penas que en este mundo padecieron! ¡Oh! ¡Con cuanta alegría esta diciendo cada una de ellas: Dichosas confesiones y comuniones, dichosas las misas que oía, las limosnas, oraciones, penitencias y obras buenas que yo practicaba; dichosas las burlas y escarnios que yo sufria por ser devota! ¡Y con que magnificencia pagáis, Señor, hasta los sacrificios más pequeños e insignificantes que hice por vuestro amor! ¿No quisieras cristiano tener tú la misma suerte? Pues pelea contra las pasiones; que sin pelear no se alcanza victoria;  sin pena no hay felicidad.  

   Medita un poco lo dicho; encomienda a Dios las Almas de tu mayor obligación, y pide, por la intercesión de María Santísima, la gracia que deseas conseguir en esta novena. 

   Punto Segundo.- ¡Y que dicha, cristiano, la tuya, si has logrado librar del Purgatorio a alguna de aquellas Almas! El cielo debe a tus sufragios el nuevo regocijo y la nueva gloria accidental que ahora experimenta. Y aquellas Almas dichosas te deben la libertad,, y con ella la posesión de una felicidad infinita. ¿Qué suplicas pues, tan fervorosas no harán a Dios por ti? ¿En que necesidad podrás encontrarte que no cuiden de socorrerte? ¿Qué empeño pondrán en conseguirte las gracias necesarias para vencer las tentaciones, adquirir las virtudes y triunfar de los vicios? Y si alguna vez te vieres en peligro de pecar y de caer en el infierno ¡con cuanto más celo que el pueblo de Israel lo hizo a favor de Jonatas, dirán al Señor!: ¿Y permitiréis OH, gran Dios, que se pierda eternamente un cristiano que me ha librado a mí de tan horribles penas? ¿No prometisteis que alcanzarían misericordia con el prójimo? ¿Y consentiríais ahora que cayese en el infierno aquel que con sufragios me abrió las puertas del cielo? ¡Ah dichoso cristiano! ¡cuánto envidio tu dicha! Persevera, y tienes segura la palma de la gloria.  

   Medita, etc.

EJEMPLO    

   Santa Gertrudis, aquella esposa tan regalada del Señor, había hecho donación de todos sus meritos y obras buenas a las pobres almas del purgatorio; y para que los sufragios tuviesen mas eficacia y fuesen más adeptos a Dios, suplicaba a su divino Esposo le manifestase porque alma queria que satificiese. Se lo otorgaba su Divina Majestad, y la Santa multiplicaba oraciones, ayunos, cilicios, disciplinas, y otras penitencias, hasta que aquella alma hubiese salido del Purgatorio. Sacada una, pedía al Señor le señalara otra; y así logro librar a muchas de aquel horrible fuego. Siendo ya la santa de edad avanzada, le sobrevino una fuerte tentación del enemigo, que le decía: “!Infeliz de ti! ¡Todo lo has aplicado a las almas del purgatorio,  y no has satisfecho todavía por tus pecados! Cuando mueras, ¡qué penas y tormentos te aguardan!” No dejaba de atormentarla este pensamiento, cuando se le apareció Cristo Señor nuestro, y la consoló diciendo: “Gertrudis, hija mía muy amada; no temas por los sufragios que tu ofrecisteis a las Almas del Purgatorio, me fueron muy agradables; tú no perdistes nada; pues en recompensa no solo te perdono las penas que alli habias de padecer, sino que aun aumentare tu gloria de muchísimos grados. ¿No había prometido yo dar el ciento por uno, pagando a mis fieles servidores con medida buena, abundante y apretada? Pues mira,  yo haré que todas las almas libertadas con tus oraciones y penitencias te salgan a recibir con muchos Ángeles a la hora de la muerte, y que, acompañada de este numeroso y brillante cortejo de bienaventurados, entres en el triunfo de la gloria”.  

ORACIÓN

A las Benditas Almas Libertadas del Purgatorio
por los Sufragios Ofrecidos Durante el Novenario    

   ¡Oh almas dichosas y felices, a quines nuestro dulcísimo Jesús acaba de admitir hoy en su patria celestial! Os felicitamos y damos en nombre de toda la iglesia mil enhorabuenas por esta dicha tan grande. Unimos nuestra alegría con la vuestra, y con la de los Ángeles y Serafines; juntamos nuestras acciones de gracia con los cánticos y alabanzas que vosotras entonáis al Creador por tan inestimable beneficio. Sí, Almas santas y dichosas; alegraos: ya se han acabado para vosotras las penas y tristezas, las aflicciones y trabajos, los peligros y tentaciones de esta miserable vida. Solo os queda una eternidad de descanso, de alegrías, de delicias y de bienaventuranza infinita. ¡Que dicha también la nuestra, si con estos sufragios os hemos acelerado la posesión de tanta gloria! Sí, triunfad en el cielo; pero no hagáis como hizo aquel ingrato copero de Faraón con José; no olvidéis a vuestros pobres hermanos, que militamos aún en este valle de lagrimas; echad una mirada compasiva sobre nosotros; mirad de cuantos y cuan fieros enemigos nos vemos rodeados! Ahora que sois tan poderosas delante de Dios, interceded por nosotros, para que siendo fieles y constantes en su servicio podamos en vuestra compañía alabarle y glorificarle un día eternamente.

   Cinco Padre nuestros, cinco Ave Marías y un Gloria Patri alas cinco llagas de Cristo Señor nuestro en sufragio de las benditas Almas del Purgatorio.  

OBSEQUIO

   Formar una firme resolución de ofrecer todas nuestras obras satisfactorias en sufragio de las pobrecitas Almas.