Una Flor

Hoy he visto caído
un clavel del aire
y en su flor azulina
detenida la tarde,
en un viejo recuerdo
de patio con azahares.
Una casita humilde
orientada a la ría,
con el techo de chapas
que mojaba el rocío.
Una higuera ofreciendo
sus frutos dulces, suaves
y en el tronco de un tala
las florcitas del aire,
que juntaba mi abuela
antes que marchitasen
para adornar doliente
la foto de su madre.
Aún resuenan las voces
de mis hermanos riendo
camino de la escuela
en mañanas de invierno.
Con inquietud de niña
jugaba a la rayuela
y apresaban el tiempo
mis ojos y mis trenzas.
De regreso al pasado
mi corazón renace,
con el aroma simple
de un clavel del aire.

(c)Norma Ester Montenegro

Dos claveles azabache
a Federico García Lorca

Ay luna, lumbre de plata
que tuviste que alumbrar,
aquella noche en Granada
cuando lo iban a matar.
Las fieras que perpetraron
el crimen para acallar
el canto de Federico,
no lo pudieron lograr.
Andalucía de luto
sin su verso triste está
y las guitarras gitanas
no lo dejan de llorar.
Ay Federico de España
las hojas del olivar,
formaron mullida alfombra
para poder entibiar
tu corazón desangrado
por el régimen falaz.
El sentir de las saetas
recorre el monte y el mar
y a las mejillas morenas
las baña un llanto de sal.
¿Sobre qué tierra sus huesos
desnudos han de blanquear?
¿Sobre qué senda doliente
ocultos descansarán?
Dos claveles azabache
sus rimas han de aromar
y en el arrullo del viento
vigentes siempre estarán.

Norma Ester Montenegro

MENCION en EDEA - Encuentro de Escritores de Avellaneda - Año 2.005

Elogio al vino


Celebro el zumo puro que sangra de la vid
cuando tiñe mis labios de color carmesí.
Me vuelvo mariposa que liba que aletea
sobre la copa virgen; galardón de la fiesta.

Navega por mis venas el néctar auspicioso
que alucina la pena sorprendida en mis ojos.
En la esencia del vino reconozco el placer
cual un halo dorado me recorre la piel.

Hay algo en su destino que me ata que me incita
a buscar en su abismo del amor la caricia.
Me elevo en sus burbujas y tañen mis campanas
las manos de Dionisio que ríe a carcajadas.

Norma Ester Montenegro

Mi Nieto

Llegó Santiago Julián:
fue agosto el mes elegido
capullito perfumado
con gran amor concebido.

Sonrosadas sus mejillas
su cabello renegrido
y en sus ojitos la luz
del lucero amanecido.

Una sonrisa muy dulce
mueve sus labios dormidos
tal vez, con un ángel sueña
o con juegos divertidos.

Para abrigar a Santiago
los brazos se han vuelto nido;
hay dicha en los corazones
por el anhelo cumplido.

Mi alma de abuela niñito
asoma en cada latido
y va a besarte la frente
con un beso conmovido.

Norma Ester Montenegro

Amo tus ojos

Tus ojos me miran
y horadan mis contornos
su acero enlutado
busca mi desasosiego
y ven subir la miel
hasta mi boca.

Amo tus ojos
que esconden toneles
de vino emancipado,
para celebrar
nuestro amor inaudito.
Me miras y arrebato
tus dádivas ardientes
que yacen en designio
del recíproco anhelo.

Tus ojos me convocan
y recorro los límites
en el enigma infinito
de las noches desnudas.
Gemelos diamantinos
que conjugan solemnes
mi universo dormido.
Todo fluye de ti,
tu néctar acecha
la candidez de mi espacio.

Norma Ester Montenegro

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