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Sección Biografías: San Pedro Claver

Pedro Claver nació en Verdú (España) el 26 de junio de 1580. Siendo el menor de seis hermanos, trabajaba con su padre en el campo y desde joven se acercó a la Iglesia sirviendo de distintos modos, hasta que, tras graduarse en la Universidad de Barcelona, ingresó en la orden jesuita.

De acuerdo a los registros históricos, fue San Alfonso Rodríguez quien, dentro de la Compañía de Jesús, aconsejó a Pedro emigrar para la evangelización de América, siendo su destino la entonces Nueva Granada, hoy la hermana República de Colombia.

Su llegada a Bogotá ocurrió en 1610, donde completó sus estudios en Teología para trasladarse a Cartagena de Indias, donde sería ordenado sacerdote en marzo de 1616. Pedro encontró en suelo americano la aberración de la esclavitud de los africanos, secuestrados de su tierra en forma cruel. Se estima que unas catorce millones de personas fueron «comercializadas» de este modo y, dada la estratégica ubicación de Cartagena, cerca un millón de ellos pasaron por esa ciudad. El santo dedicaría así su apostolado a los miles de esclavos negros del Nuevo Mundo, misión a la que se entregó con enorme entusiasmo, pese a su reconocida timidez y acaso a falta de confianza en sí mismo, bajo el «Ego Petrus Claver, etiopem semper servum.» (Yo, Pedro Claver, esclavo para siempre de los negros»).

Figura 1.- San Pedro Claver (imagen del Museo Jesuita de Cartagena)

 Se sabe que desde tempranas horas se acercaba a las barracas del puerto a predicar, logrando el bautismo y la conversión de muchos afroamericanos. Los barcos llegaban una vez al mes, plenos de esclavos transportados en condiciones miserables, mal nutridos, deshidratados y aterrados. Durante sus tareas de evangelización, logró incluso formar grupos de catequesis gracias a intérpretes de las diversas lenguas nativas.

Asimismo, brindaba las tareas de sostén en la salud de enfermos y moribundos, incluyendo a numerosos niños, despreciados por el resto de la comunidad.

Debió vencer feroces obstáculos, sobre todo por parte de los poderosos de su tiempo, incluyendo a los representantes coloniales y a los hacendados; la clase dirigente local no visitaba los templos donde Pedro Claver reunía a sus conversos. Llegó a ser acusado de profanar los Sacramentos al brindárselo a criaturas no consideradas humanas, incluso por parte de algunos de sus superiores en la propia Iglesia.

Su incansable actividad lo llevó a un progresivo deterioro de su salud, lo cual no le impidió continuar con su misión hasta los 73 años, falleciendo en la mañana del 9 de septiembre de 1654. Fue canonizado en 1888 por el Papa León XIII y en 1896 se lo nombró patrono especial de las misiones cristianas en los negros.

Durante las atrocidades cometidas durante la colonización de América por parte de los europeos, existió un perverso sistema de destrucción tanto de la población aborigen como de los esclavos negros. Fueron muchos quienes con su tarea no lograron cambiar el sistema, pero se encargaron de sembrar la esperanza de la gracia de Dios aún a costa de su propia vida. Entre ellos brilla la figura de San Pedro Claver; Juan Pablo II diría en su visita a Colombia en 1986 que «esta ciudad de Cartagena, ilustre por tantos títulos, tiene uno que la ennoblece de modo particular: haber albergado durante casi 40 años a San Pedro Claver, el apóstol que dedicó toda su vida a defender a las víctimas de aquella degradante explotación que constituyó la trata de negros

Revista Digital Fides et Ratio - Febrero de 2007

 

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