Oremos:
Te pedimos, Señor, infundas tu gracia en nuestras mentes, para que los que
hemos conocido por el mensaje del ángel el misterio de la encarnación de tu
Hijo, seamos conducidos a la gloria de la resurrección, por los méritos de
su cruz y pasión. Por el mismo Cristo nuestro Señor.
Amén.
Gloria
al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. (tres veces). |