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Umbral de la otra realidad

CONCENTRACION
¡Basta de meditación y de oración!

Material extraído del ciclo de conferencias realizadas por Felipe Prezioso durante Febrero y Marzo de 2001 en el Rockefeller Center (Manhattan) auspiciado por Fundación NAKAYAMMI y RUSALKA Corporation

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A mi edad ya no me permito las mentiras; ni las propias ni las ajenas; a pesar de tener sensibilidad artística, me sucede que cuando admiro un paisaje, no puedo también dejar de ver las hormigas.
Yo he crecido evitando los dulces y recibiendo cachetadas; porque somos educados dentro de una cultura que enseña que las mentiras piadosas son dulces, mientras que las verdades secas y sin rima suenan a cachetadas sobre la fría mejilla del ángel.
En mí se encuentra como en cualquier otra persona, el compendio total de la humanidad; al pasar el tiempo recordamos con nostalgia y añoranza aquello lejano y brumoso que fue malo o difícil pero que ahora idealizamos; sueños del ayer, gratas mentiras para el mañana.
Nuestros ángeles protectores, aquellos que siempre quisimos tener cerca, tan cerca como el deseo de parecernos a ellos; nunca estuvieron aquí; por eso escribimos fábulas; ejemplificadoras, satíricas, poéticas, pero todas mentirosas e imposibles.
Tan imposibles, como incontenible es la rabia de no ser como ellos.
Pero ¿Quién le pegaría a un ángel? ¡Nadie!
Si alguna vez existieron los ángeles, murieron por la ingesta de dulces mentiras.
Entonces ¿Qué eliges? ¿Cachetadas o dulces?
Solo me quedan cachetadas, aunque tú no seas un ángel; ellas son las mismas con las que he logrado despertar a muchos sonámbulos.
¿Acaso no te dijeron de lo nefastos que son los dulces?

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Permíteme iniciar ésta conversación con algunas premisas con las que puedes coincidir o no; a saber:
En éste mundo tendrá poder quién tenga información.
El poder nace del control de la información.
A partir de ella se accede al poder económico, político, social, tecnológico, etc.
Quién tenga la información de algo tendrá la ventaja de saber, de conocer, de anticiparse a los acontecimientos. Y si en lugar de brindar esa información, se entrega una versión tergiversada, tendenciosa, el poder se acrecentará, porque quienes acepten esa información mentirosa se convertirán en títeres ciegos.
Es preferible engañar que informar, más aún cuando la gente desea escuchar mentiras estimulantes.
La mentira es mucho más redituable que la verdad.
¡What a wonderful world! Cantaba Louis Armstrong's; sí, maravillosamente vulgar y peligroso.

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¿Deseas conocer la realidad de la vida sobre la que estas parado? ¿Hacia donde fluye tu existencia, con tus sueños, proyectos y también tus temores?
¿Quieres informarte?
¡Claro!
Pero...¿Qué información puedes recibir?
"Ser o no ser", dijo nuestro amigo Hamlet y esa es la cuestión, sí, y mucho más allá de lo que te imaginas.
En el ámbito de la espiritualidad se accede a la "información clasificada" a través de técnicas, algunas concientes y otras inconscientes (respirar es una técnica inconsciente).
Existen más técnicas para dormir la conciencia que para despertarla; hay más píldoras para sumirnos en el sueño que para despertarnos.
¡Quién no ha escuchado de las virtudes de la meditación! ¡Que nos hace mejores seres humanos! ¡Que gracias a los meditadores, el mundo mantiene su coherencia! Muchos la han practicado, otros intentado; todos convencidos de sus supuestas virtudes, algunos expresan que la meditación les da paz; los serena, etc.
Pero meditar no es Pensar, por más que así lo afirme el diccionario. La meditación está mucho más emparentada con la ausencia del yo; con la ensoñación; con la relajación, con el olvido, con lo receptivo.
¿Y qué tiene de malo?
Que está muy lejos de ser lo que sostienen sus distribuidores y creen sus consumidores, que son llevados en sentido contrario a lo que realmente necesitan.
¿Y qué necesitan?
¡Despertar a la realidad y control de ésta vida!
¿Acaso la realidad no es la que vemos? Me preguntarás extrañado; y yo deberé decirte que la realidad que vives y asumes es la que el mundo en general ha diseñado para ser aceptada sin mayores objeciones.
Una vez asimilada ésta realidad, el sistema no admite devoluciones ni reclamos, aunque muchos lo hacen acaloradamente, pidiendo justicia, igualdad y otras falacias.
Pero ya es tarde.
Por lo tanto es muy importante desestimar la ilusión y comprender la magnitud de la realidad.
¿Y la meditación no ayuda a ello?
¡En absoluto!
Y repito: Meditar es entrar en un estado de ensoñación, de autohipnosis, logrando la relajación muscular y nerviosa.
¿Me puedes decir qué tiene de superior tal estado?
Quién logra eso está en la condición de una gallina o paloma fascinada por un hipnotizador, en un espectáculo barato.
¿Despierta la gallina más evolucionada o con pensamientos superiores, o con la solución de sus problemas?
¿Tu qué crees?
El concepto de meditar ha sido inculcado y corrompido por los santones, gurues y maharashis interesados en que sus adeptos asimilen sus directivas; mientras que ellos practican la afirmación del pensamiento dominante.
Meditar no es pensar; es debilitar la conciencia hasta lograr ser receptivo a las órdenes hipnóticas subyacentes en los mantras.
¡Medita sobre el inefable sentido de una flor! Sí; mientras disuelves tu conciencia y voluntad de ser.
Pero no nos ensañemos histéricamente contra la meditación y convengamos que hay aún falacias mucho más antiguas y nocivas que impiden a muchas personas, lograr la condición de Ser Despierto.

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El ser humano, acosado por su ignorancia, el miedo y la debilidad, concentró la súplica, el pedido, la promesa, en un ritual que hasta el día de hoy cree efectivo.
¿Y quién tiene el control y explotación de ése antiguo placebo? Los dirigentes de las distintas religiones y cultos; ellos no te impulsarán a la meditación porque no necesitan innovar.
¡Para qué!
Si tienen el negocio bien cimentado; a ellos no les interesa que pienses, y solo te dirán:
¡El camino es la oración! ¡Simplemente ora y ten fe en los preceptos!
Pero los que tienen que robar adeptos a las religiones tradicionales y masivas, deben aumentar la dosis de engaño, entonces promulgan la meditación.
Para quién desee acceder al control de su vida, al conocimiento de sí mismo, a una comunicación por canal directo con Dios; los santones y gurues ofrecen una capacitación más personalizada, exclusiva y costosa por supuesto.
Así, logran la atención de todos aquellos decepcionados de otras religiones, que creyéndose más lúcidos y evolucionados, suponen que en las enseñanzas del gurú hallarán un auténtico despertar de su conciencia; cuando en realidad lo que hacen es simplemente cambiar de sueño.

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El mundo del pensamiento místico está plagado de manzanas embrujadas, que al primer mordisco te sumirán en un sueño muy profundo.
Ninguno de los vendedores de "verdades espirituales" está interesado en que despiertes; te lo puedo asegurar.
A todos estos mercaderes "de la salvación de tu alma" lo que menos les interesa es salvarte (además, ni sabrían cómo hacerlo), consideran que no hay cosa mejor que traficar tontos adormecidos a los que hacen realizar genuflexiones, salmodiar, danzar, mientras le sacan la voluntad y el dinero; que es realmente su finalidad.
Sabemos que una persona adormecida es débil e influenciable, por lo tanto no desean que utilices la única posibilidad que tienes de salvación.
¿Cuál es?
¿No te la dije antes?
Tu única arma se llama CONCENTRACIÓN.
Fíjate nuevamente en el diccionario, (a veces dice verdades) allí leemos que: Concentración es fijar intensamente la atención en la conciencia o en pensamientos propios. (A los "amigos de Dios", eso de pensamientos propios les debe sonar como a herejía)
La concentración es una función que posibilita el pensamiento superior, y es un acto que nos diferencia de las demás especies, es la capacidad que nos permite el conocimiento y por lo cual somos o llegaremos a ser superiores.
A través del pensamiento se accede al descubrimiento.
¿Qué mayor logro se puede desear que descubrirse a sí mismo?
Todos te dirán que uniéndote al sano deleite de la oración o la meditación lograrás descubrir tu ser interior y perfeccionarlo.
Pero la realidad indica que:
Quien practique la oración profundizará su inseguridad y dependencia, mientras creerá entablar un vínculo de comunicación y ayuda con un ser superior que escucha sus pedidos.
Quien medite creerá estar conociéndose así mismo, cuando en realidad lo que hace es soñar consigo mismo; al tiempo que anula su capacidad de descubrir y controlar su destino.
Estas trampas, son muy antiguas y están bien cimentadas en la aceptación de la gente.

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Tanto la oración como la meditación nos llevan al terreno de las emociones. Y las emociones humanas son las sombras fantasmales que Platón describe en el mito de la caverna, en cuya parte más profunda se encuentran personas encadenadas de cara a la pared; su visión está limitada y por lo tanto no pueden distinguir a nadie.
Lo único que ven es la pared de la caverna, sobre la que se reflejan sombras que pasan delante de una gran hoguera resplandeciente.
Hasta que uno de los individuos huye y sale a la luz del día; allí esta persona ve por primera vez el mundo real y regresa a la caverna para contarles a los demás que la realidad les espera en el exterior si quieren liberarse de sus ataduras.
El mundo de sombras de la caverna simboliza para Platón el mundo físico de las apariencias. La escapada al mundo soleado fuera de la caverna simboliza la transición hacia el mundo real, el universo de la existencia plena, que es el objeto central del conocimiento.

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Mientras que la meditación y la oración son la disipación del pensamiento, de la idea, el conocimiento es la capacidad que nos hará libres e independientes de las emociones, ilusiones, mentiras y equivocaciones.
Para llegar al conocimiento debemos previamente tener Concentración; esa es la clave.
Si es así debemos convenir que el poder yace en nuestro propio cerebro y no en el corazón.
Pero existe mala prensa para quienes tengan un enfoque cerebral de la problemática espiritual; Quién "piense" y no "sienta" será considerado peyorativamente como un racionalista cartesiano; Por otro lado se cree que a la espiritualidad se accede por el corazón (emotividades) desde donde se "comprenden" las verdades ocultas.

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Y aquí, una vez más encontramos falacias bien urdidas desde antaño. El negocio de la fe se organizó para aceptar solo a los que no piensan; los dominados por sus emociones; por sus miedos; por la inconciencia; los necesitados de promesas; etc. En suma, un negocio fácil, de comida rápida, donde nadie tiene capacidad de reclamo, y si alguno de ellos despertase gracias al timbre de la duda, descubriría que aquí se hace efectiva la cláusula de que "éste negocio se reserva el derecho de admisión". No quieren un elefante preguntón en su bazar lleno de verdades vidriosas.

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Desde que era un niño no toleré nunca a los estúpidos; ahora ya de grande, aparte de descubrir porqué me molestaban tanto, entiendo que dentro del plan maestro de la naturaleza está aplicada una "proporción áurea"; cuya ecuación da como resultado, que cada vez que nace un ser lúcido, lo hacen mil estúpidos.
Es evidente que la naturaleza fomenta su reproducción, y no precisamente porque de ellos vaya a ser el reino de los cielos; sino porque los estúpidos aseguran su perpetuación a través de la repetición de su modelo; mientras que seres con pensamiento superior invariablemente terminan por alterar el plan natural, dando imprevistos y grandes saltos que son la clara expresión no de la evolución, sino de la mutación.
Por consiguiente:
Convengamos que una persona puede lograr la Concentración del pensamiento solamente si dentro de sí hay contenido.

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Mucho se ha escrito y hablado sobre lo nefasta que es la personalidad; que para lograr el Nirvana (entre otras cosas) se debe disolver la personalidad; ella es culpable de todo lo que nos esclaviza. ¿Tan mala es?
¡Sí! Afirmarán los predicadores, tan interesados en convencerte, como los vendedores de pólizas. La personalidad es muy inconveniente para aquellos que desean que borres dentro de ti todo sentido de ser y existir. Te exhortarán a que la disuelvas junto con tus percepciones; y que logres el estado contemplativo (las vacas son maestras en el arte de la contemplación).
Disolver la personalidad y sumirse en un estado de meditación contemplativa, es vaciarse por dentro, en el supuesto que se tenga algo; quién lo practique no corre el riesgo de enfrentarse al duro reto de aceptar la realidad, y al desafío de conocer la existencia de su alma.
Lógicamente quienes carecen de contenido espiritual adhieren instintivamente a todos estos placebos místicos.
Nadie quiere quedarse a solas consigo; nadie quiere descubrir que nació vacío.
Es muy fácil incurrir en los vicios; es tan fácil drogarse como creer en soluciones mágicas; es tan simple e ilusorio escapar a la realidad a través del alcohol como entregarse a la oración.

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¿Tienen salvación los estúpidos? Creo que no. Pero como nadie se considera estúpido, todos se salvan.
Si el salvataje que de ellos hacen las distintas religiones fuese efectivo, tendríamos el reino de los cielos poblado exclusivamente por la estupidez.
¿Es buen negocio dedicarse a ellos y cultivar sus miedos y necesidades?
Evidentemente es muy lucrativo y menos dificultoso que sembrar hongos en bandejas de hidroponía.
¿Son la imagen y semejanza de un Dios mogólico que se dedica a multiplicar y perpetuar a la criatura que mejor lo representa?
¡Maravilloso misterio Eleusino!
Pero no existe un dios que patrocine semejante plan; porque atentaría contra su reputación.
¿Y si fuesen el producto de la falta de cuidado en los sistemas de selección natural?
Ya manifesté mi convicción de que a la Naturaleza no se le ha pasado por alto semejante manifestación de vulgaridad; por el contrario, ¡Fomenta su desarrollo!
Lo cual, deja al ser lúcido y despierto sin cobertura ni garantías y con la responsabilidad de pensar por su propia cuenta y riesgo; todos los reflectores individualizando al subversivo ser que no cabe en el molde; que no se duerme bajo los efectos de los placebos de la mentira; porque lo mantiene despierto la adrenalina de la angustia existencial.
Entre tanto, las iglesias y cultos se llenan de estúpidos, que no admiten serlo; y por supuesto que sus pastores no los llaman de esa manera; allí se les fomentan y estimulan sus limitadas condiciones. Con cada oración, con cada meditación, reafirman su naturaleza mientras cavan más el foso en el que terminarán sepultados junto con sus pretensiones de volar hacia las estrellas; en ésta tierra finalizan su ciclo vital, como fertilizante orgánico del que germinaran nuevos retoños tan estúpidos como sus predecesores.

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¡Somos todos tan iguales! Exclaman temerosos los pequeños roedores ante la mirada cazadora del águila.
¡Todos hijos de algún Dios! Espero que no todos seamos obra del mismo, que evidencia un nivel de calidad tan lamentable.
El genoma humano tiene entre 50.000 y 100.000 genes distribuídos entre los 23 pares de cromosomas de la célula. Dentro de esa extensa información se encuentra cifrada la diferencia entre un ser despierto y otro dormido; diferencia tan fundamental como la que encontramos entre el hombre promedio y el mono.
Bastaría quitar un solo par de estos diminutos cromosomas para que nuestro petulante hijo de Dios se transforme en una cantora rana de estanque; o si en cambio, le agregáramos un par de cromosomas a la espiral, tendríamos por fin un ser que además de pensar coherentemente, vuele.
Pero en fin; no seré yo quién pueda colocarle un par de cromosomas más al hombre dormido.
No es mi tarea.
Si algo tengo que realizar no será precisamente evangelizar, convertir infieles, traer la palabra de algún dios, o profetizar tonteras.
Tampoco hacer que seas más bueno; si tu madre no lo logró, mal puedo intentarlo yo.
No me interesa si respetas o no los preceptos morales que tanto marcan las distintas religiones. Ellas vienen insistiendo sobre el tema desde hace milenios, y el resultado se puede ver claramente en lo que es el mundo actual.
Tampoco está en mi intención hacerte creer que todos somos iguales; que no debes discriminar y que los derechos humanos te amparan.

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Lejos de todas esas buenísimas intenciones, mi único compromiso es hacer posible el milagro de que te concentres en tu mente. Todos tenemos un cerebro estándar de 1.500 cm3 pero ahí terminan nuestras semejanzas.
Esa capacidad craneana, a la mayoría solo les sirve para ser lo que son; pero yo busco a aquellos que con lo mismo logran ser superiores.
¿Recuerdas que dije que tu única arma es la Concentración?
A través de ella lograrás el mayor rendimiento de tu cerebro y podrás acceder a la única chance de trascender más allá de ésta vida.
¡Nadie te salvará! Solo tú lo harás, si estás informado; claro.
La supervivencia es la prioridad que contempla todo organismo o comunidad organizada por la naturaleza; pero la trascendencia de la vida, más allá del plano físico, hacia el plano puramente espiritual es una posibilidad que solo tienen aquellos seres asistidos por un Alma Egonica.
Y descubrir si realmente tienes o no alma; es una de las tareas del Egonismo.
¿O tú creías que todas las personas, solo por la gracia de nacer, vienen equipadas con un alma inmortal?
Hay un misterioso y particular código genético que hace el milagro de atraer a un alma para que encarne en el ser que se está gestando. Si dicho código no figura entre los veintitrés pares de cromosomas, el ser humano nacerá igual, pero sin alma. Y eso es lo que pasa a diario a cada momento, en todo el mundo; cada vez nacen más y más seres sin alma.

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Pero así tengas alma, ella por si misma no te garantiza la vida eterna; no consiste en hacer méritos en esta vida, cumplir con los preceptos y ¡Listo, el paraíso es tuyo!
Debes comprender que en realidad estamos embarcados en un viaje a través de un ancho río llamado Tiempo; al inicio del mismo nos quedamos profundamente dormidos y del cual despertaremos sobresaltados cuando un sacudón nos indique que el viaje ha terminado.
Lamentablemente, después de la muerte quienes hayan tenido alma, pero no despertaron a su condición y no realizaron la concentración mental que posibilita una memoria post-mortem, serán disueltas bajo el ataque de las Hécates, las depredadoras de almas.
Porque apenas traspuesto el umbral de la muerte clínica, encontrarás que allí no te esperan como en la sala de arribo de un aeropuerto.
No habrá ningún ángel guardián; ni cristos de bondad infinita aguardándote, ni budas complacientes, ni la palabra de Alá para orientarte; nada de lo que las religiones pregonan estará allí.
El mundo de las energías se presentará febril y peligroso, como una autopista de seis carriles a las cinco de la tarde, y tú sin mapa y sin memoria.

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Entonces recapitulando:
Es necesario lograr el dominio de las técnicas de la Concentración para determinar si uno posee alma y cual es su característica.
La Concentración permitirá que después de la muerte, el alma recuerde su identidad Egonica y visualice el camino hacia la matriz-Egon, evitando en su trayecto el mortal ataque de las Hécates.
Logrado esos puntos, aún quedan:
El Alma Egonica debe resistir a la succión que ejerce la naturaleza material, a través del misterioso cromosoma que la convoca a una nueva encarnación.
Reagrupar las partes integrantes del Egon y partir de éste universo hacia el siguiente.
¡Nada simple! Nada parecido a cómo te lo habían contado, ¿Verdad?
Bueno; es tiempo de que comiences a sospechar de las cosas demasiado simples y gratuitas. Lo bueno, si lo es de verdad será costoso y ciertamente dificultoso; pero jamás caro e imposible; además, para lograr el éxito siempre es necesario demostrar capacidad.

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Despójate de creencias de fabricación masiva que están haciéndote perder un tiempo valioso y no te llevarán a ninguna parte; si consideras que mis palabras generan un eco de certidumbre, es porque tu espíritu no quiere seguir alimentándose de comida chatarra; porque si tienes alma pero no está adecuadamente informada, llegado el momento de la evaluación final, no tendrá oportunidad alguna; estarás definitivamente muerto.
¿Te parece demasiado duro lo que digo?
¡No mates al mensajero! Yo simplemente trato de informarte de cómo son las cosas, para que logres lo que Aristóteles pregonaba: "La única Verdad es la Realidad" ¿lo recuerdas?
Pero antes de proseguir, creo oportuno volver atrás y hacer una narración de los acontecimientos que construyeron ésta Realidad; para que entiendas cómo se originó y te hagas cargo de la magnitud del problema.
¿Estás dispuesto?

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Si comprendemos que el espacio-tiempo es un fenómeno contínuo, donde no existe un inicio, ni un final, tendremos una Creación que no es justamente creada desde un punto inicial sino que se autogenera constantemente a sí misma.
"El Todo es mente, el Universo es mental", nos dice una de las leyes fundamentales que rigen el universo y esa es la clave.
Los Egones que son espíritu puro, solo pueden influir a la materia con la fuerza mental; y lo han hecho.
¡También lo podría hacer Dios! Me dirás.
Por supuesto que podría ser obra de Dios, pero siempre y cuando existiese y tuviese una buena razón para crear algo desde un principio; lo que presupone una necesidad; y si es realmente un Dios no puede tener necesidad de crear algo, sobre todo una obra que le salió imperfecta.
Este universo y todos los que existan en otros planos, son instrumentos meramente funcionales, son herramientas para lograr un fin mayor. Al contemplar la Tierra y todas las galaxias que nos rodean debemos comprender que si bien son el lugar donde reside la vida en todas sus manifestaciones, para los Egones, el universo es visto y utilizado como una ruta de tránsito hacia el fin último que desean alcanzar.
Todo lo que observamos en la Naturaleza tiene una función; todo diseño natural está basado, más allá de su belleza, en cubrir una necesidad funcional. No existe una obra puramente estética sin fundamento práctico. Así como los paisajes no fueron creados para que sean posibles los almanaques.
Nuestro Universo es obra de la necesidad; no ha sido creado accidentalmente o por generación espontánea; fue mentalizado desde el plano espiritual por seres que necesitaban cubrir una necesidad.
¿Y quiénes desearían generar un universo material?
¿Un Dios aburrido de su soledad, o deseoso de ver injusticia y dolor?
¿Quién fabrica un trasbordador espacial?
¿Acaso alguien que ya tenga la capacidad de desplazarse a la velocidad de la luz?
Observa nuevamente el universo, nuestra vía láctea, las demás constelaciones, pero hazlo interpretando lo que observas y solo entonces comprenderás lo que estás viendo y admirando; lo que ves no puede ser creación de un Dios; es solo una muestra de ingeniería mecánica pero imperfecta y transitoria; en suma, obra de alguien necesitado del rendimiento y funcionalidad de su creación. No te coloques al nivel de una hormiga que camina sobre la alfombra de tu sala, mientras se pregunta sobre la naturaleza del Dios creador de esa maravilla.

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Los Egones son como aves migratorias que necesitan desplazarse a través de una multiplicidad de universos.
Cada universo está separado de los otros por una cubierta espacio-temporal; (imagina un enorme río de tiempo y distancia)
Los Egones para cruzar esos ríos temporales necesitan la asistencia de la materia; para lo cual generan mentalmente el sustrato material para poder reencarnarse en él y así trascender al plano siguiente.
Ellos generan la vida superior en los mundos.
Ellos crean puentes para acceder al siguiente universo. Como toda construcción, los puentes no son perfectos, tienen el grado de resistencia y confiabilidad que sus constructores le puedan dar.
En suma; ésta es la obra de seres espirituales necesitados de materia.
Los Egones hicieron posible la aparición de la vida inteligente sobre nuestro planeta; son los primeros que manipularon el espiral de cromosomas que posibilitó que el hombre pudiese funcionar como receptáculo de un Egon.
Dentro de esa manipulación, a modo de seguridad, colocaron dentro de los 23 pares de cromosomas, un misterioso código genético que se transmite entre algunos ejemplares de la especie humana. Esos ejemplares son los que cumplen la función de albergar un Egon o alma.
De esta manera los Egones se aseguraron que bajarían al mundo material encarnando un ser que les diese mayores garantías de desempeño (Si tú debieras bajar a las profundidades del mar, seguramente escogerías el mejor equipo de buceo, que te asegure un retorno a la superficie ¿verdad?).
Los Egones necesitan la vida humana simplemente para que los cruce de una orilla a otra del río espacio-temporal, porque ellos se pueden desplazar verticalmente, pero no en forma horizontal; es decir, pueden ascender de un universo a otro, como quién sube por escalera los pisos de un edificio; pero no tienen la capacidad de moverse sobre la superficie de mismo, como caminar por las distintas habitaciones de un apartamento.
Pero una vez cruzados de orilla necesitan reorientarse y emprender el vuelo nuevamente.
Pero para eso, la persona con un alma Egonica, durante su vida debió desarrollar una memoria post-mortem, para que el Egon, que emerge aturdido por la encarnación, pueda encaminarse nuevamente hacia la Matriz-Egon, único lugar seguro y que le posibilita desde allí, seguir su viaje hacia otro universo.
A medida que pasan por los distintos universos, van necesitando cada vez menos intercambio con la materia, hasta llegar a un lugar donde puedan existir eternamente sin necesitar los envases corporales.

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Repacemos estos conceptos:
Los Egones posibilitaron la vida inteligente sobre el planeta; dentro de esa especie, perfeccionaron una variedad que es la portadora de los Egones.
El peligro mayor de los Egones es volver a reencarnar una y otra vez; es como si realizáramos un viaje hasta un lugar determinado pero una vez llegado a destino, regresáramos sin bajarnos del autobús, para volver nuevamente ha realizar el mismo viaje y así ininterrumpidamente y sin sentido. Y eso les sucede muy a menudo a los Egones que encarnan en personas que no logran en ésta vida despertar a su condición; y cuando mueren, el alma Egonica que no generó memoria, porque la persona no logró la Concentración que tanto enfatizo, se siente nuevamente atraída por el misterioso código genético y vuelve a encarnar.
De esta forma los Egones caen presos de su propio sistema de seguridad, que los trae involuntariamente de vuelta a esta vida en una ronda sin sentido y altamente peligrosa. A eso se le suma el hecho de que el Egon no soporta más de siete encarnaciones o "viajes", porque las fuerzas de la naturaleza atentan contra su integridad; Y además, cada vez que se encuentra fuera del cuerpo humano, es atacado por las Hécates, que son núcleos de antimateria que lo destruyen.

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La obra de ingeniería genética realizada por los Egones la podemos ver reflejada en la estructura del átomo; desde 1913 y gracias a los estudios de Niels Bohr, sabemos que los electrones están dispuestos en capas definidas, o niveles cuánticos.
Estas capas electrónicas se superponen de forma regular hasta un máximo de siete, y cada una de ellas puede albergar un determinado número de electrones. Ningún átomo existente en la naturaleza tiene la séptima capa llena.
Es el mismo principio que rige la estructura de los Egones.
Cada capa de electrones es para el Egon una reencarnación y así como no se encuentra ningún átomo con más de siete capas, no hay ningún Egon que haya venido más de siete veces a éste mundo.
También la muerte y la reencarnación son procesos similares a la fisión y fusión del átomo.
La fisión nuclear es la escisión de un núcleo pesado en núcleos más ligeros; y la fusión termonuclear es la unión de dos núcleos ligeros, a temperaturas extremadamente altas, formando un núcleo más pesado.
La fisión sería la separación del alma y el cuerpo, donde el alma trasciende éste universo y penetra en otro.
La fusión sería la reencarnación, donde el alma forma un núcleo más pesado y se precipita al mundo material.

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Mientras que las Almas Egonicas se alojan en determinados seres humanos, el resto de la humanidad sigue expandiéndose fuera de los balances ecológicos, gracias al desarrollo cerebral que le brindaran esos mágicos retoques que los Egones hicieron en su cadena de ADN, pero su expansión solo será dentro del plano meramente material.
Una vez retirados los Egones de un planeta, porque trascendieron a otro universo o terminaron aniquilados por las Hécates, la especie inteligente comienza a declinar, entrando en una espiral de decadencia.
Ya no nacerán más seres lúcidos que le inyecten genio y creatividad espiritual, no más artistas geniales ni científicos de vanguardia; no más maravillas; es el momento cuando la fase instintiva y autodestructiva se acentúa hasta desencadenar la extinción de la raza.
En el universo seguramente deben existir una multiplicidad de casos que ejemplifican lo que digo.
No hay vuelo eterno si no se tiene el boleto que permita subir hasta el Egon.
Por lo tanto volvemos al centro de nuestro problema:
Debemos perentoriamente saber si dentro de nosotros habita la energía espiritual llamada alma o Egon.

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Sé que se agolpan las preguntas en tu mente, tales como:
¿Tendré alma?
¿Cómo puedo saberlo?
¿El alma crece, madura dentro de uno con el paso del tiempo?
¿Las almas Egonicas son todas iguales?
¿Si tengo alma, qué factores impiden el despertar de mi conciencia?
¿Cómo ve el alma Egonica la realidad de éste mundo?
Comencemos por responder ésta última pregunta.
El alma Egonica debe percibir la vida material como...digamos.....
¿Un tanto vulgar, tal vez?
¡Cómo se me ocurre decir semejante barbaridad!
Habiendo tantos que expresan lo magnifica que es ésta vida; tantos que luchan por vivir, aunque sea a fuerza de injertos, transplantes o clonaciones; ¡claro! Entonces es mejor que reflejemos todos esos elevados esfuerzos utilizando una emocionante frase hecha: "La vida vale la pena ser vivida". (aplausos y lágrimas de emoción)
¡Impresionante! ¡Sí! Sin dudas. Impresionantemente vulgar.
¿O tu no lo consideras así?
¡Cómo no va a resultar vulgar un mundo habitado por seres dormidos e inconscientes de su realidad espiritual!
¡Pero hay excepciones! Me dirás.
¡Sí! Por supuesto que las hay; y son todas las necesarias para confirmar la regla.
Estamos en un mundo dominado por la especie humana de la cual, la inmensa mayoría de sus especímenes se debaten en medio de una creciente obsesión y necesidad materialista; ya sea por no poder acceder a los bienes o por tener que luchar para mantenerlos. Un mundo que a pesar de la aparente complejidad con que se manifiesta día a día, sus códigos siguen siendo extremadamente básicos y vulgares.
Y lo podemos apreciar en el comportamiento e inquietudes de las personas que en él se desenvuelven privilegiando la simpleza, lo ordinario, lo remanido, la falta de originalidad y de talento.

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La cultura humana funciona sobre la base de la polarización; éste proceso condujo a la formación de dos grandes segmentos sociales; por un lado están los que consiguen encaramarse al poder y las riquezas, a cualquier costo, matando si se cuadra; y por el otro, la inmensa marea de insatisfechos, llenos de resentimiento y frustración y tan vacíos de contenidos espirituales como sus dirigentes.
Los integrantes de ambos segmentos son sospechosamente similares: tanto los poderosos, como los que integran las turbas de indigentes demandantes se parecen asombrosamente; los diferencia nada más que las oportunidades.
El exitoso político, el próspero empresario, el carismático dirigente sindical, el ejecutivo trepador, y tantos otros íconos de éxito, se diferencian de los desposeídos, únicamente por la oportunidad que tuvieron de poder sacar beneficio de su naturaleza materialista, corrupta y perversa.
Los que forman la hacinada marginalidad social tienen iguales instintos, que manifiestan con violencia, depredación, delincuencia, volcada a su escala de posibilidades; mientras se multiplican demográficamente en más y más seres carentes de trascendencia ni futuro, pero llenos de astucia, resentimiento y revanchismo.
¿Puede haber vida espiritual en éstos seres?
Confirmando la regla, encontraremos las excepciones.
Por supuesto que deben nacer seres con alma dentro de estos dos segmentos, pero la pregunta es:
¿Cómo pueden despertar a su condición espiritual, si se encuentran tan sumidos por las pasiones, necesidades y conflictos generados por la vida que desarrollan?
Aquí juega un papel fundamental el destino personal. A partir de él se abren distintas variables que pueden darle o no la posibilidad de despertar, modificar y trascender la situación en que se encuentran.

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La rutina diaria es una bicicleta lanzada calle abajo obligando a su conductor a un pedaleo febril que le impide cualquier otra acción, especialmente pensar. Es muy difícil bajarse de la rutina cultural, cortando con las acciones inconscientes, irracionales, pero socializadas.
¿Has analizado cuantas acciones mecánicas realiza una persona estándar al cabo del día?
¿En qué momento de la jornada y durante cuanto tiempo hace uso del razonamiento superior?
Al despertar, se evade de sus sueños inconexos generados por los conflictos de día anterior, y se sumerge en la mañana de un nuevo día realizando una larga serie de acciones propias de un ritual zombi.
Hombre o mujer, se ven impelidos por igual sobre la frenética bicicleta que los arroja por la pendiente de los estímulos condicionados.
Atiborrados de estrés y adrenalina, van con admirable adiestramiento, surcando las horas de cada día cumpliendo el ritual.
Hasta cuando hablan; al responder a los saludos cotidianos, cuando trabajan, al escuchar la radio o leer; cuando hacen el amor; todas sus acciones son mecánicas; responden con expresiones estereotipadas, escuchan y leen los mismos conceptos y frases hechas, y hasta sus emociones están programadas para responder a sensiblerías mentirosas, como la de esos filmes que destacan los valores sensibles, románticos o heroicos de la sociedad americana.
¡Todo está tan lleno de vida y dinamismo en ésta "cultura hamburguesa"!
Pero ¿Cuándo piensa el "hijo de Dios"?
¡Ya lo sé!
Cuando le dejen tiempo las preocupaciones surgidas de las equivocaciones que él mismo genera.
Tal vez piense en algo elevado cuando se enamore; cuando se case; cuando termine sus estudios; cuando tenga hijos; cuando éstos se casen; cuando ya no deba trabajar más; o cuando encuentre un trabajo satisfactorio; O seguramente cuando deje atrás los problemas económicos, laborales, familiares, sentimentales, de salud, de ambiciones, de miedos y otros más.
Sin dudas, pensará en sí mismo cuando deje de pensar en todo lo importante que le preocupa.
¿Qué margen de tiempo le deja eso?
Veamos.
Algunas escuelas del pensamiento afirman que el "ser humano dormido" despierta a su realidad solo diez segundos antes de morir.
Poco tiempo de vigilia para descubrir la clave del próximo paso; aunque para algunos, diez segundos bastan y sobran para definir toda su vida.

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Todos los factores que he apuntado son los que impiden a un alma Egonica despertar a su condición de tal.
Aparte de las excepciones que se pueden encontrar dentro de estos dos grandes segmentos sociales, existe otro, ubicado en el medio de ambos. Sus integrantes tratan día a día de no ser engullidos por la violencia y depravación que generan estos dos centros ciclónicos.
Ellos forman una clase sociocultural que a pesar de luchar contra las mismas inclemencias que aturden a los otros segmentos, aún conservan el sustrato que da origen a la nobleza de espíritu, al vuelo creativo, e ideales elevados.
Dentro de ése segmento humano se refugian la mayoría de los seres que son portadores de almas Egonicas.
¿Porqué?
Porque no han sido dañados por la decepción, la desesperación, la avaricia o el aturdimiento de los sentidos. Todavía conservan viva la esperanza de lograr los ideales que les inculcaron sus mayores.
Esto no quiere decir que los Egones prefieran encarnar en seres humanos que pertenezcan a la clase media; pero sucede que aquellos que encarnan en los otros segmentos sociales se encuentran en zona de riesgo, por el tipo de vida que llevan esas personas y por ende no tienen muchas posibilidades de despertar a su condición y al final de la vida son regularmente aniquilados por las Hécates o vuelven a reencarnar, en el mejor de los casos.

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Y esto nos lleva a responder otra pregunta: ¿El alma crece, madura?
Dijimos que el alma Egonica es atraída por el código genético que poseen algunas personas, pero cuando encarna en ella, durante la gestación, sufre una profunda conmoción que le borra la identidad y memoria Egonica, por lo que no se reconocerá a sí misma, sino que lo irá haciendo en el transcurso de los años, a través de la personalidad del ser humano.
Así como el niño necesita de los estímulos básicos a través de los cuales logra socializarse, educarse, y manejar las pautas culturales, el alma de acuerdo a todo ese caudal de estímulos, información y educación, irá reconociéndose paulatinamente; dependiendo lógicamente, del tiempo con que cuente y del marco de posibilidades que el Destino le brinde.
Y tú me preguntarás: ¿Porqué el Destino no le brinda iguales condiciones a todos?
Los Egones no son dioses; prepararon su ingreso al mundo material de la manera más segura posible, pero evidentemente una vez encarnados, no pudieron controlar todas las variables.
El plan que ellos diseñaron consistía en encarnar una sola vez y seguir el viaje, lejos de éste universo.
Por tal motivo el alma Egonica cuenta con mayores posibilidades y reúne las condiciones óptimas cuando encarna por primera vez.
Si al finalizar esa vida, no logra subir hasta la Matriz-Egon, corre el grave peligro de ser destruída por las Hécates, o volver indefectiblemente a reencarnar; pero ésta vez lo hará con dificultades mayores; y así, en cada reencarnación irá complicando más su situación, hasta llegar un punto que indefectiblemente no tenga posibilidades y sea fatalmente destruída.

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Otra pregunta que seguramente te formularás es si las almas Egonicas son todas iguales.
No; no lo son. Principalmente, debemos considerar que si bien en un momento dado, convergen en un mismo lugar, en éste caso es nuestro planeta, ellas provienen de distintos universos y traen consigo diversas experiencias, que sumarán a las que experimenten aquí.
Ya con eso tenemos un patrón diferenciador de almas.
El haber encarnando una o más veces también las hace sustancialmente diferentes.
Por lo tanto, hay en las almas, como entre las personas, una enorme diversidad de procedencias, edades, vivencias y por ende, personalidades y destinos.
Y una de las preguntas más acuciantes que te puedas formular es si realmente tienes o no alma.
Para el Egonismo ese es el punto fundamental e inalterable.
Su propio planteo suena duro y sin ambivalencias.
En un mundo donde todo es relativo; donde lo que no se tiene se puede conseguir; donde las verdades son ambiguas; las decisiones pueden ser modificadas; los pecados, perdonados; los infieles pueden ser convertidos; donde nada parece ser terminante ni definitivo; un mundo cruel, pero de mentiras piadosas; donde lo que no se debe hacer, se puede; donde todo es negociable y pasible de modificación; todo, salvo la muerte ¿Verdad?
Porque en algún punto de ésta "existencia relativa"; allí donde todo y nada es igual, existe un vértice que indica que: Si se es una cosa no se es otra; allí se define la irreversible diferencia entre estar vivo o estar muerto.
Y nuestro punto toca justamente el estadío de la muerte y su trascendencia.
Por eso para el Egonismo tener alma es Ser o no Ser.
Pero ¿Cómo saberlo?
Toda persona que posea alma, aunque se encuentre dormida, en el transcurso de su vida manifestará algunas evidencias. Las motivaciones espirituales, como el interiorizarse por ésta temática y otras relacionadas con los misterios ontológicos; una preocupación inteligente referente a su propio destino; sensibilidad artística y cultural; son entre otros, los signos que evidencian la presencia de un alma dentro de esa persona.
Durante estos últimos años, he desarrollado un test evaluativo que una vez completado, brinda un perfil caracterológico del alma de la persona que lo realiza. A dicho sistema lo denominé Test del Alma, o prueba de confirmación Egonica y lo brindo a quién desee utilizarlo.

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Luego de desarrollar las preguntas más fundamentales sobre el tema, desembocamos finalmente en el último punto y que dió origen a ésta charla: La Concentración.
Dijimos que de nada sirve que tengamos alma, si la misma se encuentra en estado de letargo, por las causas que ya mencionamos.
El alma debe cruzar el río del Tiempo, y lo hace recubierta de materia orgánica; durante dicho cruce, la humanidad y sus circunstancias la adormecen sumiéndola en el olvido de su propia existencia y misión.
Conocedoras del peligro, encarnan en seres con ciertas cualidades genéticas, que les brindan mayor confiabilidad o capacidad de despertar del letargo.
Pero hemos visto que a pesar de todos esos recaudos, el sistema muchas veces no funciona; las personas no despiertan y finalmente las almas mueren.
Entonces, vuelvo a enfatizar lo dicho:
No es suficiente tener alma, sino que es necesario y prioritario que la misma esté debidamente informada de los pasos que debe dar al instante que precede a la muerte. Y esa información se debe cimentar en la conciencia de la persona, con tiempo y persistencia; se debe contar con información correcta, evitando al mismo tiempo consumir la falsedad de las religiones; de las esperanzas sin fundamento, y demás circunstancias perniciosas para el alma.
La Concentración lo es todo; es sinónimo de preparación antes del encuentro, del gran desafío; es velar sobre las armas; no habrá una buena preparación si no existe la Concentración plena en el objetivo.
Y para lograrla es necesario contar con algo más de diez segundos antes de la muerte.

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