El origen de la Catedral se remonta al 25 de
marzo de 1.615, cuando el padre Roque González de Santa Cruz funda la "Reducción de
Nuestra Señora de la Anunciación de Itapúa", clava la cruz del cristianismo, junto
a ella precarias viviendas, comienza a predicar el Evangelio y la conquista espiritual de
los aborígenes, tarea que le fue difícil, ya que los dueños de estas tierras atacaban
los asentamientos. La Reducción es trasladada años más tarde a la orilla opuesta de
río, hoy Encarnación; en el año 1.628 quedaban pocas familias en las cercanías del
Puerto o Rinconada por donde se realizaba el comercio de productos con destino a Buenos
Aires y Brasil.
Cuando las Reducciones habían alcanzado su
total esplendor, los jesuitas fueron expulsados en el año 1.767, y los pueblos
paulatinamente fueron decayendo; años más tarde, para evitar ataques y saqueos a la
población y puerto de Itapúa, Rodríguez de Francia que ejercía el gobierno en
Paraguay, hace construir, en el año1.833, una muralla de piedra a la que llamó
"Trinchera de los Paraguayos", luego "Trincheras de Itapúa".
A principios del año 1.867 el Batallón 24 se establece en este lugar y su capellán
edifica una capilla en honor al Patriarca San José; desde ese momento el pueblo empieza a
llamarse "Trincheras de San José".
El 13 de octubre del año 1.872 el gobierno de
Corrientes, del cual dependía este pueblo, convoca a elecciones para constituir las
autoridades municipales, las que asumen el 18 del mismo mes. La corporación municipal de
Trincheras de San José, entre las primeras medidas tomadas, resuelve dotar al pueblo de
un templo, para ello convoca a vecinos y autoridades, en el Juzgado de Paz, el 5 de marzo
del año 1.873, con el fin de recaudar fondos y llevar a cabo esta iniciativa. En julio
del año 1.874 se solicita al Ministro Eclesiástico de Corrientes autorización y en
agosto se envía el plano presentado por Juan Irigoyen, quedando una copia en la
Municipalidad, el cual fue aprobado.
El padre Vicente Buffardi, cura y ex curador de
las Misiones del Paraguay, solicita el viacario de Corrientes desempeñarse como cura de
Trincheras de San José, pero su pedido fue denegado, a pesar de que era él quien cruzaba
el río Paraná y realizaba bautismos, casamientos y asistencia espiritual a los vecinos.
El 24 de febrero del año 1.875, según nota
del delegado eclesiástico, se anuncia el nombramiento del sacerdote José Motta como cura
del pueblo, quien se hace cargo en abril de ese mismo año. Se alquiló una casa que
servía para los oficios religiosos, vivienda del párroco y escuela pública.
Nuevamente se crea una comisión protemplo el
23 de junio del año 1.875, que se reunía en el local de la Municipalidad. Al año
siguiente, el 5 de enero del año 1.876, por la suma de tres mil pesos fuertes se
resolvió la construcción del templo, bajo los patronatos de San José y Nuestra Señora
de la Candelaria, se colocó la piedra fundamental en el lugar que actualmente está
emplazada, el 16 de enero de 1.876, siendo padrino de la ceremonia don Antonio Fragueiro.
En agosto de ese mismo año se delimita el terreno situado al norte de la plaza 9 de
Julio, que debía medir 45 varas de Este a Oeste y 50 varas de Norte a Sur. Después de
varios meses de intensos trabajos se concluye la obra que es inaugurada el primer domingo
de diciembre de 1.876, siendo presidente de la Corporación Municipal don Alfonso de
Arrechea (Padre). El pueblo concurrió masivamente a esta fiesta de la fe cristiana.
A principios de 1.880 una tormenta derrumba una
de las torres, el templo es reparado con algunas modificaciones, quedando terminado en
1.881.
El padre Federico Worgt recibe el templo en
1.898; este visionario párroco sugiere levantar una nueva iglesia, después de varias
gestiones el gobernador Juan José Lanusse le otorga, en 1.904, una subvención y comienza
la edificación del nuevo templo, trabajo realizado en forma gratuita por el constructor
Juan Becker. Los planos eran del estilo romano-antiguo, para no interrumpir los oficios
religiosos dejan en pie la nave central, se construyeron las naves laterales, se
levantaron las torres hasta la altura del techo principal, un parapeto entre ambas y la
bóveda de la nave central.
Al celebrarse el centenario de la Revolución
de Mayo, la Comisión de Festejos del Centenario donó un reloj que fue colocado en la
torre de la Iglesia. El altar del Sagrado Corazón lo donó Lázaro Gibaja; el púlpito y
cielorraso de la bóveda, la firma Núñez y Gibaja.
El padre Federico Rademacher se hace cargo del
templo en 1.913 y se dedica a completar los detalles que aún estaban sin terminar.
Se constituye en 1.914 una comisión de
feligreses para construir en Posadas una Iglesia matríz acorde a su crecimiento
demográfico, siendo párroco el padre Gerardo Woeste; el añó 1.934 surge la idea de
llevar a cabo una refacción importante en la Catedral; el arquitecto Alajandro Bustillo
presenta un plano, el cual fue aprobado; años después se comienza al trabajo, se
modifica el frente, se construyen las dos torres, pero como quedaron desproporcionadas con
relación a la dimensión del edificio, resuelven darles mayor altura, primero elevan una
torre y años más tarde ( 1.944 - 1.945 ) la otra.
Esta obra se terminó en 1.937 bajo la
dirección del arquitecto Antonio Von Liebe, la realizó el constructor Emilio Fogeler y
se desempeñaba como párroco el reverendo Pablo Stenke, quien fue el que inició el
trabajo.
La Catedral de Posadas tiene alineamientos de
la arquitectura romántica, tanto francesa como italiana; la fachada de vanos altos y
angostos terminan en arcos de medio punto de variadas dimensiones y una escenografía
planiforme, sobria. Las torres con sus trabajados capiteles terminan en cruces de hierros.
El aspecto del templo es basilical, su nave central y las dos laterales reflejan la misma
simplicidad usada en su exterior.
El altar mayor era de madera labrada donde
estaban asentadas figuras de santos, vírgenes, candelabros de bronce y floreros de
cristal; la parte superior terminada con guirnaldas de luces. El púlpito de madera
labrada y de forma poligonal tenía en cada cara bajorrelieves representando a los doce
Apóstoles y en la parte superior, la representación de San Roque. En la bóveda del
altar mayor pintado en bellos colores la representación del Espíritu Santo que daba
magnificencia al templo, y en los altares laterales San José y el Sagrado Corazón.
Después del II Concilio Ecuménico de 1.964 se
resuelve adoptar las decisiones tomadas en Roma, se retiran el altar mayor, el púlpito,
las estatuas de vírgenes y santos, quedando el recinto sagrado con la simplicidad que hoy
ostenta. En la actualidad se realizaron trabajos de refacción y pintura, realzando el
estilo arquitectónico de la Catedral de Posadas.