" El dolor de la Partida"
 
Hoy necesito escribirte a vos, a esa niña que detrás de su rebeldía, escondía ternura.
Recuerdo que desde chiquita fuiste muy especial, todos te considerábamos independiente, madura, con una personalidad avasalladora, atrevida podría decir. Una nena que demostraba autosuficiencia, a la que costaba acercarse por temor de ser rechazada. Porque con tu actitud dabas a entender que los gestos de cariño no te eran algo necesario.
Y hoy mi alma y mi corazón sienten culpa y lloran, se preguntan porqué los invadió la ceguera, y no pudieron ver tus brazos extendidos clamando una caricia, un abrazo apretado o quizá hasta unas cosquillas, porqué mis oídos estuvieron sordos y no oyeron los gritos de tu almita, que sólo pedía ser escuchada y reconfortada con alguna palabra de aprobación, tenida en cuenta con un reto o quizá acariciada por un simple pero tan necesario Te quiero, porqué mis sentidos de adulta se adormecieron y no palparon las necesidades, de calidez, de cariño, de ayuda, de compañía, que invadían tu interior de niña que comenzaba a asomar a un mundo desconocido, complicado, difícil.
Muchas veces me he preguntado, el porqué de la rotunda decisión que tomaste, del porqué cuando recién estabas comenzando a vivir, consideraste que era la hora de partir y hasta me parecía injusta, egoísta tu actitud y el dolor que causaste en tus padres, en tu hermano y en todos los que te queremos, y me respondía a mi misma que fue un arrebato más de esa nena-adolescente-rebelde-caprichosa. Pero hoy, con mucho dolor, reconozco que no sólo ha sido un impulso del momento, que quienes te rodeábamos no supimos leer entre líneas todo lo que intentabas decirnos con tu proceder y no te dimos la contención, la comprensión, el estímulo y el amor suficiente para mantenerte entre nosotros.
Por eso hoy, querida niña, aunque sea tarde ya, quiero comenzar a saldar esa deuda que tengo con vos, pedirte perdón, apretarte fuerte contra mi pecho, darte el calor de mi cariño, besar esos ojitos pícaros y tristes a la vez, acariciar tus cabellos que se van mojando con mis lágrimas y decirte todos los te quiero y te amo que nunca llegaste a escuchar de mis labios. No imaginas cuánto siento no haberlo hecho cuando aún había tiempo.
Niña dulce y frágil, Hoy y siempre estarás en mi corazón.
Simplemente, Myriam
 
Autora: Myriam Pérez
Buenos Aires - Argentina
26/08/05
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La niña de la historia, llamémosla Lucía, no llego a conocer el desafío de vivir las historias de cada día, tenia solamente 14 años cuando decidió que era su hora de partir de este mundo...

Que la empujo a tomar esa decisión?. ..

 Nadie podrá responder esa pregunta y nunca nadie lo sabrá..-

Ante el dolor que precedió a su decisión, la herida abierta que quedo latente  en quienes la rodeaban, hinco mi rodilla en el piso, inclino mi cabeza y pido al Supremo... Perdón, misericordia  y Luz para ese espíritu.

Para su familia paz, fortaleza, consuelo y amor...

Humildemente y sin ser quien para ello, pido a Dios y sus Espíritus de Luz que la  acojan en su seno, la reconforten, la guíen y le brinden una nueva oportunidad...

Para mi amiga Myriam... mi respeto, un enorme abrazo y mi compañía en su sentimiento...

Cuando el dolor toma forma de palabra, solo puede ser escuchado con 

los oídos del Alma y ser visto solo con los ojos del corazón,  

pero por sobre todas las cosas, debe ser comprendido y contenido.

Un abrazo desde el Alma
~Paz, Luz y Progreso para los espíritus~
Carlos Lopus - Male
27/08/05
Buenos Aires-Argentina
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