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El milagro de la Misa

La comunión

Llegamos en la Santa Misa al momento de la comunión. Es muy difícil entender lo que sucede en la comunión. Que Dios actúe, haga milagros, como el venir cada día convirtiéndo el pan y el vino en su cuerpo y en su sangre es algo grandioso; pero venir a nuestra alma, hacerse uno con nosotros, de una manera tan suave, tan fina, tan delicada es realmente un misterio maravilloso que cuesta entender, que cuesta valorar en toda su realidad. Darse cuenta que ese Dios que creó el mundo, ese Dios todopoderoso, ese Cristo que hizo tantos milagros, ese Cristo que fue capaz de morir en una cruz, que realmente sintió ese dolor, está dentro de mí, viene tal cual es a mi alma, está vivo en mi alma después de recibirlo en la comunión. Tomar conciencia que en ese momento somos realmente sagrados porque tenemos a Dios en nuestro interior. Son cosas que creemos, pero que nunca lograremos entender y valorar suficientemente en toda su magnitud.
Nunca podremos expresar en su totalidad lo que es la comunión pero sí podemos asomarnos ligeramente a ese misterio conociendo los frutos que esa venida de Cristo produce en nuestra alma.

Dios está conmigo


Si ya por el bautismo somos de Dios, con la comunión nos unimos íntimamente a Dios. Dios está conmigo, mi cuerpo, mi vida, se hace en esos momentos uno con el cuerpo y la vida de Dios. Igual que Dios está en el cielo así Dios está en mi interior. Y sin lugar a dudas ese Dios que está en mi interior no puede dejarme igual. Cada comunión me ayuda a mantener, renovar y acrecentar mi vida de gracia. Cada día me voy asemejando más a Cristo, cada día Él va trabajando y transformando mi alma. En la vida espiritual es necesario la lucha y el esfuerzo para superarnos en la virtud y encauzar los defectos del temperamento y las inclinaciones. Pero más importante es reconocer con humildad, que es Cristo, cada día en la comunión, quien transforma nuestra vida. Es Él quien logra que nosotros seamos mejores. Así, después de algún tiempo, aquella dificultad que nos era imposible vencer nos cuesta ya menos sacrificio, aquel contratiempo ya no lo es tanto. Ha sido Dios que ha transformado mi alma a través de la comunión.

Superar el pecado


Además de acrecentar nuestra unión con Dios y enriquecerla día a día, la comunión nos ayuda a superar el pecado. Logra que el demonio tenga menos cabida en nuestro interior, que la tentación aparezca con menos frecuencia en nosotros. Situaciones, circunstancias, imaginaciones, deseos que no dominábamos, poco a poco se superan con más facilidad hasta desaparecer de tu vida. Ha sido ese Dios que actúa en tu alma. ¡Déjalo actuar! Es Dios quien logra que las dificultades se hagan más fáciles. Ese Dios que por amor se hace tuyo, se hace uno con tu alma.

Unidad entre todos lo hombres


Otro fruto de la Comunión es la unidad entre todos los hombres, la unidad entre toda la Iglesia. ¡Qué hermoso es saber que cuando un familiar está alejado de nosotros por alguna circunstancia, yo, a través de la comunión, me uno a él! Cuando yo tengo a Cristo en mi interior estoy más cerca de ese esposo que está alejado de mí por un viaje, o de ese hijo o de ese familiar, porque Dios está con esa persona y, al estar yo con Cristo, estoy más cerca de él.
Lo mismo sucede con los enemigos: la comunión me une a ellos porque Cristo ama a esa persona, Dios ama a ese enemigo, Dios le ayuda y cuando yo recibo a Cristo me uno también a esa persona que me ha ofendido, estoy logrando que esa ofensa vaya desapareciendo, estoy haciendo que sea más fácil la unión, la reconciliación con él.
De igual modo la comunión permite la unión con los fieles difuntos. Si has perdido a un ser querido, en la comunión puedes unirte a él que está en el cielo. Si esa persona, ese difunto está unido a Dios, cuando Dios viene a mí, yo me uno a él.
No consideres esta unidad de modo teórico sino real. Tu alma se une con esos seres queridos que están alejados de ti a través de ese Cristo que yo recibo en mi alma porque Él está cerca de esas personas.

Si bien es difícil profundizar y entender el valor de que todo un Dios venga a tu alma y esté dentro de ti, el ver los frutos que produce te debe impulsar a recibir con más ilusión cada día la comunión .

 1-Acto Penitencial

2-
Liturgia de la Palabra

3-Ofertorio

4-Prefacio Eucarístico

5-Consagración

6-Las Peticiones

7-La Aclamación Cristológica

8-Preparación para la Comunión

9-La Comunión

Vivencia de la Santa Misa

Ordinario de la Misa

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