INFORME FINAL
PRIMER Open Stand: EVALUACION FASE UNO
Reflexiones
sobre la Evaluación y Auditoría. 1999 2006
Glosario de Términos:
·
CLUSTER: Emprendedor Individual.
·
BENEFICIARIOS: Desocupados de mas de 40 años o de Planes Sociales.
·
CELULAS: ONGs o Grupos formales o informales instituidos por la
práctica de una actividad, social, cultural, deportiva, profesional, productiva
o artesanal.
·
COORDINACION GENERAL: Unidad de Gestión, planeamiento y moderación
de la Red.
·
FMS Fondo Micro Solidario: Unidad de recursos economícos de
implementación.
·
ESTADO: Programa u Oficina
Oficial de Gobierno con relación a la Red.
INTRODUCCIÓN:
RADAR: Red de Acción, Desarrollo y Ayuda Regional.
Misión: “ Ocupar al
Desocupado “
Visión: Establecer una
Feria de Promoción Itinerante, Bocas de Expendio Propias, Administración del
Fondo de Flujo de Capital de la Cadena Productiva y Establecer las Alianzas
necesarias con las Cadenas Eco Solidae de Comercio Justo Internacionales bajo
certificación de una Marca Comunitaria Propia y un estilo de trabajo en Red.
Objetivo: Disminuir la
vulnerabilidad de los pequeños emprendimientos mediante una propuesta
asociativa de acompañamiento, capacitación y coordinación de actividades de
mejoramiento, promoción y comercialización de los productos elaborados.
Slogan: Buena Gente, Buenos Productos, Buenos
Negocios.-
El
proyecto de Red RADAR es un proyecto complejo tanto desde el punto de vista
substantivo como desde una óptica instrumental. Substantivamente nos
encontramos con un proyecto que por un lado nace de la necesidad de consolidar
microemprendimientos familiares establecidos en forma precaria como salida al
autoempleo y por el otro pretende favorecer el nuevo acceso al autoempleo,
recreando actividades con potencial de rentabilidad entre los miembros de un
grupo colectivo indefinido de beneficiarios y que ni siquiera estamos seguros
que estén interesados en trabajar con arreglo a nuestras expectativas y modelos
de gestión, (los desocupados con mas de 40 años). Instrumentalmente el proyecto
se articula a través de la participación de múltiples actores, cada uno
aportando sus propias capacidades pero generando inevitables tensiones sobre la
coherencia del conjunto. El proyecto RADAR, en otros términos, se nos presenta
como una respuesta compleja (instrumental) a un problema complejo de vencer: el
alto grado de vulnerabilidad y fracaso en los emprendimientos de autoempleo
(substantivo).
Esta
complejidad, como ya hemos mencionado, se materializa en la presencia de
múltiples actores, los cuáles no únicamente aportan sus capacidades específicas
sino que también llegan al proyecto con sus prejuicios, sus intereses, sus
objetivos y sus preferencias. De esta circunstancia podríamos derivar los
principales retos para el funcionamiento de un proyecto como el que nos ocupa:
¿Cómo lograr un acuerdo entre los diferentes participantes en el proyecto?
¿Cómo conseguir que sumen esfuerzos? ¿Cómo impedir que los intereses
particulares se impongan a los colectivos? ¿Cómo evitar que la riqueza de la
diversidad se convierta en el caos y la parálisis de una complejidad
descontrolada?
Estos
interrogantes nos parecen cruciales desde el punto de vista de la evaluación
del proyecto, ya que de la respuesta que les demos dependerá en buena medida el
éxito del mismo. No es fácil, sin embargo, realizar este tipo de evaluación;
una evaluación donde no se trata de contrastar unos resultados más o menos
tangibles, sino de valorar el funcionamiento de unas dinámicas, de unas
relaciones intangibles que nos parecen cruciales pero que no sabemos ni como
cuantificar ni como calcular su eventual impacto sobre los resultados de la política
empleada en la primera fase de desarrollo.
Para
hacer frente a las dificultades de esta evaluación hemos extraído algunos
conceptos de la literatura sobre la gestión de redes. No es el momento de
detenernos en unas referencias de índole eminentemente académico, aunque sí
quisiéramos destacar dos ideas. Ambas nos ayudaran a valorar el funcionamiento
del proyecto RADAR y con toda la prudencia por delante, a responder a los
interrogantes que planteábamos hace un momento.
1.
En primer lugar, las estructuras jerárquicas tradicionales se articulan a
través de los principios de la autoridad (vertical) y la especialización
(horizontal); mientras que las estructuras reticulares encuentran su cimiento
interno en la confianza que seamos capaces de generar entre las partes de una
red.
2.
En segundo lugar, las organizaciones tradicionales requieren de una dirección
que distribuya tareas (horizontales) y responsabilidades (verticales); mientras
que las organizaciones en red reclaman solo funciones de mediación o coordinación
entre las partes.
Así
pues, para valorar el funcionamiento de la complejidad nos proponemos fijarnos
en unos términos –la confianza y la coordinación- que no son muy habituales
pero que, creemos, debemos necesariamente incorporar en políticas y
organizaciones tan complejas como las que en este momento tenemos entre manos
para la segunda fase.
Palabras
Clave:
·
Autoridad y
Especialización Temática = Dirección.
·
Confianza y Relación
Participativa = Coordinación.
1.
LA CONFIANZA EN LA “RED RADAR”
Afirmar
que el éxito del proyecto Red RADAR pueda estar relacionado con la confianza
que impregne en mayor o menor medida las relaciones entre los múltiples
participantes puede resultar intuitivamente claro. Sin embargo, evaluar esta
confianza y valorar su evolución a lo largo del desarrollo del proyecto es una
tarea extremadamente difícil. No es sólo que no sepamos como medir la
confianza, sino que, más grave aún, no sabemos ni siquiera que es lo que
exactamente significa esta palabra para los demás.
Para
avanzar sobre estas dificultades nos proponemos utilizar una aproximación
operativa a la confianza; una aproximación que sin pretender entrar en el
debate sustantivo sobre el significado del término nos permita, en cambio,
utilizarlo como una herramienta de trabajo en la gestión y la evaluación de
proyectos complejos.
Buceando
en la literatura nos hemos encontrado con una línea de trabajo que afirma que
la confianza puede ser un objeto de gestión y que, por lo tanto, puede ser
generada y estimulada para favorecer el mejor funcionamiento de organizaciones
en forma de red. Concretamente, podemos observar la materialización del término
a partir de distinguir los 3 momentos de la confianza:
i.
El momento inicial. Desde el punto de vista de la gestión no podemos
suponer que la confianza es algo que invade o no el corazón de nuestras
organizaciones. La confianza ha de generarse, y para ello no nos sirven los
buenos deseos sino los cálculos simples, accesibles y prácticos a todos. Es
decir, la confianza entre actores diversos sólo se puede iniciar cuando éstos
reconocen una apropiada relación entre los costes y los beneficios de su
dedicación y su participación en la red.
ii.
El momento del desarrollo. Una vez que el cálculo nos introduce en una
relación, entonces la confianza se desarrollará a medida que conozcamos y
comprendamos a los otros. La confianza evoluciona pues como un proceso de
reconocimiento mutuo sin el cuál no es posible trabajar juntos.
iii.
El momento de la consolidación. Finalmente, la confianza alcanzará su
meta, su consolidación, cuando no únicamente comprendamos al otro sino que
también nos identifiquemos con él. Esta identificación se puede expresar en
términos de compatibilidad estratégica (cuando compartimos los mismos objetivos
generales) o de compatibilidad cultural (cuando mostramos estilos y hábitos de
trabajo compartidos asociados en una actividad de cadena).
A
continuación pretendemos utilizar estos tres momentos para valorar la confianza
en la “Red RADAR”. Con este fin hemos mantenido diversas entrevistas con los
responsables locales de las distintas membresías y partes nodulares de la red,
explorando no sus actividades concretas sino sus cálculos, sus reconocimientos
mutuos, sus objetivos y sus estilos.
El
resultado no es conclusivo, sino que pretende ofrecer un esbozo, quizá
apresurado, sobre el cuál los propios miembros del Espacio Virtual nos ayuden a
ir matizando y coloreando.
1.1.
El inicio de la confianza.
Lo
primero que nos interesaba observar era como los responsables de los Cluster
y de las Celulas se expresaban a la hora de explicar los costes y los
beneficios de su participación en el proyecto RADAR. Esta observación debería
permitirnos valorar el punto de partida y eventualmente, formular alguna
recomendación destinada a fortalecer la base sobre la que debería ir
construyéndose la confianza.
En
el cuadro 1 recogemos las opiniones más comunes de nuestros entrevistados.
Como
puede observarse, destacan los inconvenientes de un proyecto cuya complejidad
se traduce en atascos y pérdidas de tiempo. En cuanto a las ventajas de
participar en la “Red RADAR”, nuestros entrevistados subrayan la oportunidad de
enriquecerse y aprender que se desprenden de la colaboración con otros agentes
y operadores diversos.
Cuadro 1. Percepción de costes y beneficios entre los miembros de
la “Red RADAR”
Beneficios |
Costes |
-Oportunidad para hacer cosas que solos
no podríamos abordar. |
Exceso de magnitud de Miembros externos
del territorio local y excedidos en
diversidad de los componentes y por lo tanto, de complejidad operativa. |
-Capacidad de innovación y aprendizaje:
se generan ideas, se transmiten y todos salimos ganando algo con eso. |
-Lentitud y pérdida de tiempo – Proliferación de comunicaciones y
reuniones virtuales genéricas y de barreras
burocráticas para funcionar en lo local. |
|
|
|
|
De
estas primeras impresiones podemos deducir un punto de arranque que reconoce
los beneficios del trabajo en red, aunque quizá no los expresa con suficiente
claridad.
Es
decir, se detecta cierta asimetría entre unos costes tangibles y experimentados
– padecidos- en el día a día, y unos beneficios intangibles y que se supone
podrían ser alcanzados sólo si una especie de paraíso administrativo con
presupuesto adecuado existiera. En este sentido, uno de nuestros entrevistados
empieza valorando el potencial de un proyecto que puede generar nuevos métodos
de trabajo y favorecer la aparición de políticas innovadoras para la
comercialización, etc, aunque a continuación pone de relieve el cansancio que
está provocando un proceso demasiado lento, donde la proliferación de detalles,
reuniones y el exceso de discusiones y ajustes previas está impidiendo que el
proyecto arranque. Se trata de las esperanzas iniciales puestas en unos
objetivos más o menos etéreos frente al cansancio provocado por las
dificultades económicas particulares que van minando el día a día.
Al
final, por lo tanto, nos encontramos con un reconocimiento teórico de los
beneficios frente a una vivencia práctica de los costes. Esta asimetría de
partida creemos que explica la vulnerabilidad de la “Red RADAR. Una
vulnerabilidad que, además, se ve acentuada por los pocos recursos que se
destinan a las tareas de Coordinación General y de Gestión Ejecutiva.
Concretamente,
los entrevistos locales señalan claramente una dinamica distinta de resultados
obtenidos entre los comienzos en Trelew con participación solo de grupos
locales y la ampliación de la Red a otros territorios geográficos, situación
que debilitó la capacidad de gestión ejecutiva y operativa de forma regresiva.
En segundo término, reflejan no haber considerado vital un presupuesto
economico acorde para esa ampliación geográfica que aunque virtualmente es
posible de sostener, en lo práctico es muy compleja de materializar con exito.
Para
reforzar el punto de partida del proyecto RADAR se debería elaborar una
estrategia distinta de comunicación interna que clarificara los beneficios de
participar en la red (tratando de hacerlos visibles y tangibles) y reconocer
las posibles dificultades o costes del programa de manera que se pudieran
diseñar instrumentos para minimizarlos.
Cuando
nos trasladamos de las declaraciones generales sobre las ventajas y los
inconvenientes de trabajar en red al caso particular del programa de desarrollo
de RADAR, nos encontramos con algunas particularidades que –pensamos- podrían
estar agravando los inconvenientes de una deficiente explicitación de los costes
y los beneficios de una relación compleja como la que se debe establecer en el
marco del proyecto. En concreto, hemos detectado dos aspectos que estarían
perjudicando el inicio de una adecuada relación de confianza:
i.
En primer lugar, algunos de los entrevistados reconocen que el proyecto se
elabora a partir de una decisión de política estrategica de un grupo inicial ya
formado (Consorcio en Trelew) y que carece, al menos en su etapa de diseño y
definición, de reflexión técnica y de actividad relacional. El empuje político
inicial no es negativo, incluso creemos que supone un punto de partida
indispensable. Lo que sucede, según algunos de nuestros entrevistados, es que
este empuje inicial no deja espacio para diálogos ni para reflexiones
conjuntas. El resultado es un proyecto que se impone desde arriba (o desde un
núcleo central local en Trelew, intimamente relacionado con la Coordinación
General) y que funciona a partir de una lógica top-down que dificulta la
comunicación interna, reduce la fuerza de los compromisos de las partes y
dificulta las posibilidades de generar un proyecto que sea percibido como algo
de todos. En este entorno, el proyecto no es un proyecto colectivo y por lo
tanto, se realizan cálculos de costes y beneficios donde los costes aparecen
como complicaciones en el día a día de cada miembro, mientras que los
beneficios potenciales se perciben como una cosa ajena y lejana, como algo que
teóricamente es de todos pero que en la práctica no es de nadie.
ii.
En segundo lugar y en estrecha relación con el punto anterior, el proyecto
arranca con tres grupos de participantes, cada uno con unos roles y unas
expectativas muy diferentes. En primer lugar, las ONGs de Trelew, conforman un
bloque que se caracteriza por querer “vender” el proyecto particular a un
segundo grupo, los Cluster o Miembros Virtuales en líneas de nodos locales
fuera del territorio de Trelew, que lo “compren” y al Estado visto
indirectamente como financista.
Los
que “venden” siguen sus propias instrucciones políticas ya determinadas y les
interesa el éxito de su “parte” del proyecto, mientras que los que “compran”
están más interesados en como de la suma de las partes generaran beneficios
para entornos colectivos donde están ubicados sus propios emprendimientos, o los
territorios de Nodos de Localidad donde militan. Además, la relación que se
establece entre Emprendedores y Organizaciones Celulares es nueva. Los Miembros
de Organizaciones acostumbran a percibir al Estado como una fuente externa
natural de recursos financieros y de servicios, mientras que ahora están
trabajando el día a día, juntos y a un mismo nivel con un ajustado Fondo de
Financiamiento Autogestionado que lo reemplaza. Las personas individuales,
emprendedores o desocupados, en tanto esto pasa, están esperando, mientras de
lo que se trataría es de que avanzaran conjuntamente con las Organizaciones
Celulares (ONGs). La novedad de esta relación ONGs-Fondo Micro Solidario
Autogestionado, genera algunas incomprensiones y tensiones. Finalmente, existe
un grupo de “actores satélite” en los grupos virtuales perifericos de la Red,
que participan en el proyecto de una manera puramente formal, pero sin de hecho
ni conocerlo demasiado bien ni poder aprovecharlo. Al margen de este tercer
grupo, en el cuadro 2 hemos destacado las diferentes percepciones de costes y
beneficios entre líneas generales de ONGs Celulares y líneas locales de
Miembros Individuales o Cluster.
Cuadro 2. Costes y beneficios según la opinión dominante en las
Celulas y las Membresías
Individuales de Emprendedores.
Líneas generales: ONGs & Celulas |
Líneas locales: Emprendedores |
Beneficios esperados: Innovación en temas de articulación y
relación, recibir recursos financieros y éxito en las actividades realizadas
en cada rubro de actuación que impacten sobre la gestión propia. |
Generar recursos financieros
adicionales, pero sobre todo ideas para diseñar políticas innovadoras en
comercialización y poder crear Microemprendimientos para el Grupo de los
Desempleados. |
Costes detectados: Burocracia y distorsión de sus actividades
“normales” para poder cooperar y participar solidariamente en la Red en
actividades que no les impactan y benefician directamente. |
Perderse en la teoría y dificultades de
coordinación y gestión. Falta de compromiso tanto de las ONGs
como del Estado con los objetivos finales. |
|
|
Observando
el cuadro se detectan diferencias substantivas entre las apreciaciones de las
ONGs y Celulas o Grupos y las Membresias de Emprendedores Individuales o Cluster.
En primer lugar, los beneficios son parciales (“nuestra parte”) e
institucionales (“el éxito en nuestras actividades”) para las ONGs, mientras
que son globales (“necesidad de una política integrada”) y orientados al
exterior (“llegar con éxito a los microemprendimientos para desocupados”) para
los Cluster. En cuanto a los costes, las ONGs Celulares los perciben en las
molestias que se ocasionan en su funcionamiento interno y beneficio directo,
mientras que para los Cluster Individuales el principal peligro es que no
arranque definitivamente un proyecto coordinado y colectivo que les sirva. En
definitiva, para resumir, diríamos que las ONGs están preocupadas por el
impacto interior de sus respectivas organizaciones, mientras que las Personas
Individuales (Cluster) muestran una mayor sensibilidad hacia los logros de
sus metas y necesidades de urgencia particular, como receptores de las
políticas globales que se adoptan en el conjunto de la Red. Esta asimetría
creemos que, si no se gestiona adecuadamente, puede llegar a dificultar unas
relaciones donde se cruzan expectativas y valoraciones diferentes.
Un
déficit del proyecto se encuentra en la falta de participación comprometida de
los miembros adherentes en las fases de decisión y diseño del mismo. Salvo, los
primeros Plenarios de Trelew, los demás fracasaron siempre sin llegar a
plantearse debates internos. Los Talleres FODA, fueron desvirtuados por la
participación de miembros ajenos a la Red. Esta participación en Plenarios que
se fraguaron por falta de financiamiento en La Pampa y Las Golondrinas, habría
generado un mayor compromiso por parte de los miembros de la red, al tiempo que
habría mejorado la visualización de los beneficios esperados.
Los
cálculos de costes y beneficios no se han realizado desde una misma
perspectiva: las ONGs y Grupos Celulares, miden sus percepciones a través de la
lente de las dinámicas internas de sus organizaciones, mientras que las
distintas líneas locales de Emprendedores se muestran más pasivas y preocupadas
por sus dificultades internas que por los impactos externos de sus actuaciones
en Red. Esta asimetría dificulta el despegue de una relación que debería
basarse en la confianza del éxito de trabajo en grupo y suma de masa crítica
para gestionar hacia afuera.
En
resumen, desde la óptica de una organización reticular como la que conforma el
proyecto RADAR, nos parece que el inicio muestra algunas vulnerabilidades
importantes. No tanto porque los diferentes actores no hayan realizado o al
menos expresado abiertamente sus cálculos en términos de costes y beneficios.
sino por, la deficiente explicitación de los mismos y por otro lado, la
incoherencia entre los planteamientos de unos y de otros. Estos déficits se
enmarcan y en parte se explican, por tratarse de un proyecto planificado y
decidido desde una perspectiva demasiado centralizada por la Coordinación
General, tipo top-down.
A
partir de este inicio, sin embargo, la confianza puede ir desarrollándose y
superando sus dificultades iniciales. En el siguiente apartado presentamos unas
primeras valoraciones en este sentido.
1.2.
El desarrollo de la confianza.
Aunque
el punto de arranque presente vulnerabilidades, la confianza se puede ir
desarrollando a través de la propia relación entre las partes de una red. Para
ello es necesario que estas relaciones fomenten el conocimiento y la
comprensión entre los diferentes actores, de manera que se produzca un proceso
de aprendizaje y de incorporación de la confianza a través de la experiencia.
El
nivel de conocimiento mutuo es una variable difícil de medir. En nuestras
entrevistas locales, sin embargo, hemos pedido a los entrevistados que opinaran
sobre los objetivos de los otros, pensando que ésta era una forma de saber
hasta que punto conocían estos objetivos y a los actores que los representaban.
De esta forma hemos detectado algunas opiniones de interés:
i.
Según la mayoría de los
entrevistados los objetivos generales del programa están claramente
identificados y compartidos, lo cual efectivamente facilitaría la comprensión
entre los miembros de la “Red RADAR” y en consecuencia, el progresivo
afianzamiento de la confianza en sus relaciones.
·
Abrir una boca de
expendio en Buenos Aires para el conjunto de emprendimientos.
·
Hacer Ferias
Promocionales en conjunto en distintas localidades interesantes.
·
Conseguir los fondos
subsidiados necesarios a traves de una forma de Consorcio bajo la protección de
una marca fuerte conjunta que implique reglas y principios.
·
En última instancia,
fortalecido el sistema, iniciar contratos y alianzas con cadenas de Comercio
Justo Internacionales para micro exportar parte de la producción (RetExport).
·
Crear opciones de
autoempleo dentro de las cadenas productivas en marcha.
Este es un primer paso e importante éxito del
Plan Estratégico de la Red: un éxito que se ha materializado en el mensaje
persistente de RADAR hacia Organismos Internacionales de Cooperación y en el
que la Coordinación General ha jugado un papel muy sustantivo desde el
principio y destacado el mayor tiempo, perseverancia y esfuerzo para tejer la
red de contactos. Sin embargo, también se expresan algunas matizaciones cuando,
por un lado, se pasa de los objetivos iniciales generales y propuestas en el
ambito virtual y emotivo a los objetivos operativos en cadenas de compromiso, a
las prioridades o cuando, por otro lado, los objetivos iniciales evolucionan o
se redefinen a partir de la propia evolución (desordenada) del proyecto en
desarrollo, sus trabas y vallas de impedimentos no contempladas apriori, etc.
De
este modo, los conocimientos y las comprensiones iniciales se irían difuminando
en el proceso de concreción del proyecto. En este momento cada miembro de la
red tendería a concentrarse en sus objetivos particulares y a olvidarse de los
otros. Las comprensiones mutuas que han de facilitar el desarrollo de la
confianza estarían pues sufriendo ciertas dificultades. De hecho, esto es
visible en la actualidad pese, al incremento cuantitativo de membresía.
ii.
Podríamos añadir, para finalizar con este punto, que estas dificultades son
menores en las relaciones que se establecen entre emprendedores individuales,
artesanos y desocupados (parecen comprenderse mejor), y variables en las
relaciones entre ONGs y Cluster Individuales
(que dependen, como explicaremos a continuación, de experiencias
relacionales anteriores) y mayores entre Organizaciones Formales (que, quizá
por formar parte de una misma organización, ven como los tópicos y los
estereotipos sobre los unos y los otros pervierten la confianza relacional).
Tal
como apuntábamos hace un momento, la experiencia previa de relación es uno de
los factores más relevantes para entender el nivel de confianza entre las
partes del proyecto. Podemos apuntar tres consideraciones al respecto:
i.
Por un lado, desarrollando la idea, observamos a través de las entrevistas como
las dificultades de relación se ven como algo fácilmente superable entre
aquellos que ya tienen experiencia en el trato con los otros actores. En este
sentido, algunos Miembros Individuales (Generalmente Voluntarios y pasantes de
planes sociales) afirman estar acostumbrados a trabajar con determinadas ONGs y
que, en consecuencia, sus relaciones son fluidas y fáciles de articular.
Podemos afirmar, por lo tanto, que la experiencia es un factor positivo a la
hora de impregnar de confianza a una experiencia como la que nos ocupa.
Podemos
afirmar también que en el proyecto RADAR por su característica de virtual y de
haberse extendido territorialmente y abiertamente, esta experiencia está
desigualmente repartida y que, en consecuencia, la confianza acumulada explica
las buenas relaciones entre algunos grupos locales de Trelew de la red,
mientras que la inexistencia (al menos visible) de experiencias en muchos otros
genera desconocimientos e incomprensiones de algunas decisiones.
ii.
También parece detectarse un fenómeno que, al menos parcialmente, podría ser
contradictorio con lo expresado en el punto anterior. Así, mientras que en las
relaciones entre algunos “cluster individuales” y algunos grupos celulares u
ONGs (especialmente culturales y deportivas), la experiencia relacional parece
ser un factor positivo, en las que se establecen entre ONGs de corte
profesional, puede incluso ser perjudicial. A menudo se detecta como la
relación acumulada es fuente de reticencias y de prejuicios sobre
posicionamiento, liderazgo, etc. que perjudican más que colaboran al desarrollo
de la confianza. Pensamos que este fenómeno se podría relacionar, por un lado,
con la importancia no únicamente de la relación anterior sino también de la
satisfacción/insatisfacción que ésta ha producido. Por otro lado, quizá porque
no operan las mismas dinámicas cuando estamos en el plano inter-organizativo
(relaciones entre actores institucionales diferentes) o en el plano
intra-organizativo (relaciones entre actores de una misma institución).
iii.
En cualquier caso, de las consideraciones anteriores se deduce que la “Red
RADAR” no únicamente puede ser útil para alcanzar determinados objetivos
substantivos (identificación y motivación de los desocupados, captación de
fondos de ayuda, espacio generador de eventos y capacitaciones, laboratorio de
investigación, etc.), sino que también sirve como prototipo y plataforma para
empezar a desarrollar el conocimiento y la confianza entre sus miembros y de
este modo, crear una base que podrá generar otro tipo de beneficios emergentes
en el futuro. La propia Red es pues potencialmente herramienta generadora de
propuestas de confianza entre pares de nuevas relaciones. Esta afirmación
concede una especial importancia a la gestión de las relaciones en el marco del
proyecto institucional a futuro de RADAR y más en concreto, a la necesidad de
–como apuntábamos anteriormente- preocuparse por la “satisfacción” que
produzcan las relaciones y por la distinción entre las relaciones inter e
intra-institucionales.
El
objetivo final de todo ello es, tal como apunta uno de los entrevistados,
generar un “lenguaje compartido” a partir del cuál podamos entendernos y
concretar nuestras colaboraciones:
i.
Esto no se ha logrado en la primera fase del proyecto: En solo muy pocos casos
a través del equipo de coordinación de nodos y seguimiento se han impulsado
reuniones y trabajos que, de forma lenta pero eficaz, han logrado generar un
acuerdo substantivo sobre los objetivos y los métodos del trabajo. Estos casos
de acuerdo han permitido la elaboración de este principio tentativo de lenguaje
común, solo como base de partida para el desarrollo de los entendimientos y las
relaciones de confianza a futuro para transitar la segunda fase de la Red.
ii.
Es necesario, sin embargo, que este punto de partida mantenga su continuidad y
que la comprensión inicial no se transforme en reticencias y desconocimientos
en el día a día de la puesta en marcha de la segunda fase del proyecto.
Para
ello es necesario que el lenguaje compartido se proyecte de los objetivos a los
estilos de trabajo. Un lenguaje para configurar el que y el como en sintonía y
en una misma clave.
Este
es el tema que abordaremos en el siguiente punto del informe.
La
experiencia relacional es crucial para el desarrollo de la confianza, aunque
también es importante gestionarla para garantizar que sean experiencias
positivas y para tener en cuenta las peculiaridades de las relaciones inter e
intra-institucionales.
En
el caso de la “Red RADAR” nos encontramos con, por un lado, con experiencias de
relaciones desigualmente repartidas entre los miembros de la red. Deberíamos
identificar estas diferencias e intentar compensarlas. Por otra parte, la red
ha intentado generar un lenguaje común que consolide un buen punto de partida
para el desarrollo de la confianza, se ha estimulado un sistema agil de pocas
reglas y principios compartidos, aunque deberían realizarse más esfuerzos para
trasladar este lenguaje común de las fases del diseño a las de la
implementación de las políticas de actividades concretas. La experiencia del
Open Stand en Rawson y Trelew 2006, demostró que estamos aún muy lejos de los
niveles de eficacia necesarios.
1.3.
La consolidación de la confianza.
En
el apartado anterior señalábamos la aparición debil de un lenguaje compartido
respecto a los objetivos del proyecto (con alguna excepción significativa: una
caracterizacion es que en lugar de hablar de “son un grupo de desocupados
enfrentando una situación” utilizan el término “son un grupo muy activo de
emprendedores” para referirse a nosotros y aunque somos una agrupación virtual,
se nos ve como una organización institucionalizada desde el entorno real).
También nos referíamos a las mayores dificultades para generar estilos
similares de hacer las cosas. Al compartir objetivos comunes a alcanzar, le
llamaremos compatibilidad estratégica, mientras que al compartir formas de
hacer las cosas le denominaremos compatibilidad cultural. La existencia de
ambas compatibilidades supondría la consolidación de la confianza y el primer
paso fundamental para el fortalecimiento de la Red.
·
Procesos asociativos
dentro de la Economía Social, el Desarrollo Local y Sustentable (Consorcios y
Alianzas de Cadenas Productivas).
·
Necesidad de concretar
las Operaciones Básicas Necesarias: Ferias, Bocas de Expendio & FMS
En
primer lugar, como ya hemos avanzado, el proyecto RADAR presenta –con algunas
excepciones- un nivel elevado de compatibilidad estratégica. La mayoría de los
miembros de la Red conocen, entienden y comparten los objetivos generales del
proyecto. Este es un punto de partida indispensable para el éxito de una
iniciativa tan compleja como la que nos ocupa. Tan solo un par de notas nos
advierten de dificultades en esta dimensión:
i.
El discurso común y compartido no ha sido asimilado al mismo ritmo y nivel de
profundidad por todos los miembros del proyecto. Esta falta de sincronía
temporal ha provocado algunas dificultades.
ii.
Los objetivos generales compartidos han ido cambiando y evolucionando, a medida
que se ha ido concretando el proyecto, hacia objetivos y metas de carácter más
reducido y operativo o instrumental. En este segundo nivel el lenguaje común ha
dejado paso a sub-objetivos locales como el Seminario y la Feria, mientras que
el encaje entre ellos se ha realizado de forma bilateral entre solo partes
locales de un Nodo, adoleciendo de una óptica conjunta de la totalidad.
En
segundo lugar, las dificultades parecen más graves cuando nos referimos a la
compatibilidad cultural. Es cierto que desde la Coordinación General se ha
impulsado un trabajo que ha tratado cierta unificación en los métodos y los
instrumentos de actuación como el Periodico en Línea o los Talleres
Introductorios Temáticos en los Grupos Virtuales. Esta unificación, sin
embargo, no ha logrado obtener rendimiento ni superar las diferencias
culturales y de estilo que existen entre al menos algunos de los participantes
en la “Red RADAR”. Podemos añadir también un par de matizaciones a estas
afirmaciones generales:
i.
Por un lado, según nos han expresado nuestros colaboradores entrevistados
parece que los estilos de participación activa son más parecidos entre
Artesanos, Desocupados o Emprendedores Individuales entre sí, que entre
ONGs. Es decir, las compatibilidades son más intensas entre entidades
individuales (Cluster) de procedencia y hasta de actividades en rubros
diferentes que comparten su dimensión local y virtual, que entre las propias
partes componentes de una misma organización (sea deportiva, cultural o
profesional). Se trata de una constatación interesante, ya que debería
permitirnos orientar las necesidades y las voluntades de coordinación hacia el
lugar donde éstas se producen de forma más natural: el territorio de los
individuos no pertenecientes a ninguna institución en particular. Al mismo
tiempo esta constatación nos permite sugerir la necesidad de trabajar sobre el
espacio de mayor resistencia a las compatibilidades estratégicas y culturales:
las relaciones competitivas existentes entre grupos sectoriales artesanales o
las ONGs de productores y sectores profesionales que parecen rivalizar entre
si.
ii.
En segundo lugar, también hemos observado como uno de los principales
obstáculos a la compatibilidad cultural se encuentra en lo que podríamos
denominar el “estilo ejecutivo” de algunos de los actores de la red. Incluso
cuando diferentes actores comparten este estilo se producen dificultades, ya
que su principal problema se encuentra en una concentración parcializada en las
acciones y los resultados más inmediatos suelen caer en un mismo lugar, sector
e institución siempre.
Esta
concentración, casi como obsesión, provoca que cualquier espacio de relación y
coordinación sea percibido como una perturbación, como una pérdida
injustificada de tiempo y esfuerzos para el resto. Sin entrar en detalles,
intuimos que este estilo ejecutivo está muy arraigado en algunos de los
participantes en el proyecto RADAR. Probablemente este estilo supone sacar
ciertas ventajas particulares para obtener resultados, aunque desde la
perspectiva que ahora nos ocupa se muestra perjudicial para el desarrollo de
las relaciones y de la confianza del conjunto de la Red.
La
confianza se consolida cuando las diferentes partes piensan y actúan de forma
similar, cooperadora no competitiva y en un mismo ritmo e intensidad.-
- En el caso de la Red RADAR, existe una forma de pensar similar,
pero que solo se expresa en el compromiso con una estrategia por ahora virtual
y unos compromisos generales asumidos solo en las comunicaciones externas y
publicidades institucionales de la Red, aunque faltaría trabajar como esta
coincidencia se mantiene o se puede mantener a medida que el proyecto se vaya
desarrollando y los objetivos se vayan instrumentalizando. De hecho, ya ha sido
cuestionada la falta de un criterio para determinar quien puede y quien no
puede integrar la Red, o cuantos son los que pueden integrar la Red para que
sea efectivamente funcional. Estos cuestionamientos iran tomando preponderancia
en la medida que se comienze a transitar una etapa de actividades encadenadas
concretas donde el compromiso está eslabonado a un ritmo, a una responsabilidad
y a una verdadera actitud de empresa conjunta ya no virtual sino real.
-
Los estilos de trabajo
son harina de otro costal: aquí aparecen compatibilidades en las ONGs y Celulas
Formales que tienen algún tiempo funcionando e incompatibilidades individuales
de distintas membresias muy particulares, generalmente de líderes de opinión de
distinta formación, etc. Tomar consciencia de este doble nivel, así como de los
efectos perversos de lo que hemos llamado un estilo hiper ejecutivo competitivo, puede contribuir a mejorar la
consolidación de la confianza.
-
1.4.
¿De la autoridad y la especialización a la confianza en la “Red RADAR”?
Como
conclusión de este primer bloque de reflexiones sobre la confianza en la “Red RADAR”
nos gustaría destacar aquellas valoraciones que nos han parecido más
relevantes:
i.
La cooperación y la confianza se han ido trabajando y generando de forma
positiva, aunque todavía existe una estructura de relaciones excesivamente
asimétrica. Alguno de nuestros entrevistados se refería a la proliferación de
relaciones bilaterales, mientras que otros nos hablaban de un modelo relacional
de geometría variable. Cualquiera de estas afirmaciones sirve para caracterizar
un modelo de funcionamiento donde la transversalidad y la estructura en Red
presentan algunas dificultades de funcionamiento. Nota: (Vease algunos gráficos
publicados)
ii.
Existen fuertes diferencias entre ONGs y Membresias tipo Cluster: los Cluster
entienden la transversalidad desde la práctica, mientras que las ONGs la entienden
desde los discursos pero tienen dificultades para llevarla a la práctica.
(Recordar episodios de la última convocatoria 2006 en Trelew)
Estas
diferencias pueden ser motivo de enriquecimiento mutuo, aunque, si no se
gestionan adecuadamente, también pueden perjudicar la necesaria confianza entre
las diferentes partes de la “Red RADAR”. De hecho, algunas cuestiones han
producido cortocircuitos, bajas e interrupción de las relaciones en la primera
fase.
iii.
Al descender de los objetivos del proyecto a su implementación se van
imponiendo los objetivos parciales y las peculiaridades en los estilos de
trabajo. Se detecta, por lo tanto, la necesidad de trabajar las relaciones en
el día a día del proyecto.
iv.
Trabajar juntos requiere tiempo, pero parece que muchos de los participantes no
están dispuestos a perderlo. Trabajar juntos también requiere voluntad de
hacerlo, aunque en la práctica la intensidad de esta voluntad es muy variable.
En realidad alguno de los entrevistados ha manifestado cierta molestia con la
complejidad relacional del programa desarrollado tal como se está manejando,
mientras que otros explícitamente explican que el proyecto no está en realidad
pensado para trabajar conjuntamente sino para sumar piezas que se producen y
reproducen independientemente y para, en el mejor de los casos, establecer
mutuas colaboraciones puntuales.
En
definitiva, el proyecto de la Red RADAR está dando algunos pasos desde un
modelo de funcionamiento basado en la autoridad centralizada en la Coordinación
General y la especialización temática de ONGs sectoriales a otro modelo basado
en la confianza integrada a un estadio más amplio y global como
descentralizado. Estos pasos son, sin embargo, modestos y se centran ahora más
en los discursos y machetes que en las prácticas. Todo el mundo puede
presentarse como el campeón de las relaciones y la transversalidad, pero en la
práctica, nos consta en estos siete años, se desmienten muchas de las
afirmaciones retóricas. Estaría pasando aquello tan conocido sobre la
coordinación que dice: a todos nos gusta coordinar, pero nadie acepta ser
coordinado. El resultado, tal como lo expresa uno de nuestros entrevistados, es
que cada uno acaba dedicándose a lo suyo sin que nadie asuma responsabilidades
ni compromisos colectivos. Para mejorar esta situación el mismo colaborador
entrevistado reclama menos competencia de unos pocos y más participación,
confianza y responsabilidad social del conjunto, es decir, los Plenarios y sus
Estatutos deben funcionar pero también los equipos colaborativos en actividades.
2.
LA COORDINACION EN LA “RED RADAR”
Hemos
dedicado el apartado anterior a la evaluación y experiencia de un factor
eminentemente intangible como la confianza. La importancia de este factor nos
parece crucial, aunque esto no significa que no deba complementarse y
articularse a través de otros elementos de carácter tangible. Es decir, el
funcionamiento de la “Red RADAR” depende efectivamente de las actitudes y las
predisposiciones de sus Miembros, pero también de la capacidad de articular
procesos y estructuras de relación donde se generen acuerdos, se resuelvan
conflictos, se promocionen las ventajas del trabajar conjuntamente, y se
conjuren los peligros que acechan a cualquier organización altamente compleja.
Para alcanzar estos objetivos consideramos que el proyecto debería disponer
mejorar no tanto el modelo de una estructura “directiva” como de un espacio
efectivo de Coordinación. En el Plan Estrategico, esto se establece como el
Equipo Puente entre dos redes de contención y vinculación que actúan en
paralelo.
La
identificación y la valoración de este espacio puente es una tarea compleja, ya
que se materializa en una amplia variedad de reuniones, comisiones, contactos
informales, etc. Esto, no solamente es engorroso sino tambien más costoso.
Para
avanzar, aunque tímidamente, en esta dirección proponemos extraer de nuestras
entrevistas algunas opiniones relacionadas con:
i.
La manera de
instrumentalizar las relaciones, y
ii.
Las formas de resolver
conflictos subyacentes entre las distintas partes de la “Red RADAR”
Desde
un punto de vista estructural nos interesa observar como se visualiza, como se
materializa una organización relacional como la que pretende ser el proyecto
RADAR.
Para
ello deberíamos prestar atención a las personas que desempeñan tareas
relacionales, a las vías de comunicación utilizadas hasta el momento inter e
intra-organizativas y a la propia estructura reticular del proyecto.
El
sistema de Coordinadores de Nodos tal como está, ha fracasado rotundamente. De
manera tal que para este analisis solo podemos contar con experiencias del Nodo
original en la Ciudad de Trelew.
TRELEW
CHUBUT
Así,
en primer lugar, desde el punto de vista de las personas se observa como cada
Emprendedor y cada ONGs han asumido como propia (o nombrado a un responsable)
la participación de un sub-proyecto (evento) ante la Red, mientras que en el
ámbito conjunto, la responsabilidad recaería sobre las personas que trabajan en
la Coordinación General del proyecto, aquí tambien fracaso la idea de
implementar un Coordinador del Nodo separando a la Coordinación General (Raúl)
de la tarea. Algunas valoraciones y consideraciones al respecto:
i.
El peso particular de los Miembros de las ONGs, el carácter y actitud de
algunos Emprendedores Voluntarios y de la Coordinación General en el conjunto
del proyecto facilita -como ya habíamos detectado anteriormente- que las partes
adquieran mayor protagonismo que el todo. Los objetivos parciales de cada uno
aparecen no únicamente como lo más importante sino, quizá más remarcable, como
lo único visible. De este modo, el rol y el perfil de las personas responsables
hoy de la dirección y la Coordinación General del proyecto favorecen una visión
organizativa e institucionalmente sesgada del mismo.
ii.
Además, estos “responsables de gestión”, sobre todo en las ONGs locales, adoptan
lo que la literatura ha denominado como un rol de “dirección heroica” es decir,
asumen responsabilidades por cuenta propia y comprometen actividades que luego
su organización no acompaña a la hora de los hechos, o mejor dicho, de
arrimarse a trabajar y colaborar... Terminan cumpliendo su palabra y es
meritorio, pero, sin producir un gesto de maduración y pertenencia solidaria de
sus representados con la Red.
Es
decir, por un lado, dedican sus esfuerzos personales a garantizar que se
alcanzan unos objetivos y por otro lado, lo hacen desde sus propias capacidades
y en solitario. Son como “llaneros solitarios” que han de salvar los “muebles”
del proyecto en forma particular sea como sea. Este rol, muy frecuente en
procesos de cambio organizativo, presenta algunas ventajas destacables, como
por ejemplo la posibilidad de responsabilizar a alguien con capacidades
experimentadas de compromiso y eficacia. Sin embargo, también muestra
debilidades importantes, como por ejemplo la incapacidad para responsabilizar y
comprometer al resto de la organización en acciones mayores, la dificultad para
formar equipos, no aportan al proceso de evitar el final del dominio de la
dirección sobre la coordinación, o los hábitos y las reticencias a preocuparse
por todo aquello que no afecte a su específico “rendimiento de cuentas”.
Este
rol quizá es menos frecuente en los Miembros Emprendedores Individuales, donde
los responsables se presentan más como representantes de un “equipo familiar”
que como articuladores y coordinadores de una política asociativa mas compleja.
En las ONGs, en cambio, el líder heroico aparece dominante, podria asegurar que
en el 90% de los casos. Utilizando la expresión de uno de nuestros entrevistos,
parece que los mas responsables y comprometidos son los particulares y no lo
son tanto los representantes aquellos a los que les ha caído el peso del muerto
encima de su ONG”; es decir aquellos que tendrán que rendir cuentas a sus
Comisiones Directivas y que, además, tendrán que hacerlo en solitario a la Red.
Es evidente que este perfil no es el más adecuado para sacar provecho a un
proyecto relacional como el que estamos valorando.
iii.
Finalmente, una
percepción dominante entre nuestros colaboradores entrevistados expresa una
situación paradójica: el papel al mismo tiempo crucial y poco poderoso de las
personas que están en el día a día de la Coordinación General.
Todo el mundo tiene muy
claro que la Coordinación General es una pieza angular del proyecto, quizá la
única capaz de visualizarlo en su conjunto y de establecer los puentes y los
espacios de diálogo necesarios entre las partes. Sin embargo, este papel se ve
limitado por la escasez de recursos economicos y humanos y por el escaso nivel
de poder de gestión para obtenerlos disponible. Nos parece evidente, por lo
tanto, que la mejora del funcionamiento de la “Red RADAR” debería pasar por
cambiar y potenciar la Coordinación General. También debería quedar claro que
esta Coordinación no debería concentrase en tareas administrativas de control y
seguimiento de gestión, sino en tareas mediadoras de resolución de
atascamientos o conflictos que traban las alianzas con las Oficinas y Programas
del Estado en sus tres niveles, nacional, provincial y municipal , acompañar la
coordinación de las iniciativas resultantes de los Plenarios y la generación de
espacios de dirección temática conjunta, etc.
Las
personas son fundamentales en el momento de materializar los intangibles de una
organización compleja y reticular. Estas personas, además, deberían incorporar
en sus perfiles aquellas capacidades y aquellas actitudes de coordinación,
relación y visión de conjunto que exige la nueva situación de esta segunda fase
de desarrollo.
En
segundo lugar, la existencia de una organización reticular reclama que los
canales de comunicación sean fluidos y flexibles, capaces de adaptarse a la
complejidad del entorno en el que han de operar. En este sentido, cabría
esperar que el proyecto RADAR destinara aún más importantes recursos y
esfuerzos a esta finalidad. Incorporando viajes, telefono y fax al sistema. Y
aclaran, no es que no se tengan los medios... sino que no se usan.
Para
analizar como funciona la comunicación en la red RADAR, hemos preguntado a
nuestros entrevistados por las formas de relaciones en el interior de su propia
organización y por las que establecen con otras organizaciones:
i.
Las comunicaciones internas son fundamentales, ya que sin ellas es difícil que
una organización se comprometa con un proyecto que quizá, ni conozca demasiado
bien, ni acabe alguna vez de entender. Nos parecía fundamental, por lo tanto,
que cada responsable de línea nos explicara como la comunicación fluye desde el
proyecto hacia su organización y desde su organización hacía el proyecto. A
partir de nuestras entrevistas hemos percibido que la mayoría de las ONGs
disponen de un sistema de comunicación jerárquico y formalizado. Las
comunicaciones fluyen siguiendo unos mecanismos muy pautados y en el caso de
RADAR , involucrando sólo a aquellos miembros de la organización que participan
en el proyecto. Además, las clásicas actas de reuniones y los informes formales
dominan el único contenido de estas comunicaciones. En cuanto a los
Emprendedores y su entorno de pertenencia, parece que el modelo de comunicación
es más informal, incluso caótico en algunos casos: correo electrónico,
coincidir en el mismo espacio físico de trabajo en una feria, nos conocemos de
toda la vida y nos juntamos una vez a la semana, etc. Esta situación provoca
vacíos o intermitencia de comunicación entre todas las partes que perjudican a
la forma de coordinación de una política general de información y mas aun de
comunicación, pero también proporciona una vitalidad y una flexibilidad que no
se encuentra en los sistemas más formalizados y estructurados. Encontrar un
punto de equilibrio entre ambos modelos que saltan de lo demasiado formal a lo
totalmente informal podría ayudar al buen funcionamiento de la comunicación
interna. Para ello, habrá que crear nuevos modelos y canales mas atractivos que
sugieran una frecuencia y un interés, pero fundamentalmente un mejor
aprovechamiento de oportunidades ya que la Red hoy, recibe muchas e
interesantes convocatorias y ofertas al respecto.
ii.
Respecto a las comunicaciones externas, es imprescindible distinguir dos
niveles: el de las comunicaciones bilaterales y el de las multilaterales. En el
primer nivel, las relaciones de un miembro con otro vienen muy condicionadas,
por un lado, por las necesidades de información o soporte y por otro lado, por
la experiencia o no relacional previa. Las relaciones por necesidad se producen
de una forma neutra y a menudo, mediatizada por la Coordinación General. Las
relaciones que ya cuentan con una experiencia y un conocimiento mutuo previo se
desarrollan de manera más informal y también más efectiva. En el segundo nivel,
en cambio, el papel de la Coordinación General es crucial. Las relaciones
multilaterales son la esencia de una organización en red, pero necesitan de un
responsable de comunicación que establezca los contactos y haga fluir la
información con una frecuencia y con un cierto nivel de moderación y
clasificación. Este papel lo desarrolla hasta hoy la Coordinación General a
través del uso de las paginas de internet disponibles y de la organización de
distintos espacios virtuales de encuentro e intercambio en grupos, una base de
datos de mails y un centro de recepción de información al que aportan muchas
Fundaciones y Oficinas Oficiales y Programas (funciona tambien el trabajo de
las pasantes y de seguimiento de contactos, el grupo de proyectos,
eventualmente el plenario, etc.). Estos espacios son muy bien valorados por la
mayoría de los entrevistados, aunque al mismo tiempo despiertan opiniones
contradictorias: necesitaríamos más “encuentros cercanos” formales (es la única
forma de conocernos de verdad) y otros: los talleres y capacitaciones son una carga
excesiva (nos hacen perder tiempo). Se trata, en definitiva, de encontrar un
delicado equilibrio entre formalidad e informalidad, y entre vernos o
comunicarnos lo mas frecuente posible sin agobiarnos.
Las
comunicaciones son cruciales para el funcionamiento de una organización en red.
Es necesario pues preocuparse por como éstas se llevan a cabo y más en
concreto, por como establecen un equilibrio entre canales formales e
informales. También es importante distinguir entre las relaciones bilaterales y
las multilaterales: las primeras pueden basarse en intereses y/o experiencias
de relación o compartir actividades similares, mientras que las segunda
requieren de un actor que se dedique a canalizarlas y a fomentarlas (la
Coordinación General en nuestro caso).
Finalmente,
la forma y las posiciones de mayor o menor centralidad condicionan el
funcionamiento de una organización en red. En el caso de la “Red RADAR”,
podemos lanzar algunas valoraciones al respecto:
i.
En primer lugar, parece claro –ya lo hemos mencionado anteriormente- que la
Coordinación General debería ser un actor central, promotor y catalizador de
las dinámicas de funcionamiento de un proyecto complejo como el que nos ocupa.
Sin embargo, también intuimos que este actor no tiene la fuerza suficiente para
desarrollar su tarea, lo cuál nos permite deducir que el corazón de la “Red
RADAR” presenta alguna debilidad. Este es generalmente un problema clásico en
las estructuras reticulares, donde la fuerza de las partes diluye el poder de
los potenciales coordinadores, sin embargo no es el caso de esta Red, ya que la
Coordinación tuvo siempre una suerte de apática subordinación al control y
desarrollo del proceso y donde la propia estrategia elaborada por la
Coordinación General fue desde un principio adoptar una posición pasiva, casi
indiferente, limitandose a distribuir información, invitaciones y eventualmente
compartiendo algunas iniciativas de terceros como el caso de los Seminarios,
Charlas, Talleres en Escuelas, las Reuniones Sectoriales en Buenos Aires o inclusive
la coproducción de algunos eventos como la Feria Artesanal, o Exposición de
Cuadros, etc.
ii.
En segundo lugar, nos encontramos con una red claramente dominada por la
dependencia de terceros en la articulación con el Estado (a través de las
distintas ONGs con personeria juridica), ya que se trata de un requisito
ineludible tener el reconocimiento formal y legal para establecer la
vinculación con la Red y las promotoras de líneas de financiamiento y planes o
subsidios de interes para el proyecto. Este formato puede ser positivo en
algunos aspectos, ya que la mayoría de los entrevistados emprendedores
individuales y funcionarios del gobierno manifiestan respeto y confianza hacia
las capacidades de algunas ONGs que militan en RADAR con antigüedad y
experiencia en el manejo y rendición de fondos públicos. Hay quién incluso
habló de la oportunidad de participar en un proyecto que comprende un Consorcio
de ONGs de la Red para administrar un paquete de fondos descentralizados en
forma mucho más directa y operativa. Sin embargo, estos mismos entrevistados, y
también los propios responsables de las ONGs y del Estado, también reconocen
que el modelo organizativo eminentemente horizontal y segmentado de esta
institución con tipología de Red dificulta administrativamente su despliegue y
desarrollo integrado en los distintos territorios o nodos de las localidades y
especialmente en rubros diversos y clasificados como sectoriales de objetivos
fundacionales especificos (Cooperativas, PyMes, Desocupados, Microempresas,
Clubes Deportivos, Peñas Culturales, etc.). En ese sentido, la Coordinación
General se mostro siempe renuente a transformarse en una ONG del tipo
tradicional, los argumentos fueron que la consecuencia de aceptar formalizar
una organización tradicional o convencional solo para articular con el Estado,
es que se tienden a frustrar las expectativas de lograr una política de
autogestión novedosa, integral y adaptada a las peculiaridades de cada
colectivo. En definitiva, la posición de centralizar el plano administrativo en
un solo Consorcio para toda la estructura muestra ventajas e inconvenientes que
deberían considerarse, evaluarse y discutirse para mejorar el funcionamiento en
esta segunda fase ejecutiva del proyecto de la Red RADAR.
3.
CONCLUSIONES
RADAR
es sin duda un proyecto innovador y con un enorme potencial. Sin embargo, el
desarrollo efectivo de este potencial no depende únicamente de las capacidades
técnicas de unos u otros, sino también –y de forma crucial- de las sinergias
que sea capaz de generar entre ellos. Dicho en otros términos, la complejidad
del proyecto requiere de una estructura de trabajo también compleja.
Gestionarla
es difícil, pero sin asumir este reto tampoco será posible desarrollar todo el
potencial del proyecto que a todas luces es ambicioso pero posible y que ha
despertado expectativas no solo en dentro del País, sino, tambien en el
exterior.
El
peligro está ahora en confundir la suma de actuaciones parciales con una
actuación integral. Algunos de los entrevistados manifiestan que el proyecto sólo
debe pretender un trabajo en red superficial entre los sectores productivos y
que sus acciones deben limitarse a proporcionar porciones orientadoras de un
paquete integral de tutoría que al final acabe siendo multi-disciplinar. Esta
es una perspectiva restrictiva de la fuerza y poder de la transversalidad; una
perspectiva que puede dar sus resultados ceñidos al escaso costo de presupuesto
que se le destine, pero que nunca será capaz de generar el impacto y las
sinergias necesarias para explotar todo el potencial de un proyecto como la Red
RADAR propone y supone desde su propio Plan Estrategico con el objtivo de
disminuir drasticamente el actual alto índice de quiebras irremediables en el
segmento de las microempresas y el autoempleo subsidiado con recursos escasos.
En
cualquier caso, al margen de las dificultades y las confusiones que
inevitablemente van apareciendo en el andar y el hacer, el PLAN ESTRATEGICO
como herramienta es una fuente clara y potente de innovación y de aprendizaje
en si misma que algunos saben aprovechar y otros no.
Quizá
sea difícil observar su materialización en operaciones y productos muy
específicos que se van dando, pero su impacto intangible puede ser y de hecho
así se está reflejando, de gran importancia como disparador y réplica de otros
mecanismos parciales autogestionados capaces de persistir y trascender el ojo
de la tormenta cada vez que se presente.
Finalmente,
el objetivo de este documento y de publicarlo es que sirva de base para las
modificaciones, ajustes y correcciones que se instrumenten a partir del 9 de
Julio, fecha instituida como día D y punto de inflexión para dar lugar a una
segunda fase emergente de RADAR.
Coordinación
General
Trelew Chubut
LECTURAS
Publicar
comentarios: ENTRAR
-.-
CORREO PRIVADO