Adoro te devote, latens deitas, quae sub his figuris vere latitas: tibi se cor meum totum subicit, quia te conemplans totum deficit, visus, tactus, gustus in te fallitur. Sed auditu solo tuto creditur, credo quiquid deixit Dei Filius: nil hoc Verbo veritatis verius.
Sección Anecdotario: ¿quién es la tal Fátima?
1) Para
saber
Al
empezar mayo, el Santo Padre fue invitado a la
Basílica de Santa María la Mayor para dirigir el
rezo del Santo Rosario.
El Papa aceptó con gusto, diciéndoles que desde
su infancia ha vivido esa
costumbre: “En efecto, en la experiencia de mi
generación, las tardes de mayo
evocan dulces recuerdos relacionados con las citas vespertinas para
rendir
homenaje a la Virgen. ¿Cómo olvidar la
oración del Rosario en la parroquia, en
los patios de las casas o en las calles de las aldeas?”
Afirmó
el Papa que el rezo del Rosario no se puede
considerar una práctica del pasado, al contrario,
“el rosario está
experimentando una nueva primavera”.
2) Para
pensar
El
Papa invitó a acudir a María para que nos ayude a
acoger en nosotros la gracia de Dios y que, a través de
nosotros, pueda
difundirse en la sociedad a fin de purificarla de las numerosas fuerzas
negativas.
Podemos
recordar cómo esa protección de la
Santísima
Virgen María se manifestó de modo notable la
tarde del día 13 de mayo de 1981
cuando el Papa Juan Pablo II sufrió un atentado a manos de
un asesino
profesional. Su nombre es Ali Agca y es turco. Poco antes
había escapado de una
cárcel de seguridad en la que estaba porque había
matado a un famoso
periodista.
Poco
después del atentado, lo visitó el Cardenal
Vicario de Roma, Ugo Poletti. Ali Agca le preguntó:
“¿Quién es esa Fátima que
dicen que ha salvado el Papa?, porque yo sé disparar y
tiré a matar”.
Y
es que el día del atentado era aniversario del 13
de mayo de 1917 cuando la Virgen María se
apareció en Fátima a tres
pastorcillos.
Juan
Pablo II mencionó poco después: “Una
mano
disparó y otra desvió la bala”. Se
refería a la protección de la Virgen
María.
Y como agradecimiento, cuando se cumplió un año
del atentado, el Papa Juan
Pablo II puso la misma bala en la Corona
de la Virgen en la misma ciudad de Fátima.
Nos
dice el papa Benedicto XVI que cuando se reza el
Santo Rosario de modo auténtico, no mecánico y
superficial sino profundo, trae
paz y reconciliación. Encierra en sí la fuerza
sanadora del Nombre Santísimo de
Jesús, invocado con fe y con amor en el centro de cada
avemaría.
3)
Para vivir
En
una ocasión, un Papa anterior, el beato Juan XXIII, hablando
con unas personas,
éstas se excusaban de no rezar el Santo Rosario porque se
les hacía monótono.
Entonces les dijo: “Pues el peor Rosario es el que no se
reza”.
Algo
semejante escribió San Josemaría en su libro Santo Rosario ante quienes se excusaban
de no rezarlo porque era
decir siempre lo mismo: “¿Siempre lo mismo?
¿Y no se dicen siempre lo mismo los
que se aman?... ¿Acaso no habrá
monotonía en tu Rosario, porque en lugar de
pronunciar palabras como hombre, emites sonidos como animal, estando tu
pensamiento muy lejos de Dios?”
Por
último, el Papa nos pide que cuando recemos el Santo
Rosario lo tengamos presente, así como la paz en el mundo y
la unidad de los
cristianos.
Revista Digital Fides et Ratio - Junio de 2008