Los verdaderos dueños de la selva son sin duda algun los insectos.  Nidos de abejas, avispas, hormigas y termitas se aferran por todas partes a troncos y ramas: hay aquí, solo de hormigas, unas 250 variedades.

Al paso del viajero, el aires se llena de moscas, mosquitos y libélulas multicolores, mientras saltamontes, chinches y escarabajos de todos los tipos posibles aparecen allí donde se pose la vista.

Si se realiza una inspección más detallada de la vegetación permte decubrir pulgones de las formas y colores más extravagantes que se confunden con las plantas que les sirven como alimento camuflándose de espinas, brotes y tallos para escapar de la atencion de sus predadores.

Hay verdaderos gigantes entre los insectos: la hormiga tigre (o ticondora), de 4 centímetros de largo; el taladro arlequin (un escarabjo que, con sus patas y antenas extendidas, llega a los 20 centímetros); el bicho palo local; la xilophanes tersa (una mariposa nocturna de 17 centímetros de envergadura), o el megalóptero, insecto   acúatico de grandes alas.

 

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