Introducción
Son
muchas las leyendas y las historias que se cuentan sobre las brujas... verrugas
horribles, escobas voladoras, gatos negros que las rondan... hasta oscuros
pactos con el Diablo!!
El
fenómeno de la brujería alcanzó su mayor grado de virulencia en el siglo XVI,
y siempre ha causado un gran impacto, habiendo todavía hoy signos de su
existencia.
Se era bruja por herencia o por pacto con el demonio y se las consideraba
envidiosas, egoístas y malas, teniéndoles verdadero pavor.
Hay dos tipos de meigas: las "meigas chuchonas" a quienes se les
inculpaba de chupar la sangre a los niños y de robarles los untos para ser
empleados en la confeccion de pomadas y las "asumcordas" o brujas
callejeras, espias de las gente y por tanto vigilantes de quienes entran y salen
de las casas.
La
nefasta acción de estos seres, se extendía igualmente a infinidad de
influencias ejercitadas sobre personas, animales y cosas, amén de la composición
de filtros de amor y odio; encantamientos diversos, y entre estos de tipo genésico,
que, aparte de causar la impotencia en el varón y la esterilidad de la hembra,
llegaban a producir embarazos que duraban un mes, a cuyo término resultaba el
parto normal; mujeres que alumbraban de 30 a 40 hijos a la vez, contándose el
insólito hecho de una mujer que alumbró 365 hijos de un golpe.
También se creía que las brujas podían encantar a las personas, y al propio
tiempo adoptar la forma de determinados animales e insectos.
Entre las facultades de estos seres figura la propiedad de poder trasladarse por
los aires de un lugar a otro. Se decía que vivían en comunidad, siendo
conocido su conjunto volante por el nombre de Estadea.
La ceremonia de traslación aérea tenía como ineludible requisito el untarse
manos y pies con un ungüento de color verdoso y rezar el padrenuestro de su
competencia.

A
las 12 de la noche de cada sábado salían volando por los aires, bien
cabalgando sobre un palo, una escoba o simplemente sobre una reja de arado, con
rumbo a sus aquelarres.
Los aquelarres, o puntos de concentración brujeril eran dos. El "Arenal de
Coiro" y "A playa das Aréas Gordas". El primero estaba situado
cerca de Cangas de Morrazo (Pontevedra) y el otro en las cercanías de Sevilla.
Allí se reunían las brujas y hechiceros quienes después de haber cenado,
celebraban una monstruosa orgía, tras haber dado cuenta a su "señor"
de los sotilegios llevados a cabo durante la semana y recibir la consignas para
la semana siguiente.
Los aquelarres estaban presididos por un macho cabrío de tres cuernos a quien
se le besaba el trasero en señal de acatamiento; y en caso de ausencia, la
presidencia recaía en Santa Comba, terrible bruja que llegó a la santidad por
el camino del arrepentimiento y la penitencia.
La existencia del ungüento capaz de producir el vuelo y transformaciones en
animales queda demostrado sabiéndose que unos médicos frnaceses descubrieron
que este tipo de vuelos, aunque ficticios, eran una sorprendente sensación psíquica
producida por el fuerte poder alucinógeno de unas hierbas que entran como
factor básico de la composición.
Se
las asocia muy a menudo con maldad y con oscuridad,
tal vez porque se las sabe
amigas de la luna y de la noche, y lo maligno siempre se ha contrapuesto a la
luz, a lo luminoso. Quizá solo fueron mujeres que no adoraron a más dios que
la noche o la madre Tierra (quién mejor que ellas conocía las propiedades
ocultas de las plantas, regalo de la naturaleza a quien supiera entenderlo?). Y
quizás ese paganismo tuvo un precio demasiado alto para muchas...
En
las sociedades primitivas, la agricultura y la recolección era terreno de las
mujeres. Mientras los hombres salían a cazar, las mujeres aprendieron, primero,
a elegir, de entre los que la naturaleza les ofrecía, los alimentos aptos de
los que no lo eran. Más tarde, aprenderían que eran capaces de
"dominar" este proceso de algún modo, y hacían crecer alimentos por
sí mismas. Esto requería una mayor observación de la tierra, de los fenómenos
naturales, del clima, las estaciones... un mayor contacto con su entorno (y esto
lo seguimos observando en las mujeres a las que luego se llamó brujas).
También,
en muchas sociedades antiguas, ha habido cierto temor a la mujer, sobre todo por
la incomprensión de algunas de sus capacidades. La mujer engendra vida (por
supuesto, tarea imposible sin un hombre) y este mecanismo por el que un bebé
nacía del cuerpo de la mujer resultó incomprensible mucho tiempo... y ya se
sabe que lo desconocido suele ser amigo del miedo.
PASEANDO
POR LA HISTORIA...
Las
supuestas brujas fueron perseguidas durante largo tiempo, muchas veces por
miedo, otras siendo utilizadas como cabezas de turco, y en algunos momentos de
crisis acusar al vecino de brujería llegó a ser una forma rápida y eficaz de
librarse de él.
Ya
Carlomagno (siglo VIII) ordenó la muerte para quienes provocaban tempestades
que estropeaban las cosechas, hacían estéril al ganado o causaban enfermedades
a otras personas. El cómo se probaban estas acusaciones no parece muy
"científico".
Documentos
religiosos anteriores lo que condenaban era creer en brujería, yencomendaban
a los sacerdotes la misión de velar por que sus feligreses no cayeran en las
ilusiones de Satán, que era quien les hacía ver esos fenómenos inexplicables
(como creerse capaces de volar a lomos de bestias salvajes o ver tal cosa). Esto
se recoge en el Canon de Episcopi, que parece ser del Concilio de Ancyra, siglo
IV. Sin embargo, siglos más tarde, los inquisidores optan por obviar el
contenido del Canon, aduciendo que había surgido una nueva secta de verdaderos
adoradores de Satán a la que había que combatir. Describían los encuentros
nocturnos en los que se aparecía el Diablo en forma de cabra y se llevaban a
cabo rituales demoníacos. Llamaban a perseguir a las brujas por herejes y para
darles el oportuno castigo. Estábamos a mediados del siglo XV.
Miedo
real o ficticio? Manipulado o espontáneo? Lo que sabemos es que Europa era
asolada por frecuentes epidemias de peste, lo que la situaba en una gran crisis
colectiva... la gente asustada suele necesitar un culpable, y suele ser también
fácil de manipular...
En
1484 el Papa Inocencio VIII promulga una bula, la Summis desiderantes, en una
especie de declaración de guerra abierta contra las brujas, que instigadas por
el Maligno, Enemigo de la Humanidad, asesinaban a niños en el vientre de la
madre y se daban a los excesos... Probablemente la mención a las muertes de niños
se refiera a que, debido a los conocimientos que solían tener una parte de las
mujeres sobre hierbas y al mejor conocimiento del cuerpo femenino, ellas eran
las que practicaban los abortos cuando se daban. Y en cuanto a los
excesos... bien, para la mentalidad de la época, el que un grupo de mujeres se
reuniera por las noches para charlar, bailar bajo la luna sin pudor (se cuenta
que muchas veces bailaban desnudas) y en fin, divertirse en una especie de
comunidad femenina, no debía ser fácil de entender. Y lo que no entendemos o
no compartimos lo situamos muy rápidamente en la frontera de excesivo, y
entrando en temas religiosos, se tacha de inmoral o pecaminoso. Tal vez mantenían
además contactos sexuales entre ellas, tal vez las alusiones al macho cabrío
que aparecía sean referencias a varones que las acompañaban a veces...
A
partir de ese momento, se designa a los dominicos Kramer y Sprenger como
inquisidores encargados de perseguir estas "depravaciones". Estos serían
los autores del Maellus maleficarum o Martillo de las maléficas (1486). Se abría
la veda para la persecución con todas sus consecuencias, pudiendo recurrir sin
problemas a las torturas con tal de lograr confesiones... Aumenta
espectacularmente el número de brujas... y es que ante las brutales torturas,
quien más quien menos confesaba lo que le pidieran.
No
era la primera vez que los teóricos pactos con Satán daban pie a
persecuciones. Ya en 1232, el Papa Gregorio IX incluyó este aspecto en sus
bulas, acusando a los habitantes de Stedingerland, en Oldemburgo, de pactos con
el Maligno que conllevaban toda serie de rituales sexuales con zoofilia
incluida, relaciones incestuosas y homosexuales, a las que no dudaba en
equiparar y condenar. El desencadenante en este caso fue la negativa de estas
gentes a pagar el diezmo al obispo de Bremen... aunque relacionar esto con
pactos satánicos parece exagerado...
INQUISICIÓN
Los
juicios que se llevaban a cabo por brujería distaban mucho de ser ejemplo de
justicia. Para la acusación bastaba la sospecha, no eran necesarias pruebas, no
había opción a defensa y las confesiones o delaciones hechas bajo tortura eran
usuales y totalmente válidas. Incluso si el sospechoso no confesaba después de
ser torturado, esto se interpretaba a veces como un signo más de lo fuerte que
era la intervención del Diablo.
Sin
embargo, solía darse el caso de que una vez apresada una bruja, aparecían
muchas más en la zona... la explicación oficial era que si el Diablo andaba
cerca, poseería a cuantas más mejor... pero las acusaciones falsas, una suerte
de psicosis colectiva o puede que incluso cierta rebeldía ante la injusticia
tal vez fueran causas más reales.
Algunas
voces advirtieron de la poca fiabilidad de los procesos inquisitoriales desde
dentro. Así, Alonso Salazar y Frías, inquisidor que había tomado parte en el
proceso de Logroño de 1610, estableció al hacer la revisión del proceso que
la mayoría de las acusaciones eran falsas, y que no se había actuado
correctamente. Incluso concluyó que todo había sido un exceso de imaginación
por parte de unos y de otros, en parte motivada por los sermones de la Iglesia.
El jesuita Friedrich von Spee se pronunció en un sentido parecido, cuando sin
negar la existencia de brujas o de intervenciones satánicas, habló de la
injusticia que había comprobado en los procesos inquisitoriales. Y otro punto
de vista más fue el que aportó el humanista Pedro de Valencia, que hablaba de
los aquelarres o reuniones de brujas como de fiestas de gente en busca del
placer, todo lo más, bacanales, y que explicaba las supuestas visiones mágicas
como ilusiones, efecto de drogas... negando toda intervención del Diablo en
ellas.
¿Cuáles
eran los crímenes que supuestamente habían cometido estas personas? En la obra
"Demonomanía de los brujos" se hace un listado de los mismos entre
los que se incluyen renegar de Dios, maldecirlo, rendir homenaje al Demonio,
dedicarle
sacrificios, ofrecerle hijos antes de que nazcan, matar niños para hacer pócimas
con ellos, comer carne humana, profanar cadáveres, beber sangre,
envenenamientos, maleficios, provocar la esterilidad del ganado o de los pastos,
practicar el incesto y tener prácticas sexuales "aberrantes", y el
trato carnal con el Diablo. En algunos casos eran acusados además del crimen de
traición al Estado, puesto que supuestamente tenían al Demonio como máxima
autoridad, en vez de a su gobierno.
En
la práctica, era tan difícil probar la inocencia de uno que miles de mujeres
fueron torturadas, quemadas en hogueras, ahorcadas... muy probablemente por
miedo, por rencillas personales con algún vecino, por la psicosis colectiva,
por ser "raras", o por tener una mente demasiado abierta para la época
que vivían, que las hizo sentirse y mostrarse más libres de lo que sus
contemporáneos estaban preparados para aceptar.
TRADICIONES
Popularmente
a las brujas se las asocia con ciertas imágenes. El típico sombrero negro,
edad avanzada, verrugas, gato negro cerca, escoba en la mano, caldero grande al
fuego...
Se cuenta que las brujas
untaban las escobas con ungüentos con sustancias alucinógenas, y al frotarse
con ellas esto era lo que las hacía "volar"; y así hay versiones que
asocian la escoba con la masturbación.
Sin
embargo, otras historias tradicionales de brujas hablan de mujeres increíblemente
hermosas, con miradas cautivadoras, pero que, o bien en cualquier momento perdían
esa belleza porque tenían capacidad de transformarse, o usaban ese don para
aprovecharse de las personas y tenerlas bajo su dominio.
Dos
interpretaciones bien distintas de las brujas. A la izquierda, la tradicional
imagen de una bruja popular, con los símbolos más significativos que suelen
adjudicárseles. A la derecha, la imagen hechizante de una bruja hermosa y
seductora.


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