
Adoro te devote, latens deitas, quae sub his figuris vere
latitas: tibi se cor meum totum subicit, quia te conemplans totum deficit,
visus, tactus, gustus in te fallitur. Sed auditu solo tuto creditur, credo
quiquid deixit Dei Filius: nil hoc Verbo veritatis verius.
Sección Anecdotario:
Los 7 sacramentos seculares
Con excepción
de la página oficial de la Santa Sede, el
sitio católico más visitado de Internet es New Advent, el cual ofrece temas
variados de apologética, análisis de textos teológicos y otra vasta gama de
información.
En agosto de
2006, se presentó un interesante comentario de la columna
escrita por Thomas Doran, Obispo de Rockford, en el periódico oficial de su
diócesis, The Observer. He
aquí la traducción al castellano del mismo, el cual nos ha parecido
ampliamente apropiado para nuestra columna de Anecdotario.
«Como seres
humanos, como ciudadanos de un país del primer mundo, como estadounidenses y
como Católicos, sobre todo, debemos tomar en cuenta las circunstancias en las
cuales vivimos. Sabemos que las únicas creaturas de Dios que trascienden el
tiempo son aquellas creadas con intelecto y voluntad. Todas las demás
creaturas, con el paso del tiempo, se derrumban de un modo u otro.»
«Muchos de los
desafíos a los que nos enfrentamos son serios y sabemos hoy día que los
partidos políticos de nuestro país están discutiendo entre sí para
resolverlos. Los siete sacramentos de su cultura secular son el aborto, la
homosexualidad, la anticoncepción, el divorcio, la eutanasia, el feminismo
radicalizado y la experimentación genética con mutilaciones. Todas estas cosas
son desvergonzadamente expuestas, profesadas y promovidas. La continuidad de
estas personas en el ejercicio público es un claro y presente peligro para la
supervivencia de nuestra nación.»
«Desde mediados
de la década de 1940, nos hemos acostumbrado a sospechar de los alemanes. Han
sido los protagonistas de la Segunda Guerra Mundial y responsables de cincuenta
millones de muertes. “¡Qué horrible!”, decimos, pero en nuestro país
hemos permitido un partido de la muerte y un sistema judicial que, desde 1973,
autorizó la eliminación de cuarenta millones de ciudadados hermanos sin
siquiera permitirles ver la luz del día. Han hecho lo mejor para permitirnos
contar con una verdadera cultura de la muerte. Sin dudas, pronto sobrepasaremos
a los nazis en llevar a los seres humanos a la muerte.»
«Quizás no
debamos utilizar nuestro tiempo en lamentarnos por los chicos a quienes se les
ha arrancado la vida en la práctica bárbara del aborto terapéutico: hemos
acabado con sus vidas rápidamente en este mundo y se han ido a las manos del Señor
de la Vida y de la Misericordia por toda la eternidad. Pero también debemos
dejar en claro que quienes creen que han practicado sobre sí el llamado aborto
terapéutico han sido llevados a él por padres o tutores quienes creen que el
aborto es una solución cuando en realidad es un inmenso problema. Y también
hay algunos inmorales que creen que el aborto es un bien, cuyo número debería
ser mayor.»
«Debemos
recordar que la violencia genera violencia. Cuando toleramos ataques injustos
sobre los más pequeños inocentes alrededor nuestro, nos habituamos nosotros
mismos a la violencia. Y así hemos permitido que estas prácticas bárbaras
corrompan nuestras leyes, nuestra práctica médica e incluso nuestra vida
diaria. ¡Cómo nos hemos acostumbrado a las inmensas pérdidas de vidas en las
guerras a lo largo del mundo! Quienes han asesinado a millones en el seno de sus
propias madres no se lamentarán por unos pocos miles asesinados en Afganistán,
en Iraq, en Somalía, en Darfur, en Bosnia, en Madrid, en Londres, en Bagdad, en
Beirut, en Washington, en Nueva York. La violencia del aborto convierte la vida
de todos nosotros.»
«Alguna vez se
dijo “...todos los que toman la espada morirán por la espada.” (Mateo
26,52). Por eso vemos el incremento del número de depredaciones sobre la
juventud, aún sobre los más pequeños, con el aumento de la violencia doméstica.
Hablamos de la ira como de algo común. Es cierto lo que los teólogos dicen,
que el pecado oscurece al intelecto y debilita la voluntad.»
«Iniciado el
aborto como un leve viento, obtenemos ahora un tornado que aparece en cada ápice
de nuestra cultura y en cada uno de nuestros días. Y es tan sólo el primero de
los “sacramentos de la muerte” de nuestra cultura humana secular.»
«La tolerancia
de las perversiones sexuales entre homosexuales, la anticoncepción diseminada,
el fácil acceso al divorcio sin causa, el asesinato de los ancianos, el
feminismo radical, la investigación sobre células estaminales embrionarias...
todas estas cosas colman y rebosan nuestra naturaleza y nuestro destino humano.»
«¿Acaso
debemos gritar como el profeta “¡Montañas: cúbrannos; colinas, caigan sobre
nosotros!” (Oséas 10,8) para que otros nos vean y, Dios no lo permita, nos
imiten?»
«Recuerdo, en
una parroquia, las intenciones de los fieles que “rezamos por la causa de
quienes trabajan por la vida de los no nacidos, de los ancianos y de los minusválidos,
para que perseveren pese a ser ridiculizados, incluso por pastores y
sacerdotes”. Me resistía a creer que fuese cierto. Sabemos por tristes
experiencias recientes que algunos católicos (incluyendo sacerdotes) son tan
viciosos y pervertidos en relación a su vocación, que han sido capaces de
atrocidades. Pero deberían recordar que no fue un prelado, un obispo o el Papa
el que dijo “dejen que los niños vengan a mí” (Mateo 19,14). La Cabeza
Invisible de la Iglesia un día vendrá a juzgar a los vivos, a los muertos y al
mundo por el fuego, particularmente a aquellos que por omisión o comisión
destruyeron vida humana inocente.»
«Es obligación
de cada católico apoyar el trabajo parroquial provida y trabajar para la
erradicación de nuestra sociedad de todo aquello que de cualquier modo promueva
estas cosas. Estos sacramentos malditos de nuestra cultura secular son la
semilla de la destrucción de nuestra nación. Piénsenlo: ¿cuánto durará una
nación que mata a sus jóvenes, pervierte al matrimonio, evita nuevas vidas,
destruye las familias, mata a quienes considera descartables, convierte a la
“guerra de los sexos” en una guerra real, y manipula la base genética de la
naturaleza humana?»
Revista Digital Fides et Ratio - Noviembre de
2006

