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PROV. DE RÍO NEGRO

La reforma de la Carta Orgánica

Por Matías Rulli (*) Correo

Rebanadas de Realidad -Viedma, 31/05/06.- Se sostiene asiduamente que la Carta Orgánica Municipal es una constitución para la ciudad. En ella se indica lo mismo pero para un núcleo más pequeño, el municipio. O sea, desde este punto de vista es el conjunto de normas que establecen los derechos, deberes y garantías de los ciudadanos viviendo en comunidad.

Si bien gran parte de lo dicho es cierto, no es tan taxativo como se pretende. En tal sentido, coincidimos con Horacio Rosatti que la Carta Orgánica no debe ser vista como una mera superestructura jurídica, sino como una herramienta que colabora a determinar el bienestar de la sociedad.

Por ello sostenemos que reformar y redactar una Carta Orgánica no es una mera labor técnica, es una tarea social, política y cultural porque apunta al desarrollo de los vecinos y la comunidad, ya que es una acción directamente vinculada con la calidad de vida. Por ello requiere el consenso de la mayoría de los actores políticos y sociales.

Manipulación electoral

Indicado lo anterior, quiero expresar mi sorpresa y preocupación por el fervor reformista en muchos municipios de Río Negro y, en especial, por el que había expresado el intendente municipal en el inicio del año (especialmente en la apertura de las sesiones ordinarias) y que ahora se ha acallado a partir de la elección del candidato a vicegobernador del partido gobernante. Lo que me lleva a pensar que no era más que una jugada electoral para ganar la difícil interna partidaria que tiene en nuestra ciudad.

De hecho, hemos indicado anteriormente que era un contrasentido solicitar no adelantar la cuestión electoral y por otro lado alentar a que se reforme la Carta Orgánica, sabiendo que no había cuestionamiento alguno por parte de los ciudadanos, que simplemente quieren que se cumpla la actual (téngase presente que recién el año pasado se reglamento el Artículo 66º que establece la obligatoriedad de convocar a una audiencia pública cuando una norma exige para su aprobación una mayoría especial del Concejo Deliberante).

Frente a esto no nos queda otra cosa que develarlo y reclamar que los asuntos de importancia colectiva no queden sujetos a intereses políticos personales (por lógicas aspiraciones), sino, por el contrario, que estén a la altura del compromiso ético y social que debe regir en la acción gubernativa.

Desde nuestro espacio no somos partidarios de que se plantee hoy la reforma de la Carta Orgánica por considerar que adelantar el proceso de maduración que necesita la sociedad para lograr una norma fundamental acabada y justa es tanto o más pernicioso que retrasarlo.

Creemos fervientemente que antes de emprenderla es necesario hacer un ejercicio de análisis responsable, serio y abierto. Sabiendo que el Gobierno municipal es la instancia privilegiada de participación ciudadana, por su arraigo y cercanía, pero es así, siempre y cuando existan los recursos institucionales adecuados para ejercer tales derechos.

En síntesis, no queremos que los asuntos de importancia se realicen "vestidos" de una sana preocupación de adecuar las normas a lo que la sociedad necesita, para luego llevarnos la sorpresa de que no era más que una cuestión puramente electoralista.

Y para muestra sólo basta un botón.

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