Capioví

 

Es un pequeño y pintoresco pueblo que apuesta al turismo rural como alternativa de desarrollo turístico frente a la crisis que afecta al agro.

Tiene a si alrededor cientos de chacras, emprendimientos productivos que desde hace más de 80 años trabajan la tierra. La política municipal impulsa el desarrollo de esta actividad y encontró buena respuesta en el sector privado que se dedicó por años a la actividad agrícola. Sin perder su perfil, apuntan a covertirse en una suerte de ìcono de la ecología y el turismo rural.

Al menos cinco granjas de la zona de Capiví están listas para trabajar con ese tipo de turismo. Se trata de un emprendimiento que impulsa la Municipalidad local y que cuenta con al apoyo de los complejos turísticos privados que están trabajando en la zona.

El proyecto de desarrollo turístico de una zona netamente agrícola surgió desde la comuna, con la intención de ofrecer una alternativa económica a la alicaída economía del agro, pero prendió pronto y muy bien entre los colonos.

Apenas comenzó, las posibilidades de esta actividad entusiasmaron a los productores que visualizaron la posibilidad de generar nuevos ingresos sin necesidad de abandonar su actividad primaria. De todas maneras, consientes de que se trata de un negocio a largo plazo, están adecuando sus chacras y se van preparando para recibir visitantes de la zona y de otros puntos del mundo que buscan este tipo de turismo.

Si bien son cinco granjas las que están en condiciones de trabajar, con distintas ofertas, hay cerca de una docena más que está adecuando sus instalaciones para sumarse al proyecto y convertir a Capioví en una zona de turismo rural y alternativo, con un fuerte contenido ecológico.

Y si pasa por la zona, no deje de visitar ese pintoresco pueblo, muy bonito, que recibe turistas y los atiende con la cordialidad propia de nuestra gente de campo, orgullo de toda Misiones.

Las varias ofertas `parte de una jornada de campo, para grupos pequeños o estudiantes, hasta un fin de semana con alojamiento en el renovado hotel de la localidad, las residenciales o las cabañas próximas.

Los balnearios, las instalaciones del Salto de Capioví y las chacras de la zona están preparadas para recibir a los visitantes.

La sencillez y simpleza de la gente, las historias de cientos de hombres que dejaron sus fuerzas y se hicieron viejos en torno a un proyecto de pueblo que comenzó hace ochenta años, hoy tiene su reconocimiento y su correlato en la apertura hacia el mundo que pretende Capioví, a partir de dos recursos: el hombre y la naturaleza. Y por ese objetivo luchan.

Gente de trabajo:

Y cuando del hombre se trata, Capioví lleva en su seno la historia de hombre de trabajo que dejaron sus mejores años labrando la tierra, haciendo la historia de toda la región. O la historia de los aborígenes, los dueños naturales de la tierra. La convivencia entre el aborigen y el inmigrante se mimetizó en una población tranquila, de gente de trabajo, que desarrolló sus actividades en un entorno natural privilegiado.

Hoy, otra vez la iniciativa del hombre permitirá que el trabajo de las chacras y el paisaje natural de la zona sirvan de marco para tantas historias de hombres que dejaron sus esfuerzos y sus hijos en estas tierras.

Casi toda la provincia se levantó a instancias del esfuerzo.

Es historia permanente viva en el recuerdo, o se alimenta en las reuniones comunales, de los tantos habitantes que hoy empiezan a entender que el ecoturismo puede ser una alternativa, y en las vivencias de este esfuerzo es parte de la razón de ser de capioví, o de sus colonias.

Es, en definitiva, la historia de los hombres y sus pueblos, es decir, su cultura.

Y el marco de la rica cultura de colonos y aborígenes es la naturaleza que en la zona también fue generosa.

 

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