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Intento de desalojo de Brukman |
Diario Clarín, 25/11/02
LA
EMPRESA BRUKMAN ESTABA OCUPADA POR SUS EMPLEADOS DESDE DICIEMBRE
En cuatro horas, una textil fue desalojada y luego
reocupada
Por orden judicial, unos 200 policías obligaron a
desocupar el edificio de San Cristóbal. Al rato, el mismo juez dio la orden
de que la Policía se retirara. Y los obreros de la fábrica volvieron a sus
puestos.
Carlos Galván. DE LA REDACCION DE CLARIN.
Recién
amanecía cuando las puertas de Brukman —una empresa de confecciones
textiles que desde hace 11 meses está tomada por los trabajadores— se
abrieron de par en par. La Policía llegó con la orden de desalojar el
edificio, tomar su posesión, secuestrar documentación y dejar una
guardia policial. Cumplieron con todas esas órdenes y, además, detuvieron a
6 trabajadores y una nena que estaban de guardia en el lugar. Cuatro horas
después, de manera totalmente imprevista, todos los policías se fueron y los
trabajadores volvieron a ocupar el edificio.
Poco después de que empezara el operativo de desalojo, en las afueras de la
empresa —queda en avenida Jujuy 554, barrio de San Cristóbal— ya había
más de 200 personas solidarizándose con los trabajadores: había
vecinos, activistas de asambleas barriales y militantes de partidos políticos
y de centros estudiantiles. Mientras veían cómo la Guardia de Infantería y
otras divisiones de la Policía se retiraban —en total hubo cerca de 200
policías—, los trabajadores dijeron: "Se van porque saben que íbamos
a defender nuestros puestos de trabajo por más violenta que fuera la represión".
De acuerdo con una alta fuente de la Policía Federal, eso habría sido
justamente lo que sucedió. "El juez Raúl Irigoyen primero nos dio la
orden de desalojar el edificio y después, cuando vio que podía haber
resistencia, nos ordenó que nos retiráramos". La misma fuente agregó:
"El juez debería haber evaluado antes la posibilidad de que surgiera un
conflicto. No quiso ir a la confrontación y así dejó pagando a la
Policía".
Brukman supo ser una gran empresa de confección de trajes, blazers y
pantalones de hombres, que en su época de esplendor llegó a elaborar 200
prendas por día. El 18 de diciembre del año pasado, los dueños decidieron
cerrar la fábrica: entraron en concurso preventivo y echaron a los 115
trabajadores. Pero parte de los trabajadores se opusieron: ocuparon el
edificio y lograron mantener la empresa a flote.
Ahora, la empresa confecciona unos 100 trajes por semana. Con eso
alcanza para que cada uno de los trabajadores gane un sueldo de 600 pesos
por mes, se hagan todos los aportes y que estén al día con todas las
empresas de servicios.
No les va mejor, dijeron, porque trabajan a media máquina. "Faltan más
trabajadores y necesitaríamos más dinero para pagar los insumos que nos
hacen falta. Por eso, hasta ahora sólo conseguimos confeccionar semanalmente
poco trajes", explicó la trabajadora Celia Martínez.
La orden de desalojo fue del juez en lo Criminal N° 10 Raúl Irigoyen.
"En ese Juzgado se tramitaba una causa por la usurpación del edificio
que estaba archivada desde marzo pasado", explicaron Ivana del Bianco y
Mariana Salomón, abogadas de los trabajadores. Clarín intentó ayer
comunicarse con el juez, pero fue imposible.
El operativo de desalojo se inició a las 6.40 de ayer. Adentro de la planta
—es un edificio de seis pisos— dormían dos hombres, cuatro mujeres y la
hija de una de ellas. Desde que tomó el control de la empresa, un grupo de
trabajadores acostumbra dormir ahí: "Es para estar de guardia y
evitar que nos desalojen", dijo el operario Sergio Cárdenas.
Esos seis trabajadores nada pudieron hacer para evitar el desalojo. Es más:
fueron detenidos y acusados de "usurpación". Fue una trabajadora
que llegó a las 7 para hacer un relevo en la guardia la que dio aviso del
operativo Una hora después, ya toda la cuadra estaba repleta de gente.
Finalmente, a las 10.40 el juez Irigoyen dio la orden de que la Policía se
retirara. E inmediatamente los trabajadores volvieron a ocupar el edificio. Un
rato después, fueron liberados los detenidos.
El
intento anterior. El
de ayer fue el segundo intento de desalojo de Brukman. El 16 de marzo
pasado, el juez de Instrucción Enrique Velázquez le ordenó a la Policía
que desalojara el lugar a pedido de los dueños de la empresa, quienes habían
iniciado una causa por la "usurpación" del edificio. En aquella
oportunidad, la Policía también había logrado tomar el control de la
planta, pero tras un cacerolazo barrial y la movilización de unos 200
vecinos los policías se retiraron.
Ayer, una de las abogadas de los trabajadores, Miriam Bregman, dijo que
finalmente el juez Velázquez ordenó suspender el desalojo porque
"entendió que un conflicto laboral de estas características no se podía
resolver con el uso de la fuerza pública".
Diario Página 12 LA
POLICIA INTENTO DESALOJAR LA PLANTA TOMADA POR SUS OBREROS Fue de madrugada y con tropas especiales. Golpearon a las abogadas y hubo seis detenidos. Los salvó la movilización. |
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Por Laura Vales |
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La
textil Brukman, que desde hace un año está tomada por sus trabajadoras,
sufrió otro intento de desalojo que, como el de marzo pasado, fue
revertido por la llegada al lugar de asambleas barriales, piqueteros,
organizaciones de derechos humanos y partidos políticos. El operativo
policial comenzó cuando amanecía, a las 6 menos diez de la mañana,
liderado por efectivos de la Federal que entraron a la fábrica
encapuchados con pasamontañas y armados con itakas. Como era domingo,
dentro del edificio había sólo seis trabajadores de guardia, dos hombres
y cuatro mujeres, una de ellas con su hija de nueve años. Todos, hasta la
niña, fueron detenidos. Junto con la policía ingresaron los dueños de
la fábrica y una decena de ex empleados que se oponen a la ocupación. |