COMO
SI FUERA UN RITO
Como
si fuera un rito
dejé por las cubiertas
las ropas que oprimían
mi piel y mis deseos.
En
la quietud serena,
oscura, de la noche
quedé desnudo y libre
en actitud de entrega.
Estrellas
infinitas
gimieron en mis brazos
y yo gemí con ellas
sediento, enamorado.
Estuve
como un dios,
minutos, tal vez horas,
desnudo y voluptuoso
engendrando galaxias.
Los
cúmulos trajeron
la lluvia hasta mi pecho
que fue corriendo dulce
en brazos, vientre, sexo...
Desnudo
fui tomando
el mundo que dejara
y fui de nuevo el hombre
de los cansados ojos
y las cansadas ansias.
Autor:
ARIEL CANZANI .
Diciembre
de 2002.
Argentina.
Bety.
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