Vivi, una matrona del Sur de carácter tan terrible como su
pasado, parece por momentos escapada de El zoo de cristal. Pero Callie
Khouri, directora debutante y guionista (Thelma y Louise) no es Tennessee
Williams y así se extrañan los alientos poéticos, conflictos substanciales y
remembranzas que pudieron haber engrandecido al filme.
Más aún, la vasta
galería de personajes que incluyen a tres amigas sexagenarias llamadas Teensy,
Necie y Caro (Fionnula Flanagan, Shirley Knight y la inefable Maggie Smith), un
par de sirvientes de color de toda la vida, el sufrido marido de Vivi, Shep
(James Garner) y algunos otros, muy rápidamente se prueban como adornos,
accesorios para lo esencial. Que es la tormentosa relación entre Vivi y su hija
Sidda, quien pese a los desgarramientos familiares y merced a terapia y talento,
se ha convertido en una exitosa dramaturga que vive en Nueva York, a miles de
kilómetros de la Louisiana natal.
Casi en los comienzos de Divinos
secretos se produce el detonante diríamos dramático cuando una entrevista
que Sidda concede a Time es erróneamente reproducida por la publicación,
dejando en pie una acusación contra Vivi que estalla y vía carta o teléfono
rompe con su hija.
Las tres amigas tratan de recomponer relaciones
llegando a secuestrar a Sidda para llevarla de vuelta al pago, en uno de los
momentos más improbables de la película. Se suma el prometido de Sidda, Connor,
quien quiere desposarla y no lo consigue. El limitado rango de expresiones de la
Bullock no pasa de una que otra lagrimita, un par de miradas absortas y los
mohines habituales.
Ahora bien: aún cuando no se trate de un policial la
intriga es siempre necesaria, pero su resolución se adivina desde sitios tan
lejanos como Buenos Aires y al costo de miles de palabras no siempre ingeniosas.
Todo terminará como corresponde a los convencionalismos hollywoodenses porque,
si bien neuróticas e inestables, se trata de ciudadanas estadounidenses y
compenetradas con el american way of life. Sidda, cuyo cociente
intelectual no ha de ser muy elevado por las casi 2 horas que tarda en descubrir
lo que saben los demás sobre su mami, es menos interesante que su tempestuosa
progenitora. A la que Ellen Burstyn y Ashley Judd (Vivi en dos etapas de su
existencia) dotan de cierta valiosa elegancia dentro de estos secretos menos
divinos que relativos.
Título original: Divine secrets of
the Ya-Ya Sisterhood. (EE.UU., 2002. 114 minutos) Sólo
apta para mayores de 13 años. Dirección: Callie
Khouri. Intérpretes: Ellen Burstyn, Sandra Bullock,
Ashley Judd.
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