Declaración final del XII CLAE, La Habana,

5 de Abril del 2000

(Los estudiantes de América Latina y el Caribe se levantan.)

 

Estudiantes de América Latina y el mundo:

 Este XII Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes, celebrado en La Habana, Cuba, con la participación de 6012 Delegados, en representación de 38 países concluye exitosamente.

En estos tres días de trabajo, tuvimos la oportunidad de compartir experiencias, debates, problemas y finalizamos hoy mucho más fortalecidos, unidos y preparados para enfrentar el desafío de la conquista de la autodeterminación y la soberanía en nuestra gran Patria Latinoamericana.

En 6 comisiones de trabajo conjuntamente con la Reunión por Representación se debatieron con amplia participación, los más diversos temas analizados desde nuestra óptica, buscando soluciones a los problemas planteados.

La aplicación de la políticas neoliberales fue el eje central de los debates.

Este actual proceso de globalización, marcado por un desarrollo extraordinario de la ciencia, con el advenimiento de la revolución científico tecnológica debería representar el bienestar y el progreso. Sin embargo el mismo, es guiado por fuerzas políticas y económicas que lejos están de representar la justicia y la paz.

Los procesos productivos, los fenómenos económicos, se tienden a internacionalizar cada vez más y tras ellos, siguen el mismo camino todas las esferas de la vida social.

El progreso del trabajo humano genera por ende las condiciones para satisfacer las necesidades básicas de todos los seres humanos, de todos los pueblos del planeta, sin embargo estos avances se han dado bajo un orden internacional injusto y excluyente.

Las riquezas se concentran cada vez en  menos manos generando una desocupación  masiva. Vemos por ejemplo un reparto tan desigual de las riquezas, que un solo hombre acumula una fortuna  equivalente al ingreso anual de 150 millones de personas.

Los tres grandes bloques dominantes, los Estados Unidos (que aún mantienen su supremacía), el bloque europeo, y el sudeste asiático sustenta un modelo económico donde 250 millones de niños trabajan en condiciones extremas, 100 millones de ellos duermen en las calles y otros 30 mil cada día por enfermedades curables.

La guerra por los mercados entre las grandes potencias, las han llevado a un rearme colosal desarrollando nuevas tecnologías, produciendo una maquinaria bélica perversa, que en nombre de las “invasiones humanitarias y lucha contra el narcotráfico” aplican a los desobedientes del orden impuesto.  Los 800 mil millones de dólares gastados en armamentos grafican claramente esta política.

Con la aprobación del nuevo estatuto de la OTAN, al finalizar el conflicto de los Balcanes transformaron esta alianza en un instrumento ofensivo buscando consolidar sus políticas en el campo militar con derecho a intervención donde decidan, cuando sus intereses corran peligro.

Por otro lado, la agudización de los problemas sociales debido a un mayor empobrecimiento de la población y a la agresión cultural generada por la rentabilidad de las costumbres y valores sociales, provocan una marginación política, económica y cultural de los sectores de clase trabajadora y pobre.  La posibilidad de conflictos espontáneos dentro de la sociedad civil implica el incremento de la vigilancia policíaca y la militarización de los cuerpos de policía con técnicas y equipo de contrainsurgencia. La paz laboral y la ley y el orden son solo la conceptualización del encuadramiento social en una lógica que responde a la estabilidad del mercado y del consumo sin ningún compromiso de justicia social. Notamos entonces que, a pesar de la des-regularización jurídica a favor de las grandes corporaciones, el Estado desplaza sus recursos jurídico- represivos sobre la población, llegando incluso a destruir sociedades culturalmente no comercializables, como lo es el caso de masacres de pueblos indígenas en Centro y Sur América, o el caso de ocupaciones policiales de comunidades pobres.

El uso de la fuerza para imponer sistemas económicos que favorecen a una ínfima parte de la población mundial, es el más burdo ataque al espíritu estudiantil que busca el análisis del entorno social y propone soluciones pensadas en un marco de solidaridad y bienestar común.

Conjuntamente con esto se desarrollan políticas privatizadoras disminuyendo el papel del estado como fórmula para superar la crisis que tiene un primer problema que es una deuda externa, ascendente hoy en Latinoamérica a 706 mil millones de dólares multiplicándose constantemente a pesar del pago de 7398 mil millones de dólares realizado por nuestros países en los últimos 14 años.

La globalización neoliberal no es solamente un proyecto económico; la misma viene acompañada por una extraordinaria ofensiva cultural e ideológica.

Además de la represión y el autoritarismo, promueve la resignación, el individualismo, el apoliticismo y la división.  Por eso la integración juvenil es un factor imprescindible, para junto con los demás sectores sociales, lograr la unificación requerida para derrotar este sistema.

La defensa de las identidades nacionales y la proyección de la cultura, son elementos fundamentales.  El Neoliberalismo, impone una monocultura, destruye nuestras identidades y cambia los patrones de consumo de nuestras sociedades estableciendo formas ajenas a la nuestra.

En pos de “la mayor renta”, vemos como no se duda en destruir nuestro ecosistema, poniendo en peligro el desarrollo sustentable y la preservación de nuestro medio ambiente hasta limites insospechados.

Pero no sólo la destrucción ambiental es un efecto directo del régimen neoliberal, también se perpetua la jerarquización por género de la sociedad.  Mantener una relación de poder de lo masculino frente a lo femenino implica un acomodo de las categorías de género en una sociedad basada en la inequidad.

Nuestro deber como estudiantes es el cuestionar las categorías de género y problematizarlas hasta lograr una justa potenciación y equiparación de estas.

La educación no es ajena a este proyecto, en los últimos 20 años todo el sistema de educación ha sido objeto de un proceso de reformas reaccionarias impulsadas desde el Banco Mundial y Fondo  Monetario Internacional.

Las iniciativas por ellos impulsadas, no son más que la estrategia para la captación de la fuerza de trabajo de acuerdo a las necesidades del capital.

La misma consiste en masificar el ingreso a la primaria por la necesidad actual de un mínimo de conocimiento, que permita operar la tecnología existente.

En la enseñanza media, se aspira a una educación que desarrolle las habilidades en el plano del conocimiento, que produzca competencias para la productividad y por ende para el empleo, al tiempo que realiza profundas transformaciones en los curriculums escolares fragmentados, flexibilizando todos los contenidos y modelándolos a las exigencias más inmediatas del mercado negando el papel continuo que debe tener la educación y la importancia de contar con una formación con características generales y humanísticas que coadyuve a que el hombre se forme para la vida y no solo para las máquinas.

El modelo de universidad autónoma, gratuita, cogobernada y progresista también fue puesto en crisis, son síntomas de esto, entre otros, la paulatina elitización de la educación superior, la cada vez menor participación de los estudiantes en los órganos de cogobierno, la reformulación del perfil del egresado cada vez más descomprometido con la sociedad en que vive, sin conciencia crítica y capacidad de cuestionamiento.

Estas políticas amplían la dualidad en la educación, remarcando la idea de centro y periferia, en donde los primeros producen los conocimientos y los otros deben operarlos, tal como marca la división impuesta por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Estas acciones nos quitan el único medio con el que contamos para disminuir la brecha científico- tecnológica que nos separa de los países industrializados, ya que en las universidades públicas se realiza actualmente el 75% de la investigación científica de América Latina y el Caribe, siendo además un factor clave para la preservación y el desarrollo cultural de nuestros pueblos.

En el mundo actual el conocimiento es el principal valor de una nación, este representa su mayor tesoro. Simón Bolívar proclamó un 15 de febrero de 1809 en el Congreso de Angostura “Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción”.

Hoy la carencia de conocimientos al más alto nivel representa igualmente una forma moderna de analfabetismo.

Exigimos el respeto que merecemos y que se nos trate y llame por nuestro nombre, estudiantes y no clientes. Somos conscientes que para lograrlo tendremos que cambiar los actuales sistemas educativos, transformando primeramente todo el sistema social.

Desde nuestros inicios como organización somos muy conscientes que no es posible una reforma educativa profunda y para el pueblo sin un proceso de independencia y autodeterminación anterior.  En este sentido daremos la batalla con ideas, argumentos y propuestas tanto en nuestros países como en todos los espacios internacionales donde la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes nos representan.

Exigimos la democratización inmediata de las Naciones Unidas, organismo al cual pertenecemos con estatus consultivo.

Estamos en los albores de una nueva etapa.  Ya está suficientemente claro el rotundo fracaso del neoliberalismo. Apremiante es sustituir las políticas inspiradas en el Dios mercado por  diseños que satisfagan las necesidades materiales y espirituales de los habitantes del planeta.  Es urgente superar tantas calamidades.  No podemos ni debemos soportar tantas penurias.  Llegó el tiempo para el cambio.

De la resistencia, en ocasiones heroica, es necesario y posible proponerse pasar a una ofensiva general hasta infringirle una severa derrota al salvajismo implícito en la libre competencia y en el postulado de la supervivencia del más fuerte.

Las combativas jornadas del estudiantado incluyen victorias significativas en muchos países, dejando en claro que el movimiento estudiantil es capaz de hacer valer sus derechos.  En algunos países las luchas son confrontaciones directas para expulsar del poder a presidentes corruptos y entreguistas; en otros, la juventud estudiantil reta a sanguinarios tiranos, a paramilitares o a la presencia colonial norteamericana.

Definitivamente, el movimiento estudiantil se fortalece con la lucha y organización.  Tanto así que nuestros enemigos han recibido una contundente demostración de fuerza en este XII CLAE.  El más nutrido y representativo Congreso de la OCLAE 

Expresa además la más firme decisión de explorar alternativas distintas al neoliberalismo.

No puede ser de otra manera ya que los problemas de salud, empleo, carestía, seguridad personal, nutrición, vivienda, ambiente, recreación y educación, no admiten soluciones parciales o locales.  Se requiere de una solución global e integral, la cual se hace sentir cada día más en su necesidad en la misma medida que el neoliberalismo se ha profundizado en el continente.

El neoliberalismo ha arruinado nuestras economías  y nos ha sumido en la miseria y el hambre, pero también el neoliberalismo ha impelido a los pueblos a luchar desesperadamente, ha hecho de la inestabilidad un factor común y ha determinado crisis de gobernabilidad que abren brechas al movimiento popular.  El neoliberalismo ha creado las condiciones para su revés.  Entonces, ante esta posibilidad, los estudiantes agrupados en la OCLAE iniciamos un nuevo tiempo.

Con mayor empeño que antes luchamos por la soberanía  de nuestros países, por democracias reales sustentadas en la libertad y el ejercicio directo, por los derechos sociales, por economía al servicio de hombres y mujeres, integrales diversificadas y en armonía con la naturaleza.

Luchamos por un cambio general que permite el desarrollo de un proyecto educativo, científico, humanístico, democrático  y popular.

Luchamos por una Nueva Universidad: realmente democrática, autónoma, científica, popular y humanística. Una Nueva Universidad que contribuya a romper la dependencia científica y tecnológica. Una Nueva Universidad: formadora de hombres y mujeres capaces, cultos, solidarios, comprometidos con los procesos de transformación social y conocedores del contexto histórico y social donde se desenvuelven.

Luchamos junto al pueblo del cual somos parte, a quien nos debemos y con quien siempre hemos peleado por el bienestar y la libertad. Asalariados, indígenas, campesinos, docentes y estudiantes, compartimos una tierra y un destino, anhelos y sueños, una lucha y un propósito común. Juntos podremos, separados seremos presas fáciles de los títeres y entreguistas  aliados al imperialismo. De manera que la unidad es condición indispensable para alcanzar el triunfo, que hoy todavía parece distante para muchos pero que más temprano que tarde no dejará de ser feliz realidad.

Solo con un amplio movimiento de cambio se puede  frenar al poderoso adversario y avanzar en la acumulación de fuerzas políticas y sociales que permiten llevar a  la práctica un nuevo proyecto de país y de continente.

En este sentido debemos trabajar en la profundización de la unidad de todos los gremios vinculados a la enseñanza pública, con los trabajadores y sus organizaciones, con los sectores populares, con los más golpeados por el neoliberalismo y con quienes han dado todo cuanto tocó defender la democracia, la independencia y la enseñanza pública y gratuita de nuestras naciones.

Simultáneamente trabajaremos para seguir fortaleciendo a nuestra ya poderosa Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes, OCLAE. Profundizaremos el trabajo ante los organismos internacionales y el debate académico y de interés estudiantil. Nos comprometemos a contribuir al desarrollo de las federaciones universitarias de nuestros países, ayudar en la reconstrucción del Movimiento Estudiantil Secundarista del continente y mantenernos en lucha por la educación pública y gratuita.

 

ü        Luchamos por   una globalización de la solidaridad, de la justicia, de la paz.

ü        Luchamos por nuestra tierra, libre y soberana.

ü        Luchamos por todos, con todos y para el bien de todos.

 “Hasta la victoria siempre”.

 La Habana, 5 de Abril del 2000.

  Plan de Trabajo

Grupos de Trabajo

 Documentos

 Organizaciones

 

Volver