đHwww.oocities.org/ar/misa_tridentina07/sermones/sermon02.htmwww.oocities.org/ar/misa_tridentina07/sermones/sermon02.htmdelayedx˘UŐJ˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙ČG|ń2OKtext/html?2÷ń2˙˙˙˙b‰.HFri, 23 Mar 2007 22:21:52 GMTł Mozilla/4.5 (compatible; HTTrack 3.0x; Windows 98)en, * UŐJń2 Sermones: Inmaculada Concepcion de Maria - P. Basilio Méramo Sermones: Inmaculada Concepcion de Maria - P. Basilio Méramo

INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA
 8 de diciembre de 2002

Padre Basilio Méramo
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   Amados hermanos en Nuestro Seńor Jesucristo:

   En esta fecha que coincide con el segundo domingo de Adviento y que aprovechamos para que los niños que se han preparado reciban su primera comunión, celebramos la fiesta de la Inmaculada Concepción. Y, a tal punto es importante para la Iglesia esta fiesta, que prima sobre la del segundo domingo de Adviento que es de primera clase; esto para mostrarnos el privilegio que tiene en exclusividad Nuestra Señora, únicamente Ella.

   Pío IX, santo Papa muerto en olor de santidad, promulgó el dogma de la Inmaculada Concepción en 1854, el 8 de diciembre, manifestando solemnemente que "la Santísima Virgen María, por un privilegio singular, es decir, exclusivo, fue inmune al pecado original, preservada de ese pecado original en el cual todos nacemos y que Ella, por ese privilegio fue preservada del pecado original y por eso es Inmaculada y ese privilegio lo tiene en calidad de ser la Madre de Dios". La Inmaculada Concepción es una consecuencia de la maternidad divina de Nuestra Señora, es una consecuencia por ser la Madre de Dios predestinada como tal desde todos los siglos, desde antes del Universo para ser la Madre de Nuestro Señor Jesucristo.

   Así se entiende la epístola de hoy y otras sacadas del libro de la Sabiduría y que se aplican a Nuestra Señora; no serían inteligibles si no se les asocia a esta predestinación desde toda la eternidad. Por eso Ella ya existía, ya estaba en el pensamiento de Dios cuando Dios decretó desde toda la eternidad, antes del tiempo de la creación del Universo que el Verbo, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, se iba a encarnar y esa encarnación iba a ser de una virgen, y por eso la existencia de Nuestra Señora se debe a la existencia de Nuestro Señor que desde toda la eternidad se iba a encarnar.

   Y aquí hay otro misterio más, comúnmente se nos dice que Nuestro Señor se encarnó a causa del pecado. Sí, pero como subordinado, porque Nuestro Señor, aun sin que Adán y Eva hubiesen pecado, Él se hubiera encarnado para ser Rey del Universo. Y por eso el cardenal Pie, considerado como uno de los Padres de la Iglesia de los tiempos presentes, predicaba basándose en los Santos Padres esto que acabo de decir. Ahora bien, los ángeles rebeldes y orgullosos que no quisieron someterse a un hombre, es decir a un Dios hecho hombre, de naturaleza inferior a la angélica, se rebelaron contra Él, porque no quisieron aceptar esa gracia que derivaba de Nuestro Señor como Rey del Universo; de ahí la rebeldía satánica. Por eso en ese mismo decreto de la Encamación desde toda la eternidad, Nuestra Señora fue concebida en el pensamiento de Dios junto con la Encarnación del Verbo.

   Estos son dogmas de la religión católica, dogmas negados por el protestantismo que no quiere reconocer en Nuestra Señora a la virginal Madre de Dios. Y, ża cuento de qué entonces ellos predican con la Biblia debajo del brazo, sin ningún derecho, usurpando la palabra de Dios? Lamentablemente en eso quieren convertir la religión y el culto católico, en un culto protestante. De ahí la necesidad de nuestra fidelidad íntegra a la sacrosanta Tradición de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana fuera de la cual no hay salvación. Dogma que hoy no es profesado ni por el clero, ni por los fieles que se dicen comúnmente católicos. Están igual que los ingleses que fueron católicos y terminaron siendo protestantes sin darse cuenta. Eso que pasó en Inglaterra en el siglo XVI está pasando ahora en el siglo XX y XXI no en una sola nación sino en todo el Universo. Es esa la gravedad de la hora presente, de allí viene la necesidad de proclamar estos dogmas fundamentales.

   El dogma de la Inmaculada Concepción se deriva así de la Maternidad divina, la plenitud de gracia, plena de gracia, esa plenitud que la hizo impecable, sin capacidad de cometer el más mínimo pecado venial; no se diga ya un solo pecado mortal, sino ni siquiera el mínimo y leve pecado venial, ni de ira, ni de orgullo, ni de soberbia, ni de vanidad siendo mujer, ya que las mujeres son naturalmente vanidosas; jamás el mínimo pecado de vanidad, de inmodestia, de impaciencia. Para que nos demos cuenta de la pureza de Nuestra Señora por esa plenitud de la gracia que Ella concibió en su vientre por obra y gracia del Espíritu Santo y por eso Ella, desde el primer instante de su concepción como persona humana, ya tenía un grado de gracia superior al de todos los santos y al de todos los ángeles del cielo juntos, todo esto desde el primer instante en que Ella fue concebida. No podemos imaginar, ni darnos una idea de esa grandeza sublime de Nuestra Señora por ser la Madre de Dios, y żcómo entonces no le vamos a tener nosotros esa devoción filial? Por si todo lo anterior fuera poco, esa gracia crecía más, creció mucho más el día en que Ella tuvo la Anunciación y concibió por obra del Espíritu Santo al Verbo que iba a nacer en su vientre virginal. Virginidad que es negada por los herejes no ya protestantes sino católicos, pero a esos nadie los excomulga, tienen libertad para todas aquellas herejías y no son perseguidos; al contrario, son grandes teólogos de la Iglesia Católica, Ąerror terrible! Es más, esa plenitud de gracia siguió creciendo en Nuestra Señora que fue asunta al cielo después de su breve muerte, que fue una dormición prácticamente, porque murió para resucitar asunta al cielo y gozar así de la visión beatífica y todo ello por ser la criatura que Dios más ha amado y ama de toda la creación. A eso se deben todos estos privilegios, de donde es imposible amar a Nuestro Señor sin amar a Nuestra Señora, eso es absurdo.

   Luego, los protestantes no aman a Cristo por mucho que alaben y digan alabar a Nuestro Señor, valen cero esas alabanzas porque no aman a Nuestra Señora y el que no ama a Nuestra Señora no ama a Nuestro Señor. O, ża qué príncipe de esta tierra, que tenga a su madre viva y que sus subditos no la amen, no la quieran y no la respeten, van a hacer creer que aman a ese gran señor rey o emperador?, pues mucho más con el Rey de reyes, que es Nuestro Señor.

   Es una mentira, un engaño, una blasfemia el protestantismo que hoy desgraciadamente está calando en el pueblo y en esta nación; es una vergüenza. Es así por la claudicación, por la falta de predicación del clero que no apacienta sus ovejas, de los obispos que no tienen la valentía para enfrentar al enemigo con la verdad de la palabra de Dios. Ese es el drama. Y el pueblo colombiano que hace cuarenta o cincuenta años era católico en su integridad, hoy es protestante, y el que no es protestante de viva voz, públicamente lo es a través del modernismo, de la nueva liturgia, de la nueva evangelización. Si somos verdaderamente católicos no podemos aceptar todas estas cosas que conculcan la majestad de Dios, que conculcan el culto de Dios y que ofenden a Nuestra Señora.

   Que nos sirva, mis estimados hermanos, la fiesta de hoy para proclamar nuestra fe y saber defender nuestra religión, nuestra Iglesia. Esta es la única capilla en toda Bogotá que públicamente y con exclusividad ofrece la santa Misa de siempre, el santo culto romano, porque esta es la Misa Romana, Católica y Apostólica, la santa Misa de todos los Papas, mártires y santos. No una nueva fabricada por un masón como fue monseñor Bugnini; esa es la nueva misa que hoy están oyendo en las demás parroquias, iglesias y capillas católicas, una misa elaborada por un masón, por si fuera poco, con la intervención de seis pastores protestantes, es decir, de seis herejes públicos para que garantizaran que no había allí nada que a ellos incomodase. Y żqué es lo que les incomoda? El dogma católico, el dogma de fe, el mysterium fidei.

   Cosas estas que debemos tener bien claras para defender la santa religión y para honrar a Dios y a la Santísima Madre del cielo, la Santísima Virgen María. Saber que podemos perder a nuestra madre aquí en la tierra, pero sabemos y tenemos la garantía de tener una Madre incondicional en el cielo. Hay que enseñar eso a los niños, sobre todo a aquellos que quedan huérfanos, porque no somos huérfanos sobrenaturalmente hablando, porque somos hijos de la Iglesia, porque tenemos a Dios Padre en el cielo y a Nuestra Madre la Santísima Virgen María; no estamos solos.

   Debemos tener conciencia de estas verdades y no nos sentiremos tan desamparados como muchas veces huma  

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